05. i got you

ᴼᶜᵗᵒᵇᵉʳ ²⁷ᵗʰ, ²⁰¹⁷

theogjoe

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jealousy

Los últimos seis meses para Joe habían sido espectaculares. Había regresado a su querido país y había pasado allí cinco meses, en donde había estado estudiando y descansando. Aunque antes de irse a Alemania, había ido a varias sesiones fotográficas para la promoción de la serie junto a sus compañeros y algunas ella sola. El mes restante, se la pasó junto a Belina viajando por Europa, conociendo y revisitando algunos países por algunos días.

A pesar de haber adorado sus vacaciones, extrañaba mucho a sus compañeros. Se había acostumbrado a la presencia de todos ellos, que se le hacía extraño pasar más de una semana alejada de ellos.

Hoy era el día de estreno de la muy esperada segunda temporada. Tanto Belina como Joe estaban en un coche con los cristales tintados, ya vestidas y maquilladas. Joe no dejaba de jugar con la tela de su vestido. La joven estaba tan nerviosa que no estaba escuchando nada de lo que los adultos de su alrededor decían. Estaba con los nervios a flor de piel y con una buena razón.

Estaba casi temblando. No era la primera premier a la que iba y sabía que no sería la última, pero estar frente a tantas cámaras y tanta gente desconocida gritando su nombre, era muy difícil para ella. Quizás lo sobrellevaba peor que los demás en el cast.

Belina le puso una mano en su hombro y le dio un suave apretón. Joe la miró de reojo por un momento, pero no dijo nada.

— Necesito que te relajes un poco, J —dijo Lina, ladeando una sonrisa.

Joe forzó una pequeña sonrisa y asintió mínimamente.

— Es un vestido muy bello, ¿no crees? —dijo Belina, en un intento de distraer a la adolescente.

— Hace mucho que no te pregunto, ¿qué tal con Vivianne? —pregunta Joe.

Vivianne era una mujer con la que salía Belina. Joe sabía que llevaban saliendo en citas por mucho tiempo, pero Belina nunca le confirmó si por fin salían oficialmente o no.

— Muy bien.

— ¿Ya están saliendo? —le pregunta.

— No.

Joe suspiró suavemente exasperada.

— ¿Todavía no? A este paso consigo novia yo antes que tú —dijo Joe apretando los labios en una línea fina—. En serio, llevas diciendo lo mismo por meses. ¡Meses!

— Bueno, Joe, lo bueno toma tiempo.

— Eso es una mierda —exclama la adolescente—. Llevas diciendo eso por demasiado tiempo. ¿Dónde está lo emocionante y excitante? ¿Cuánto más tiempo van a estar en la fase de citas?

Belina se estaba riendo a carcajadas. Joe se contagió un poco de sus risas y sonrió suavemente.

— ¿Pero tu has salido con alguien? —le pregunta Belina, alzando una ceja con diversión—. Porque parece que sabes lo que hay que hacer.

— No, pero no me hace falta salir con alguien para saberlo. Ser la espectadora puede ser muy interesante —dijo Joe mientras gesticulaba frenéticamente con las manos—. Una aprende mucho siendo la tercera rueda.

El coche se detuvo suavemente delante del lugar del evento.

— Vale, tercera rueda —dice Belina mientras sus carcajadas se acallaban lentamente—. Ya llegamos.

Joe miró por la ventana mientras sus sonrisa desaparecía en cuestión de segundos. Sí que habían llegado. Suspiró muy hondo y bajó del coche con una pequeña sonrisa ansiosa. La gente se volvió loca nada más verla y Joe no hizo más que saludar como pudo, sin mantener contacto visual por más de un segundo.

Los fotógrafos gritaban su nombre a todo pulmón. Sus oídos ya dolían y eso que acababa de bajarse del coche. Con los ojos entrecerrados por culpa de los flashes, buscó desesperada a una cara que se le hiciese conocida.

Mientras tanto, Sadie esperaba su turno para pasar por la alfombra. Estaba algo nerviosa, porque no sabía muy bien como la gente la recibiría después de ver a su personaje. 

