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En este preciso momento solo sabía una cosa, nos iba a descubrir y todo esto se iría a la mierda. Sigilosa intenté buscar mi ropa interior en la oscuridad y también la camisa de J-hope, cuando las encontré me las puse a toda prisa.

J-hope voltea a verme y me señala el rincon de su sillón, trepo y me quedo de pie arriba del sillón en el rincón, pegada a la pared. Esto era una locura.

Abre la puerta a su hermano y contengo la respiración.

-¿Qué hacías?

-Dormía, me quedé hasta tarde -bosteza para dar más veracidad a lo que dice- trabajaba en mi álbum.

Abro los ojos asustada cuando Suga se asoma para ver del desastre del estudio de J-hope. Yo me pego más a la pared pero el sillón no coopera, siento que me resbalo. Así que me aferro a la repisa que tengo al lado.

-Deberías de limpiar un poco, se ve desordenado -dice con toda la seriedad del mundo- ¿Y tú camisa?

J-hope tarda en responderle y se rasca la nariz de los nervios.

-Je, je, tenía calor y me la quité para dormir a gusto.

Lo veo dar un paso más a la salida para que Suga no entre del todo.

-Ya pues, los demás miembros están en camino, hoy vamos a ensayar temprano lo del show de TV de esta semana. Al parecer no revisaste los mensajes del chat grupal y Jin me mandó a buscarte. Él llegó muy temprano, está en la cafetería.

¿Pues qué horas eran? ¿Seis? ¿Ocho de la mañana? Santo Dios, que noche.

-Oh, es que últimamente no estoy mucho tiempo con el teléfono..

-Jmm, no te creo haz estado muy activo en instagram.

Vaya tenía días de no ver instagram, tengo que ponerme al día. Niego con la cabeza y casi me hago resbalar, recupero la postura pero eso causa un pequeño sonido.

-Pero instagram no es todo el tiempo. - J-hope alza la voz, ha escuchado el sonido y a querido taparlo.

-Bueno -Suga duda un instante- me voy, que aquí se siente caluroso. Revisa el aire acondicionado o manda un reporte a mantenimiento.

J-hope lo encamina afuera de la puerta.

-Lo haré, voy a limpiar un poco e iré a la sala de ensayos.

Escuché a Suga corregirlo: -No, no es acá es en la sala grande, la de abajo.

-Entonces ahí estaré.

J-hope espera que Suga se vaya del todo y vuelve adentro. Pone seguro a la puerta y yo me resbalo de forma lenta por el cuero del sillón.

Se va y coloca delante de la computadora, comienza a trabajar y yo lo observo desde atrás. Me acerco y coloco mis manos en sus hombros, voy bajando, le beso el cuello, él no se molesta o me quita.

-Debo de irme ya -le digo en un susurro. Él suspira y niega, sigue tecleando.- Pero necesito ropa...

-Ponte la mía.

-¿Hablas del hoodie?

-Sí.

-Pero ¿Y los pantalones?

-Vete así.

-¿Qué me vaya así? ¿No me vas a ir a dejar a tu casa?

-Me gustaría pero no puedo, tengo que ir dentro de diez minutos máximo a la práctica.

No le digo nada y solo me coloco el hoodie y trato de arreglar mi cabello. No tengo el mejor aspecto: hoodie negro con capucha y me llega hasta mitad de muslos, pantunflas y cabello revuelto. Menuda pinta que tendré si bajo por el elevador. J-hope sigue tecleando, entonces abro la puerta y me voy sin interrumpirlo ni un minuto más. Trato de ir a toda prisa pero sigilosa para que nadie me vea, espero el ascensor mirando a cada rato las puertas de las oficinas por si alguien sale de pronto y me descubre en esta zona prohibida.

La puerta del ascensor se abre y sale Namjoon de frente a mí. Joder.

-Ahhh -me observa de arriba abajo, luego recuerda que es de mala educación y se inclina en un saludo- buenos días, señorita Kim.

-Hey Hyung ¿Puedes venir rápido?

J-hope le habla desde la puerta de su oficina. Y RM no tiene de otra más que pasarme de largo y dejarme marchar sin explicación alguna de qué hago aquí. Confío que J-hope le diga alguna mentira para cubrirnos a los dos.

Mando un mensaje rápido a J-hope en cuanto estoy alejada del piso:

¿Podrías mandarme la ubicación de tu casa? No sé qué dirección decirle al taxista.

Espero su respuesta pero tarda tanto que no sé si fue buena idea. Mi teléfono suena cuando estoy por salir al estacionamiento.

-¿Qué pasa? -me habla susurrando, del otro lado de la línea se escucha los murmullos de otras personas.

-No sé que dirección decirle al taxista para que me lleve a tu casa.

