47

Desperté de golpe, como si la realidad me golpeara con fuerza. La brisa fría me recorrió la piel al darme cuenta de que ya no estábamos en ese lugar, en ese sueño surrealista. Me encontraba tirada en el sofá, con una manta sobre mis piernas y una sensación extraña en el pecho.

Hoseok estaba de pie junto a mí, su rostro preocupado, sus ojos buscando respuestas.

-Sun-Hee, ¿estás bien? -Su voz sonaba suave, pero había una urgencia palpable en su tono.

Me froté los ojos, aún aturdida, tratando de comprender lo que estaba sucediendo. La confusión me envolvía. El sueño había sido tan vívido, tan real, que casi podía jurar que todo había sucedido de verdad. Pero al mirarlo, al ver la expresión de Hoseok frente a mí, me di cuenta de que había estado fuera de todo eso. De que solo había sido una fantasía, un deseo que se había manifestado en mi mente, pero nada más.

-Yo... -No sabía qué decir. Mi garganta estaba seca, y mis pensamientos se entrelazaban como hilos rotos. Miré a Hoseok y, luego, a Yoongi, que estaba en el borde del cuarto, observando con una expresión que no podía descifrar.

-¿Estás bien? -insistió Hoseok, con una suavidad que no me esperaba, dado lo que había sucedido antes en la noche.

Sentí como si todo lo que había estado sucediendo, esa montaña rusa de emociones y deseos, fuera ahora un muro impenetrable entre nosotros. Me senté con lentitud, buscando asimilar lo que había pasado y lo que aún estaba por venir.

-Solo fue un mal sueño, Hoseok. -Susurré, aunque mi voz temblaba al decirlo. No quería que supieran lo que había sentido, lo que había imaginado. No quería que ellos dos supieran cuán profundamente me había perdido en esa fantasía.

El calor subió por mi cuerpo, esperaba no haberme puesto roja de un momento a otro.

Él me observó por un instante, su expresión indecisa, y luego se sentó a mi lado.

-¿Estás segura? -preguntó, sin desviar la mirada.

Yoongi no dijo nada, pero su presencia en el cuarto era lo suficientemente pesada como para hacerme sentir aún más vulnerable. El silencio entre nosotros tres era casi palpable, como una cuerda tensa que se podría romper en cualquier momento.

-¿Cuánto tiempo me quedé dormida? -Suspiré, buscando las palabras adecuadas. -Fue solo un sueño...

Pero en mi interior, algo me decía que no era tan sencillo. Ese "sueño" había tocado partes de mí que no quería admitir. Había deseos ocultos, sentimientos que se entrelazaban con lo prohibido.

La adrenalina iba bajando de mi cuerpo por aquel sueño que estaba esperando que inevitablemente llegara a mí la culpa.

-Entonces... -dijo Hoseok, su voz más tranquila ahora- ¿no vas a hablar con él?

Yoongi apenas se movió, pero podía sentir la tensión creciente entre él y yo. No sabía hasta que punto me había quedado dormida y que fue lo último que hablamos. Me sentía muy confundida.

Y también me sentí perdida, atrapada entre dos mundos: el de mis deseos y el de la realidad que me envolvía.

No estaba lista para responder, así que simplemente me quedé en silencio, mirando al frente, esperando que el tiempo me diera las respuestas que no podía encontrar por mí misma.

-¿Por qué estaban discutiendo?

Pregunté extrañada de que no estuvieran heridos.

Ellos me miraron sin comprender.

-No hemos discutido. Te quedaste dormida y yo también pero me despertó la alarma que puse. Mira.

Me mostró su teléfono, aún llevaba una foto mía de fondo de pantalla, la que me había hecho en el probador de la tienda hace ya tanto tiempo que me pareció una eternidad.

-Al parecer bebiste de más y tienes resaca. -Dijo Yoongi. Su voz se notaba ronca pero más tranquila.

Entonces había soñado también su pleito. Es increíble lo que el alcohol me podía hacer a mi mente.

-Creo que algo tenía tu vodka, Yoongi. -dije entre risa, aún intentando quitarme la sensación de confusión que me invadía.

Ambos se rieron, pero noté que sus sonrisas eran forzadas, como si aún hubiera algo no dicho flotando en el aire entre nosotros tres. Yoongi me miró con una leve sonrisa, pero sus ojos no estaban completamente tranquilos. Hoseok, por su parte, parecía más relajado, aunque no podía dejar de notar cómo se pasaba las manos por el cabello de forma distraída.