Miró a su alrededor con una pequeña mueca Se estaba sintiendo rara y algo solitaria. Claro, se llevaba fantásticamente con sus compañeros y amigos del cast. Pero no podía dejar de buscar a Joe con su mirada. Estaba aburrida, sin energía y con inmensas ganas de verla. 

—¡Finn! —decían entre gritos los fotógrafos—. ¡Aquí! ¡Millie!

La pelirroja no se había dado cuenta de que faltaba muy poco para que ella tuviese que salir.

Sadie dejó un leve suspiro de derrota mientras se ponía derecha, creyendo por un momento que Joe no vendría. Su manager hizo unos últimos arreglos a su cabello y le dio un muy leve empujón para que tomase el lugar

Joe vino corriendo descalza hacia ellos con los tacones en una mano y con la otra agarrando el vestido para no tropezarse y con Belina corriendo apresurada detrás de ella mientras se ponía los pendientes. Sin embargo, Sadie pudo ver que Joe no tenía esa típica sonrisa de felicidad que alegraba el día de todos los que se le cruzasen. 

Neumann se sentó en el suelo. Algunos organizadores, que estaban visiblemente molestos, se acercaron a ella nada más apoyar el trasero en el suelo para decirle de mala forma que llegaba tarde y que era una completa irresponsable. Bajó la mirada, mientras se intentaba poner los tacones entre las palabras rudas e insensibles. Los organizadores se alejaron rodando los ojos.

Joe, al borde de las lágrimas, seguía tratando de ponerse los tacones. Sus manos temblaban y parecían de mantequilla. Miró hacia detrás, buscando a Belina con la mirada para que fuese a su rescate. 

— Torpe —dijo alguien agachándose frente a ella.

Joe alzó la mirada de su calzado.

Sadie tenía una pequeña sonrisa cálida y una mirada llena de calma. Cosas bastante normales en ella. Joe sonrió mientras la miraba, siendo contagiada por la tranquilidad que Sadie transmitía.

— Sades —murmuró Joe sin poder borrar su sonrisa.

La pelirroja tardó pocos segundos en ponerle los tacones. Cuando lo hizo, se levantó y ayudó a Joe a levantarse. 

— ¿Estás bien? —pregunta Sadie, agarrando sus manos firmemente y sin desviar su preocupada mirada de los ojos llorosos de Joe.

Joe asintió entre muy leves carcajadas, algo avergonzada por como se había puesto por unos estúpidos tacones.

— Sí... Estoy bien.

Sadie sonrió de nuevo y puso una mano en su mejilla, sin soltar su otra mano.

Por un momento, Joe se olvidó por completo de que estaban en la premiere de la serie en la que trabajaba. Se dejó perder en su garza y serena mirada por unos segundos, aunque fue forzosamente interrumpida por culpa de una de las organizadoras, prácticamente obligándole a salir de una vez. 

— Lo vas a hacer genial —dijo Sadie, dando un paso hacia detrás.

[...]

Sadie tenía razón. Joe lo hizo genial. Los fotógrafos la adoraron. Adoraron aún más las fotos en grupo y las fotos con Sadie y Millie. Ahora, por fin, después de tanta ansiedad innecesaria, era el turno de las cortas entrevistas.

— Joe, ¿cuál dirías que es tu personaje favorito? —pregunta un reportero.

— Um... Sinceramente, Nancy —contestó con una sonrisa muy leve—. Es como, la mujer a la que aspiro ser. Es impresionante.

— Parece que tienes el mayor crush de la historia en Nancy, ¿o no?

— Es decir... —dijo Joe, riendo levemente—. Sí. Es ruda y sabe usar un arma. 

— ¿Y que opinas sobre la gente juntando a Eleven y a Jade románticamente? —pregunta.

— ¿La gente hace eso? —pregunta Joe confusa y con una sonrisa.

— Sí. ¿De verdad no lo sabías? —dijo el hombre. 

Él le extendió una tarjeta Joe la leyó con curiosidad. De pronto, Millie apareció detrás de ella. Puso sus manos en sus hombros y dio un pequeño grito para asustarla. A Joe se le fue el corazón a la garganta por un segundo, pero luego se empezó a reír junto a Millie, quien se apoyó en sus hombros cariñosamente.

