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-Mírame Sun-Hee -me ordena cuando ve que cierro fuertemente los ojos. -¡Mírame Sun-Hee! -grita y yo abro los ojos exaltada. Y sin pensarlo comienzo a llorar y reclamarle.

-¿¡Quién te crees que eres!? Escúchame bien Jung Hoseok. -comienzo a picarle el pecho con mi dedo y empujarlo- No permitiré que ningún hombre me falte al respeto y mucho menos tú, un niñito rico. ¿Crees que tú fama te da el derecho a comportarte así conmigo? ¿¡Ah!?

Él abre sus ojos sorprendido y ahora soy yo, quien ahora lo tiene contra la pared y asustado. No dudo de que mis gritos se escuchen por toda la casa, pero la cabeza me está estallando por todo lo ocurrido en el día.

¿Por qué estoy llorando? Me limpio las lágrimas intentando volverle a gritar pero un nudo se me hace en la garganta.

Él se da cuenta y baja su guardia. Se aleja lejos de mi. Le veo el trasero con los ojos llorosos, aún llorando. Regresa del clóset, ya trae su ropa puesta. Se acerca y yo me alejo. Él levanta las manos como diciendo que no me hará nada y me dejó guiar para que me siente en la orilla de la cama. Mi cabello aún escurre por mi nuca y cuello pero ya lo siento volviéndose una masa de mechones enredados.

-Lo siento... No quería asustarte. -dice de forma suave y se sienta a mi lado- Soy un idiota, perdóname.

Se hace más al centro de la cama y me arrastra consigo para luego acostarse a mi lado. Para cuando me doy cuenta ya estoy entre sus brazos, en los brazos de J-hope. Mi cabeza duele y me muero de vergüenza por haberle gritado en su propia casa pero no podía ya aguantar más sus tratos.

Cuando estoy a punto de reanudar la discusión y preguntarle por qué me trata así, dos golpes a la puerta me hacen levantarme y quitarme sus brazos de mi cintura. Corro rápido al baño y cierro la puerta. El corazón se me sale del pecho cuando escucho a mi abuela preguntarle por mí, él niega que me ha visto pero que iba a dejarme la maleta a la habitación. Al parecer mi abuela le cree y se la lleva.

-Ya puedes salir, ya se fue tu abuela-escucho su voz pegada a la puerta del baño.- debes de regresar abajo, te estará buscando para darte la ropa.

Abro la puerta y lo paso de largo, él no me toca o si quiera me dice algo al salir de su habitación.

Estoy jodida. No sé ni que le voy a decir a mi abuela del por qué estoy llorando. Ya me inventaré algo de camino.

No quise estar presente a la hora de la cena. Mi abuela se tragó el cuento de que me sentía mal por lo que comí con J-hope y solo me preparó unos bocadillos pequeños. Pero eso no era del porqué no quise ir... No quería verlo. Me sentía demasiado mal en su presencia como para tener que fingir que me llevaba bien con él en público.

-¿Segura que no quieres venir a cenar, Sun-Hee? -mi abuela me ha traído un té para la indigestión- Habría Kimchi, arroz y demás platillos que la señora Jung personalmente preparó.

Además estaba el hecho de que siempre que él y yo estábamos en una habitación era yo la que terminaba siento su chiste andante. También se daba demasiadas libertades conmigo y eso no me gustaba. Habíamos discutido, bueno más bien yo le había dicho de todo, no era buen momento para volvernos a ver.

-Quiero quedarme aquí, me duele la cabeza y no me siento bien... -me mordí el labio y esperé que no insistiera- tal vez sea el famoso jet lag.

Ella se rindió después de escuchar aquello y me dejó sola antes de ir a cenar con los Jung.

Así que cené sola en la habitación de la abuela, enredada en un cobija de franela y viendo mi serie favorita en mi teléfono. Me permitía soltar unas cuantas lágrimas acumuladas por el dolor de la perdida resiente y por intentar comprender lo que le sucedía a Hobi.

Me quedé dormida poco a poco y no me percaté en qué momento me sentía ser abrazada. Pero se sentía demasiado bien en la periferia de mi sueños que me giré y me dejé abrazar. Pegué la nariz contra el olor que me llamaba, era fresco y embriagador. De hecho olía demasiado a cerveza. Me revolvió el estómago, no era un olor agradable para mí pero la calidez me arrullaba y me dejó dormir de una manera que tenía días que no lo hacía.

