13

Había conducido por la calle, dónde días atrás, Namjoon me acompañó para tomar un taxi. La zona seguía estando igual de oscura y abandonada, cómo la última vez que pasé por aquí.

Sabía que nadie nos podría ver a estas horas pero temía por las cámaras de seguridad al llegar al edificio. Pero por más que se lo externé a él, me aseguró que no habría problema. Esta zona era libre.

Jung Hoseok me abre la puerta del copiloto. Me niego a salir así, toda desnuda a la entrada del edificio de Hybe. Aún dudosa, tomo la mano que me ofrece y bajo, el frío era cada vez más intenso con forme la noche avanzaba. Me estira de la mano y cruzamos con algo de prisa el estacionamiento y luego subimos por el asensor exclusivo que da al piso de su oficina.

-¿Por qué haces todo esto J-hope? -pregunto con el miedo creciendo en la boca de mi estómago.

-¿Por qué sigues aquí, Sun-Hee? -me mira por millonésima vez y me acaricia el mentón. Muerdo mi labio inferior sin saber que responderle. Mi duda le provoca una gran sonrisa.

-¿Puedes por un minuto contestar mis preguntas sin replicar con otra pregunta?

Él niega y el asensor se detiene, llegando así a su piso. Sigue sin contestarme durante el trayecto a su estudio. Abre la puerta y me da el pase, escucho como cierra de nuevo la puerta con llave, manteniendo a los curiosos fuera. Me guía hasta su sillón negro y me pide ponerme cómoda.

Miro sus peluches y discretamente agarro el más grande y me cubro la desnudez. Él está encendiendo su computadora, se ha quitado el hoodie que traía, revelando de nuevo una camiseta blanca con estampados coloridos. La música baja comienza a sonar, al parecer son solo melodías y acordes de pistas sin terminar.

Lo veo presionar un interruptor y las luces se apagan pero en su lugar, varias luces led que rodean la habitación se encienden. J-hope baja su intensidad y cada tantos segundos están programadas para que cambien de color, de morado a rosa, de rosa a rojo y así sucesivamente hasta volver a rotar los colores.

El pequeño estudio se tornó más sombrío e íntimo. Lo veo ir a su pequeño minibar y saca un par de cervezas, se gira a ofrecerme una y se la acepto sin rechistar.

Se sienta a mi lado, el sillón cruje por su textura. Con su mano izquierda sostiene la cerveza y la otra la recarga en el respaldo del sillón. Desvío mi mirada, estoy demasiado nerviosa y cohibida por la situación en la que estoy. Aprieto más el peluche contra mi pecho.

-Hago todo esto porque quiero que me conozcas -masculla con su voz profunda, me acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja.

-¿Podrías ser más gentil y no tenerme en esta posición? -lo veo a los ojos y una sonrisa pícara aparece en sus labios.

-¿En cuál posición te debería de poner? -se acerca a mi cuello y lo besa.

Trato de contener las cosquillas que me provoca su toque y me aclaro la garganta.

-Lo digo enserio, J-hope.

Él hace un sonido con los dientes, protestando por lo que le digo.

-No me digas así, llámame por mi nombre. Jung Hoseok.

-Lo digo enserio, Jung Hoseok.

¿Satisfecho? Quiero agregar pero me muerdo la lengua. Lo que quiero es salir de este lugar o mínimo traer ropa puesta. Mis deseos no son escuchados.

-Quiero verte, quítate esto -me arranca el peluche de entre los brazos y lo arroja lejos.

La mano que tenía la cerveza ahora sube por mis piernas, su nariz acaricia mi oreja, veo como su mano aprieta delicadamente mis muslos. Estos responden y se abren un poco, lo suficiente como dejar pasar su mano pero no lo hace, no se detiene, sigue su trayecto hasta mi abdomen, va subiendo poco a poco.

Los dos estamos viendo su mano, tiene su rostro pegado al mío, que arde ya con otro sonrojo. Su mano al fin llega a su destino y se posa en mi pequeño pecho. Lo cubre por completo.

Me giro para verlo a la cara. Su mano lo suelta y sigue subiendo por mi cuello, me toma entre sus manos, me acaricia con sus pulgares las mejillas enrojecidas y su cara se inclina para lentamente ir acercándose.

¿Y sí lo hago más rápido? Pienso, mientras lo veo acercarse. No se esperaría que yo tome la iniciativa. Es ahora o nunca.

Entonces tomándolo desprevenido, mis manos lo atrapan detrás de su cuello y lo beso.

Él transporta sus manos de mi cuello a mi cintura y se recuesta en el sillón. Ahora estoy arriba de él. Siento nuestros corazones latir en algún punto del beso. Sus manos me acarician la cintura, espalda, cuello y bajan y bajan, bajan hasta mi trasero y lo aprietan.

