51
A la mañana siguiente, después de una noche de insomnio, decidí que no podía seguir guardando todo para mí. Aunque no sabía bien cómo empezar, lo único que quería era sacar ese nudo que sentía en el estómago. Había que hablarlo, así que mientras desayunábamos juntas en la cocina, le conté a mi abuela todo lo que había sucedido.
—Abuela, necesito hablar contigo sobre algo —comencé, mientras jugaba nerviosamente con mi taza de té. No podía evitar que mi voz temblara un poco mientras le relataba los mensajes, la llamada, y cómo J-Hope había tomado el teléfono de Jin para hacerme llegar de nuevo su contacto. Todo me sonaba aún surrealista, como si fuera una historia sacada de una película, pero era mi realidad.
—Pues, anoche me llamó. En realidad, no fue él directamente, sino que tomó el teléfono de Jin. Se hizo pasar por él, y cuando le pedí explicaciones a Jin, me dijo que había conseguido mi número porque J-Hope se había pasado por él. Y te pidió mi número... —me detuve por un momento, intentando ordenar mis pensamientos.
Mi abuela se quedó en silencio por unos segundos, sus ojos fijos en mí mientras saboreaba su sopa. Había algo en su mirada que parecía más bien una comprensión silenciosa, como si no se sintiera culpable de haberle dado mi teléfono a J-Hope. Finalmente, levantó la vista y sus ojos se encontraron con los míos, serios, pero con un toque de sabiduría y un poco de paciencia.
—Ya lo sabía —dijo, sin titubeos. Mi corazón dio un pequeño salto al escuchar sus palabras. Mi abuela siempre había sido una mujer perceptiva, pero nunca imaginé que me traicionaria de esa manera.
—¿Sabías? Le diste mi número así sin preguntar del porque —le reclamé, un tanto sorprendida. Aunque no pude evitar sentir un ligero alivio, había una parte de mí que quería entender cómo ella lo había hecho sin consultarme antes.
—Sí, querida —respondió, tomando otro sorbo de su sopa antes de seguir con sus palabras—. Yo veía cómo te afectaba. Aunque no lo dijieras, lo notaba en tus ojos, en tu actitud. Y cuando dijiste anoche que te había llamado, supe al instante que era él, no Jin. A J-Hope no le importa hacer las cosas por su cuenta, incluso si eso significa ir más allá de los límites de lo correcto. No lo conozco del todo. Pero puedo decir que es un hombre decidido, y cuando algo le interesa, no se da por vencido fácilmente. Ya lo sabías, ¿verdad?
Mi mente dio vueltas mientras digería lo que me estaba diciendo. No estaba segura de qué sentir exactamente en ese momento. ¿Y si lo que él quería era algo que yo no podía darle?
—Está enamorado de ti, Sun-Hee. Es obvio. A veces, los hombres como él no se dan cuenta de lo que sienten hasta que no lo pueden ignorar más. Pero sabes algo, cariño, él no es un hombre que se dé por vencido fácilmente. Y por mucho que lo ocultara, sus sentimientos hacia ti no desaparecen solo porque tú decidas irte o ignorarlo. Él no va a dar un paso atrás hasta que se sienta seguro de que lo has dejado atrás.
—¿Enamorado de mí? —pregunté, sin poder evitar que una mezcla de incredulidad y confusión invadiera mi voz.
Mi abuela asintió, mirando fijamente a sus manos mientras hablaba.
Mis ojos se abrieron un poco más al escuchar sus palabras. ¿Enamorado de mí? ¿Era eso lo que había sucedido todo este tiempo? ¿Era eso lo que realmente había sentido cuando le dije que no podía estar con él? Mis pensamientos se mezclaron, y por un momento sentí que la realidad se desmoronaba. Nunca había imaginado que J-Hope pudiera llegar a ese punto. Para mí, él era solo una figura distante, alguien que se había cruzado en mi vida en circunstancias que no podía controlar. Y, sin embargo, mi abuela me hacía ver que, tal vez, había algo más en su insistencia.
