28

A medianoche el pronóstico del tiempo de mi teléfono daba una temperatura agradable para el siguiente día, con veintitrés grados centígrados, viento leve y pocas nubes en el cielo azúl.

Se esperaba un día soleado y espectacular en Chuncheon.

Pero todo lo vi sombrío cuando me fui a dormir. J-hope había regresado tiempo después de la escena dramática de la cena. Lo vi pasar de largo por nuestra habitación pero luego regresó y nos dio las buenas noches a mi abuela y a mí y nos pidió disculpas en nombre de su hermana por tratarnos de esa manera.

Quise levantarme e ir corriendo a sus brazos pero mi abuela me detuvo con la mirada. Debía de dejarlo solo. Así que volvimos a dormir separados, como antes.

Por la mañana, muy temprano, subí a hurtadillas los escalones y fui directo a su habitación. Queria hablar con él y saber si estábamos en buenos términos o tendría que pretender en el día de campo que no nos conocíamos. Pero encontré su cama vacía y con las sábanas intactas. Quizás ya se había ido directo a recoger a Suga.

Así que bajé a la cocina con el estómago revuelto y una mochila ya cargada a mi espalda para un día en el campo con los demás integrantes.

Había invitado a mi abuela de último momento pero ella no quería ser una carga para los jóvenes. Le dije que no dijera eso que ella no era nada de eso, que al contrario me vendría bien tenerla junto a mí. Pero ella se opuso rotundamente. Además quería descansar y hacerle una videollamada al tío Benjen, pues hacía tiempo que no sabíamos nada de él y nuestra casa en América.

Estábamos hablando de eso cuando Jungkook dió un brinco en la entrada de la cocina. Su sonrisa apareció al vernos reaccionar con un susto.

-No pretendía asustarlas, damas -levantó sus manos cubiertas con guantes negros- me disculpo. Pero ya es un poco tarde -miró su reloj deportivo de su muñeca izquierda- ya los otros nos estarán esperando señorita Kim Sun-Hee.

-Ah, sí -me levanté del banquito de la isla y le di un beso de despedida a mi abuelita- vendré más tarde abuelita ¿Segura que estarás bien aquí?

-Aaaamm, al parecer nos quedaremos hasta por la tarde de mañana -anunció Jungkook.

Fue entonces que me percaté que llevaba una gran mochila negra en su espalda, de ella colgaba un casco de motociclista y llevaba otro en una mano. Se dio cuenta de mi inspección y me tendió el casco.

-Ue, ue ¿Por qué me das esto? -le di vueltas para verlo mejor- ¿No se suponía que iríamos en tu automóvil?

-Un ligero cambio de planes, ayer me dieron un permiso único y especial... y un tanto ilegal para conducir mi nueva motocicleta -JK, me sonreía mientras me guiñaba un ojo- Espero y no sea un inconveniente para usted. Igual irá un escolta detrás de nosotros por nuestra seguridad.

Escuché la risita de mi abuelita a mis espaldas. Cuando me giré ella se escondió bebiendo su taza de café.

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El gran motor rugía cómo un animal salvaje al fin liberado en su hábitat natural.

Traté de no gritar de emoción cuando JK aceleró una vez alejados de las avenidas de la ciudad y liberados en la carretera, el viento no era frío, era cálido y pude sentir su corazón latir a través de su chamarra de cuero.

El paisaje iba cambiando con suavidad en cada curva que dábamos. Los árboles verdes y los pastizales con pequeñas flores silvestres eran dignos de pintarse en un lienzo blanco. Las montañas a lo lejos nos esperaban y mi corazón dolió al descubrir que quería que Jungkook fuera más de prisa. Necesitaba con urgencia ver los ojos y sonrisa de Jung Hoseok para despejar mi tristeza.

Aún así llegamos más rápido de lo que imaginé.

