09. insecurities
ᴬᵖʳⁱˡ ²³ʳᵈ, ²⁰¹⁸
Después de esa gran catástrofe de cumpleaños, Joe no estaba hablando en absoluto con Millie porque todavía absolutamente enojada con la chica por; invitando a su novio tonto, organizándole una fiesta cuando Joe tenía claro cómo se sentía y, lo más doloroso, no regañando a Jacob por las cosas horribles que le dijo. También estaba enojada con Noah por acceder a faltarle el respeto a sus deseos. Y Sophie... Ella no era exactamente amiga de ella, así que simplemente no se preocupaba por ella en absoluto.
Pero, ¿la relación que tenía con Sadie? Era otra cosa. Ambas formaron un vínculo más fuerte después de un momento tan vulnerable viniendo de Joe. Mucho, mucho más fuerte.
Por fin estaba de vuelta en Atlanta para comenzar el rodaje de la tercera temporada. Y decir que Joe estaba absolutamente eufórica era una total afirmación.
Aunque no fuera para nada una persona madrugadora, se encontraba saltando de la cama muy temprano exclusivamente para ir a trabajar.
Sadie y ella decidieron hacer una pijamada para ir juntas el primer día. Obviamente, Joe no invitó a Millie. Lo pasaron muy bien, como siempre. Incluso Belina no podía evitar unirse a las chicas más jóvenes a veces para cotillear un poco y criticar a la gente. Sadie no lo hacía, pero secretamente disfrutaba escuchando a las otras dos criticar a alguien.
La mañana del 23, Joe se despertó en cuanto sonó la alarma. El momento en que tomó conciencia, una brillante sonrisa se trazó en su rostro e inmediatamente se giró para despertar a Sadie, quien seguía durmiendo plácidamente.
— Sades —susurró Joe mientras le ponía suavemente la mano en el hombro para sacudirla ligeramente—. Sadie.
— Mmm... —tarareó Sadie en respuesta.
— Vamos. Hoy es el gran día —dijo sacudiéndola de nuevo—. El día que estaba esperando desde hace mucho tiempo. Pero, finalmente está aquí. Es hoy —dramatiza.
Joe encendió la lamparita del lado de Sadie y de paso se acostó sobre ella, causando que se quejase en voz baja. Empezó a soltar risitas aquí y allá incontroladamente mientras se daba la vuelta para tumbarse boca abajo, todavía encima de Sadie. La otra chica se esforzaba por no mostrar su sonrisa involuntaria.
— No me ignores, Shady Sades.
— No te estoy ignorando —murmura Sadie, aún con sus ojos cerrados.
— ¡Pues levanta! —exclama Joe, pegando su mejilla contra la de Sadie—. ¿Por qué evitas el mejor día de este año?
— Joey —se queja Sadie.
Joe siguió restregando su mejilla contra Sadie, quien se había empezado a reír. Se despegó de ella por un momento.
— Alexa, reproduce Taylor Swift.
— Joe, es demasiado temprano para que pongas música —reprende Sadie. Joe le tapó la boca con ambas manos mientras negaba juguetona con la cabeza.
— Nunca es demasiado temprano para escuchar a Taylor, tú misma me lo dijiste —dice mientras tocaba la nariz de Sadie con su dedo—. Y tampoco para empezar a grabar Stranger Things. Vamos, levanta.
— Dios mío —ríe Sadie.
— ¿No eras una persona madrugadora? —bromea Joe.
— Lo soy.
— ¿Segura?
— Vale, mensaje captado. Quítate —dijo Sadie sentándose y restregándose los ojos.
Joe sonrió y rodeó firmemente el cuello de Sadie en un abrazo, volviéndola a dejar acostada en la cama.
[...]
La pareja llegó al lugar del rodaje a tiempo y caminaron de la mano, hablando, riéndose y cotilleando en voz baja. Los compañeros de trabajo de ambas las saludaron alegremente y las observaron con una sonrisa mientras caminaban hacia su cabina compartida (gracias a que Joe le rogó al director de arte para que les permitiese compartir camerino).
Sadie captó con el rabillo del ojo una mano que las saludaba. Miró en esa dirección y se dio cuenta de que era Millie. Miró a Joe por un segundo, quien la ignoraba o estaba simplemente despistada.
Sonrió un poco y le devolvió el saludo a Millie. Entonces, sintió que le apretaban la mano ligeramente. Miró a Joe, que envió una mirada indiferente a Millie y luego volvió a mirar al frente, sintiéndose algo avergonzada porque Sadie la estaba mirando.
— Lo siento —susurra Joe mientras dejaba de apretar la mano de Sadie.
— No pasa nada. ¿Estás bien? —pregunta.
Joe simplemente asintió lentamente.
— Aún no puedo ni mirarla —confiesa—. Era más fácil estar a su alrededor hace unos años que ahora. Pero, claro, supongo que cuando tienes novio te vuelves una completa idiota que aleja a sus amigos —se queja, mirando al suelo y pateando una piedrecilla—. Yo jamás le habría hecho eso. Ni alejaría a mis amigos de mí solo porque tengo novia.
