XV‹ "I love your smile"

(Zac)

Acompañé a Nicole a su casa, y el camino a ésta, fue bastante incómodo y silencioso.
Cuando regresé a casa, encontré a Dylan devorando el panqué.

–Hermano, ven, esta delicioso–
Dylan me ofreció un trozo del pan, y como tenía mucha hambre, dejé de lado mi tonto rencor.
–Mamá se esforzó – dijo dando un bocado.

–No lo preparó ella–

–¿Ah no? ¿No me digas que fuiste tú? – preguntó con un toque de burla.

–Aunque no lo creas... Bueno, Nicole me ayudó – Le di un mordisco al panqué; estaba delicioso.

–Parece que esa chica es genial– increíblemente mi hermano y yo manteníamos una conversación. –¿Hace cuánto la conoces?–

–3 años...–

–¿Y tiene novio?–
Me atraganté al escuchar eso.
«¿Y a él que diablos le importaba eso? »

–No lo sé –

–Oh, vamos hermano. Es tu amiga, deberías saberlo–

–¡Ya te dije que no lo sé! Si quieres preguntaselo a ella. Estaré en mi habitación – tomé mi plato y salí de la cocina.

Ok, creo que fui duro con Dylan, pero ¿Es qué acaso no puede mantenerse serio por un instante? Lo acepto, él es un superdotado, pero por si no fuera poco, también es un conquistador nato y un rompecorazones con todas las letras.

Esa pregunta que hizo Dylan no me dejó dormir en toda la noche; y creo que es ridículo que le preste demasiada atención a eso... A menos que... No. Nicole no puede gustarme... ¿O sí?

–Esto es una locura– susurré para mí, recostado en mi cama intentando dormir.

(Nicole)

Hoy es sábado, por lo tanto no tuvimos clases; y aprovechando eso, terminamos casi perfectamente la letra, o al menos lo que queríamos que nuestra canción dijera. Eso era un gran avance.

–¿Sabes que podemos ir a mi casa a trabajar en la canción, verdad?– Nos encontrábamos en la vieja caseta del salvavidas. Era tranquilo estar ahí, y de cierto modo me inspiraba.

–Zac... No volveré ahí – lo sé, estaba haciendo un drama por nada. Pero para mí no era dramatismo, su mamá me había hecho sentir mal. –Lo siento, quizá después. Estar aquí es agradable – y lo es, sentir la brisa y escuchar las olas del mar, es algo especial y mágico; ¿lo ven? ya se me salió lo cursi.

–Como quieras... – hizo una pausa –¿qué dices de tomar un descanso?– se levantó recargándose en la barandilla.

–¿Te enojaste?– me levanté quedando a su lado.

–No. Entiendo, mi mamá se pasó– Bajó la mirada y jugo con sus manos. –¿podemos olvidar eso?– Asentí. En realidad él no tenía la culpa. –¿Quieres caminar?–

–¿Caminar?– Estaba por anochecer, el sol comenzaba a descender y el cielo se miraba de un tono naranja hermoso –¿Quién eres? ¿Y qué le hiciste a Zac?–

–No te burles. Si no quieres no... –

–Ok. vamos –

Ambos caminábamos descalzos sintiendo la arena bajo nuestros pies.

–Esto es lindo. Creo que en todo este tiempo no habíamos hecho algo así – dije.

–Lo sé – Él agachó su mirada y jugo con la arena –¿Sabes qué tampoco no hemos hecho? – se detuvo, quedando cerca de mí.
Rayos ¿qué estaba pasando conmigo? Algo raro pasó por mi mente... Ese día que lo vi en la heladería por primera vez y lo hipnotizada que quedé con esos ojos azules que me miraban justo ahora. Una sensación extraña apareció en mí.
Cada vez estaba más cerca.

–¿Qué?– intenté preguntar lo más calmada, aunque debo asegurar que me sentía incómoda.

–¡entrar al agua!– Pasó una mano por debajo de mi trasero y otra por la parte alta de mi espalda. Me llevaba cargada hasta el agua salada. Todo fue tan rápido que no tuve tiempo de siquiera intentar correr.

–¿Qué haces? ¡Bajame!– patalee para intentar safarme.

–Como quieras...– aflojó un poco su agarre justo dentro de el agua, ésta seguramente le llegaba arriba de las rodillas en este momento.

–¡No! Efron... Ni se te ocurra...– hubo un segundo de pelea de miradas entre ambos. Yo me sostenía rodeando mis brazos alrededor de su cuello, cuando visualice en mi cabeza como se vería ésta escena, no lo pensé dos veces y me solté, cayendo al agua.

Él comenzó a reír y yo le lancé una mirada asesina –Tú te soltaste– intentó defenderse.

–Al menos ayudame a levantarme– estaba sentada, como caí. Y el agua apenas pasaba la parte de mi pecho. Levanté mi mano y el muy iluso cayó en la trampa, lo jalé haciendo que también se diera un buen chapuzón. –te lo merecías –

–Creo que es justo...– luego con las manos me lanzó agua. –Y ésto también – Y comenzamos una guerra en el agua. Cuando el sol finalmente cayó, salimos del mar.

–creo que no me permitirán entrar a casa así – dijo Zac sacudiéndose un poco.