Pero, a pesar de todo, la pregunta seguía retumbando en mi mente: ¿realmente quería que eso fuera cierto? ¿Quería que J-Hope estuviera tan interesado en mí? Me sentí atrapada, entre mi pasado y mi presente, entre lo que había vivido con él y lo que estaba a punto de decidir.
—Pero… ¿y yo, abuela? —pregunté, mi voz temblando ligeramente mientras me enfrentaba a lo que sentía. Mi abuela se levantó lentamente de la mesa, caminó hacia el fregadero y, mientras lo hacía, me miró con una sonrisa suave.
—Solo tú puedes decidir lo que sientes, querida. Solo tú sabes si realmente te importa lo suficiente como para dejar que él entre en tu vida nuevamente. Pero no dejes que el miedo o la confusión te controlen. Haz lo que te haga sentir paz, aunque sea difícil.
Me quedé allí sentada, observando cómo mi abuela limpiaba la mesa, sus palabras resonando en mi cabeza. Mi corazón latía rápido, pero esta vez, no estaba segura de lo que realmente quería. Y mientras me preguntaba si podía dejar entrar a J-Hope nuevamente en mi vida, me di cuenta de que una parte de mí temía más que nada enfrentarse a lo que realmente sentía.
Miré a mi abuela con el corazón un poco más ligero, pero aún abrumada por todas las preguntas que rondaban mi mente. Finalmente decidí abrirme por completo y contarle todo, todo lo que había pasado con J-Hope, lo que sentía y las dudas que me estaban atormentando.
—Abuela... —comencé, mientras jugaba nerviosamente con mi taza de té, sin saber bien cómo expresar lo que llevaba dentro—. Ambos nos lastimamos en el pasado. No fue solo él... también yo. Pero, ¿sabes qué? Nunca fue una relación estable, ni siquiera cuando intentamos que lo fuera. Yo huía. Huía de él, de lo que sentía, de todo. Pero él también lo hizo... y al final, se cansó de mi actitud. De rechazarlo, de empujarlo cada vez que intentaba acercarse. Al final, él fue quien terminó todo, quien me dijo que ya no lo buscara más. Y yo... me quedé con el dolor de haberlo perdido, pero también con la culpa de haberlo empujado tan lejos.
Mi abuela me miró en silencio, con esa mirada sabia que siempre tiene cuando quiere comprenderme. Yo sabía que ella entendía mucho más de lo que decía. Había vivido su propia historia de amor, con sus propios sacrificios, y veía que estaba viendo en mí algo de su propia juventud. El amor no era algo sencillo, lo sabía perfectamente.
—Y ahora, abuela... ¿qué hago con todo esto? —pregunté, buscando respuestas, aunque sentía que las palabras que salían de mi boca ya no podían llenar el vacío que sentía dentro. Ir al concierto de J-Hope me aterraba, pero a la vez no podía ignorarlo por completo. Era él, J-Hope, Jung Hoseok, el hombre que había sido mi todo en algún momento de mi vida. ¿Debería darle una segunda oportunidad? ¿O sería un error, como todo lo demás?
Mi abuela suspiró y se levantó lentamente, caminando hacia la ventana. Parecía que estaba buscando algo en el exterior, como si esperara encontrar una respuesta en el cielo o en el sol de la mañana. Finalmente se volvió hacia mí, su mirada llena de serenidad, como si todo estuviera claro para ella.
—Cariño, el amor no es algo que puedas controlar. Siempre habrá momentos en los que te lastimes, momentos en los que te digas a ti misma que no quieres sentir, que no quieres ser vulnerable. Pero el amor verdadero, el que realmente importa, no se mide solo por la ausencia de dolor. A veces, el dolor es parte del viaje. Y lo que importa es lo que haces con él. También el amor viene desde dentro de uno, si no estás lo suficientemente amada por ti misma...
Miré a mi abuela, tratando de entender lo que estaba diciendo. No estaba hablando de que debía olvidar el dolor o evitarlo, sino de algo más profundo. Era una lección sobre la resiliencia, sobre cómo el amor podía sanar, pero también herir. De cómo mi propio amor podría florecer en el corazón de alguien más.
