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Este capítulo es especial porque hace unos días nuestro Hobi cumplió años🥺
¡Feliz cumpleaños Jung Hoseok, nos enorgulleces solecito!
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No quise regresar a la mansión de los Jung. Me daba miedo ver sus rostros y ponerme a llorar. Había recibido varios mensajes de J-hope pero ni quise abrirlos. Estaba en un tremendo problema y lo peor es que Lola había conseguido tenerme entre la espada y la pared.
¿Debería de llevarme a mi abuela de regreso a América? ¿Debería de decirle de la amenaza de Lola y del contenido de las fotografías? Ella ya estaba enterada que salía con J-hope pero esas fotos eran tan descaradas para mostrarle. No quería ser una vergüenza para ella.
Todo eso debía hacer pero aún no me sentía con el valor suficiente para hacerlo.
Me adentré al metro de Gangnam después de descubrir como se utilizaba. Llevaba una parte considerable del dinero que disponíamos yo y mi abuela en efectivo. También traía mi tarjeta de crédito. La había adquirido hace algunos meses para poder tener un ahorro para mis estudios con mi último empleo.
Entre los apretones de los demás pasajeros que salían de sus oficinas para comer o de los estudiantes que iban de la escuela a estudiar aún más a otros lugares. Me sentí miserable. Me cuestioné mis acciones y me regañé mentalmente por no pensar bien en mis actos. No era la mejor persona del mundo pero bien pude evitarme todo este desastre.
Si tan solo no nos hubiéramos cruzado con la señora Jung... Si tan solo no hubiera mi abuela respondido aquella llamada. Si tan solo...
Dios. Intentaba justificar y quitarme la culpa en cada acto y eso no era justo.
Siento mi teléfono vibrar de forma constante bajo mi brazo. Cierro los ojos y lo saco de mi bolso.
Es un número desconocido. Contesto, podría ser una emergencia.
-¿Sí?
-Al fin la encuentro Sun-Hee -era la voz de una mujer.
-¿Quién me busca? -cubro el micrófono del teléfono entre mis dos manos. Las personas se han girado para ver quién habla tan alto.
-Soy yo, la señora Jung.
-Ah, sí. Disculpe señora Jung. Es que su voz cambia un poco ¿Necesita algo?
-Tu presencia. Quiero ir a tomar un café pero mi hija no está aquí en la ciudad y acabamos de llegar hace un par de horas yo y mi esposo de la casa de campo. Y él solo quiere descansar de sus vacaciones ¿Puedes creerlo? -se ríe y yo sonrió un poco.
-Entiendo. Pero yo ando un poco lejos.
-Lo sé. Tu abuelita me lo acaba de decir. Por eso te estoy esperando en un centro comercial, cercas de ahí de Gangnam.
-Esta bien, iba ya en metro pero me bajaré en la siguiente estación enseguida y regresaré.
-Que amable. Te mandaré ubicación. Bueno, nos vemos en unos minutos.
Me cuelga y me bajo en la siguiente estación. Me apresuro para no hacerla esperar mucho rato.
El café al cual debo de ir es pequeño y acojedor. Está entre un local de zapatos y otro de helados. La señora Jung me espera en una mesita de té con un libro en sus manos.
-Señora Jung -me inclino al llegar frente a ella.
Alza la vista de su libro y me sonríe, señalando que tome asiento frente a ella. Lo hago. Ella manda a pedir un té de frambuesa para mí y un té verde para ella.
-Sé que es un poco precipitado nuestro encuentro y que mi hijo nos iba a presentar formalmente en la noche pero antes quise hablar contigo de mujer a mujer. Espero que no lo encuentres invasivo o incómodo.
-No, descuide. Se me había olvidado la cena de esta noche -me acomodo un mechón detrás de mi oreja. Comienzo a sudar en frío por los nervios de este tema y por la amenaza de Lola.
-¿Sucede algo Sun-Hee? Te noto extraña ¿Ya comiste? -la señora Jung manda llamar al mesero- Disculpe ¿Nos podría traer el menú?
-Es solo que fui hablar con mi madrastra esta mañana -suspiro y bebo mi taza de té, la señora Jung imita mis movimientos- pero estoy bien, gracias por preocuparse.
-Bueno, ahora seremos familia. Al menos mi hijo te quiere mucho y nos ha pedido reunirnos esta noche. Ji Woo estaba muy emocionada cuando se lo mencioné hace un momento.