— Mills, mira —dijo Joe, enseñándole la tarjeta—. Están emparejando a Jade con Eleven.

— ¿Qué? —exclama Millie, sorprendida.

Millie entrecerró los ojos para leer lo que decía la tarjeta.

— "Jaleven" —lee Millie—. ¿Ese es el nombre? —pregunta, mirando al entrevistador y a Joe respectivamente. Ambos asintieron.

— ¿Qué opinas, Millie? —pregunta el hombre.

— Es... Es lindo. Es adorable —admite Millie, encogiéndose de hombros—. ¿Qué dices tu, JoeJoe?

Joe arrugó un poco la nariz y se rió.

— Las veo más como mejores amigas, pero... Supongo que no es terrible —dijo—. Es adorable.

Sadie, que estaba justo al lado de sus dos compañeras, no pudo evitar escuchar de lo que hablaban. A pesar de estar siendo entrevistada ella también, estaba distraída. Mientras el reportero pasó a hablar a la cámara, miró a Joe estar ruborizada y riéndose junto a Millie, que no paraba de molestar a Joe a modo de juego. Frunció muy levemente el ceño al verlas así.

— ¿De donde salió esto? —susurró Joe mirando a Millie con una sonrisa divertida. 

— Joe, una última pregunta —dijo el reportero.

— Claro, adelante.

— ¿Jade y Max van a empezar a salir en la tercera temporada? ¿O ese beso fue solamente algo para aclarar dudas? —pregunta—. ¿Quizás fue un beso de amigas? 

Joe lo miró como si fuera un completo idiota por decir lo último, pero supo disimular un poco. Millie, comenzó a reirse por lo bajo mientras giraba la cabeza para que no se le notase en cámara. Joe se mordió la lengua antes de hablar para esconder sus risas.

— Uh... Es decir, ya veremos —dijo Joe, entrecerrando los ojos por un momento—. Sinceramente no creo que parezca un beso de... amigas —casi se le escapaba una carcajada.

— Si salen, ¿qué pasará con Lucas y Max?

— No puedo decir nada, lo siento. Muchas gracias —dijo con una leve sonrisa y comenzando a caminar. Se despidió con la mano.

Millie finalmente, comenzó a reírse.

— ¿Beso de amigas? —se burla Millie.

Joe finalmente, dejó que sus carcajadas fluyeran libres de su garganta.

Por fin era el afterparty. Ahora Joe se sentía mil veces más a gusto. Se pudo quitar los tacones y estar descalza por todas partes. Y bailar. Amaba bailar en las fiestas. No se podía quedar sentada sin hacer nada. Bailó con casi todos sus compañeros y se sacó fotos con algunos invitados a la fiesta por pura cortesía. Dio su sonrisa más encantadora a los fotógrafos y no dudó en sacarse fotos con sus compañeros si los fotógrafos se lo pedían. 

Sadie estaba bailando con sus amigos y descansaba a ratos, porque su energía no era tanta como para estar bailando por horas a diferencia de Joe. 

Estaba sentada tomando su refresco y hablando con las hijas de Shawn Levy, Tess y Sophie. Hablaba con ellas de absolutamente todo y era más cercana con ellas que con la mayoría del cast. Su paz había sido interrumpida cuando un muchacho que parecía sacarle unos cuantos años, se le había sentado al lado. Sadie y las hermanas se quedaron en un silencio claramente tenso e incómodo.

— Hola, Sadie —dijo el chico.

— Hola, ¿nos... conocemos? —dijo Sadie tratando de sonar amable. 

Estaba sonriendo lo mejor que podía, pero estaba claro que le estaba molestando su presencia. Al fin y al cabo, a nadie le gusta que interrumpan una conversación de esa manera.

— Sí, ¿no te acuerdas? Soy un extra. Me llamo Matthew Giggs.

Sadie se acordó de haberlo visto de vista. Vagamente.

— Ah, ya. ¿Qué tal?

— Bien, bien —dijo él. 

Se acercó un poco más con la silla y tenía el cuerpo completamente girado hacia ella. Sadie por su parte, seguía con su cuerpo hacia la pista de baile. Algo muy sutil decía muchas cosas. Por ejemplo, que no quería hablar con él.