La abuela siguió, como si ya supiera lo que pasaba por mi cabeza.
—El problema entre tú y J-Hope no fue el amor, hija. Fue el miedo. El miedo a lo que ambos sentían, el miedo a lo que no podían controlar. A veces, cuando dos personas tienen algo tan fuerte, el miedo los separa, no el amor. Si sientes que ir a ese concierto puede sanar algo dentro de ti, que puede dar respuesta a esas preguntas que aún tienes, entonces hazlo. Pero ten cuidado, Sun-Hee. No se trata de darles una segunda oportunidad solo porque te lo pida él, o porque sientas que algo te lo exige el destino. Se trata de que tú decidas, con todo tu ser, si estás lista para enfrentarlo nuevamente, sin miedo, sin culpas, sin cargas del pasado. No te preocupes tanto por el "Qué dirán los demás”. Lo que importa es cómo tú decidas vivir y como decidas amar.
Sus palabras me calaron hondo. No me estaba diciendo qué hacer, ni me estaba diciendo que debía seguir adelante con él. Me estaba dando libertad para elegir, y eso me tranquilizó. Pero también me hizo darme cuenta de que tenía que ser honesta conmigo misma. No podía tomar una decisión basada solo en el miedo o en la inseguridad. Tenía que preguntarme si realmente estaba lista para enfrentar lo que venía, sabiendo que las cosas no siempre serían fáciles.
—¿Y si me lastimo otra vez? —pregunté, sintiendo que mi voz temblaba al decirlo. La idea de volver a sentir dolor me asustaba, no sabía si estaba dispuesta a enfrentar ese riesgo.
La abuela sonrió suavemente, como si ya hubiera anticipado esa pregunta, y me miró con ternura.
—Cariño, el amor no tiene garantías. Y si alguna vez te lastimas, eso solo significa que algo aprendiste, que te hiciste más fuerte. Porque no importa lo que pase, siempre tendrás la capacidad de sanar. El amor no es perfecto, y las relaciones tampoco lo son. Pero si estás dispuesta a darle otra oportunidad a algo que vale la pena, entonces ve. Y si no, también está bien. Haz lo que te haga sentir libre y amada.
Suspiré profundamente, asimilando todo lo que me había dicho. La verdad es que no tenía todas las respuestas, pero al menos ahora sentía que podía tomar una decisión sin cargar con el peso de las dudas. No sabía qué pasaría si me arriesgaba de nuevo con J-Hope, pero estaba lista para enfrentar lo que viniera, sin importar si me lastimaba o no. La vida seguía adelante, y yo también debía seguir adelante.
—Gracias, abuela —susurré, con los ojos brillando un poco más claros que antes. No sabía si debería ir al concierto o no, pero por primera vez, sentía que podía decidir por mí misma. Sin miedo, sin presiones. Al final, mi corazón sabría lo que hacer.
━━━━━━━━・☼・━━━━━━━━
El sol comenzaba a elevarse en el horizonte, tiñendo el cielo de un tono naranja cálido que me hizo sentir por primera vez en mucho tiempo un leve alivio. Era como si la luz de la mañana viniera a despejar mis pensamientos nublados. Mientras caminaba hacia el trabajo, las palabras de mi abuela seguían resonando en mi cabeza. Había tomado una decisión, aunque no estuviera completamente segura de todo lo que implicaba.
Antes de llegar al café, saqué mi teléfono del bolsillo y, con el corazón latiendo un poco más rápido, marqué el número de J-Hope. Esta vez, no tenía dudas. Tenía que hablar con él, aclarar las cosas de una vez por todas y saber si realmente iba a asistir al concierto, si lo que había dicho en esos mensajes era algo más que un impulso momentáneo. Sentía que era necesario para poder tomar la decisión definitiva de si yo iría o no.
El timbre sonó por un rato, y al final, una voz familiar contestó, rasposa pero cálida, como si hubiera estado esperando mi llamada.