-¿Se lo dijo? -la taza casi se me cae de la mano.
-Sí... ¿No debía?
-Oh, no, no, solo que yo a ella no le agrado mucho -me rasco la frente- no sé si me acepte en su familia.
-Bah, Ji Woo es un amor de persona, te aceptará. Volviendo a lo de tu madrastra ¿En qué términos quedaron? ¿Te insistió de nuevo con lo de la firma?
-Amm, ella es una mujer con el don de la palabra. Aún no sé cuál será mi desición. Me dió un par de días para pensarlo y llegar ya a una respuesta final.
-Oh, ya veo.
El mesero trae el menú y mientras él y la señora Jung deciden que comida es mejor probar a estas horas, el teléfono me vuelve a sonar. Es un mensaje.
¿Dónde estás? Mi madre te estuvo buscando todo la mañana. Quiere que la acompañes a comer.
Es J-hope. Espero a que su madre termine de ordenar nuestra comida y le comento si puedo tomarle una foto para que su hijo vea que ya estamos juntas. Ella acepta. Se la tomo y se la envió a su hijo.
Veo que suegra y nuera están conviviendo :D gracias, Sun-Hee. Te amo.
Parpadeo un par de veces para ver si realmente me ha escrito eso en el mensaje. Es la primera vez que me lo dice y en lugar de sentirme en las nubes sus dos palabras me señalan y me estrujan la paz en mi interior. Le respondo con un emoji de corazón y vuelvo a guardar mi teléfono.
-¿Qué sucede hija? -pregunta la señora Jung que ha dejado sus dos palillos a un lado. Nos han traído de comer arroz, gimbap, salmón, carne y demás complementos a la mesa. Ver toda esa comida, leer lo de J-hope, recordar la amenaza de Lola y tratar de mantener la calma me hace revolver mi estómago.
Me disculpo apresurada y corro al baño más cercano. Devuelvo solo saliva, bilis y el poco té que he tomado, todo producto de que no he comido nada en todo el día. Siento las arcadas volver a provocarme vómito. Escucho como alguien entra al baño pero me importa poco. Hasta que me doy cuenta de que la señora Jung me ofrece un pañuelo y levanta mi cabello del lavabo. Estoy hecha un desastre y las lágrimas salen sin ser retenidas. Siento que la cabeza me va a estallar.
-Gracias -le sonrió cuando despejó mis lágrimas y limpio mi boca- solo me sentí un poco mareada por no desayunar en la mañana.
-Quizás fue el té pero no debes de pasarte las comidas Sun-Hee. Eso es malo. Ven, vamos a qué te dé el aire y de paso mando pedir un caldo de pollo o una sopa ligera para ese estómago.
Asiento y ambas salimos del baño. Ella junto con la encargada del lugar me llevan a una mesa en la terraza. Ahí el aire es una bendición y me va quitando poco a poco las náuseas.
-Sun-Hee, sé que es un pronto para tener está conversación pero... Jmm -se lleva una mano a su cuello y desvía su mirada de la mía- ¿Tú y mi hijo ya tuvieron algo que ver en la intimidad?
Comienzo a toser y me abanico con la carta del menú. Enrojezco. Era de imaginar que ella pensara eso al verme en este estado pero aún así no quería que pensara eso de mí.
-Sé que son mayores, bueno tú aquí en Corea aún eres menor de edad pero aún así... Hija, espero que hayan usado protección.
-Señora Jung, nosotros no...
-Tranquila, señorita Sun-Hee -estrecha mi manos con las suyas por arriba de la mesa- es algo normal. Los dos son atractivos y apenas comienzan a conocerse pero me gustaría asegurarme de que al menos se cuidan. Yo no soy quien para juzgar o meterme en la vida privada y sexual de mi hijo pero estaría más tranquila si ambos tienen ese tipo de comunicación y saben sus planes a futuro de forma clara. No es un regaño Señorita Kim Sun-Hee. Es solo un consejo de mujer a mujer.
Me quedé por unos instantes sin saber que decirle, entonces le mentí para evitar pasar una vergüenza delante de ella.
-Descuide, yo y su hijo no hemos estado juntos.
-Tus ojos no mienten, Sun-Hee. Pero lo comprendo -ella me sonríe y deja mis manos- ya no insistiré. Además es muy pronto para que tengas síntomas de un embarazo -se le escapa una risa tímida -Ja, ja, ja. Disculpa a esta anciana pero llegarás a una edad donde desees tener nietos. Bien me lo decía mi madre.