Sadie se quedó callada, tan solo suspirando suavemente mientras la miraba y escuchaba atentamente.
— Joe, no estás obligada a estar con ella.
— ¿Qué? —dice confusa y mirándola—. Pero... vamos a grabar juntas por mucho tiempo.
— Porque es vuestro trabajo, pero más allá de eso, no tienes porqué interactuar con ella... —explica—... o mirarla.
Joe ladeó una pequeña sonrisa.
— Ya.
Sadie se puso roja en un segundo.
— ... ¿Sonó estúpido? —pregunta, aunque no esperó respuesta—. Sonó estúpido, lo siento.
— No, no.
— Lo siento, claro. Me imagino que quieres recuperar la amistad con ella, qué tonta —dice apresurada.
— No es estúpido —dijo Joe, poniéndole una mano sobre su hombro y sonriéndole gentilmente—. Tienes razón, podría simplemente ignorarla. Pero tampoco quiero hacer eso para siempre.
— Oh... ¿Entonces, esperarás?
— Sí, creo que sí.
Sadie asintió a sus palabras y se quedó callada, aún ciertamente avergonzada por lo que dijo antes.
— Siempre haces lo mismo —comenta Joe mientras abría la puerta del camerino y aguantándole para que Sadie entrase.
— ¿El qué?
— Avergonzarte por lo que dices.
Sadie se quedó callada, algo perpleja. Joe cerró la puerta del camerino y se dio la vuelta para mirarla con una sonrisa compasiva.
— Bueno, quizás no siempre —se autocorrige—. Pero lo haces muy a menudo.
— No, claro que no.
— Sadie —interrumpe—. Pasamos gran parte del día juntas, sea dentro o fuera del trabajo. Creo que sé de lo que hablo.
La pelirroja apartó la mirada y tragó saliva disimuladamente. Caminó hasta su vestimenta de Max.
— ¿Tiene que ver con que seas vergonzosa de forma general? —pregunta Joe, sentándose en el sofá—. ¿O por qué?
Sadie siguió sin contestarle.
— Nunca te lo dije porque temía... no lo sé, asustarte. Asustarte no, ¿por qué te asustarías? —se ríe ella misma—. Sades, ¿me estás escuchando?
— Sí.
— ¿Estoy siendo muy insistente? ¿Por eso no dices nada? —dijo Joe rápidamente—. Lo siento, solamente quería hablarlo, pero entiendo que no quieras.
Carraspeó la garganta y sonrió levemente. Se dirigió hacia su armario, donde tenía colgado en la puerta el vestuario de su personaje.
— No fastidies, le añadieron una chaqueta de patos a Jade y no me dijeron nada —dijo fingiendo estar ofendida—. ¿Qué tan genial es? Yo también quiero una.
Sadie se quedó pensativa un momento, mirando a Joe descolgar la ropa de Jade del armario. Luego, dejó un suspiro. Apoyó la espalda contra la puerta de su armario y se mordisqueó el labio. Joe notó como el camerino cayó en silencio de repente. Giró la cabeza para mirar a Sadie.
— No sé por qué lo hago. Supongo que simplemente soy así, ¿sabes? —dice—. Es que... tengo esta... sensación constante de que todo lo que digo no tiene sentido y hace que la gente me mire como si fuera literalmente tonta —dijo, sintiendo lentamente que se le quitaba un peso de encima.
Se frotaba el brazo y miraba a todas partes menos a Joe.
— Tengo tanto miedo de que la gente se burle de mí que me quedo callada o digo poco. Y-y ahora que estoy trabajando en una serie tan grande como Stranger Things... empeoró. Ahora no puedo dejar de pensar en cada palabra que digo y es tan frustrante y tan agotador —expresó, frunciendo un poco el ceño mientras hablaba—. Y a veces no puedo evitar enfadarme un poco con Millie por interrumpirme cuando estoy empezando a sentirme más cómoda hablando, pero simplemente no digo nada porque no quiero herir sus sentimientos, y... y también me gustaría ser tan abierto y tan expresiva con los demás, como tú...
Alzó la vista, dándose cuenta de que estaba divagando más de lo que le gustaría. Joe estaba a su lado inclinando la cabeza mientras la escuchaba atentamente.
— ¿Sí? -preguntó Joe, intentando que Sadie se sincerara un poco más.
Sadie negó con la cabeza y dejó un largo suspiro, sonrojándose un poco por segunda vez en el día.
— Lo-lo siento... —Sadie sacudió rápidamente la cabeza—. Oh, Dios, lo siento. ¿Ves? A esto me refiero.
— No, no, Sadie —la tranquilizó rápidamente Joe—, está bien, no te disculpes.
— Estaba diciendo estupideces —dijo ella—. No creo que Millie sea molesta, claro que no. Es que...
— Sades, lo entiendo.
— Pero...
— ¡Sades! -Se rió Joe.
Sadie sonrió torpemente, mirando a Joe como un cachorro perdido. Joe le sonrió cariñosamente.
— Vale, parece que tengo que confesarte algo para que dejes de menospreciarte —dijo Joe mientras se giraba hacia la ropa de su personaje.