-Quizás fue solo el exceso de alcohol y el cansancio -comentó Yoongi, encogiéndose de hombros mientras se dejaba caer en el sillón a un lado mío-. A veces las cosas se mezclan en la cabeza y se nos va de las manos.

-Definitivamente -añadió Hoseok, mirando el reloj de su teléfono-. Ya es tarde. ¿Te sientes mejor?

Asentí, aunque no estaba completamente segura de qué era lo que realmente había sucedido entre nosotros tres. Los recuerdos del "sueño" seguían nublando mi mente, pero no quería darles más vueltas. Estaba bien, al menos en apariencia, y no quería empeorar las cosas con más preguntas.

-Sí, me siento mejor, gracias. -Respondí, sonriendo tímidamente, como si esa simple frase pudiera borrar todo lo que había pasado.

Los dos se miraron entre sí, como si tuviéramos un pequeño acuerdo tácito de seguir adelante con la noche y evitar las complicaciones.

-Bueno, si te sientes mejor, tal vez podríamos hacer algo para despejarnos -sugirió Hoseok, levantándose y estirando los brazos-. ¿Qué tal una película o algo tranquilo? Yo no tengo ganas de salir aún.

Yoongi asintió, aunque su mirada parecía perdida, como si estuviera pensando en algo más profundo.

-Lo que sea, solo... ¿quieres que te traiga agua o algo más para la resaca? -dijo, levantándose también. Su tono era más suave ahora, como si algo en él hubiera cambiado.

Yo me sentí un poco más aliviada por la forma en que trataban de darle normalidad a la situación. Quizás estaba exagerando todo en mi mente, tal vez no había nada tan serio como pensaba. Pero la sensación de confusión seguía allí, como una sombra detrás de cada palabra, como si no pudiera dejar ir lo que había sentido.

-Sí, agua estaría bien, gracias -respondí, sonriendo débilmente mientras me acomodaba mejor en el sillón.

Mientras Yoongi se dirigía a la cocina, Hoseok se quedó en silencio, mirando por la ventana con una expresión pensativa. Sentí que había algo más entre nosotros, algo que no se podía ignorar, pero no supe cómo abordarlo sin causar más caos.

La noche seguía, y aunque había risas y palabras amables, un sentimiento extraño flotaba en el aire. Algo había cambiado, pero no sabía cómo ni por qué. Todo lo que sabía era que mis pensamientos seguían divagando hacia la noche que había tenido, hacia esos momentos con los dos que no podía borrar tan fácilmente.

Y entonces, cuando Yoongi regresó con el agua, lo único que pude hacer fue tomar el vaso con una mano, mientras la otra se apretaba con nerviosismo en el borde del sillón.

-Creo que mejor salgo a caminar. -Comentó Yoongi después de un rato de ver qué la película comenzaba.

-Aún no amanece del todo. Le respondí de inmediato.

-Mejor, así evito las miradas y llamar la atención.

Yoongi se levantó del sillón, mirando por la ventana como si su mente estuviera en otro lugar, lejos de la habitación, de nosotros, de todo lo que nos rodeaba.

-No hace falta, Yoongi -dije, pero mi voz sonó más preocupada de lo que hubiera querido. Sabía que algo lo incomodaba, algo lo estaba molestando más de lo que decía.

Él se giró hacia mí, sus ojos llenos de una mezcla de tristeza y determinación.

-No quiero estar aquí ahora, Sun-Hee. No es sobre ustedes, pero a veces... necesito estar solo para ordenar mis pensamientos. -Hizo una pausa, como si esperara que lo entendiera, como si esa pequeña explicación bastara para hacer desaparecer la tensión.

Hoseok, que hasta entonces había estado en silencio, miró a Yoongi, evaluando sus palabras, pero no dijo nada. Estaba claro que la situación entre los tres no era sencilla, y ahora, con esa declaración de Yoongi, todo parecía aún más turbio.

-Está bien, si realmente lo necesitas -respondí con un suspiro. No quería insistir, no quería hacerlo sentir más incómodo de lo que ya estaba. Al final, sabía que tenía que respetar su espacio, aunque no dejaba de preguntarme qué pasaba en su cabeza.

Yoongi asintió lentamente y, sin decir más, se acercó a la puerta. Justo cuando la abrió, se volvió a mirar hacia mí, sus ojos buscando los míos, y me hizo un pequeño gesto con la cabeza. Algo en su mirada me decía que no era un adiós definitivo, solo un pequeño intervalo de tiempo.

-Volveré pronto. -Sus palabras fueron sencillas, pero había algo en su tono que las hizo resonar en mi mente.