-Descuide -bebo un sorbo de agua y me sabe amarga en la boca- cómo dice, aún somos muy jóvenes.
-Siempre he apoyado a mi hijo -continua mirando a algún punto fijo detrás de mi-. Él siempre ha sido un buen hombre. Por eso cuando mencionó que estaba saliendo con usted Señorita Kim Sun-Hee, mi corazón se hinchó de alegría por mi hijo. Ha estado tanto tiempo solo y se ha dedicado tanto a sus sueños de artista que a veces se olvida de entregarse al amor en pareja. Ha tener un romance cálido y fiel.
-Solo puedo decir que Hoseok es un hombre maravilloso y ya veo de dónde viene toda esa energía, toda esa tenacidad y felicidad -le sonrió y las dos nos vemos con gratitud en los ojos.
-Aun así, tener a un par de niños correteando por la casa me haría aún más feliz.
-Creo que todo a su tiempo, señora Jung.
-Por supuesto -ella mira al horizonte y la plática incómoda queda en el olvido-. Tenemos mucho tiempo.
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Estoy reventada. Ni siquiera puedo ver a la cara a mi abuelita cuando llegamos la señora Jung y yo a la casa. Directo voy a la bañera a lavar mi malestar. No quiero existir en estos momentos para nadie, no quiero mantener una máscara o verme radiante. Quiero volver a mi casa en América, salir con mis amigos, estudiar, cuidar de mi gato Chester y solo ver el mundo de los ídols por una pantalla.
Cierro los ojos y me permito desahogarme por completo. Me hundo en la tina hasta la altura de las cejas. El sonido del agua en mis oídos me introduce en un mundo donde nada duele, dónde mis desiciones son egoístas y no afectan a terceros.
-Sun-Hee -escucho una voz muy en el fondo- Sun-Hee.
Abro los ojos bajo el agua y veo una silueta. Salgo de mi estado de transe. J-hope me sonríe sentado en la orilla de la tina. Me pasa una toalla de manos por el rostro y cabello.
-Me gusta cuando estás sonrojada ¿Lo sabías? También me gustan tus mejillas y tus labios.
Extiende su mano y con su pulgar recorre mis labios. Lo miro a la cara y quiero llorar. Me está partiendo el corazón la desición que debo de tomar.
-Fui hablar con Lola -le confieso de pronto. Él asiente sin quitar su mano de mi mandíbula.
-Le vas a dar la firma ¿cierto? -su mirada está en las burbujas de la tina.
-Es lo más sabio y responsable.
Creía que me diría lo contrario. Creía que él creía que yo era una persona que lucha por sus derechos. Pero que me aliente a "hacer lo correcto" es un alivio. No le diré de la amenaza de Lola y las fotos que nos involucran. La desición está tomada. Ella cumplirá su palabra y obtendrá lo que quiere.
Mi firma.
J-hope estará a salvo del ojo público, de las críticas, del odio masivo, de mí...
-J-hope -él levanta la vista y asiente -¿Me quieres?
Su sonrisa se abre para mí y mi corazón también se abre. Se rompe un poco más cuando él se acerca y me besa, demostrando con hechos y no con palabras lo que siente.
Me aferro a su beso como si fuera el aire que me falta para respirar bajo el agua.
-Te compré un vestido para esta noche -dice despegando sus labios de los míos y hablando en voz baja- No sé si es de tu gusto o quisieras usarlo pero me honraría mucho que lo consideras para esta noche en la cena -me acaricia las orejas.
Me gusta la manera que siempre me da la opción de elegir que hacer, la libertad de decir no o sí. Debo de relajarme y afrontar esto de la mejor manera.
-Entonces debes de dejarme terminar con mi baño -le sonrió y le salpico espuma en la cara de forma juguetona.
Abre sus ojos y boca, divertido. Entonces nos vemos en una guerra de espuma y risas. De cosquillas y persecuciones por el baño. Al final lo estrecho entre mis brazos y termina bañándose conmigo.
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"Mamá, aprendí de tu pasión y sinceridad,
Quiero ser, quiero ser,
Mientras me convierto en adulto,
Tu fuiste nutriendo el pequeño brote,
Me convertiré en una gran flor y seré tu camino de flores,
Sigues caminando sin parar, sin parar, sin parar..." -J-Hope, MAMA.
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