—¿Sun-Hee? —su voz era reconfortante, pero al mismo tiempo, algo en su tono me decía que aún estaba algo fuera de lugar. Como si no hubiera dormido lo suficiente, pero su entusiasmo al escucharme seguía intacto—. ¿Estás lista para el concierto?
Mi respiración se aceleró ligeramente al escucharlo. El hecho de que estuviera tan directo me hizo sentir que, en realidad, su intención era clara.
—Sí —respondí sin pensarlo demasiado, sintiendo que lo que decía en ese momento se alineaba con lo que también quería—. Estaré ahí. Solo quería confirmarlo contigo.
J-Hope dejó escapar una risa suave, una que no pude evitar interpretar como de alivio.
—Genial, de verdad, no sabes cuánto significa para mí que vengas, ahora tengo que hacer algunas cosas —dijo, su voz ahora mucho más animada—. Nos vemos pronto, Sun-Hee. Ya estoy contando los días.
La conversación terminó rápidamente, pero el sonido de su voz aún me daba vueltas en la cabeza. Sentí que algo dentro de mí se había desbloqueado. No era solo que había tomado una decisión, sino que había elegido dejar que todo fluyera. Iba al concierto, y eso significaba que estaba dispuesta a enfrentarlo, a enfrentar todo lo que venía con esa elección, sin importar si las cosas volvían a romperse.
Con esa sensación de determinación, me dirigí al trabajo, un poco más ligera, como si el sol que brillaba tan fuerte me hubiera dado la energía que necesitaba. Cuando entré al café, vi a Lina en la barra. Al instante, su rostro reflejó una curiosidad que no pasó desapercibida para mí. Ella me miraba con una expresión de sospecha, como si hubiera notado algo diferente en mí. Y era cierto, no era la misma Sun-Hee que había estado dudando y arrastrando sus pensamientos durante los últimos días. Esta vez, sentía una resolución dentro de mí.
—¿Qué pasa? —me preguntó Lina, con una sonrisa traviesa que no podía esconder. Como si supiera que algo importante había sucedido en mi vida, aunque no sabía exactamente qué.
Me encogí de hombros con una sonrisa amplia, una que no había tenido en días.
—Nada, solo que… —me detuve por un segundo, dejando que mi entusiasmo flotara en el aire antes de seguir—. ¡Estoy feliz!
Lina se quedó completamente quieta por un momento, sus ojos se agrandaron y, nos comenzamos a reir ambas.
━━━━━━━━・☼・━━━━━━━━
Esa tarde, mientras limpiábamos las mesas al final del turno, Lina se acercó a mí con una sonrisa un tanto forzada, como si estuviera conteniendo algo importante. Cuando comenzó a hablar, su tono de voz cambió, y me sentí algo intrigada, pero traté de no mostrarlo.
—Sun-Hee… no puedo creerlo —dijo, dejando las tazas sobre la barra con un pequeño golpe. Sus ojos brillaban con una mezcla de frustración y algo más que no pude identificar de inmediato.
—¿Qué pasa? —pregunté, un poco distraída por la forma en que se comportaba.
—¡No conseguí los boletos para Lollapalooza! —exclamó, cubriéndose la cara con las manos como si estuviera a punto de soltar unas lágrimas.
—¿Lollapalooza? —pregunté, frunciendo el ceño, disimulando que no entendía lo que me decía. Intenté sonar sorprendida, aunque en realidad, mi mente ya había comenzado a hacer conexiones con lo que había hablado con J-Hope.
Lina dejó escapar un largo suspiro, luego se dejó caer en una de las sillas cercanas como si todo su mundo se estuviera viniendo abajo.
—¡Sí! ¡Lollapalooza! —dijo, claramente frustrada—. Quería invitarte, pero no los conseguí. Estaba tan emocionada por que fuéramos juntas, pero mi papá no pudo conseguirlos a tiempo. ¡Se agotaron en minutos!