— Querría conocerte un poco más, ya sabes —dijo mientras le sonreía.

Sophia y Tess se miraron entre ellas y pusieron una mueca de incomodidad abosulta. Se levantaron y se fueron apresuradas al no saber que hacer, dejando a Sadie sola con el muchacho. La pelirroja estuvo a punto de levantarse del sitio y jalarles del pelo para que se quedasen.

— Uh... En realidad yo... —trató de hablar, pero Matthew parecía insistente.

— Solo un rato —dijo él, poniendo su mano en la rodilla de ella—. Si no te intereso, me iré. Prometido —alzó su otra mano y se la puso en su propio pecho, esperando sacarle una sonrisa a la pelirroja.

Sadie forzó una sonrisa. Él no quitó la mano de su rodilla. Se dedicó a acariciarle con el dedo pulgar mientras empezaba a hablar por unos largos minutos sobre algo que a ella no le importaba en lo absoluto y a lo que no le prestaba atención. Sadie miraba en todas partes en busca de ayuda,  pero todo el mundo parecía estar demasiado ocupado pasándoselo bien. De vez en cuando sonreía para simular que lo escuchaba aunque no fuese así, porque no quería ser descortés.

— ... por eso siempre quise ser actor. Desde pequeño, ¿sabes? —dijo él.

— Hmm —tarareó Sadie sin mirarlo a la cara.

El muchacho sonrió al pensar que Sadie realmente lo estaba escuchando. Carraspeó la garganta y se le acercó al oído. A Sadie se le erizaron todos y cada uno de los vellos de mala manera al sentir el aliento caliente de él sobre su oreja.

— ¿Nos vamos de aquí? —le susurra con un tono levemente más bajo. Le seguía acariciando la pierna y esta vez parecía subir muy lentamente.

— No sé, creo que es mejor que no... —dijo Sadie como pudo.

Matthew sonrió cerca de ella. Estaba demasiado cerca de su rostro. Sadie estaba con los ojos abiertos y trataba apurada de alejarse de los labios del actor.

— Yo creo que deberíamos.

— T-tengo 15 años, yo... —dijo Sadie poniendo una mano en el pecho de Matthew para evitar que se acercara más.

— No me importa —dijo, como si eso de alguna manera fuera a calmar a la pobre pelirroja.

Sadie estaba más que angustiada y tensa. Aún seguía alejándose de él lo más que pudo. No sabía que hacer. En algún momento, sabía que ese chico estaría prácticamente encima de ella y no tendría escapatoria.

— ¡Shady Sades! —exclama Joe.

Sadie giró la cabeza rápidamente sintiendo el mayor alivio de la historia en su corazón. Matt miró también, pero no parecía tan feliz como Sadie.

Joe cayó sentada en sus piernas, causando que Matthew se alejara repentinamente para evitar ser golpeado. Rodeó firmemente el cuello de Sadie, mientras que la pelirroja también agarraba a Joe por la cintura con fuerza, temiendo que se fuese de su lado y la dejase sola en la tensa situación. Joe movió las caderas varias veces para que el chico, ya incomodado, sacara la mano de la pierna de la pelirroja y lo consiguió. 

— Te he buscado por todas partes, Sades —dijo Joe, separándose un poco y mirándola directamente a los ojos. 

Sadie sonrió y la miró como si fuera su mismísimo ángel de la guarda recién caído del propio cielo. No soltó a Joe ni un segundo.

— ¿No me habrás estado evitando? —dijo Joe con un leve tono divertido.

— Claro que no, nunca —contesta Sadie, sonriendo más ampliamente al saber que estaba a salvo.

— Perdona, pero claramente interrumpes algo —dijo Matthew claramente molesto con la situación.

Joe lo miró. Su sonrisa se borró y su ceja se alzó mientras lo miraba con una expresión de desagrado muy fácil de ver.

— Y a mí claramente no me importa —responde Joe. Comenzó a acariciar la parte de cabello que Sadie tenía suelto—. ¿Quién es este? —pregunta frunciendo el ceño y mirando a Sadie.