Esta era una de esas ocasiones (ocurridas más frecuente en estos días) en las que, la realidad chocaba con la ficción o viceversa. Íbamos a pasar un momento agradable en Lake 192 pero por todos como conocida como la casona de campo de In the Soop. Pero a diferencia de aquel programa de los chicos, no habría cámaras, ni el personal revoloteando por aquí cerca.

Jk me ayudó a bajar de la motocicleta, pues sentía mis piernas entumecidas por el trayecto de casi hora y media que recorrimos. Se ofreció a llevarme en brazos si era necesario a lo que yo negué. Entonces me dejó a mitad de camino de la entrada y se fue a estacionar la motocicleta a otro lado donde no obstruyera el paso.

Me detuve un momento para admirar los alrededores, mis fueron de forma inevitable al gran lago que teníamos al frente.

-¡Sun-Hee! -gritó Taehyung, saliendo de una de las casas y agitando la mano al viento- ¡Ya repartimos las habitaciones! ¿A qué no adivina con quién le tocó?

Me fui acercando hasta él con mi equipaje.

-Vamos, le ayudo a meter sus cosas adentro y le decimos. Estamos tomando un pequeño refrigerio antes de la primera comida del día.

-¿Ya llegaron todos? -pregunto caminando a su lado. Él se ofrece a llevar mi mochila, se la entrego con duda. -No, yo puedo sola. No quiero molestar con su amabilidad.

Él me miró de forma seria para luego romper el silencio con una risita.

-No diga eso, es nuestra invitada de honor. Y respondiendo a su primera pregunta, pues si, ya todos estamos aquí.

-Oh -entonces J-hope también ya había llegado antes que nosotros.

Nos detuvimos en la puerta de cristal, para que alguien nos abriera. Fue Jimin, quién traía ya un micrófono en mano. Adentro todo era risas y cantos. Alguien estaba en el piano, Yoongi. Estaba tan concentrado que ni siquiera se molestó en abrir sus ojos para ver quién había entrado.

La segunda voz era Jin pero la risa era proporcionada por J-hope. Me vió y no dudó en venir a saludar, se levantó de su lugar en una almohada en el suelo y para sorpresa mía me dio un gran abrazo. El silencio sé hizo de inmediato.

Fueron segundos donde me sentí enrojecer por completo, sentía el corazón en los oídos. Me traté de alejar un poco, él lo notó pero continuó apretándome a su costado.

-Bien, creo que es un gran momento para anunciar esto ¿No crees? -se giró a verme, me tomó de la mano y enrrojeci aún más.

Namjoon sonrió de forma cálida en el suelo, dónde supongo estaban todos comiendo fruta al rededor de una mesita baja, antes de nuestra llegada. Jungkook entró por una habitación en la parte de atrás ¿O venía de la cocina? Llevaba ya un gran trozo de sandía en su mano. Se había despojado de su chamarra de cuero y ahora solo llevaba sus pantalones y una camiseta negra.

Jin, Tae y Suga se pusieron de pie a un lado de la mesa para prestarnos atención.

-¿Qué quieres anunciar J-hope? -dijo JK con un poco de sandía aún en su boca y acercándose más al círculo de reunión.

-Pues nada del otro mundo -comenzó J-hope... Yo no sabía dónde esconderme. Así que bajé la mirada. -Tal vez no lo sabían pero la señorita Kim Sun-Hee ha estado quedándose ella y su abuela unos días en la casa de mis padres.

-¡Lo sabía! -se auto-felicitó Seokjin con voz alta- por eso actuaban tan extraños cuando estaban en la misma habitación.

-Yo también lo sabía, Hyung -dijo Jimin, encogiéndose de hombros- era obvio, fue su invitada la noche de la fiesta.

-Yo lo supe hasta aquella noche, J-hope -mencionó Suga y se volvió a sentar frente al teclado musical- su abuela me lo contó. Después ella me lo confirmó más tarde.

-¿Alguien en esta habitación no lo sabía? -preguntó Jin.