Cuando la puerta se cerró tras él, el silencio llenó la habitación. Hoseok y yo nos quedamos allí, sin saber muy bien qué hacer. Algo en el aire había cambiado. No podía evitar sentir que Yoongi se alejaba, pero al mismo tiempo, me preguntaba si esa distancia no era lo mejor para todos. No podía seguir enredada en esta maraña de sentimientos, por más que mi corazón me gritara lo contrario.

-¿Qué va a pasar ahora? -preguntó Hoseok, como si hubiera leído mis pensamientos. Estaba claro que ambos estábamos en un punto en el que no sabíamos hacia dónde nos dirigíamos.

Yo tomé un largo respiro y me apoyé en el respaldo del sillón.

-No lo sé. Pero solo puedo seguir adelante. -Mi voz salió más firme de lo que me sentía en ese momento.

Hoseok se acercó y me miró fijamente.

-Vamos a dormir.

Hoseok parecía agotado, sus ojos algo hinchados, pero su sonrisa seguía siendo cálida. Miró hacia la habitación y luego hacia mí, como si estuviera considerando la oferta, pero en su rostro se reflejaba la necesidad de descansar, de encontrar algo de paz en medio de todo lo que había sucedido.

-¿Estás segura? -preguntó, su voz un poco rasposa, pero suavemente.

Asentí, mientras me levantaba del sillón y me acercaba a la puerta de la habitación.

-Sí, si necesitas descansar, es lo menos que puedo hacer por ti después de todo lo que hemos vivido esta noche. -Le sonreí, intentando que mi tono sonara más tranquilo de lo que realmente sentía en ese momento. Había mucho en juego, demasiadas emociones y decisiones a tomar, pero la compañía de Hoseok, por lo menos por un rato, me parecía lo más sensato.

Hoseok caminó lentamente hacia la habitación, su figura algo encorvada por el cansancio. Cuando entró, se dejó caer suavemente sobre la cama, como si todo el peso del mundo cayera sobre él en ese instante. Me senté a su lado, sin saber qué decir, pero con la sensación de que las palabras en ese momento no importaban tanto como estar allí.

-¿Te sientes mejor? -le pregunté en un susurro, mirando cómo cerraba los ojos por un momento.

-Un poco... -respondió sin abrir los ojos, su voz un susurro también. -Solo necesito dormir. Todo esto me ha dejado exhausto.

Lo observé un momento más, con la preocupación reflejada en mi rostro. Hoseok había estado tan centrado en Yoongi, en mí, en todo lo que estaba sucediendo, que no me sorprendía que estuviera tan cansado. Aunque nunca lo dijiera en voz alta, estaba claro que cargaba con más de lo que mostraba.

-Me quedaré aquí. No quiero que estés solo, no después de todo. -Mi voz sonó firme, más para tranquilizarme a mí misma que a él. Pero Hoseok asintió ligeramente, y cerró los ojos, dejándose llevar por el cansancio.

La habitación quedó en silencio. El aire estaba cargado de pensamientos no dichos, pero la paz de su respiración profunda comenzó a llenar el espacio. No me atreví a moverme, solo me quedé allí sentada al borde de la cama, observando cómo descansaba. Era una sensación extraña, sentirnos tan cerca en medio de toda la confusión que aún nos rodeaba.

Pero en ese momento, por alguna razón, todo se sintió menos pesado. Tal vez el sueño, la cercanía, o la simple necesidad de estar juntos en medio de un caos emocional, nos daba la calma que no habíamos podido encontrar durante todo el día.

El silencio entre nosotros no era incómodo, al contrario. Era un alivio, como si, por una noche, los dos pudiéramos encontrar un respiro en la tormenta.

━━━━━━━━・☼・━━━━━━━━

Era ya mediodía. Lo supe por el sonido del tráfico allá afuera en la gran ciudad.

Y curiosamente no había ruido adentro, en la casa. Y la cama estaba vacía. Me levanté de un salto y fui a buscarlo. No estaba. Regresé a la cama y busqué entre las sabanas pero tampoco tenía una nota. Justo cuando iba a salir corriendo a buscarlo la puerta de la habitación de enfrente se abrió y Yoongi salió.

Apareció en la puerta, con el cabello algo desordenado y la mirada un poco cansada, pero al verme se detuvo un momento, como si esperara algo. Su expresión era más tranquila de lo que había estado en las últimas horas, pero había algo en su postura que me hacía dudar de lo que había estado haciendo.

-¿J-Hope no está? -pregunté, aún algo desorientada, con la sensación de que algo había cambiado.

Yoongi me miró con una ligera sonrisa, aunque no lograba esconder del todo el cansancio en sus ojos.

