12. drifting away
ᴺᵒᵛᵉᵐᵇᵉʳ ¹³ᵗʰ, ²⁰¹⁸
Sadie notaba a Joe alejarse un poco. No solamente de ella, sino que también de sus amigos y compañeros. Por lo menos no tenía por qué sentirse culpable de nada. Sin embargo, estaba extremadamente preocupada por Joe. Hasta había planeado en cómo sacar el tema, pero estaba tan profundamente asustada de que sus palabras solo consiguiesen hacer que Joe se alejase más, que simplemente se quedó callada.
Ahora era un poco tarde.
Por lo menos Joe le dio un fortísimo abrazo antes de que ambas tuviesen que recoger todas sus cosas de su camerino compartido.
Sadie estaba perdida en sus pensamientos mientras guardaba sus cosas en su bolsa. Joe la miraba de vez en cuando, muriendo por decirle miles de cosas, pero con el impotente sentimiento de saber que no podría hacerlo sin ponerse a llorar. Dejó sus cosas a un lado por un momento y miró a Sadie de nuevo.
— ¿Sadie?
La mayor la miró. Se pudo dar cuenta casi de inmediato de lo triste que su mejor amiga se veía. Joe le sonrió suavemente con timidez a la vez que se levantaba. No podía dejar de pellizcar la piel de su codo ni de mirar al suelo una vez que tuvo la atención de Sadie sobre ella. Sadie también le sonrió con la misma suavidad.
— ¿Estás bien? —pregunta Joe casi con miedo.
Sadie asintió, aunque parecía algo confusa con la pregunta. Verdaderamente estaba bien. Quizás un poco triste porque no vería a sus compañeros en un tiempo, pero eso era todo. Ya estaba acostumbrada.
— Sí, claro —dijo Sadie, aún de rodillas en el suelo con algunas camisetas frente a ella—. Estoy bien.
Joe no dijo nada más. Podía sentir como las palabras se le amontonaban en la garganta y casi no la dejaban respirar.
Justo cuando Sadie iba a asegurarle de que, de nuevo, estaba bien, Joe la miró con ojitos aguados y con labios temblorosos que simplemente rompieron su corazón. Sadie se levantó instantáneamente del suelo, mucho más preocupada.
— Joe--
— Te voy a echar mucho de menos —murmuró Joe—. Muchísimo.
— Joey, vamos a volver a vernos —dijo Sadie acercándose y agarrándole de los hombros—. En muy poco tiempo.
Sus palabras, que estaban llenas de sinceridad, parecían insuficientes. Joe no pudo contener sus lágrimas. Mientras soltaba el primer sollozo se dejó arropar por los brazos amorosos y la esencia de calma tan característica de Sadie que la hacía tan feliz.
El acallada llanto de Joe daba a entender que tenía demasiadas cosas en la cabeza que se le habían estado acumulando durante mucho tiempo.
Claro que extrañaría a Sadie. Y más ahora que se había dado cuenta de lo mucho que la quería.
ᴶᵃⁿᵘᵃʳʸ ³ʳᵈ, ²⁰¹⁹
Sadie tenía una expresión triste en su rostro y una mirada perdida. Grey's Anatomy ya no tenía la misma gracia. Su madre entró en el salón con el teléfono en la oreja y una sonrisa brillante. De fondo se podía escuchar a Jacey jugando con su padre y a sus hermanos varones hablando de algo que Sadie no llegaba a entender.
Toda su familia estaba unida, su hogar aún tenía los adornos navideños y estaba repleta de recuerdos nuevos junto a sus familiares. Estaban todos ahí y nada podía hacerla tan feliz.
Aún así no podía de dejar de pensar en la mirada tan triste de Joe que claramente también le ocultaba algo. Rondaba por su cabeza constantemente y aunque no quería aceptarlo, le molestaba un poco que Joe tuviese secretos con ella, porque le hacía sentir como si no fuese lo suficientemente buena como para ser su confidente.
Apagó la televisión tan rápido como ese pensamiento inundó su mente. Tenía el ceño fruncido y se cruzó de brazos en cuanto soltó el mando de la tele a su lado. Luego agarró el teléfono esperando tener alguna notificación de Joe. Pero no tenía nada más que su fondo de pantalla y algunos mensajes de otras personas a los que probablemente contestaría más tarde.
— Sadie.
No lo entendía. Joe la última vez que la vio le dijo lo mucho que la extrañaría, pero para Sadie era una completa mentira. Solo unos pocos mensajes llegaban de Neumann de vez en cuando para empezar la conversación. Sadie era la que siempre los mandaba primero. Y poco a poco se cansaba. Pero quería creer que lo que estaba pasando no era más que un malentendido entre ambas, y que se solucionaría cuando se volviesen a ver en... un tiempo.