-Yo -dijo Jungkook- aunque lo supuse porque hoy fui por ella para venir hasta acá. Así que fui el último en saberlo. ¿Qué hay de ti, Taehyung?

-Jmm -se llevó una mano a su mentón y lo pensó el interrogado- lo supe por boca de la señorita Kim Sun-Hee. En la fiesta.

No lo podía creer... Traté de que no se me viera lo sorprendida que estaba de que todos ya supieran eso.

-Bien, ya todos lo sabíamos J-hope. ¿Cuál es el punto de preguntarlo? -lo animó Namjoon.

J-hope respiró profundo y apretó más mi mano. La pregunta de Namjoon no tenía porqué hacerse, pensaba. Ya teníamos suficiente atención.

-El punto es que estoy aquí -interrumpí antes de que dijera algo de lo nuestro- y agradezco a todos por su hospitalidad. Espero pasar un momento agradable con todos ustedes.

Me solté de la mano de J-hope y di una inclinación de agradecimiento. Todos se me quedaron viendo, hasta que Jimin soltó una carcajada y me impidió abandonar la habitación como un ciervo asustado. Me guío con una sonrisa y su cálida mano en mi espalda a sentarme a su lado para probar el ponche de frutas que habían preparado Suga y Jin.

Todos volvieron a hacer sus cosas después de aquella extraña escena; Namjoon se disculpó y subió a su habitación en el segundo piso. Jungkook había terminado de comer sandía y ahora estaba discutiendo con Taehyung sobre si ir o no a dar un paseo. Jungkook se decidió por mejor ir preparando la leña para la noche de cena a la parrilla en el exterior.

-Bien, iré ayudarle a Jin y Jungkook con la leña -se ofreció J-hope y siguió a sus hermanos a la parte externa de la casa.

Quise volver a ver su cara pero temía ver su reacción a lo que había dicho. Lo más probable es que estaba que echaba chispas.

En la habitación solo quedamos Taehyung, Jimin y Suga. Este último paró de tocar en el piano y se sentó a un lado de mí en un pequeño sillón puff. Cerró sus ojos y cruzó sus brazos. Se le veía cansado.

-¿Les apetece jugar al Uno? ¿A la botella?-ofreció Taehyung ante el silencio del lugar- he entrenado más las reglas del Uno desde hace algunos meses y podría ganarles a ustedes dos.

Jimin despegó su mirada de su teléfono y asintió: -¿Hay apuesta? Si la hay ¿De cuánto?

A lo que Taehyung sonrió de oreja a oreja: -El que pierda confezara un secreto o pagará diez mil wones a los ganadores.

-Yo no creo jugar -respondí, comenzando a levantarme de mi lugar en el suelo- no tengo suficiente dinero como para apostar eso.

-Entonces jugaremos a la botella y pagarás con beber -Jimin sonreía mientras servía en un vasito el último de trago de Soju y se lo bebía- Sería divertido verla un poco sonrojada ¿Verdad? -Tae asintió, mientras iba limpiando la mesa de los platos y demás cosas que estorbaran para aquella partida.

-¿Sabes jugar a la botella, me imagino? -La voz de Suga irrumpió mis pensamientos en blanco mientras veía al par de amigos limpiar la mesa.

-Claro que sé jugar a la botella -le contesté, girando un poco el rostro y solo moviendo la boca en su dirección.

-Entonces debe de saber que si la punta de la botella le toca a usted, la parte del fondo le dará un beso ¿No? -su aliento movió mi cabello corto y en un instante ya lo tenía casi pegado a mi rostro. Miré con ojos abiertos las espaldas de Jimin y Taehyung.

Estaban distraídos viendo que música ambiental poner para alegrar aquella tarde de juegos.

-Sabe ¿Cree que si me uno a ustedes a jugar y me toca usted Señorita Kim Sun-Hee... La besaré? -su comentario me hizo mirarlo al fin a la cara.