Mi pulso se aceleró un poco al escuchar el nombre del evento, y cuando Lina mencionó a su papá, sentí que todo se volvía más confuso. La coincidencia con lo que J-Hope me había invitado a Chicago hace un par de horas me ponía cada vez más nerviosa.
—Vaya… qué mala suerte —dije, tratando de que mi voz sonara natural, aunque la incomodidad me recorría por dentro. Traté de mantenerme calmada, como si todo fuera ajeno a mí.
Lina me miró con ojos tristes, pero luego se repuso rápidamente.
—¡Pero no te preocupes! ¡Intentaré conseguirlos de nuevo mañana! Si no, veré qué más puedo hacer. No me voy a rendir tan fácil —dijo, levantándose con una sonrisa renovada, aunque se notaba que estaba un poco decepcionada.
—Ojalá tengas suerte —respondí, sonriendo con un toque de falsa emoción, mientras mi mente comenzaba a dar vueltas a todo lo que estaba pasando.
En ese momento, Lina cambió de tema y mencionó a J-Hope, como si nada.
—¿Sabías que J-Hope va a estar ahí? ¿Te imaginas verlo en vivo? ¡Eso sí que sería épico!
Pude sentir cómo el aire se me cortaba al escuchar su nombre, pero no podía mostrar que sabía exactamente quién era. Hacía días que había decidido hacer como si nada pasara con él, aunque todo dentro de mí me decía lo contrario.
—¿J-Hope? —pregunté, frunciendo el ceño, aunque por dentro ya me sentía totalmente incómoda—. No estoy muy segura de quién es.
Lina me miró sorprendida, como si fuera imposible que no supiera quién era, pero, por suerte, no insistió.
—¡Es un miembro de BTS! —dijo, su voz llena de entusiasmo. Luego, notó que me veía algo confundida y se rió—. ¡Vaya, Sun-Hee! Te has estado perdiendo de todo, ¿eh?
Yo solo asentí, con una sonrisa algo tensa, tratando de desviar la atención y no hacer más grande la situación. Lo último que quería era que Lina empezara a hacer conexiones con lo que realmente pasaba entre J-Hope y yo.
La conversación continuó, pero mi mente ya estaba lejos de lo que Lina decía. Pensaba en todo lo que había sucedido en los últimos días, las llamadas de J-Hope, las coincidencias y el hecho de que Lina, en su emoción por el evento, ni siquiera se imaginaba lo que estaba pasando en mi vida.
En ese momento, me di cuenta de lo difícil que era mantener la calma mientras mentía sin querer hacerlo.
Lina me miró con una expresión de total incredulidad, claramente ofendida por mi respuesta. Su mirada se fue tornando cada vez más seria, y se cruzó de brazos como si estuviera tratando de procesar lo que acababa de escuchar.
—¿Qué? —dijo con un tono de sorpresa, casi como si no pudiera creer lo que acababa de decirle—. ¿No sabes quién es J-Hope? ¡Pero si es uno de los miembros de BTS! ¿De verdad has vivido bajo una roca o qué? ¡Eres coreana y ni siquiera sabes quién es uno de los íconos más grandes del K-pop!
Mi rostro se enrojeció al instante, y no pude evitar sentir una mezcla de incomodidad y vergüenza. Intenté reponerme lo más rápido posible, pero no sabía cómo justificarme ante la reacción de Lina. Ella, por supuesto, notó mi incomodidad y continuó, cada vez más animada.
—Lollapalooza es uno de los festivales más grandes de música en todo el mundo, y ¡J-Hope va a hacer su debut en solitario allí! ¿No puedes creerlo? Va a presentar su nuevo álbum, ¡y es como un sueño hecho realidad! Es un momento histórico para los fans de Bangtan, y especialmente para J-Hope. ¡Es tan emocionante!
Mi mente giraba a mil por hora mientras escuchaba a Lina explicar todo sobre el evento, pero me costaba concentrarme en sus palabras. Lo único que resonaba en mi cabeza era lo que había dicho sobre J-Hope, sobre su debut en solitario y cómo su nombre seguía apareciendo en todas partes de mi vida.