-Se fue a dar una vuelta. Dijo que necesitaba algo de aire fresco. -Su tono era tranquilo, casi como si la situación fuera más sencilla de lo que en realidad era.

Mi corazón latió un poco más rápido al escuchar su respuesta. No sabía qué pensar sobre la situación. Todo había sido tan intenso la noche anterior, tan cargado de emociones, y ahora Hoseok se había ido sin decir nada. Sentí una pequeña punzada en el pecho, como si algo no estuviera bien.

-¿Estás bien? -preguntó Yoongi, dándose cuenta de que algo no estaba en su lugar. Su voz sonaba tranquila, como si quisiera asegurar que yo no estuviera pasando por lo mismo que ellos.

Asentí sin decir mucho, pero mi mente estaba corriendo, intentando dar sentido a todo lo que había sucedido, a todo lo que estaba por venir. Me quedé en silencio, mirando al suelo, mientras intentaba ordenar mis pensamientos.

-Creo que deberíamos hablar, ¿no? -dijo Yoongi, interrumpiendo mi espiral de pensamientos. Su tono era serio, pero había un leve toque de preocupación en su mirada. -Sobre todo lo que pasó anoche.

Levante la vista, y vi que su mirada se mantenía fija en mí, esperando una respuesta. Sabía que las palabras que dijera en ese momento cambiarían las cosas, pero no sabía por dónde empezar.

-Sí... -respondí finalmente, mi voz temblorosa. -Necesito entender qué está pasando entre nosotros.

Yoongi asintió lentamente, como si hubiera estado esperando esas palabras. Caminó hacia mí y se dirigió a la pequeña sala.

-Tu me gustas, eso no va a cambiar de la noche a la mañana Sun-Hee. -dijo mientras tomaba asiento en el sillón.

Me sonroje cuando lo dijo tan directo.

-Y yo amo a Hoseok y él me ama a mí.

-Lo sé. Por eso creo que es conveniente que me retire de entre ustedes. Creo que deberíamos de evitarnos Sun-Hee. Tengo que aprender a olvidarte y a no necesitarte como lo estoy haciendo ahora.

-¿Crees que deba de alejarme de ambos?

Frunció el seño. Como si mi pregunta fuera hecha por un extraterrestre.

-¿Acaso eres fanática del dolor Sun-Hee? ¿O por qué sugieres una solución tan extremista?

Sus ojos se volvieron a mi rostro, su expresión era neutral, casi fría.

-No lo soy y creo que es una opción entendible. Hoseok tendrá que hacerse cargo de su álbum y de más trabajo y yo...

-¿Decidiste abandonarme Sun-Hee?

Su voz me sobresaltó. No me había percatado de que había llegado.

Yoongi se cruzó de brazos. Yo miré a J-hope como si me hubiera atrapado haciendo una travesura.

-No, no es eso. Es que yo debo también de hacerme cargo de mi vida, estudiar, conseguir un empleo. Estar con mi abuela.

-Creo que es una buena decisión, Hobi. Es mejor poner distancia de por medio en estos momentos. Estar enfocados cada quien en sus pendientes y luego...

Yoongi no terminó la frase. La dejó al viento. Pero sabía lo que iba a decir.

...Y luego pueden vivir felices por siempre.

-Creo que no estamos pensando con claridad ninguno de los tres. Vayamos a tomar algún café y comer algo.

-Paso -Dijo Hoseok. -Vengo de correr y necesito una ducha y luego arreglar mis vuelos de regreso ¿Tu también ya te regresas no es así Yoongi?

-Si, pero ya arreglé mis vuelos a Japón.

De pronto se habían desviado del tema, dejé que lo hicieran.

-Entonces vayan los dos. -respondio J-Hope -Lleva a Sun-Hee a tomar un café y a comer algo delicioso.

Yoongi miró a Hoseok con una ligera duda, como si no estuviera completamente convencido de la idea. Pero al final, asintió lentamente.

-Está bien. -dijo, su voz aún algo vacilante. Se volvió hacia mí y me miró con una mezcla de calma y tensión. -Sun-Hee, si quieres salir, está bien. Tal vez un cambio de ambiente nos ayude a todos a pensar con más claridad.

Me quedé un momento en silencio, mirando a ambos. La idea de salir me parecía una distracción momentánea, pero también sentía que algo dentro de mí me decía que necesitaba ese respiro. Yoongi parecía más tranquilo ahora, pero había algo en sus ojos que me indicaba que aún no estaba en paz con la situación. Hoseok, por su parte, no decía mucho, pero la tensión en su rostro era evidente.

