XXXIII‹ "Eso no es amar"
Me encontraba sentada en una silla de metal frente a una mesa del mismo material, cuadrada y pequeña.
Olía a humedad y las paredes se encontraban pintadas de colores deprimentes.
El ruido de la reja me hizo levantar la mirada; un policía dirigía a Jo hasta donde me encontraba, el segundo llevaba las manos detrás de la espalda.
El oficial quitó las esposas de las muñecas de Jo y se retiró cerrando la reja tras él, dejándonos a Jo y a mí "solos".
Carlos me había explicado un poco del porque Jo se encontraba ahí, pero deseaba escuchar la versión de su parte. Reunía las fuerzas para seguir creyendo que Jo no es culpable de nada y es inocente, aunque todos intenten decirme lo contrario.
–Ho- hola...– finalmente habló Jo después de tomar asiento frente a mí. –Yo... No sé que decir...– Bajó la mirada.
–Dime que no es verdad... Di que todo esto es un malentendido. – Alcé finalmente la mirada a él. Me destrozó ver su expresión decaída, era increíble como una noche en la cárcel conseguía eso.
Jo sólo bajó nuevamente su rostro –¿Jo?...–
–Tenemos que hablar... – dijo en tono bajo.
–Claro que tenemos que hablar.– no podía evitar el tono irónico en la frase.
–¿Qué te contaron?–
–Jo, creo en ti. No importa lo que digan ellos, pero ¿tú qué tienes para decir?.–
–Me acusan de robar papeles de propiedades de tu madre.–
–Eso me contaron...–
–No es verdad...– asentí. Un poco de paz regresó a mí. –Al menos no esa parte–
–¿A qué te refieres?–
–No tengo idea de qué fue lo que te contaron... Pero estando en ésta situación, creo que debo decirte toda la verdad.–
–No me dijeron mucho, sólo que intentaste robar algo, y que tienes antecedentes. Que fuiste un joven problema. Y... Y que la única razón para que estuvieras siempre a mi lado era por un maldito contrato.– mi corazón se rompió cuando mi madre me explicó esa parte; saber que Jo no me quería en realidad fue algo muy duro para mí.
Jo suspiró profundo –Sí. La gran mayoría es verdad. Lo siento – hizo una pausa. Jugaba con sus manos sobre la mesa sin quitarles la vista. –Tenía 12, cuando escape de casa... Yo... Simplemente no podía seguir soportando esa vida. – Un suspiró pesado salió de su boca, y en ese momento sabía que él hacía un enorme esfuerzo por no derrumbarse. –Mi padre era alcohólico y... No trabajaba...– soltó un sollozo –Esto es difícil...– dijo entre el nudo formado en su garganta.
A pesar de que la situación colocará la confianza que sentía a Jo pendiendo de un hilo, no soportaba verlo de esa forma, pocas veces me había tocado presenciarlo actuar de esa manera.
–Tranquilo... No te fuerces...– Tomé sus manos sobre la mesa y las entrelacemos. –Te pregunté muchas veces por tu familia... ¿Ésa es la razón por la que nunca me contaste nada? –
Él asintió. Luchando contra su voz quebrada, habló –Mi padre golpeaba a mi madre, a mis hermanos y a mí. Le arrebataba el poco dinero que mi mamá ganaba lavando ajeno. Un día no soporté...– Más lágrimas corriendo por sus mejillas caían después en la mesa –Yo no soporté escuchar como le hacía daño a mi mamá, era una buena mujer. Y la amaba...–
Separé una de mis manos de las suyas para ofrecerle un pañuelo.
–¿No querrás decir que la amas?–
Negó con la cabeza –No puedo vivir en paz pensando que la abandoné... Eso no es amar.–
–No digas eso. Hay cosas locas que uno hace por amor... Y aunque alejarse de esas persona es lo más difícil, sabes que no significa que dejes de amarlos. Eres fuerte por intentar seguir adelante.– Ésta vez una lágrima recorrió mi mejilla.
–... Nunca te lo dije, pero hay veces que las cosas que hacemos por intentar proteger a las personas que nos importan, terminan lastimandonos tanto a ellos como nosotros. – Jo limpió mi rostro con la yema de su pulgar.
–Somos víctimas del mismo dolor.– intenté sonreír. –¿Qué pasó después?–
– Dejé a mis hermanos en su cuarto indicándoles que no salieran. Él golpeaba con fuerza a mi madre... Y me interpuse en medio de mis padres... Recibí fuertes puñetadas y patadas de mi padre aún estando yo en el suelo sin lograr moverme. Escuchaba los gritos de mi mamá rogándole que se detuviera...– Jo se dejó caer en la mesa con los brazos como soporte. Sorbió por la nariz reprimiendo un sollozo –Al otro día me escapé de casa... Fueron años soportando ese maltrato... Y simplemente ya no podía más–
–¿Y qué hay con los antecedentes penales?... ¿Cómo es que llegaste a mí?– Mi cabeza se sentía desorientada, las ideas estaban revueltas.