Joe se quitó inesperadamente su propia camiseta, asustando y poniendo nerviosa a Sadie. Rápidamente se dio la vuelta, con la cara ardiendo. Joe era completamente ajeno a la reacción de su mejor amiga.
— El elenco y yo incluida, te admiramos, porque literalmente eres tan talentosa, tan agradable y —dijo Joe, mirando la camisa de Jade— tan madura. Te vemos como una... um... Algo así como una madre. No literalmente, pero se entiende.
Sadie soltó una pequeña risita aún de cara a la pared.
— Y nos morimos por escucharte siempre. Como que todo lo que dices es interesante y no aburrido. En absoluto.
— Sólo estás siendo amable.
Joe se giró frunciendo el ceño, ahora con la camiseta puesta.
— Estoy siendo total, absolutamente, cien por cien honesta —dijo la alemana, ligeramente ofendida—. Me parece que todo lo que dices me hace pensar en algo así como: "Maldita sea, es una puta genia". En serio. A menudo me gustaría ser como tú en todos los aspectos.
Sadie se giró con una sonrisa un poco más grande en la cara.
— No soy un genio.
— Puede que no, pero yo sí te veo como tal —dijo Joe, sentándose en el sofá y sin romper el contacto visual con la pelirroja—. En serio, Sadie.
— De acuerdo —murmuró ella con una pequeña sonrisa, sentándose en el reposabrazos.
— No puedo creer que Sadie Sink, LA Sadie Sink pensara que era molesta... El mundo en el que vivimos, ¿huh? —bromeó, pellizcando juguetona el muslo de Sadie.
— ¡Hey! —se queja entre risas.
— Hasta las chicas más bonitas tienen inseguridades por algo inexistente.
— Oh, basta —dijo rodando los ojos divertida—. Qué tonta eres.
— Tienes que entender que yo siempre necesitaré tus ideas y consejos —tranquiliza Joe nuevamente—. Sin duda son necesarios.
Sadie no dijo nada después de eso. Ahora tenía una sonrisa más brillante, sintiéndose mucho menos insegura. Joe sintió que su corazón saltaba de felicidad al ver que su honesta y hermosa sonrisa se imponía a su triste ceño de hace unos minutos.
— Me alegro mucho de que te hayas abierto a mí —dijo Joe.
— Fue extrañamente... agradable. Incómodo, pero agradable.
— Sí.
— Gracias —dijo Sadie.
— No es necesario.
— No, de verdad. Gracias, JoeJoe —dijo de nuevo—. Nunca se lo he contado a nadie. Y estoy muy, muy contenta de que hayas sido tú a quien se lo haya contado. Supongo que por primera vez... me siento como...
Se mordió un poco el labio con nerviosismo. Joe volvía a dirigirle esa característica mirada cálida y cariñosa suya. Sadie volvía a sentirse nerviosa frente a Neumann. Balbuceó un poco antes de poder continuar con lo que decía.
— ... como si realmente pudiera confiar en ti.
No estaba mintiendo. Aunque no era precisamente infeliz y tenía amigos, nunca había tenido a alguien que le contara lo que realmente sentía. Estaba eufórica y también un poco escéptica, porque todo esto era extremadamente nuevo para ella.
Joe se mordió el labio, intentando desesperadamente no emocionarse demasiado y abrumar a Sadie. Su corazón estaba acelerado, un poco demasiado feliz de escuchar lo que ella quería escuchar durante años. Joe asintió lentamente mientras una enorme y tambaleante sonrisa aparecía en sus labios.
Sadie confiaba en ella.
— Chicas —dijo Shaw Levy, tocando la puerta del camerino un par de veces antes de entrar.
Las chicas lo miraron.
— ¿Aún no están listas? —pregunta, alzando una ceja y cruzándose de brazos.
— No tardamos mucho —dijo Sadie.
— Sí. En cinco minutos salimos.
— Rápido, vamos —dio unas palmadas—. No me hagan tener que separarlas.
— ¡No, no nos separes! —exclama Joe dramáticamente, aferrándose al brazo de Sadie.
— ¿Cómo vamos a vivir separadas? —dijo Sadie con el mismo tono dramático, haciendo reír al productor.
— Venga, venga. Vístanse —dijo Shaw con una sonrisa y saliendo del camerino.
Las chicas se rieron cuando el hombre salió y se levantaron del sofá para terminar de cambiarse. Se estaban dando la espalda para respetar la intimidad de cada una.
Joe se quitó los pantalones y Sadie la camiseta. Siguieron cambiándose8 en silencio. Joe por su parte, simplemente no podía dejar de sonreír tontamente, reproduciendo sin parar las palabras recientes de Sadie. Pensaba que era estúpido, porque tarde o temprano Sadie se abriría con ella, pero quizás creía que le costaría más trabajo forjar una base lo suficientemente cómoda para la pelirroja.
— Alexa, reproduce Taylor Swift —dijo Sadie de repente.
———
cap de relleno, pero ciertamente importante para ambas <3
no es mi fav, pero tampoco está tan mal 😩
manden ideas. help this girl out
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top