-Vamos, entonces. -respondí finalmente, tratando de sonar decidida, aunque la verdad era que no estaba tan segura de nada.

Mientras Yoongi y yo nos dirigíamos hacia la puerta, Hoseok se quedó atrás, su mirada perdida en algún punto en el horizonte. Sentí una extraña punzada de culpabilidad al verlo tan distante, pero sabía que no era el momento para hablar. Aún no.

Salimos del apartamento y nos dirigimos al café más cercano. El aire fresco de la ciudad me envolvía, pero no lograba despejar mi mente. Las palabras de Yoongi seguían resonando en mi cabeza. "Tengo que aprender a olvidarte". Sentí una presión en el pecho. ¿Cómo se suponía que iba a olvidarlo todo? ¿Cómo podía aprender a ignorar lo que sentía?

Yoongi caminaba junto a mí, sin decir mucho, pero su presencia era reconfortante. No sabía si eso era lo que quería, pero al menos, por ese momento, no me sentía tan sola.

Entramos en el café, y Yoongi se pidió un café americano helado, mientras yo pedía un café con menta. Nos sentamos en una pequeña mesa para dos frente al ventanal.

Yoongi giró lentamente la taza de café entre sus manos, mirando el líquido oscuro con una expresión pensativa. Sus hombros estaban relajados, pero había algo en su rostro que revelaba el peso de lo que estaba a punto de decir. Finalmente, levantó la mirada y nuestros ojos se encontraron.

-Sun-Hee, he estado pensando mucho en esto. -Su tono era calmado, pero directo. -Y creo que es hora de que tomemos caminos diferentes.

Parpadeé, sorprendida por la franqueza de sus palabras, pero no lo interrumpí. Quería escucharlo, entenderlo.

-Al principio, pensé que lo que sentía por ti era algo profundo, algo que no podía controlar. -continuó, manteniendo la mirada fija en mí. -Pero ahora, después de todo lo que ha pasado, creo que solo fue un capricho. Una parte de mí aferrándose a algo que nunca estuvo destinado a ser.

Sentí un leve nudo en el pecho, pero no por tristeza, sino por la claridad que había en su voz. Él estaba en paz con lo que decía, y eso me dio fuerzas para aceptar sus palabras.

-¿Por qué crees que fue un capricho? -pregunté suavemente, más por curiosidad que por contradicción.

Yoongi se encogió de hombros ligeramente, como si estuviera respondiendo a una pregunta que ya se había hecho a sí mismo varias veces.

-Porque lo que siento no es suficiente para querer quedarme. -dijo con honestidad. -No puedo compararlo con lo que tienes con Hoseok. Lo veo en cómo lo miras, en cómo hablas de él, y sé que yo nunca ocuparé ese lugar en tu vida.

Asentí lentamente, permitiendo que sus palabras se asentaran. No había enojo ni resentimiento en su voz, solo aceptación.

-Yoongi, agradezco que me lo digas de esta forma. -respondí con sinceridad. -Nunca quise hacerte daño ni que sintieras que eras menos importante.

Él sonrió levemente, aunque había una melancolía en sus ojos.

-Lo sé. Y tampoco quiero que pienses que esto es algo doloroso para mí. Es más bien un alivio. Entender mis propios sentimientos me ha dado claridad, y ahora puedo enfocarme en lo que realmente importa en mi vida.

Hizo una pausa, como si estuviera decidiendo si debía continuar. Finalmente, añadió:

-No me malinterpretes, siempre te voy a apreciar. Pero creo que estar cerca de ti solo nos haría daño a ambos.

Tomé un sorbo de café, dejando que sus palabras flotaran en el aire. Había una madurez en lo que decía, una decisión bien pensada que no podía cuestionar.

-Entonces, ¿esto es un adiós? -pregunté con calma, sin amargura.

-Por ahora, sí. -dijo él, inclinándose hacia atrás en su silla. -Tal vez en el futuro podamos hablar de nuevo, como amigos. Pero ahora mismo, necesito centrarme en mí mismo, en mi música, y tú necesitas hacer lo mismo.

El silencio que siguió no fue incómodo, sino necesario. Ambos estábamos procesando el cierre de una etapa, un capítulo que había llegado a su fin.

━━━━━━━━・☼・━━━━━━━━

"Los días en el que solía estar intoxicado con tu aroma todo el día,
Recuerdo que elegimos romper, después de prometernos un futuro juntos,
Mientras bebo este café de menta, que solía gustarte, pienso en ti, retrocedo a esos momentos,
Mucho tiempo ha pasado y estos días a veces, te extraño, me pregunto, ¿porque?" -J-Hope, Coffee.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top