— Sadie, ¿puedo pasar? —pregunta Lori.
Sadie miró a su madre, puesto que la sacó de sus pensamientos.
— ¿Qué? Sí, sí, claro.
Lori entró y cerró la puerta detrás de ella. Miró a su hija con una mirada inquisidora y se sentó en la cama junto a ella
— ¿Qué te ocurre? —pregunta—. No quería preguntarte nada porque creí que acudirías a mí, pero... —suspira— ya no puedo esperar unos días más. ¿Qué pasa, Sadie?
— Nada, no pasa nada —dice la adolescente.
— Sadie, cuéntame —insiste—. ¿Qué pasa? ¿Tiene que ver con el instituto? ¿Tienes problemas ahí? Sabes que podemos cambiarte sin ningún problema --
— No, no, mamá, no es... no es nada de eso —interrumpe rápidamente—. No tiene que ver con el instituto.
— ¿Y entonces?
— No es nada.
Lori se quedó callada por unos segundos. Asintió lentamente y se levantó de la cama, dando la sensación de que iba a irse de la habitación.
— Es que... —comienza Sadie.
Su madre sonrió para sí misma levemente y se volvió a sentar en la cama, en completo silencio.
— Es que... siento que Joe está... distante. Li— solía pensar que estaba con todos los demás, pero ahora no estoy tan segura. Solía ser tan enérgica conmigo, y tan abierta conmigo —dijo Sadie, mirando a todas partes menos a su madre—. Solía contarme todo, hablábamos todos los días...
Sadie dejó escapar un bufido de fastidio. Lori se sorprendió bastante al ver a Sadie así. Más raro se le hacía pensar que era por Joe.
— Me dijo que me iba a echar mucho de menos. Hasta lloró un poco —dijo—. Pero ahora apenas me habla. Y cada vez que lo hace, siento que es como una... como una tarea para ella. Como algo muy monótono y como si fuera una carga, o algo así —dijo mientras movía las manos mientras hablaba—. Y no lo entiendo, porqué sé que no he hecho nada malo, pero al mismo ya no estoy tan segura. Y me molesta mucho que no sea sincera conmigo sobre... sobre no sé el qué, ¡porque ahora me oculta las cosas que claramente afectan todo —exclamó, gesticulando con las manos de forma más agresiva.
Lori asentía con cada palabra de Sadie.
— Ya veo —dice.
— Dios mío —se queja Sadie pasándose las manos por la cara—. No lo entiendo. ¡No la entiendo!
— Ya.
— Pensé que había dicho que me iba a echar de menos. Yo sí la echo de menos, ¿por qué me mintió?
— Lo entiendo.
— Me dan ganas de gritarle.
— Lo sé.
Sadie frunció el ceño.
— Vale, ¿mamá? —dice fastidiada—. No me estás ayudando.
Lori volvió a asentir con una pequeña sonrisita que borró en unos pocos segundos para que Sadie no se enfadase más.
— ¿Quieres mi opinión? —preguntó Lori—. ¿Mi más humilde y sincera opinión?
— ¡Sí! —exclama Sadie—. Sí, quiero tu opinión. Por favor.
La mujer se acomodó a su hija, que la miraba con el mismo gesto. Un gesto más que suficiente para demostrar que no tenía mucha paciencia y que estaba ciertamente exaltada por la situación. Suspiró un poco y la miró con simpatía.
— Para empezar, sea lo que sea lo que está pasando entre las dos, parece un gran malentendido —dijo—. Si tanto te molesta, ¿por qué no lo hablas con ella?
— Porque... Um...
La había pillado. Sadie se puso roja de la vergüenza cuando se vio incapaz de contestarle.
— Y tienes que entender que la gente puede tener secreto, no importa quien seas —explica—. Sé que tú tienes secretos que me ocultas. Yo tengo los míos. Y lo mismo ocurre con Joe.
— Pero...
— Joe no te debe nada, Sadie —dijo Lori, con un tono serio pero suave—. Entiendo que extrañes que te cuente todo, pero aunque lo extrañes, a veces tienes que entender que Joe tiene sus razones para ocultarte algo —dijo—. En lugar de enfadarte tanto con ella por no compartirlo todo, ¿por qué no te sientes agradecida por todas esas veces en las que sí lo hizo? —pregunta, dejando a Sadie sin palabras—. Porque hacer que alguien confíe en ti es muy difícil, y eso es exactamente lo que ella hizo.