–Al salir de casa no tenía a donde ir... Me topé con las personas equivocadas y mis actos tampoco ayudaron; finalmente terminé más de dos veces en la correccional. En la última ocasión el juez pidió mi ingreso a la escuela militar. – Jo pasaba una y otra vez sus manos por su cabello, cuello y nuca –No tengo idea de porque tu madre me eligió aquel día para ser tu guardaespaldas, apenas si te doblaba la edad, llevaba cinco meses en esa escuela y era un pésimo alumno.–
–¿Mi madre te buscó en ese lugar?–
–Sí. Ella apareció buscando a alguien adecuado para el trabajo, obviamente ese no era lugar para eso. Pero supongo que de alguna manera convenció al comandante, y finalmente terminé siendo yo el elegido.–
–¿Creí que habías dicho que eras un terrible alumno, como es que mi madre pudo elegirte?–
–Seamos sinceros, a ella no le importas realmente... La escuela militar no entrena guardaespaldas, y supongo que yo era una de las pocas opciones.– Se encogió de hombros. –Siempre he intentado ser sincero contigo, sobre lo que siento. En verdad te quiero, y daría mi vida por ti, porque eres como mi hermanita... Porque después de esos años en el infierno, llegaste tú, me regresaste a la vida, me enseñaste a disfrutar de los buenos momentos... Por favor, no me odies.–
–Yo también te quiero mucho, como si fueras parte de mi familia. Es un amor incondicional... Y me hace feliz escucharte decir eso sobre mí. Pero tú también me ayudaste en mucho, sin ti, mi vida sería horrible.– pasé saliva intentando eliminar el nudo en mi garganta, ésta ardía intentando retener todo mi dolor. –Pero aún no me aclaraste lo del contrato, y el robo... ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué mi madre te acusa?–
–Ha, sí, eso.– Dijo nervioso –Pues... Unos días después de llegar a tu casa, descubrí algo que al parecer tu madre guardaba muuuy en secreto... Ella me acusó y la policía le creyó toda una mentira que inventó, sobre mí, robando unas joyas. Pero tu mamá me "dio" una oportunidad y a cambio de firmar ese contrato donde me comprometía a estar siempre a cargo de ti, no terminaría en la cárcel.–
–¡¿Cómo pudieron engañarme todo este tiempo?! ¡Tantos años creyendo que en verdad te importaba! ¡Todo era por ese estúpido papel!– Me levanté furiosa, estando a punto de pedirle al oficial de policía que abriera la puerta para salir de ahí. Jo me detuvo –¡Dejame en paz!–
–Por favor, escuchame.–
–¿Qué más vas a decir?– me crucé de brazos –¿Qué robaste esos papeles por mi bien?– En ese momento no me percataba de lo hiriente que mis palabras y mi voz sonaban.
–¡No es así! En ésta ocasión tu madre también mintió... Es la verdad, no intenté robar nada. Ella...– cortó la frase bruscamente.
–¿Qué? –
–Ella busca deshacerse de mí...– dijo con voz baja.
–¿Por qué querría algo como eso?–
–Por qué intenté...– suspiró –Yo... Estuve a punto de hablar.–
–¿Por qué simplemente no me dices la verdad? ¡Estoy cansada de sus misterios e historias a la mitad!–
–No puedo contarte nada, es por tu bien. Lo hago para protegerte. Pero tienes que creer en mí, yo jamás hice lo que ellos dicen– en sus ojos se veía sinceridad.
–¿Por qué siempre dices lo mismo? ¿Creí que ya no habría secretos? – intenté relajarme –Intento creer en ti, pero es difícil cuando todo luce en tu contra... Y tú no te dignas a explicarme la verdad.–
–¡No puedo decirte nada! ¡Entiendelo!–
–¡Bien! ¡Entonces púdrete en éste asqueroso lugar! – Fui directo a la reja que nos dividía del pasillo hacia la salida. El policía me dejó pasar dejando a Jo encerrado del otro lado. No me giré para verlo por última vez, no tenía las fuerzas suficientes para hacerlo.
Me sentía destrozada, vencida... Cada palabra dicha para lastimar a Jo también me partía en pedazos, Deseaba retroceder el tiempo, no aceptar la amistad de Jo hace más de 12 años... Haberlo tratado como lo que en verdad era, un empleado.
Me sentía una tonta que cayó en la trampa...
Subí a mi coche... Y apoyé mis manos en el volante, me quedé en esa posición por no sé cuánto tiempo, no quería regresar a casa pero tampoco sabía a donde ir...
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¡Capítulo largo! Yeah!
Si no me equivoco es el más largo que he escrito, y de verdad que intento mejorar día a día.
Éste cap. Me costó trabajo escribirlo, no lo voy a negar, porque a pesar de que la historia de Jo la tenía planeada desde que comencé la novela, no fue sencillo hacer una parte donde él y Nicole se peleen, siempre tuvieron una buena relación; pero había que agregarle un poco de drama al asunto; aparte de que necesitamos una buena entrada para lo que se viene.
<3
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