— Soy Matthew.

— No te pregunté a ti, ¿verdad? —dijo Joe nuevamente.

Él la miró incrédulo, pero no se dio por vencido.

— Estábamos teniendo una conversación.

Joe sonrió y entrecerró los ojos. Miró a Sadie y luego a Matthew.

Sadie miraba lo que pasaba con admiración y algo de sorpresa. Era la primera vez que la veía siendo tan 

— Escucha, Matty.

— Matthew, me llamo Matthew.

Joe lo ignoró por completo.

— Estás molestando a mi compañera. Y eso me molesta a mí.

— ¿¡Qué!? —dijo él ofendido—. Solo estábamos hablando. Además, si le hubiese molestado, me lo habría dicho.

— Sadie, ¿te estaba molestando? —le pregunta Joe con dulzura.

La pelirroja se ruborizó y trató de contestar como pudo, no queriendo un conflicto. 

— Yo... Um...

— ¿Lo ves? —interrumpe el muchacho.

Joe casi podía sentir su propia vena palpitarle en la frente de la rabia. Tenía ganas de patearle la cara hasta rompérsela y ver sangre caer como una cascada.

— Estaba incómoda. Se le veía con ganas de salir corriendo desde la otra punta de la fiesta —debate.

— ¿Qué coño estás insinuando? —pregunta él frunciendo el ceño y apretando los dientes.

— Insinuó que la estabas incomodando —le contesta de mala gana—. Estaba mirando a todas partes menos a ti, ¿dirías que estaba interesada? —dijo.

El chico intentó debatirle, pero Joe continuó.

— Exacto. No lo estaba —dijo, torciendo la cabeza—. Así que hazme un gran favor y mueve el culo fuera de esta fiesta, porque aquí ya no eres bienvenido. A no ser que quieras que te saque yo misma, y te juro que si tengo que hacerlo, lo hago con gusto.

— ¿Me estas amenazando? —pregunta el chico ofendido, frunciendo el ceño.

Joe endureció la mirada y apretó la mandíbula un par de veces antes de contestar. Su mano inconscientemente apretó un poco el hombro de Sadie.

— Sí. 

Cayó el silencio entre los tres adolescentes. Él parecía echar humo. Unos pocos segundos después se levantó y se fue de allí como un niño enfadado a punto de dar una pataleta. Joe lo observaba fijamente mientras se alejaba. Cuando estaba lo suficientemente alejado, miró a Sadie con unos ojos llenos de preocupación.

— ¿Estás bien? —pregunta preocupada Joe.

— Sí, estoy bien.

— ¿Estás segura? ¿No te hizo nada?

Sadie sonrió cálida y negó con la cabeza.

— Estoy bien.

— Siento mucho no haber llegado antes —dijo Joe— Tess y Sophie llegaron corriendo a por mí y me dijeron lo que estaba pasando y... bueno, aquí estoy.

Sadie no dijo nada. No quería decir nada. Tan solo siguió sonriendo mientras la miraba profundamente agradecida y como si fuera su salvadora. Puso la cabeza en el pecho de Joe e inevitablemente pudo escuchar los latidos de su corazón. Sonrió ampliamente al sentirse tan en calma en comparación a hace dos minutos. 
Neumann se sonrojó levemente. Rodeó con sus brazos la cabeza de Sadie y acarició de nuevo su cabello pelirrojo.

— La próxima vez, gritas y vengo a por ti. O creamos otro código secreto.

Sadie rió suavemente sin separarse.

— No pude decírtelo antes, pero te ves preciosa —dijo Joe tímidamente— Y... Um... Te extrañaba mucho.

Sadie alzó la mirada sin separarse del pecho de Joe y sonrió de nuevo. No podía dejar de sonreír cuando estaba con Joe.

— Tú también te ves preciosa —murmuró—. Y yo también te extrañaba.

Joe se convirtió en ese instante en la persona favorita de Sadie.

———

holis!! ya regresé del viaje <33

no estoy muy contenta con este cap. tengo mucho miedo de hacer de esta historia algo repetitivo y excesivamente largo. así que sí en algún momento se pone así, por favor, díganlo ❤

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