-Ah eso... -tapa la bocina y regresa al instante - les diré a mi chófer que te lleve, solo espera en el estacionamiento.

-Gracias, J-hope.

-Ja ¿Ahora soy J-hope?

-No, no, ja, ja -río nerviosa- es que alguien me puede escuchar.

-¿Y decides llamarme por mi nombre artístico en lugar por el real?

-Odio cuando tienes la razón.

-Dicen que del odio al amor solo hay un paso, en este caso digamos que anoche estuviste más de un paso, Sun...

-Ah ¿Ahora te callas mi nombre? Dilo, Hoseok.

-Hablaremos de eso en la casa, ahora debo de irme, que ya me está viendo raro Jimin y viene para acá. Bye.

Me cuelga y sonrío. ¿Habría la posibilidad de que esto... Lo que sea que tengamos lo sepa su círculo más cercano? No digo que sus jefes o terceros. Solo los chicos y su familia. Descarto la última idea de inmediato... Ji Woo.

Me froto la cara de frustración y me siento en una pequeña rampa que hay en las escaleras a esperar que vengan por mí. Estoy tan distraída pensando en todo eso cuando escucho una camioneta venir. Al fin. Me paro de un salto y estoy esperando cuando de la camioneta sale el chófer y abre la puerta de atrás, camino para entrar pero ni es la camioneta de J-hope ni podría entrar porque de ella se baja Lola.

Su sonrisa tarda un poco en aparecer, no me reconoce a simple vista pero cuando lo hace, sonríe ampliamente, quitándose los lentes de sol de marca. Muerde uno mientras me observa de arriba a abajo.

-Increíble, así que aquí pasó la noche la desaparecida.

¿Desaparecida? Tardo unos segundos en procesar lo que me dice. Hasta que sorprendida lo capto. En la mansión me andan buscando.

Oh. My. F*ck*ng. God.

-Buenos días, señora -saludo, intentando comportarme con ella. No me conviene armar un escándalo aquí.

-Gracias, querida. Pero ni creas que tu falsa amabilidad me hará seder mis derechos a una niñita como tú.

-Le recuerdo que esta niñita no le va a firmar ni una mierda, señora -me volteo ignorandola- ahora sí me permite espero a alguien.

-No, claro que no. No voy a interrumpir tu trabajo de prost...

Me giro antes de que termine la palabra y le conecto una cachetada en la cara de bruja. Ella se enciende al momento y comenzamos a pelear de greñas en el estacionamiento de Hybe Labels. La tiro al suelo. El chófer se mete e intenta zafarme de su señora. Yo no la suelto, estoy cansada de sus amenazas e insultos.

Varias personas que van llegando y saliendo del edificio por los elevadores nos ven y comienzan a grabar. Algunos gritan que llamen a la policía y entonces los guardias del edificio llegan y nos separan pero el daño ya está hecho. La policía llega de inmediato y me veo siendo interrogada por los oficiales, aún con los nervios a flor de piel por la pelea me preguntan mi parentesco con Lola.

-¿Qué es de usted la señora lesionada?

Veo a Lola ser atendida en una ambulancia, al parecer se ha raspado las rodillas al caer.

-La ex esposa de mi padre, su viuda.

Las personas se han dispersado pero mi vista logra captar que alguien va tomando fotos con una camara profesional.

No, por favor. No.

-¿Por qué la ha atacado?

La calentura de la pelea va bajando de mi sistema y empiezo a sentir frío de mis actos. Pienso en mi abuela y en lo que me dirá al llegar con ella. Me siento decepcionada de mi misma.

-Me ha provocado.

Los oficiales suben a Lola a una patrulla, ella no protesta, solo sube con la cabeza en alto. Maldita bruja.

-¿De qué forma? -me pregunta el oficial con una libreta en mano.

-Prefiero levantar una denuncia en su contra, si no es molestia.

El oficial frunce su cara, no es algo que le guste hacer. Arranca la hoja que estaba llenando y manda hablar a su compañero de unidad. El oficial llega y me indica que debo de subir a la patrulla, junto con Lola.

-Por favor, señorita.

Rendida, me subo por el otro lado y nos llevan a ambas ante la justicia.

Esto se está llendo a la mierda.

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Para ser casi mediodía, la celda donde nos meten a las dos está fría y oscura. Ya han tomado la declaración de Lola pero al parecer la mía será después ya que es la hora de comida. Trato de estar lo más lejos de ella, una situación complicada dado el poco espacio que tenemos.

Ella llega y mira la cama de concreto y sin dudarlo se sienta. Yo me mantengo pegada a la pared, cerca de los barrotes de la celda. La escucho aclarar su garganta, internamente imploro porque se calle de una vez la boca y me dejé en paz.

-Esto no se quedara así, niñita. Meteré una demanda por agresiones físicas y verbales.

