19. special girl

ᴹᵃʳᶜʰ, ²⁰²

Joe POV

Grabar solía ser emocionante para mí. Apasionante incluso. Cualquiera que me preguntara cuáles son mis pasiones no dudaría en decirte 'trabajar'. Mi trabajo consiste en actuar frente a unas cámaras, repetir escenas, representar un personaje. Me encantaba. Pero por alguna razón, levantarme siquiera de la cama es lo peor. Es como si me pesara la cabeza, como si ya supiera que mi día sería una mierda, aunque ni siquiera hubiese empezado.

Cuando solo teníamos dos semanas trabajando en la serie el mundo se detuvo. Para todos, pero no para mí. Cuando me compartieron la noticia de que íbamos a estar al menos dos semanas en stand by -en cuarentena, ni más ni menos-, casi daba un brinco de euforia. Fue instintivo, de verdad.

Me acuerdo cuando Shawn, Matt y Ross nos sentaron a todos, crew y al elenco, esa misma tarde, prácticamente después de grabar unas escenas del segundo episodio. Tenían unas caras muy preocupadas, casi llenas de agobio. Me había asustado por un momento. ¿Acaso eso significaba que me iba -nos íbamos- a quedar sin trabajo?
De verdad que fue lo primero que pensé.

- El gobierno acaba de decretar cuarentena, por todo esto del coronavirus, -dijo Ross de brazos cruzados-. No sabemos que supondrá todo este desastre para nosotros, pero no es bueno.

Silencio. Se me había hecho muy raro en un silencio tan pesado.

- Solo podemos esperar estas dos semanas. Estaremos atentos a lo que dicen -había dicho Shawn-. Por ahora, necesito que se cuiden para poder volver con fuerza dentro de dos semanas.

Solo dos semanas.

[Un mes después...]

No POV

En un pestañeo de ojo para unos y unos eternos días para otros, aquellas dos semanas se volvieron meses. Joe caía en ese desafortunado grupo de persona a la que se le hacían eternos los días. Pero, realmente no estaba tan desolada como uno podría esperar de una adolescente encerrada. Joe tenía una gran ventaja.

Estaba encerrada con Sadie.

Las chicas compartían piso. Era mil veces más conveniente y millones de veces más emocionante que estar en un hotel. Primeramente, las dos se llevaban muy, pero que muy bien, luego Sadie tenía licencia para conducir, mientras que Joe no quería ni molestarse en obtenerlo (más que nada porque prefería sacarlo en Alemania, puesto que ahí aprendería más). Eran todo ventajas.
Aunque no era todo de color de rosa.

En el primer mes y medio de cuarentena Sadie había estado hablando con sus padres para volver a Nueva York hasta que las cosas se apaciguasen. ¿Qué mejor que estar con su familia, no? Joe no tenía ese privilegio.

Joe tendría que volver a Alemania. Con Belina. Era lo mismo que estar sola hoy en día.

Sadie ni se lo pensó.

Uno de esos días, Joe preparaba la cena, su gesto pensativo y algo cubierto con incertidumbre. Un mes sin salir del apartamento. Sadie la estaba mirando desde la sala, su corazón encogiéndose un poco mientras pensaba en lo sola que Joe se estaría sentando. Aún no se le olvidaba la carita que puso, llena de melancolía muy torpemente escondida que le dio cuando le dijo que estaba pensando en volver a casa de sus padres hasta que todo esto pasase. Sabía que Joe no volvería a Alemania, por ende, se quedaría aquí sola.

Sadie se levantó del sofá, la película mala que estaba viendo completamente olvidada. Se cruzó de brazos para abrazarse así misma, el aire gélido de repente haciéndola estremecer. Primavera no se sentía tan fría desde hace tiempo. Caminó hasta la encimera, a poco más de un metro de una ensimismada Joe.

- Huele delicioso -dijo la pelirroja con una sonrisa, mirando lo que Joe hacía.

- No está mal, supongo -respondió Joe, su sonrisa más apagada.

Sadie se acercó un poco más.

- ¿Qué es? Huele a curry.