Lina, al ver que yo aún no mostraba demasiada reacción, añadió:
—¡Deberías estar tan emocionada, Sun-Hee! Este es un evento único, y si tienes la oportunidad de verlo, ¡sería increíble! Todo el mundo lo está esperando.
Me sentí atrapada en ese momento. Por un lado, no quería parecer desconectada de la cultura que compartimos, y por otro lado, no sabía cómo explicarle a Lina lo que realmente estaba pasando entre J-Hope y yo. El hecho de que estuviera tan cerca de ella, de manera tan casual, solo me hacía sentir más nerviosa.
Intenté cambiar de tema, pero no pude evitar que mi voz temblara un poco.
—Suena... interesante —dije, forzando una sonrisa, pero sentía que mi mente no estaba en el mismo lugar que mi cuerpo.
Lina me miró fijamente durante unos segundos, como si intentara leerme, pero luego se dio cuenta de que yo no estaba completamente dentro de la conversación.
—¡No te preocupes, Sun-Hee! Si no sabes mucho sobre J-Hope, puedo explicártelo todo más tarde. Pero en serio, ¡no puedes dejar pasar esta oportunidad! ¡Es el momento de tu vida!
Aunque su entusiasmo era palpable, por dentro me sentía completamente fuera de lugar. ¿Qué iba a hacer si Lina descubría más de lo que estaba ocultando sobre J-Hope? ¿Y cómo podría seguir actuando con normalidad cuando todo dentro de mí ya estaba revuelto por su regreso a mi vida?
Lina, siempre llena de energía y ganas de compartir sus pasiones, me miró con una sonrisa traviesa cuando mencionó algo que me dejó completamente desconcertada.
—¡Tenemos que hacer una pijamada en mi casa esta noche! —dijo con entusiasmo, casi como si estuviera planeando un evento importante—. ¡Así podremos ponernos al corriente de todo lo de BTS! Podrás entender todo lo que te he estado contando, y prometo que te haré una introducción completa a su mundo.
Pero entonces, de repente, su expresión cambió, y me lanzó una mirada llena de emoción, como si hubiera tenido una revelación.
—¡No! —exclamó con un brillo en los ojos—. ¡La pijamada será en tu casa, Sun-Hee! Vamos a ver todo lo de BTS ahí. Estoy segura de que tu abuela no tendrá problema, ¿verdad?
Mis ojos se abrieron un poco, sorprendida por el cambio tan repentino de planes.
—¿Qué? —respondí, confundida—. ¿En mi casa? Pero... no sé si mi abuela estaría de acuerdo, y... no creo que sea buena idea.
Pero Lina, decidida como siempre, se acercó a mí, envolviéndome con su energía inconfundible.
—¡Ay, no te hagas! —dijo mientras se pegaba a mi brazo, insistente—. ¡No seas aguafiestas! Tu abuela es súper genial, seguro que no le importa. Además, quiero que conozcas a BTS de una manera divertida, y no hay mejor lugar para hacerlo que en tu casa. Además no sé dónde vives, así puedo conocerla.
Por más que traté de decir que no, mi resistencia se desmoronó ante su entusiasmo. No podía negar que, de alguna manera, su propuesta me hizo sentir un poco nerviosa, pero también algo emocionada por la posibilidad de pasar un rato divertido con ella. Al final, accedí, aunque mi cabeza estaba llena de dudas.
━━━━━━━━・☼・━━━━━━━━
"Nosotros vivimos lejos el uno del otro,
Hoy también me siento solo,
Quiero verte,
Las noches que estoy solo me siento innecesariamente solitario,
Con esta distancia mi corazón se abre más,
Se siente irritante cuando escucho rumores sobre ti,
Me siento frustrado a medida que pasa el tiempo,
Suspiro muchas veces,
Oh nena, tu sonrisa sigue estando aquí,
Incluso si estamos separados mis sentimientos,
Son los mismos, nosotros siempre estaremos juntos." —For you, BTS.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top