Jung Hoseok me roba el aliento, me siento que no puedo respirar, me alejo para retomar mis respiros pero el no lo permite, me vuelve atraer a sus labios y besarme con más urgencia y deseo.

-Hoseok, espera -logro decir contra su boca- me estoy ahogando.

Él ríe y se separa. Me mira con una sonrisa y sus ojitos brillantes. No deja de acariciarme en todo momento. Se incorpora aún conmigo arriba de él y ahora estamos sentados. Yo arriba de él, de frente.

Me acomoda bien y me sienta en sus piernas. Recorre mi figura de arriba a abajo. Le acaricio la cara suavecito y me atrevo a estirar su camisa, me ayuda a quitársela.

Es hermoso.

Me inclino a besarle la clavícula. Él baja su cara lo suficiente como para llevarse un pezón a su boca. Me enderezo para que pueda atender a mis pechos que reclaman ser besados por él.

Mis dedos se enrredan con su cabello largo y de un atractivo y brillante color negro. Lo despeino, él gruñe, le quito de la boca mi pecho y lo vuelvo a besar, esta vez con todo y lengua. Lo siento removerse bajo de mí, sus manos están ahora ocupadas por bajar sus pantalones.

-¿Traes protección? -le pregunto cuando ya se ha quitado el pantalón.

Ahora solo va en boxers negros de elástico blanco. Lo veo y está listo, al igual que yo. Palmea algo a un lado, bajo los cojines y saca dos envoltorios plateados. Me levanta de la cintura, se baja los boxers y lo veo.

Lo toma en su mano y yo me siento desmayar. Se frota un poco y veo que ya está suficientemente lubricado. Me toma con su otra mano el mentón y me acerca para volverme a besar. Mi mano toca la mano que está abajo y eso lo sobresalta. Abre su mano, soltandolo y luego pone la mía en su lugar, deja su mano arriba de la mía. Me va guiando con los movimientos... Arriba y abajo.

-Aprieta -ordena sobre mis labios. Me ha dejado sola a qué yo continúe lo que él hacía. Me siento perdida por unos momentos pero me concentro en lo que me pide.

Lo hago al principio, pero voy notando que es demasiado para mi pequeña mano. Se vuelve a llevar un pecho a su boca y succiona con fuerza eso tiene una reacción en mi mano que lo acaricia, porque al instante la muevo más rápido y aprieto más fuerte.

Eso lo hace gemir y gruñir, estira un pezón y eso me hace soltar un gemido. Lo vuelve hacer y lo repito. De pronto la habitación parece demasiado caliente, me intento levantar para quitarme la última prenda que me queda puesta pero él no lo permite y en lugar de levantarme, me gira y acuesta boca abajo en el sillón.

Me da un suave recorrido con sus manos desde el cuello, espalda, hasta mis nalgas. Las aprieta, junta y separa y repite el proceso hasta que sin aviso me da una nalgada. Gimo y eso lo anima a darme otra en la otra. Me muerde una, luego otra, baja entonces la prenda muy despacio y ahora sí estoy por completo desnuda.

-Abre la boca Sun-Hee -me ordena y yo obedezco. Mete la tela en mi boca y abro los ojos sorprendida.

-Si no quieres eso, solo escupelo -me da la libertad en todo esto y se lo agradezco pero prefiero continuar.

-Alza las caderas -me vuelve a ordenar y yo lo hago. El corazón se me va a salir del pecho.

Separa un poco mis piernas y siento su mano acariciarme lentamente, de arriba a abajo. Se escucha lo mojada que estoy y con voz orgullosa dice: -Me encantas así también, Sun-Hee. Toda mojada para esto.

Y mete un dedo en mi interior y yo gimo con la boca amordazada. Mete uno más y trato de cerrar las piernas para absorber más lo delicioso que se siente. Saca los dedos, me junta las piernas y las abraza, siento un ligero aire pasando por mi piel expuesta y luego su boca ya está comiéndome ahí. Me agarro del descansa brazos del sillón y gimo de nuevo.

Es bueno con la lengua. Estoy perdida. Me perdí, no sé dónde estoy, ni que día es hoy, no sé, no sé. Lo único que sé es quién me besa con pasión entre los muslos: Jung Hoseok.

Termina ahí, dejándome a punto de palpitar, me estira del cabello con delicadeza y me hace sentarme. Apoyo mis manos en mis piernas, lo tengo atrás de mí, besándome el cuello, tocando mis pechos y cómo las otras tantas cosas que le gusta arrojar lejos de mí, me quita la prenda de la boca.

Me gira y ahora estoy abajo de su cuerpo.