Era tan suave y blanca su piel que me sentí sonrojar por lo tan cerca que estaba de mis ojos. Min Yoongi conectó sus ojos a los míos. Dónde J-hope era la calidez del sol, Min Yoongi era el brillo del filo de una espada. Te podías perder pero también podías salir corriendo despavorida por el temor de ser inoportuna al mirarlo tan descaradamente.

-¿Es una amenaza? -le respondí y retiré mis ojos de los suyos- No debería de unirse a nosotros al juego.

-¿Por qué? ¿Prefiere besar a Taehyung y a Jimin, antes que a mí? ¿Soy tan peligroso para usted, que prefiere excluirme de esto? -acercó sus labios a mi oído- le prometo que soy un buen besador señorita Kim Sun-Hee y le prometo que J-hope no me golpeara esta vez por acercame a usted.

-¿De qué habla?

Me giré una vez más para verlo, el observaba sí Jimin o Taehyung nos veían pero el par estaba tan alejado de nosotros que era difícil escuchar lo que decían ellos.

-¿Sabe el motivo por el que J-hope y yo peleamos, no?

-Sí, usted quería sacar primero su álbum antes que él...

Sonrió de forma grande y sus ojos chispearon cómo un gatito a punto de atrapar su bola de pelos favorita.

-¿Esa fue la versión que Hoseok le dijo? -se llevó una mano al cabello- Vaya, cumplió su palabra. Pensé que iba ser más egoísta y marcar territorio... Pero no, Sun-Hee. No fue ese el motivo. El motivo fue...

-¡Listo! -aplaudió Taehyung, volteando del todo justo a tiempo para ver cómo el rostro de Yoongi se apartaba del mío- ¿Te unes al juego de la botella, Suga?

Por favor, que diga que no. Por favor.

-Sí claro.

Me lleva. Bien entonces no jugaré. Me levantaré lentamente y nadie me verá salir de la habitación.

-Justo le comentaba a la señorita Kim Sun-Hee que quería participar ¿Verdad señorita? -me miró con un ligero guiño en el ojo izquierdo- ya me hacen faltan unos buenos... shots para armonizar este día tan maravilloso.

-Yo creo que no jugaré... -comienzo a levantarme pero en eso entran los ausentes a la habitación y se arman los retos y risas.

-Deberiamos de jugar todos -dice J-hope con su voz divertida pero ignorandome- ¿Qué puede salir mal?

Así que todos nos sentamos alrededor de la mesa y Jimin es el primero en girar la botella de Soju. J-hope se ha sentado casi en frente de mí, a su lado Suga observa el objeto brillar con una sonrisita discreta.

Mi corazón se detiene con el último giro de la botella.

Lo que temia...

No sucedió.

-Debes de confesar un secreto Jimin o tomar un shot de Soju -Seokjin va sirviendo el shot y se lo ofrece a un Jimin pensante.

-Quiero confesarme -Jimin aumenta la tensión y se pone de pie- lo que les mostraré es un nuevo tatuaje que me hice...

-¿Otro? ¿Por qué no me dijiste para ir juntos? -se queja Jungkook, poniéndose de rodillas para ver con más atención a su hermano- sabes que mi amigo puede hacertelos sin costo.

-De hecho -Jimin abre su boca- fui con él.

-Vamos Jimin, muéstranos ese tatuaje -Namjoon lo anima a continuar con su confesión.

Entonces Jimin todo sonriente levanta su dedo meñique y ahí está, un pequeño y perfecto siete bien trazado.

Todos se observan unos con otros. Es un momento tan íntimo entre ellos que no sé a donde mirar.

-Me he hecho el tatuaje de la amistad que prometimos ¿Recuerdan? y también esté -se gira de espaldas y levanta su camisa...

Dios mío.

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"Haz mucho ruído, no pasa nada,
Hasta que se caliente tu cuerpo,
Toda la noche, toda la noche,
Porque nosotros tenemos fuego, fuego." -Dope, BTS.

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