Sadie mantuvo la boca cerrada. Estaba casi encolerizada mentalmente porque en el fondo, sabía que su madre tenía la absoluta y total razón. Sólo pudo poner los ojos en blanco y mirar hacia otro lado para evitar que su madre se diera cuenta de que estaba de acuerdo con ella.
— Por favor, dale el beneficio de la duda —dice Lori con una media sonrisa—. Tal vez no se sienta bien en este momento. Tal vez necesita un poco de espacio. Tal vez tiene muchas cosas que hacer —dijo—. Sea lo que sea, estoy segura de que tarde o temprano acabará por decírtelo. No seas muy dura con ella.
— Seguro que a papá no le ocultas nada.
— Es diferente.
— ¿Por qué?
— Porque tu padre y yo ya somos adultos y entendemos lo que es tener privacidad. Incluso estando casados.
— ¡Yo también entiendo lo que es tener privacidad! —se defiende.
— Lo sé, cariño. Lo que digo es que --
— Da igual —murmura Sadie.
ꜱᴀᴅɪᴇ'ꜱ ᴘᴏᴠ
Estaba muy confundida. Y todavía demasiado enfadada para pensar o incluso debatir lo que mi madre estaba diciendo, así que me quedé allí en silencio. Mi madre lo entendió. Salió de mi habitación poco después mientras soltaba un suspiro pesado.
Sabía que mamá tenía razón con lo que decía. No sé por qué estaba tan enfadada con Joe por ser un poco más reservada que de costumbre. Porque, ahora que soy honesta, fui bastante exagerada con cómo reaccioné.
Llegó el día siguiente y me sentí mucho mejor después de haberle dicho lo que pensaba a mi madre y después de escuchar su llamada "humilde opinión". Me sentí tonta, pero sobre todo me sentí fatal por no haber dejado que Joe se explicara. Así que, después de desayunar y de escuchar a mi madre y a mi padre hablar sobre dónde nos iríamos de vacaciones este año, subí a mi habitación de nuevo con el teléfono en la mano.
Estaba literalmente temblando mientras buscaba el contacto de Joe. Sentía que estas conversaciones iban a ser el principio del fin, porque Joe y yo nunca habíamos discutido antes. Así que tenía muchos motivos para estar hecha un manojo de nervios. Aunque las llamadas telefónicas no fueran realmente un problema, llamar a Joe era siempre un gran desafío.
Después de minutos de convencerme a mí misma de que todo iba a ir bien, finalmente le llamé. Unos cuantos pitidos después, Joe lo cogió.
— Hey, Sades —dijo.
— Hola, estaba... —carraspeé la garganta—. Me preguntaba si podíamos hablar un rato.
Me habría encantado haberle dicho "Hola, Joe. Solo quería preguntarte si estás molesta conmigo o si realmente solo me lo estoy inventando, porque te noto extraña y estoy preocupada.", pero al darle vueltas, quizás sonaba muy brusco.
— Oh, claro. Por supuesto.
— Entonces... ¿Cómo estás?
— Bien. Estoy bien —dijo con algo de acento—. Acabo de terminar de limpiar mi habitación.
— Bien. Por fin —bromeé.
Joe rió suavemente y mi corazón se iluminó un poco de felicidad al escuchar sus risitas.
— Sí, Belina me estaba dando un dolor de cabeza por eso. Juro por Dios que ella tiene su habitación peor que la mía. No entiendo los lloriqueos por mi habitación —dijo ella, con una sonrisa más grande esta vez.
— Claro —dije, devolviéndole la sonrisa—, porque tener la habitación limpia es malo para ti.
— Nunca he dicho eso —dijo riéndose—. ¿Y tú? ¿Cómo estás?
— Estoy bien. Ahora estoy muy aburrida, de verdad.
— Sí, lo mismo.
Nos quedamos calladas. Como si se nos hubiesen acabado los temas de conversación. Algo que quizás nunca nos había pasado antes. Joe jugueteaba con sus dedos, aunque no apartó la mirada de mí en ningún momento. A veces la notaba con la mirada perdida y que no me escuchaba cuando le hablaba.
Estaba más que claro que algo le pasaba. Por lo menos, tenía su mirada sobre mí.
———
hello!!! 4825393424523 millones de disculpas por tardarme tanto.
la verdad es que tenía poca inspiración y decidí tomármelo con calma 😩
que sepan que estoy a punto de hacer dibujos (simples, no se crean JAJAJAJ) sobre Joe y Sadie Y DE JADE Y MAX AHH
disfruten, y que tengan un fabuloso día <3
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