- Curry de calabaza con especias y salsa de coco -contesta mientras removía suavemente dicha salsa-. La vi el otro día y quería intentar hacerla.

- Pues huele fantástico, Jo.

Joe no contestó, solamente dio una media sonrisa sin mirarla. Sadie suspiró suavemente.

- ¿Joe?

- ¿Hmm?

- Sé que estás desanimada por lo de--

Joe la interrumpió rápidamente.

- No, estoy bien -dijo girando la cabeza para mirarla, sus ojos un poco más abiertos de lo normal, como si estuviera tomada por sorpresa.

- Joe, lo noto.

- Estás loca -dijo Joe con una risita sofocada, algo nerviosa-. Notas hambre.

- Joe.

Esta vez, Joe se calló. Sadie tenía el ceño fruncido. Joe miró a la comida, al techo, a todo menos a la pelirroja. Pues claro que estaba triste, pero tampoco quería crear un drama enorme.

- Vale, vale, dios mío... -murmura Joe tímidamente, riendo entre dientes-. Supongo. Un poco.

El gesto inicialmente molesto de la pelirroja desvaneció considerablemente, sus facciones suavizándose tanto que le causó cosquillas a Joe en el estómago.

- ¿Cuándo dejarás de ocultarme tus sentimientos, Joe Neumann? Te conozco -dijo Sadie con naturalidad, sus ojitos brillando juguetones.

Joe puso los ojos en blanco, dejando traslucir muy levemente una pequeña pero honesta sonrisa.

- Lo intentaré -contesta Joe.

Apagó la vitro finalmente, dando a entender que la cena estaba lista. Se dio la vuelta para poder apoyarse en la encimera. Sadie se movió para estar delante de ella, queriendo contacto visual. Sabía que Joe estaba por abrirse, y cuándo eso pasaba, Sadie siempre quería mirarla. Se sentía más íntimo, más real.

Joe suspiró suavemente. Se apartó un mechón de pelo y lo colocó detrás de su oreja antes de cruzarse de brazos.

- Simplemente estoy un poco confusa -comienza, sonando realmente drenada-. No sé que hacer después de que vuelvas a casa de tus padres. Estoy muy feliz de que vayas con ellos, lo prometo, no podría estar más contenta por ti, Sades. Es que... -hizo una pequeña pausa, como si lo que fuese a decir después le costase.

- ¿Qué pasa? -pregunta Sadie con el tono más suave que pudo, su rostro lleno de preocupación.

- No quiero volver a Alemania... -dijo Joe, sus hombros visiblemente tensos-. Estar con Belina es extraño. No puedo creer que vaya a decir esto, pero me siento incómoda cuando estoy en casa con ella y Vivienne.

- ¿Sigue sin hablarte? -pregunta Sadie exaltada-. No te creo.

- Te lo prometo. Ni una sola palabra. Bueno, solo cuando es estrictamente necesario -rectifica Joe a regañadientes-. En fin

Hubo una pequeña pausa. Sadie parecida molesta, pero no con Joe. Tenía su pecoso ceño fruncido y parecía estar pensando en qué decirlo y cómo hacerlo sin exaltarse más todavía.

- Joe, eso es horrible. No me extraña que te sientas tan triste -dijo Sadie casi igual de dolida que Joe, aunque sí más enfadada.

Joe sonrió un poco. Escuchar que sus sentimientos contaban era un alivio gigantesco. Si tenía el apoyo de Sadie realmente no necesitaba nada más.

-No pasa nada.

- ¡Sí que pasa! No lo entiendo -exclama Sadie frustrada, harta de que Joe tratase de quitarle importancia a algo que la tenía, no importa lo mucho que intentara ignorarlo.

- Vale, está bien. Lo entiendo -dijo Joe apresuradamente. Soltó una carcajada leve-. Tienes razón, como siempre. Gracias.

Sadie dejó un largo suspiro y rio un poco, la tensión en sus hombros desapareciendo a medida que exhalaba.

- Ya pensaré que hacer. No es que pueda hacer mucho aquí de todas maneras -dijo Joe dándose la vuelta para agarrar la sartén.