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El sol picaba en mi mejilla, me revolvi con las sábanas enredadas y caí de la cama. Gruñi por el golpe y me quedé unos momentos ahí, tratando de recordar lo que estaba soñando. Escuché una risita, pateé la sábana lejos de mi vista y me incorporé.

Los pajarillos cantaban afuera, las puertas de cristal estaban abiertas y la luz del día me cegó los ojos por un momento.

-Te ves tan adorable cuando caes de la cama -su voz viene de un sillón en la esquina, cercas de las puertas del balcón.

Me sonríe al verme, va vestido muy bien y lleva un bolso cruzado en su pecho, gafas extravagantes que combinan con su boina celeste, camiseta blanca grande y pantalones bombachos de mezclilla con parches de caritas felices.

El idol de moda de aeropuerto ha vuelto.

-¿Cómo llegué aquí? -pregunto con la voz ronca matutina y por la lloradera de ayer.

-¿Quieres la versión real o la versión de cuento de hadas? -se acerca y se pone a la misma altura que yo en el suelo, me toma de la mejilla y aprieta un poco. No deja de sonreír.

-Jmm, la real -quito su mano de mi mejilla pero él vuelve a ponerla.

-Bueno -suspira y vuelve a su sillón. Oh no, yo quería que siguiera aquí conmigo-. Tu abuela iba a dormir y no podía contigo en toda la cama así que mandó a alguien por ti para acomodarte en otra habitación y pues yo me negué y ofrecí de nuevo mi habitación.

-¿Y ella aceptó? -no me podía creer que mi abuela haya aceptado eso. Mínimo debió de recibir una réplica, insinuando algo entre los dos. Si no conociera a mi abuelita... Kim Mi-Sue era muy dada a ver dramas donde no los había.

-No quería al principio, quiso venir a dormir acá y le dije que abajo estaba mejor. Que tenía acceso a la cocina y no se preocuparía por bajar los escalones.

-¿Y la versión de cuento de hadas? -aprieto entre mis dedos el peluche de su alfombra.

-Entré a tu habitación sin que nadie se diera cuenta y te traje conmigo -se levanta y vuelve de nuevo a ponerse a mi altura-Ahora levantate y vístete rápido que voy a llegar tarde.

-¿Y yo por qué debo de hacer eso?

Me levanta de un solo jalón y me empuja a su baño. Cierra la puerta.

-Porque me vas a acompañar y una cosa más Sun-Hee... -su voz está contra la puerta- si tardas de más, entraré y te llevaré conmigo estés o no vestida.

Él había puesto un cambio de su ropa en el baño. Camiseta negra y grande, pantalones blancos, holgados y un par de lentes para sol a juego. O quería vestirme como él o había pensado muy bien las cosas anoche. Con él no se sabía cuántos pasos llevaba por delantera.

Ocho minutos después iba detrás de J-hope. A mitad de escalones nos encontramos con su hermana, Ji Woo. Esta vez no iba vestida para una escena de un K-drama, al parecer venía de hacer ejercicio. Saludó a su hermano con un beso en la mejilla y a mí me sonrío hipócritamente.

-¿A dónde van chicos?

-A un lugar, Noona. -ella espera que su hermano le diga pero J-hope la evade como un campeón- Llevamos prisa.

Asiento dándole la razón cuando me voltea a ver. Espero que ninguno de los dos vea a simple vista mis mejillas tornarse poco a poco rojas. La situación es incomoda.

-Ah ya veo. -se cruza de brazos y sonríe- Así que sí la contrataste de asistente al final de todo. Deberías de sugerirle que te espere en Hybe Labels y no llevártela desde aquí.

-Jmm, hablamos de eso luego. Ji Woo, que tengas un excelente día.

Le da una palmadita, un beso más y continúa bajando los escalones. Ji Woo me detiene por un momento. Volteo en dirección a su hermano antes de mirarla con sus ojos de víbora amenazante.

-Más te vale medir tus actos y palabras, niñita. Que no se te olvide tu lugar en esta casa. Él es un idol y tú... -toma mi camisa, la levanta un poco y con desprecio agrega- una rata.

Me avienta un beso volado y continúa subiendo hasta sus habitaciones. Me quedo ahí una vez más, agachando la cabeza ante sus palabras hirientes.

-¡Sun-Hee! -lo escucho llamarme y continúo mi marcha. Ji Woo y su mala vibra tenían que esperar en otra ocasión.

