20
-Di mi nombre -embiste con fuerza en mi interior- quiero escucharlo.
-Ho... seok -lo digo mitad susurro, mitad gemido.
-Más -sale de mi interior- más fuerte Sun-Hee -me penetra con más fuerza y se mueve de una forma frenética.
-HOSEOK, HOSEOK, HOSEOK... Ah... Ah... Aaaaah -el orgasmo sale disparado, haciéndome temblar al instante y palpitando entorno a él.
Él me abraza y me atrae, me besa para absorber mi gemido. Se lo entrego por completo. Me entrego a su piel. Sigue. No se detiene, el ritmo ya me tiene loca.
Muevo mi cabeza de un lado a otro sobre el colchón, me agarro de lo que sea, su piel, sus huesos, su cabello, la cobija, abro la boca en un rictus de satisfacción total cuando de nuevo me vengo.
Él hace lo mismo segundos después, solo que en lugar de gritar me muerde la clavícula y esta vez sé que estaré marcada por la mañana.
No me importa. Estoy en mi burbuja de felicidad y este sentimiento, lo que siento por él, presiento que durará mucho tiempo.
-¿Estás bien? Fui muy brusco hoy.
-Ja, ja, ja, ja -me río, la felicidad me hace una gran sonrisa en la cara- descuida, eres maravilloso.
-Entonces -se acerca de nuevo y siento de nuevo despertar, todo dureza, todo sudor- quiero un poco más de esto.
-Hagamoslo de nuevo entonces, solo que no me eches la culpa de mañana por traer cara de zombie.
-Me he quedado despierto muchas veces, muchas horas y haciendo trabajo y luego trabajando horas despues. Así que esto no supone un problema para mí.
-Bésame, deja de explicar -lo atraigo a mis labios.
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-¿Me pasas el shampoo?
Son las cinco de la mañana, apenas hemos dormido unas dos horas. Tuve que poner la alarma de mi teléfono para podernos despertar.
-Aqui tienes ¿Te limpio el cabello? -se ofrece.
-Esta bien, solo no me eches en los ojos.
-Girate.
Me giro para que el agua de la regadera caiga en mi cabello.
Me da un masaje en el cuero cabelludo mientras aplica el shampoo. Aparte de la espuma, todo el cuerpo me da cosquillas ¿La causa? Jung Hoseok.
Termina con el cabello pero no se detiene, continúa bajando, acariciando y limpiando mi piel. Es tan delicado con lo que me hace que no puedo no sentirme empapada de todo ese cariño que me trasmite.
-Girate -digo con algo ya en mente para mantener esto igualitario- también quiero bañarte.
Él me pasa el shampoo con una sonrisa en sus labios.
-Eres muy alto -me quejo.
-Ah, disculpe señorita.
Se agacha un poco pero mejor decide hincarse en los azulejos de la regadera. Mucho mejor. Lo comienzo a limpiar, le doy un masaje en el cabello. Él alza su rostro para verme, pone sus dos manos en mi cadera.
-Listo, ya te puedes levantar.
-Sun-Hee... -me dice mirándome a los ojos aún de rodillas en el suelo- quiero probarte de nuevo. Abre las piernas.
Espera con paciencia su petición. Me muerdo el labio inferior. Me recargo contra el frío azulejo de la pared.
Pone su mano extendida en mi abdomen y acerca su cara sacando su lengua. La pasa por mis labios de abajo hacia arriba y eso me da una descarga eléctrica por mis piernas, viajando a mis costillas y alzando mis pezones.
Me lame, besa, chupa, roza, toca, muerde, huele, me toca de todas las maneras posibles. Soy agua dentro y fuera de él, me derrito y caigo en su nombre nuevamente.
-HO... SE... OK...
Agarra mi pierna por mi tobillo y la pone en su hombro para tenerme más abierta para su boca. Le estiro el cabello húmedo. Pasa su lengua más adentro de mis pliegues.
¿Habrá un movimiento que no sepa hacer con su cuerpo?
Imposible.
-Vamos, bebé. Dámelo.
Abro los ojos y bajo la vista, él me mira con el fuego consumiendo su lengua dentro de mi cuerpo.
-Vamos, bebé. Dámelo -repite sin quitar su lengua, da pequeños golpes con ella.
Estoy perdida de nuevo. Se lo doy. Doy manazos contra los azulejos. No hay dónde agarrarme, me siento caer pero él no me deja. Me tiene bien agarrada. Sube mi otra pierna a su hombro rápidamente. Arqueo mi espalda, despegandola de la pared.
El orgasmo se prolonga demasiado, gimo en silencio solo con la boca bien abierta y mirando al techo.
Muero orgánicasmente.