Lola fue atendida por los paramédicos y ahora lleva las dos rodillas con banditas y se le alcanza apreciar una más en la frente. Yo en cambio siento un chipote en la cabeza y raspones (producto del asfalto) en la espalda pero no fui atendida por nadie.

-Usted se lo buscó por insultarme -le respondo con toda la calma del mundo.

Si no me hubiera insultado de esa forma, junto con las demás veces no estaríamos aquí. También había sido mi culpa por no controlarme pero no me iba a dejar pisotear. Eso jamás.

-¿Cuál insulto querida? -responde tras unos segundos- Solo dije tus verdades. Además si fueras una señorita decente no andarías en esas fachas por las calles.

-No tiene ningún derecho a juzgarme. Déjeme en paz.

Decido terminar la conversación girandome del todo de la vista de ella. Pero no se puede quedar callada, continúa arremetiendo.

-Es exactamente lo que quiero. ¿Tú crees que estoy de humor para lidiar con una niñita inmadura como tú?

No sé cómo mi padre estuvo tanto tiempo casado con esta señora. Pero bueno, caras vemos, corazones no sabemos. Me parecía que Lola era de esas mujeres adineradas que se aprovechaban de sus esposos para sacarles toda la plata posible.

-¿Usted creé que tengo ánimos de verle la horrenda cara diario? -volteo a verla, ella mira al frente cómo analizando mis palabras con mucho cuidado.

-Sabes lo que quiero ¿No sería más sencillo darme lo que quiero y largarte del país? -se ríe con sarcasmo.

Sigue con lo mismo. De nuevo la solicitud de mi firma para llevar las acciones de mi padre. Ese asunto en un principio me pareció flexible, pero al siguiente instante se me metió la terquedad a la cabeza.

-¿No sería más sencillo darme lo que me corresponde y usted quedarse con lo que le corresponde?

Fácil. Cada quien obtendría lo que debería. Ella volvió a reír con sarcasmo.

-Claro, cómo fuiste una niña abandonada... Ahora quieres llegar y reclamar lo que evidentemente ya no te corresponde.

Trato de controlar el impulso de volverle a regalar un par de cachetadas pero me detengo. Se está aprovechando de que no le puedo gritar o insultar aquí adentro.

-Soy hija de mi padre. ¿Usted tuvo hijos con él? No, así que no debería de opinar en un asunto que no le compete.

Ella me ve y veo la furia correr con lo que le acabo de decir. No había tenido hijos con mi padre, hasta donde yo sabía.

-No permitiré que tú arruines mis planes. Mi esposo me encomendó resguardar la herencia, ser la heredera de sus acciones en Hybe Labels.

-¿Cuándo lo dijo? ¿Cuando estaba en su lecho de muerte?

Ella se levanta y alza la mano pero al igual que yo, se contiene y la cierra en un puño. La veo apretar sus expresiones en su rostro.

-¿Sabe tu abuela que estabas en el edificio vestida así? -desvía el tema y contraataca.

-Eso es algo que tampoco tengo porqué decirle.

Sonríe, se acomoda el cabello y vuelve a su lugar. Nos quedamos un par de minutos así, sin decirnos o hacernos daño.

-Ya veremos -susurra amenazante.

-¿Señorita Kim?

Una voz me sobresalta. Hay un oficial viniendo por el pasillo con papeles en mano.

-¿Sí? -respondemos las dos al mismo tiempo.

El oficial se ve confundido y corrige mirando de nuevo el papel: -Señorita Kim... Ha-Eun, han venido sus familiares a pagar su multa. Debe de firmar unos papeles antes y ya se podrá ir a casa.

Lola se levanta triunfante de la cama de piedra. Pobre idiota. Pienso.

-Muchas gracias oficial, no sabe el apeste que hay en esta celda -se gira a verme- yo sugiero que limpien un poco.

El oficial ignora su comentario y vuelve a cerrar la celda cuando Lola queda libre. Pero no está conforme con la situación y una vez más se dirige a mí con todo su odio emanando.

-Oh, pequeña Kim Sun-Hee. Descuida tu secretito estará a salvo conmigo -me guiña un ojo y se va tarareando una canción.

¿Cuál secreto? ¿De qué está hablando? A caso ella.... Imposible, ella no sabe lo que estaba haciendo en Hybe Labels. Decido descartar su comentario mal infundado. No tiene pruebas, incluso si las tuviera ¿Qué ganaría con eso?

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"Hay gente que se lastima debido a las acciones de alguien más,
Hay gente que se pone triste por las palabras de alguien más,
La fracción de segundo de alguien se convierte en el mal recuerdo de alguien más,
El enojo de alguien se convierte en la vida de alguien más." -J-hope, UGH!

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