-Pásame uno- señala a mi cabecera y busco con mi mano el envoltorio plateado, se lo entrego.

Lo observo colocarlo, le acaricio el abdomen sutilmente marcado. Tiene un lunar en el hueso de la cadera. Lo acaricio con mi pulgar.

-Puedes arrepentirte ahora, Sun-Hee -me advierte mirándome desde arriba- No tienes porqué hacer esto ¿Lo sabes verdad?

-Te deseo Jung Hoseok, quiero esto, de verdad.

Alza mis piernas y las coloca detrás de su espalda, lo atrapo con ellas. Sus manos están a ambos lados de mi cara, me mira pidiendo permiso por última vez y yo asiento.

Y entonces sucede, Jung Hoseok va lentamente entrando en mi interior.

No puedo evitarlo y hago mi cabeza hacia atrás, entregandome a lo dulce que es esto. Va lento y cuando al fin entra del todo, sale igual de lento. Oculta su rostro en mi cuello, me agarra de la cintura y me pega más a sus caderas, me agarro de tus hombros, espalda, cuello, de dónde sea me agarró, cuando comienza un ritmo más constante.

Jung Hoseok sabe llevar el ritmo a niveles que el sonido es una maravilla de escuchar casi, casi tan igual que sentirlo. No, sentirlo es la locura, es otro mundo. Mis gemidos no los puedo contener y los libero, nuestros ecos rebotan en las paredes de su estudio. Las luces led proyectan sus colores en nuestras pieles sudorosas.

-Hoseok, oh, Hoseok -gimo porque ha aumentado la velocidad de su ritmo.

Me aferro a su cuello. No está conforme con la posición y ahora me tiene de nuevo sentada arriba de él, no soy capaz de articular otra palabra más porque lo siento por completo.

Me aprieta el trasero y me sube y baja para chocar contra sus piernas. Doy brincos pero no puedo aguantar más y en un grito de liberación me libero con fuerza. Él continúa y esta vez lo hace más duro y rápido, eso me lleva otra vez a ver estrellas y por segunda vez pálpito alrededor de él.

-Oh -se aferra a mi cintura mientras continua dándome con todo- Sun... Sun... Sun-Heeee.

Lo siento detenerse y lo veo a la cara. Abre la boca y lo beso mientras se libera en mi interior.

No sale de mí después de eso, se queda un buen rato así y yo también. Estamos abrazados, sentados, sudados y palpitando de todos lados. El sillón está hecho un desastre, río bajito. Él me toca la cara para verme.

-¿Por qué te ríes? -su dulce voz somnolienta me parece lo más atractivo del mundo.

-Es que tú sillón va a quedar sucio -le acaricio el cabello y la frente.

-No importa, lo limpiare más tarde. Ahora... -besa mi cuello, un besito detrás de otro- ¿Quieres más?

Pregunta y yo lo tumbo contra el sillón y meneo las caderas. Me sonríe y gira entre sus brazos. Ahora estoy de nuevo bajo de él.

-Hey, yo soy la que mando aquí. -le reclamo jugueteando.

-No, no se equivoque Señorita Kim Sun-Hee. Aquí y aquí -empuja su cuerpo contra el mío - yo mando y esto, -me besa con pasión- aquí también mando yo ¿Oh no?

Asiento sonriente, toda embobada por él y lo empezamos de nuevo a hacer.

No sé cuánto tiempo estuvimos haciéndolo, las caricias y besos eran demasiado adictivos y al parecer eso también me comenzaba a gustar de él.

Que demorara más tiempo en conocer mi cuerpo era un disfrute tan eficaz como el qué me dejara tocarlo, morderlo y aruñarle la espalda.

Pero al parecer fue demasiado tiempo y el segundo y último envoltorio plateado no iba a ser suficiente. Hoseok estaba tirándolo a la papelera, me había dejado recostada en el sillón después de los últimos orgasmos.

-A la próxima tendré que tener más disponibles aquí en el estudio.

-¿Próxima vez? -pregunté con inocencia fingida.- ¿No has tenido suficiente de mí?

Él se comienza a reír y de pronto como si la realidad nos golpeara las caras, alguien toca la puerta con urgencia. La sangre se me va a los pies, me levanto de un salto.

Jung Hoseok me señala que guarde silencio. Yo estoy a punto de desmayarme del temor de ser descubiertos.

-¿Hyung? ¿Estás aún ahí?

Era la voz de Suga.

━━━━━━━━・☼・━━━━━━━━

"Mantenemos la fiesta en la habitación, toda la noche,
No queremos parar, agárrate fuerte,
Seguiremos hasta el amanecer, toda la noche,
Espera un rato, inspiración, te agarraré, toda mía,
Toda la noche." -RM, All Night.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top