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Me he cambiado y cepillado mi cabello. Llevo ahora unos vaqueros y una blusa de cuello de tortuga con estampado de mariposas neones. La marca que me hizo Jung Hoseok con su boca en mi cuello ya se nota púrpura.
-Ya está listo el Ramen, Sun-Hee -Lo escucho llamarme desde la pequeña cocina.
Por fortuna encontramos ese único Ramen en la alacena vacía del departamento de Cece, ahora lo compartiremos cómo un desayuno.
Desde aquí lo escucho tararear una melodía.
-Baby, baby, tonight... -baila ya bañado con la misma ropa de anoche, con el cabello desordenado, pone dos tazones frente a frente con la ración de Ramen ya dividida y se sienta en el banco de la barra.
-Ve más despacio -le sugiero riéndome después de verlo comer deprisa y por la cara chistosa que me hace con los fideos saliendo de su boca- ¿No tienes resaca? ¿No te duele la cabeza o algo?
-Debo de comer rápido, ya casi me voy. Antes me mandó Jin un mensaje, irá a mi casa por mí para irnos juntos a la compañía. Le he dicho que ya iba en camino. Y no, no tengo resaca, al menos no por ahora.
-Entonces deberías de comer el Ramen en el automóvil -doy el primer bocado, siento su mirada y alzó la vista desde mi tazón.
-Entonces deberías de acompañarme... -sonríe- Ya sabes, no me puedes privar de verte mientras como Ramen.
-¿Ni aunque tengas que manejar comiendo fideos a ciento ochenta kilómetros por hora?
-Wow, si que eso sería muy intenso. Pero no, no me gustan las emociones tan extremas.
-Lo sé -le guiño un ojo.
-¿Lo sabés? ¿Qué tanto sabes sobre mí y por qué yo no sé mucho de ti? -come otro bocado.
-Supongo que es por el hecho de que tú eres un idol y yo una simple mortal.
-Ey, no digas eso -me apunta con su mandíbula- Eres todo menos simple. Y el que está aquí frente a ti comiendo tu delicioso Ramen casero no es el idol.
-Tan sarcástico el señorito J-hope -le hago una mueca imitando su voz.
-Dime Oppa y te perdono.
Me ahogo con un fideo y toso. Él se parte de risa.
-No lo haré -le amenazo tomando agua de la misma taza de café que él.
Cece no daba muestras de que viviera aquí desde hace mucho tiempo. Tendría que ir después a buscar algunos productos a una tienda cercana.
-Jmmm eso me da una nueva idea de lo que pediré que me digas cuando te tenga bajo mis encantos.
Acerca su mano a través de la barra para alcanzar mi mano, se la esquivo.
-Tramposo.
-Renegona -se baja del banquillo y viene a darme un beso en la frente- Ya ahora sí me tengo que ir. Mantén tu teléfono encendido ¿Quieres?
-Si, Jung Hoseok. Qué tengas un lindo día.
Lo despido en la puerta del departamento y él se va. Cierro la puerta pero a los pocos segundos toca de nuevo a la puerta. Le abro, me mira y me da un beso delicado en los labios antes de que le diga algo y ahora sí se va.
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Cece y mi abuela me acompañan a comprar cosas básicas para el departamento. Vasos desechables, platos, cubiertos, rollo, agua embotellada, Ramens y más comida instantánea para mí supervivencia.
Dispongo aún con algo de dinero de mi último trabajo de invierno del año pasado. No era mucho pero en América me sirvió para comprarme mis cosas.
La abuela Kim Mi-Sue aún trabajaba en sus huertos, vendía su verdura los fines de semana en un mercado cerca de donde vivíamos, el tío Benjen nos ayudaba a llevar las cajas de verduras y yo ayudaba a atender a los clientes.
Entre semana le ayudaba después clases en un mini taller que tenía en la casa de una amiga de ella. Así era como nos habíamos mantenido a flote, sin olvidar lo que nos había dejado mi madre al fallecer.
-¿Entonces cómo pasó la noche en el departamento señorita Kim Sun-Hee? ¿No pasó frío?
-No, la verdad es que estaba muy cálido anoche, Cece. -miento, mordiendo mis labios al recordar esa calidez, el sol nocturno que anoche me había calentado.
-Que raro, recuerdo que era tan frío ese lugar. Además siempre falla la luz, o tienes mucho frío o te mueres de calor en verano.
-Mi nieta está un poco en las nubes hoy ¿Sucedió algo que te trae tan pensativa, mi niña? -me toma del brazo y paseamos por el área de carnes frías del mini supermercado.
-Oh sí, abuelita. He estado pensando en que sería buena idea ir a visitar a la viuda de mi padre.
-¿Eh? ¿Para qué quieres ir ver ese vejestorio de lugar?