–Tú empezaste– ¿Han sentido esa incómoda sensación de caminar con la ropa completamente mojada? No es agradable. Y debía caminar así hasta casa.

–Pero fue divertido– Asentí sonriendo. Porque lo admito, Zac tenía razón. –¿Cómo se traduce a español... "I love your smile"? –

«¡¿Qué?! ¿Él no preguntó eso, o sí? ¿En todo caso, no lo hizo por mí? ¡¿O SÍ!? Que cosas digo, el mundo no gira en torno a mí...»
Por fortuna llegamos a mi casa.

–¿Quieres pasar? Quizá Jo te pueda prestar algo seco–

–Eso sería genial–

–¡Hasta que llegas!– mi madre se levantó del sofá, se veía impaciente. –¡Pero mira nada mas como vienes!–
No tenía que decirlo; a la perfección sabía que estaba toda mojada y repleta de arena.
–Sube a cambiarte inmediatamente, no tenemos mucho tiempo –

–¿Tiempo para qué?– entré un poco más, hasta llegar a la sala donde estaba Jo y alrededor tres maletas –¿Nos vamos? ¡¿Otra vez, qué diablos te pasa por la cabeza?!– esa frase conllevó que mi madre levantará su mano con la intención de golpearme, pero los increíbles reflejos de Zac lo impidieron, sujetándole la muñeca.

–¿No le da vergüenza tratar así su hija?– y con esas palabras, Zac se ganó la peor mirada de odio que alguna vez mi madre haya hecho.

–Sube a tu cuarto – dijo ella soltándose toscamente del agarre de Zac.

–Pero...– Miré a Jo quien ya se encontraba mas cerca de nosotras, él asintió. Así que sin armar otra escena, subí a cambiarme.

(Zac)

–Terminaré de arreglar mis cosas... Y cuando vuelva, ya no quiero verlo aquí – le susurró Maribel a Jo, y entró a su habitación.

–¿A dónde irán?–
Me acerqué a Jo.

–Ven, te prestaré algo seco– me guió al garaje del fondo, y estando ahí, buscó en una cajas, me tendió una camisa y unos pantalones. –Espero que te sirvan, parecen de tu talla–

–Gracias– las tomé y estaba vez él  me guió al baño.

–Puedes vestirte aquí–
Asentí y entré.
Aún estaba aturdido por lo que acababa de escuchar ¿Nicole se iba? Pero Jo lucía tan calmado, por lo que Nicole me contó sobre él, su forma de actuar en éste momento no sería normal.

La ropa de Jo me había acomodado bien. Ya vestido, salí del baño.
Nicole ya había bajado y parecía que estaba discutiendo con Jo.

–¡No quiero ir!– dijo ella.

–Solo haz lo que dice. Ambos sabemos que no podemos hacer nada.– Jo intentaba calmarla.

–Uhmmm– me acerqué hasta ellos.

–Jo, ve encendiendo el auto y sube esas maletas – salió de la habitación la madre de Nicole, llevaba una bolsa de mano y parecía apurada por salir de ahí. Jo siguió las instrucciones y salió de la casa cargando las maletas. –Nicole, andando. Es tarde.–

–¿Al menos puedo despedirme?– su madre aceptó con un gesto de molestia y salió de la casa.

–entonces... ¿Te vas?– dije con tono bajo.

–Me gustaría que no. No puedo creer que haya pensado que ésta vez sería diferente, y me quedaría aquí para siempre. Fui una tonta– agachó su rostro. La conocía tan bien, que me daba cuenta que ese gesto, lo hacía cuando no quería que la vieran llorar.

–No fuiste una tonta. Tu madre es la que no entiende que eres una persona que tiene su propia vida.... – Mi corazón se rompió al escuchar un sollozo de su parte. –No tienes que ir con ella... Puedes quedarte en mi casa si lo deseas–

Ella negó con la cabeza y con un tono quebrado en su voz dijo –Eso desearía – Y de pronto me abrazó, su llanto era cada vez más fuerte –De verdad te voy a extrañar...– esas palabras salieron de su boca casi en un susurro.
La apreté mas a mí. No quería soltarla. Un nudo se comenzó a formar en mi garganta. Encondí mi cabeza en el hueco que formaba su cuello y hombro.
Era una escena para un verdadero drama adolescente de novela.  Ambos abrazados, llorando.

–Nicole...– la voz de Jo, nos hizo levantar la mirada, más no separarnos –Es... Hora –

–Nos vemos– fue lo que dijo ella. Su mirada era la más triste que alguna vez haya visto. Le di un último abrazó. Y nos separamos.
Nicole tomó su mochila y la acomodó en su hombro; después me tendió la mano y la tomé... Y así, con nuestras manos entrelazadas salimos hasta el auto; lo más difícil fue tener que soltarla para que subiera al coche.

No tengo idea de cuanto tiempo estuve de  pie en la entrada de la casa de Nicole, justo donde estuve cuando vi como ella bajaba el cristal de la ventanilla para decir adiós con su mano.




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#LloremosTogether

Maratón 6/6
Alright!
Mi trabajo aquí está hecho 😊

Gracias a novelas_baluuu q siguió todo el maratón
♡^▽^♡

Nos vemos en Navidad ;-)













LOL!
No es verdad :D

Nos leemos pronto.
Bye bye.

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