J-hope me observa al llegar a la planta baja pero no dice nada. Ya están sus guardias de su seguridad que nos esperaban. Salimos y me da el pase para subirme primero a la camioneta, esta vez no me la cierra en las narices, me ofrece su mano amablemente.

-¿A dónde vamos? -pregunto en un susurro. De inmediato emprendemos la marcha.

Adentro con nosotros iba su guardaespaldas. Ni siquiera veo que se mueva o escucho que respire. Es demasiado discreto con las distancias.

-A Hybe Labels cómo te dije antes, necesito que seas mi asistente por hoy.

-ja, ja, ja -comence a reír- ¿Estás bromeando verdad?

Él me observa achicando sus ojos y bajando sus lentes de sol. El guardaespaldas sonríe, conoce mejor a J-hope que yo (obviamente).

-No, no estoy bromeando. Tienes que pagarme la colección que rompiste de mi habitación.

¿Qué? ¿De dónde sacaba esa mentira? Cada día me sorprendía su forma de mentir a lo descarado.

-¿Qué yo hice qué?

Saca su teléfono y me muedtra un par de fotografías de un chat, en ellas se evidenciaba que "supuestamente" yo había hecho trizas dos de sus figuras y las había escondido en el sesto de basura del baño.

-Yo no hice eso J-hope, te lo juro. Jamás he tocado tu colección.

-Lo acaba de encontrar mi hermana después de que saliéramos.

Ji Woo... Esta vez se pasó.

Había cumplido su amenaza. La voy a ahorcar, le voy a sacar los ojos si es necesario.

¿Por qué lo hacía? Eso era algo que no entendía. ¿Era por qué yo era hija del amigo de su padre? ¿Era un tema de clasismo? ¿Era por qué era extranjera? Ni aunque tuvieramos las mismas raíces le caía bien.

Pero para qué me hacía la que no sabía, me lo había dicho casi al instante de conocerme. Ella espió mi teléfono. Supo que era fan del grupo de su hermano. Pensaba erróneamente que era una fan loca, cosa que no era verdad.

-No lo hice -me defiendo con la verdad.

Lo miro durante mucho rato para que entienda que lo que le habían mandado de evidencia era en realidad una completa y vil mentira manipulada por su hermana.

-Aun así, debes de pagarme las piezas.

-No tengo porqué pagarte nada porque yo no hice eso ¿Crees qué encuentro divertido romper cosas ajenas en casa ajena? Piénsalo un segundo, J-hope. ¿Qué ganaría con eso?

Él se muerde una uña y baja un poco el vidrio blindado para que entré un poco de calor y sol.

-Solo será por hoy, ya mañana veremos cómo negociamos eso -voltea a ver a su guardaespaldas- Y tú, nada de decir algo.

El sujeto asiente sin responderle. Duramos todo el resto del camino en completo silencio. Faltaba solo una vuelta para llegar al edificio de Hybe Labels, cuando volvimos hablar.

-Saldré primero y mi guardaespaldas vendrá conmigo. Me vas a esperar aquí máximo unos quince minutos ¿Entendido?

Respondo un escueto Sí y él baja de la camioneta dejándome ahí sola. Se me hizo una eternidad esperar. Mi teléfono vibra con un mensaje de él:

Ven, sube al salón de prácticas. Presenta este código QR para que te dejen entrar.

Le pregunté de inmediato:

¿Qué está pasando?

Tarda un largo minuto en respondeme:

¿Qué más puede suceder pequeña Sun-Hee? Me vas acompañar a un ensayo.

Lo dejo en visto.

Había dejado su boina en el asiento y me la coloqué muy bien en mi cabello. También me volví a poner los lentes de sol, no iba muy cubierta para pasar desapercibida. Me iba a arriesgar. Salté afuera de la camioneta y mi vista viajó a los pisos superiores, el reflejo del sol me encandiló los ojos.

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"El amor vuelve una persona loca,
La resolución de un loco,
Reemplazándome para ser mi mejor versión,
Por ti, que eres mi todo,
Estoy dándote la respuesta que encontré,
Pero lo amas,
Así que hago un esfuerzo,
Con su existencia, encuentro un nuevo sentido,
Y la noche brilla,
Ahora lo sé, incluso después de la oscuridad,
Para mí, eres la mañana." -J-hope, Outro:Her.

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