XXV‹ ¿Tú?
(Nicole)
Llegar a casa en Los Ángeles nunca se sintió mejor.
En cuanto entré, subí rápidamente a mi habitación y me tumbé en la cama.
–¿Segura que no quieres que regrese a San Francisco y le rompa la cara a ese hombre?– entró Jo dejando mi maleta.
–Segura... Sólo quiero olvidarlo–
–Arriba niña– ésta vez ingresó mi madre.
–¿Por qué? – me senté en la cama.
–Por que hoy vendrá mi futuro esposo. Debes verte presentable–
–¿Cómo?– sentí como mi mandíbula cayó al escuchar eso.
–Me voy a casar... ¿De dónde crees que salió esta casa y todas las comodidades en las que ahora vivimos?– Abrió las puertas de mi armario y comenzó a buscar entre mis cosas.
–¿Con quién?– me límite a preguntar aunque en mi cabeza había un sin fin de interrogantes, por ejemplo ¿Cómo es qué alguien puede soportarla? ¿Casarse, otra vez?
–Ya lo conocerás... Es multimillonario y exitoso, así que te pido que te comportes – me arrojó un vestido azul claro. –Arreglate– dicho eso salió.
Rodé los ojos y tomé el vestido desganada.
–Será mejor que te deje, hablamos luego– Jo también salió.
***
Bajé a la sala al momento que Mary me llamó.
Entré a la habitación donde en la mesa de centro habían copas de vino y bocadillos sobre una vajilla hermosa.
–Carlos... Ella es mi hija – mi madre se levantó de su asiento en cuando se percató de mi presencia.
–Tu madre me ha hablado mucho sobre sobre ti, me alegra conocerte al fin– el hombre que lucía de unos sesenta y tantos años, de baja estatura, regordete y de tez moreno claro, se levantó y me saludó.
–Que curioso... A mí no me habló de usted– estreché su mano con la mejor sonrisa que pude fingir.
Mi madre soltó una risa nerviosa –Estos niños... Que cosas dicen.–
–¿Ya te contó tu madre la noticia?– cambió bruscamente de tema el hombre frente a mí.
–Sí – respondí cortante
–¿Y qué opinas?– El sujeto parecía esforzarse por agradarme; Ya he pasado por esto al menos 5 veces, y me sabía de memoria como terminaba todo: mi madre encuentra un hombre millonario con quien casarse, luego consigue unos cuantos millones y propiedades y termina botándolo. Así que no me esforzaba en entablar una buena relación con esos hombres.
–No lo sé... Está bien, supongo– dije.
–Podrías ser la dama de honor principal... La boda será por la iglesia.– habló nuevamente él.
–¿Iglesia?– me atraganté con un bocadillo que había introducido en mi boca segundos antes.
–Sí, hija... Será en dos semanas.– mi madre se posicionó al lado de su futuro esposo presumiendome un enorme anillo de diamantes.
¿Qué podía decir?
Nada, ¡correcto!
Sonreí y los felicité por cortesía.
El resto de la tarde la pasamos en la sala platicando de temas triviales para mí.
Finalmente "Carlos" nos invitó a cenar, lo que por supuesto rechacé con elegancia; mi madre aceptó gustosa y más aún sabiendo que yo no iría.
***
Tres días para la boda, y las cosas en casa estaban patas arriba; mi madre más lunática de lo normal le gritaba a todo el que se le cruzara en el camino, yo estaba esperado respuesta para una serie de televisión en la que audicioné días atrás y eso enloquecía aún más a mamá.
De algún modo todo el tema de la boda me ayudaba a pensar poco en lo que sucedió en San Francisco, aunque sigo hablando de vez en cuando con Melody, Mariana y Glen.
–Tu mamá quiere verte en el jardín – estaba terminado de arreglar mi cabello cuando Jo entró a mi habitación
Rodé los ojos –¿Crees que esta vez mi mamá actúa enserio?– me apliqué un poco de rubor.
–¿De qué hablas?– Jo se acercó hasta mi tocador desordenado con maquillaje y aparatos para el cabello.
–Nunca se había casado por la iglesia...–
–Tu madre sin duda es un ser extraño e impredecible– Jo tomó un rizador de pestañas y comenzó a jugar con él –Pero sin duda esa es una actitud sorprendente en ella.–
–Y bien...– deje la brocha de maquillaje sobre el mueble. –"¿Estoy presentable para conocer a la familia de Carlos?"– hize una posé modelando mi vestido color rosa pálido con encaje y manga 3/4; imitando con voz chillona las palabras de mi madre en la mañana.