-Solo me dió curiosidad conocer donde vivió mi padre. Además quiero ya de una vez arreglar lo de la herencia.
-No estarás pensando en darle la firma a la señora ¿o sí?
-No lo sé, por un lado sé que ese dinero me ayudara a acabar mi carrera y quizás una maestría. Podría venir a estudiar a Corea.
-¿Enserio venir a estudiar acá? -mi abuela suelta la lata de atún y se gira para verme con extrañeza. Cómo si me hubiera salido un tercer ojo en la frente.
-¿No sería lindo abuelita? Podríamos venir a vivir donde tenías tu casa, en Gwangju. -le doy una pequeña vuelta- ¡Hasta podría ir a la universidad donde fue mamá y papá! Tendría que hacer un cambio pero todo se podría hacer.
-¿Quién eres tú y que le hiciste a mi nieta? -me toca la frente- ¿Por qué hoy te noto distinta?
Quería gritar, reír, llorar de felicidad. La chispa permanecía encendida por todo mi corazón.
-Hoy, siento una inmensa esperanza abuelita. Solo es eso -la tomó de las manos sonriendo. Ella se ríe negando con la cabeza pero me abraza para seguir andando.
El teléfono vibra y disimuladamente abro el chat junto con el mensaje. Hoseok me había mandado una selfie, llevaba una linda camisa celeste y ya estaba maquillado para la presentación de televisión, abajo ponía un corazón y una carita feliz.
Le respondí con una foto de mis tenis y el suelo del supermercado.
Ando de compras con mi abuelita y Cece. No quiero comer Ramen... Pero solo llevo eso para la cena :D
Me responde de inmediato con una foto de una mesa con un manjar de comida. Al parecer es el banquete que disponen para ellos.
Deberías de comer más, el Ramen no te nutre lo necesario. No tomes fotos del suelo quiero ver tu cara.
Observo si mi abuela me presta atención y sí, me está enseñando dos paquetes de papas fritas para que elija una. Le digo que no con un dedo.
Me da vergüenza... Me verá mi abuela.
Le respondo. Él tarda unos minutos así que continuo en lo que estaba. Pero al no tener respuesta de él, cedo a enviarle la foto. Me la tomo entre las latas de conservas. En un pasillo alejada de las miradas de mi abuela y Cece.
¿Feliz?
Me responde ahora sí al instante: Feliz y a la vez no. Quisiera ver de cerca esa sonrisa. Me conformo con verte por fotografía por ahora.
Lo dejo en visto porque cuando se pone así me siento como una idiota acostada en una nube esponjosa. Sin saber que responderle.
Unas dos horas más tarde hemos llegado a la mansión de los Jung. Mi abuela ha insistido mucho en qué debería de quedarme unas horas ahí y no sola en el departamento de Cece.
Los señores Jung no están porque se han ido de fin de semana a una casa de campo que tienen cercas de un lago. Así que solo Cece y los demás empleados disponen del cuidado de la mansión.
Mi teléfono vibra y lo sacó de inmediato, tengo uno mensaje.
Ya terminamos la grabación hace más de una media hora. ¿Quieres salir conmigo hoy?
Sonrío de oreja a oreja. Jung Hoseok me está invitando a salir. ¿Es una cita? ¡Es una cita!
Le marco y él me contesta al segundo timbre.
-Sí, me encantaría -lo digo sin siquiera saludar.
Escucho como se ríe discretamente.
-Está bien, iré por ti -se le escucha caminar y luego el sonido del pitido de un ascensor- ¿Dónde estás? ¿Aún andas en el super mercado?
-Oh, no. Mi abuela me ha traído a tu casa.
Observo si anda por el pasillo de la cocina pero no la veo. Tampoco a Cece.
-Está bien, entonces... Tenemos que ser cuidadosos al salir -susurra en el micrófono muy pegado a su boca.
-Ya se me ocurrirá algo para escaparme -lo digo a la ligera, también con mi boca pegada al micrófono del teléfono.
-Jajajaja -se carcajea- Sun-Hee... Eres demasiado encantadora. Lo mejor es que es justo lo que estaba pensado que me dirías.
-Entonces te veo en un par de minutos. Hasta luego.
-Hasta luego, nos vemos.
Cuelga y me le quedo viendo al teléfono con una sonrisa imposible de borrar de mi rostro. Siento la presencia de alguien y me sobresalto, es mi abuela que ha estado por lo que parece ser un buen rato escuchando mi conversación con J-hope.
Su sonrisa me confirma que me ha descubierto.
Dios mío.
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"Aunque estemos lejos ahora,
Nuestros corazones son los mismos,
Aunque no estés a mi lado, sí,
Aunque no esté a tu lado, sí,
Sabemos que estamos juntos." -Telepathy, BTS
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