V‹ ¡Hey, Nikki!
Han pasado dos meses y debo decir que he comenzando a tomarle cariño a San Francisco, después de todo, no es tan malo vivir aquí.
Glen y Zac se han convertido en una parte importante en mi vida, los considero como mis mejores amigos.
Si bien la escuela no es lo más sencillo del mundo, tampoco me ha ido mal; decidí unirme al equipo de porristas, a lo que por cierto, mis amigos se burlaron e incluso parecieron ofenderse. Pero obviamente después lo aceptaron, tenían la ridícula idea de que me volvería un monstruo como las chicas que están en ese grupo y se creen las reinas de la escuela. Pero yo no soy así.
Al hacer la audición me fue bastante bien; finalmente fui aceptada. Los entrenamientos son duros y los 5 días de la semana, por lo que veo poco a los chicos después de clases.
Glen a estado muy raro y distraído últimamente, asiste poco a la escuela o a las "reuniones" entre nosotros. Me preocupa que esté pasando por algo malo, pero no me a contado nada, y tampoco quiero entrometerme.
***
–Hola Zac, pasa– la visita de Zac fue inesperada, pues nunca había venido a casa.
–¿Ocupada? – entró mirando con disimulo la casa.
–No realmente, terminaba la tarea, con lo del equipo de porristas el tiempo no me alcanza ¿Pero, qué pasa? Te vez algo... Triste–
–Mi hermano llegó a casa, después de estar estudiando en España, no soporto estar ahí ¿Te molesta si te hago compañía un rato? – Zac me había contado algo se su hermano antes, al parecer era un genio matemático.
–Por mí no hay problema si te quedas, aunque creo que deberías darle una oportunidad a tu hermano–
–Te mentiría si te digo que lo intentaré –
–Traje la pintura– Jo entró a casa con dos botes de pintura en cada mano. –Hola Zac– saludó al ver al castaño, éste correspondió al saludo.
–Ya que estas aquí, podrías ayudarme a pintar mi cuarto – Tomé a Zac de la muñeca y lo arrastré escaleras arriba.
......
–Eso es explotación ¿sabes?–
–No te quejes y ponte a trabajar– le pasé una brocha.
Jo nos había ayudado a colocar periódicos y plástico en el piso y muebles para protegerlos de alguna mancha.
–¡Hey, Nikki!–
Me giré cuando Zac me habló detrás de mí. Enseguida hizo un movimiento con la brocha arrojándome pintura rosa, dejándome sucia de pies a cabeza.
–¡Eso no se quedará a así!– le lancé pintura con mi brocha.
Iniciamos una sucia guerra de pintura, ambos terminamos bañados de ésta y ambas paredes donde él y yo nos encontrábamos respectivamente quedaron cubierta con manchones de varios colores de pintura.
–Esto es horrible– finalmente terminamos tirados en el piso. Zac miraba las manchas sin sentido en la pared.
–Lo sé, pero fue divertido, lo dejaré así, ahora esas paredes tendrán un recuerdo muy lindo– dije levantándome.
–¿Pero qué...? – Jo entró a la habitación mirando todo el desorden. –Nunca conseguirán trabajo como pintores– los tres reímos ante su comentario.
Lo que restaba de la tarde, bajamos a comer y terminar nuestra tarea escolar. Y al caer la noche Zac regresó a su casa.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top