Jo sonrió –Yo diría que sí... Te ves como una princesa –
–Gracias.–
Bajé acompañada de Jo; al llegar al final de la escalera en el centro de la casa, escuché la suave música y voces provenientes del jardín trasero.
En cuanto salí, me sorprendí con lo lindo que lucía aquel espacio, había mesas redondas con manteles blancos y dorados, toldos que terminaban de proteger a los invitados del sol, una barra inmensa de comida y copas de vino en la mano de la mayoría.
–Nicole... Que bueno que llegas ¿Cómo estás?– Carlos se acercó a mí.
–Bien...– busqué con la mirada a alguien entre la multitud, ¿a quién? No tenía idea.
–Te ves muy linda. Ven acompañame, te presentaré– hizo un ademán para que lo siguiera.
Miré a Jo con ojos de huevo cocido y él sólo rió; mi madre había sido clara, todo el personal debía estar al pendiente de los invitados, lo que incluía a Jo, él cumpliría, creo que por primera vez (OkNo) su deber de seguridad.
Carlos me presentó por lo menos al 70% de su familia, debo decir que la mayoría son amigables.
–Ahora quiero que conozcas a mis hijos– ¡¿Hijos?! ¿Porqué nadie me había dicho que tendría hermanastros?
Se acercaron a nosotros cuando Carlos les hizo una seña.
–chicos, ella es Nicole.– les Sonreí con cortesía –Nicole, ellos son Max, mi hijo menor – parecía de unos 13 ó 14 años, de cabello rubio y bien parecido. –y él es David, mi hijo mayor – el chico frente a mí parecía de mi edad, alto y de cabello oscuro, también era guapo. –Y me falta... ¡Melanie!– gritó Carlos llamando a su hija que estaba cerca de nosotros.
–¿Tú? – dijo la chica al mirarme. Su expresión era de asco y asombro
–Alto, ¿Melanie?– pregunte sorprendida. Ella asintió con una ceja enarcada.
Les contaré un poco sobre ésta chica. ¿Recuerdan que mientras estuve en Londres, estudié en un internado para señoritas?
Y ¿adivinen quién se encargaba de hacerme la vida miserable en ese lugar?
¡Ding, ding, ding! Melanie.
¿Qué acaso la vida no podría odiarme más?
Los meses en ese internado fueron un infierno y más con Melanie a cargo de hacerlo así, me humilló y se burló de mí tantas veces como pudo.
Y ahora está de nuevo frente a mí, casi 7 años después. Ambas habíamos cambiado pero seguíamos reconocibles a las niñas que fuimos.
Su cabello seguía rubio ligeramente ondulado... Y sus ojos, aún me miraban con recelo.
Una de sus tías rompió el incómodo momento y los tres hermanos se alejaron.
–Ahora vuelvo – Carlos se encaminó a la entrada cuando un hombre bien vestido ingresó.
Yo por mi parte fuí a la mesa de postres a probar algo.
–Hola– un chico se acercó a mí con una enorme sonrisa, dije un "hola" y Sonreí –¿Nicole Ross?–
–Uhmm Sí... –
–Te he visto en televisión, también soy actor y compositor–
–Que genial– agregué de manera sincera
–Soy Drew... No tienes idea de lo increíble que es para mí conocerte – hizo un gesto nervioso con sus manos
–Mucho gusto Drew.– Sonreí –Vas a hacer que mi ego suba aún más– dije con tono sarcástico.
–Es la verdad. De hecho... Ahora estoy trabajando en una escuela de baile, quizá... Podrías pasar por ahí un día – habló con tono nervioso
–Me parece bien. Y así podrías darme alguna clase– dije con ánimos, a lo que él asintió feliz.
–¿Eres la hija de Maribel?–
–Sí... ¿Y tú eres familiar de Carlos?–
–No, mis padres son amigos cercanos de su familia.– perdió sus ojos claros en mi madre y su futuro esposo que se encontraban por iniciar el brindis.
–Entonces supongo que nos veremos a menudo – agregué con intención de dirigirme hacía mi madre.
–Eso espero– respondió él y me despedí.
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Les dejó la imagen de David Slier (Gaelan Connell) y Melanie Slier (Aly Michalka) junto a Nicole:
Una de Max Slier (Cole Sprouse):
Y una de Carlos Slier (John Goodman):
PD.: Maratón !!!!
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