Sadie asintió distraída mientras se martilleaba la cabecita para tratar desesperadamente de hallar algo, lo que sea que pudiera decir para que Joe se sintiera un poco mejor.

La observó un momento, viendo como su mejor amiga preparaba la mesa para poder cenar, algo que siempre hacía, ahora más que prácticamente vivían juntas. Joe mencionó una vez cómo sus padres la habían engañado haciéndole creer que poner la mesa era cosa de gente adulta, y Joe, la niña vivaracha y orgullosa que solía hacer, quería demostrarles que ella era una niña grande e independiente. Desde entonces, esa era la pequeña tradición de Joe.

- Quédate conmigo.

- ¿Qué dices? -dijo Joe ocupada, colocando las servilletas al lado de los platos.

- Ven conmigo a casa de mis padres.

Joe paró de golpe y se dio la vuelta, mirándola como si estuviera diciendo una tontería.

- Te lo estoy diciendo en serio, Jo. ¿Por qué no te vienes? Mis padres te adoran -insiste la pelirroja-. Y yo también te adoro, no necesitas más razones -añade con una sonrisita, y sus mejillas pecosas tintadas con un ligero tono rojizo.

Joe se quedó con la boca ligeramente abierta mientras le mantenía la mirada a Sadie prácticamente incrédula. Por alguna razón no podía imaginar el hecho de que Sadie realmente disfrutaba de su compañía. Y Sadie más que la disfrutaba, pero eso Joe aún no le cabía en la cabeza. Era agradable pensar que Sadie pudiera sentir por ella lo mismo que Joe sentía por ella. Pero era sólo eso: pensamientos y deseos.

La alemana sonrió dulcemente, sintiendo aquella familiar calidad que inundaba todo su ser, eso que solo Sadie tenía el poder de evocar en ella. Solía ponerla ansiosa de mal tipo, pero desde que finalmente se dio cuenta de cuáles eran sus verdaderos sentimientos por ella (gracias enteramente a Millie), Joe no se sentía tan asustada, estresada o culpable por simplemente sentir. Maldita sea, ¿cómo no iba a sentir aquello? ¿Con lo fácil que era amar a Sadie?
Ni siquiera ella misma se culpaba por siquiera atreverse a desarrollar sentimientos. ¿Cómo no iba a sentir aquello?

- Vale -dijo Joe con todo el peso de sus emociones.

Dejó los cubiertos en la mesa y caminó hasta Sadie. En cuanto la alcanzó, Joe la atrapó con sus brazos con fuerza, su barbilla apoyándose en su hombro. Sadie la abrazó automáticamente, sus ojos azules abriéndose un poco más por la sorpresa, pero que se suavizaron un segundo después. Sadie no pudo evitar cerrar los ojos, su cuerpo completo relajándose en los brazos de Joe.

[...]

ᴬᵖʳⁱˡ ¹⁶ᵗʰ, ²⁰²⁰

Sadie no mentía cuando dijo que sus padres estarían más que de acuerdo en tener a Joe entre ellos por un tiempo. Es más, si Lori hubiese sido la primera en enterarse de que Joe podría haberse quedado sola, no habría dudado ni un solo momento en tomar su teléfono para llamar a Joe y obligarle a que venga. Además, Lori sabía lo mucho que Joe hacía feliz a Sadie, así que tampoco es que tuviera muchas más opciones para decir que no.

A Joe le costó un poco adaptarse a una casa llena de gente. Sadie claramente lo estaba, pero Joe, que ha sido y será para siempre hija única y que ha pasado la mayor parte de su vida con una sola persona más en su espacio, no. Aún así, Joe los conocía de hace tiempo, así que no fue para tanto.

En cuanto llegó el reloj marcó las 00 y era oficialmente el decimoctavo cumpleaños de Sadie, Joe se aseguró de planear un día especial, lo más especial que pudiera.

Joe comenzó con preparar el desayuno para Sadie y toda su familia, lo que ya empezó como un reto, porque significaba que debía levantarse antes que Sadie, y la pelirroja no era exactamente una chica que pasaba mucho tiempo en la cama.

Cuando Sadie se despertó y vio que Joe no estaba a su lado acurrucada en las mantas con los pelos despeinados, Sadie no pudo evitar extrañarse profundamente. Se levantó, bajó las escaleras para encontrarse a una Joe sonriente y a su familia esperándola también con expectación.

- Woah -fue lo único que Sadie pudo emitir, mirando el verdadero festín de héroes del olimpo en su mesa. Aún así, sonrió-. Gracias, mamá, se ve delicioso.

Joe jadeó y puso una expresión medio-falsa de indignación.

- ¿Mamá? -repite Joe, una pequeña sonrisa divertida en sus labios-. No sabía que "Joe" se pronunciaba así.

- ¿Hiciste todo esto? ¿Tú sola?

- Yo solita -dicta Joe casi que echando pecho orgullosa-. Feliz cumpleaños, Sades.

Y no solo que pudo ser capaz, si no que todo lo que había hecho era delicioso. Joe tenía mano para la cocina y no era la primera vez que lo exhibía.

La magia del día no acabó ahí. Joe había orquestado todo ella misma y la familia de Sadie no pudo estar más feliz de llevar acabo los planes y actividades que Joe había sugerido. Eran sencillos. Desayuno ostentoso y después juegos de mesa. Luego vino el momento de hacer la comida, aunque esta vez Lori y Casey ayudaron. Joe tuvo la oportunidad de forzar lazos con los adultos. A la tarde, Joe empezó a crear el pastel. Con la ayuda de Sadie. Solo Sadie.

- Esto es lindo -comenta Sadie mientras batía los huevos.

- ¿El pastel? Lo será, ya verás -dijo Joe con una sonrisita mientras medía la harina.

- Sí, claro. Pero... -pausa, mirando a Joe y dejando de batir-. El día, todo lo que has hecho por mí. Gracias.

Joe levantó la mirada y sonrió.

- No es nada.

Sadie sonrió de vuelta. Joe siguió a lo suyo.

La pelirroja miró hacia atrás, mirando como su familia veía una película, todos cómodamente tirados en el sofá. Era una escena tranquila y doméstica cómo a ella le gusta. Luego miró a Joe de nuevo, percibiendo esa misma tranquilidad y domesticidad. Sadie dejó el bol en la encimera y se acercó a Joe. Se inclinó un poco hacia delante y dejó un beso fugaz en la mejilla de la pelinegra. Joe se congeló y se quedó así unos segundos, como si estuviera procesando lo que acababa de pasar. Luego vino el calor, y pronto su cara estaba tan brillante como la lava.

Siguió midiendo la harina como si nada pensando que si ignoraba lo roja que estaba su cara y los pequeños temblores en sus manos de los nervios, Sadie no lo notaría. Pero claro que lo hizo. Aún así la pelirroja decidió no mencionarlo. Tuvo que morderse el labio para ocultar una sonrisita pícara, sus propias mejillas tornándose rojas por lo que estaba por decir.

- Me alegro que mi deseo de cumpleaños se haya cumplido antes de tiempo.

Joe se puso más roja todavía. Se dio la vuelta para que Sadie no lo notara.

- Ya sabes, que estés aquí -instiga Sadie, refiriéndose a su deseo.

- Sí, ya lo había entendido -murmura Joe, escuchando su propio corazón retumbar en sus oídos.

Sadie sonrió, esta vez con mucha más ternura.

- Lo digo en serio, Joey. No estaría con nadie más en cuarentena más que tú -admite.

- Yo tampoco.

Ambas compartieron una mirada, aunque Joe fue la primera en apartarla por la repentina timidez. Vergüenza o no, Joe sonrió muy levemente.

- Feliz cumpleaños, Sades -susurra Joe.

Sadie la empuja con su hombro muy levemente, sonriente.

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no mucho que decir. espero que todo les esté yendo bien 💕

mini recordatorio para las que les gusta las playlist sobre personajes/relaciones, les dejo un enlace para una playlist que hice hace ya tiempo de Jade y Max:

https://open.spotify.com/playlist/7uD42GtIPLldRwCic08dTC?si=c0735be6ba6b4f6c&pt=37680920163a893662acd8c8b94316e6

feliz cumple a sadie!!

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