LI‹ "Lo dijiste ayer"
(Nicole)
«¿Qué hora es? ¿Dónde rayos estoy?»
Desperté abriendo los ojos poco a poco; el dolor de cabeza me estaba matando, sentía como punzaba, tal cual tuviera el corazón en el cráneo.
Me levanté tan rápido como pude de la cama por las náuseas que sentía; afortunadamente la habitación contaba con dos baños, así no debía salir de la sección donde se hallaba la cama.
No creo que sea necesario dar detalles del vomito, así que lo pasaré.
-¿Zac? ¿Qué haces aquí? - Al abrir la puerta corrediza lo encontré en el sofá.
-Es... Una larga historia.- Se reincorporó, sentándose en el mueble. -¿Cómo te sientes? -
-Horrible, la cabeza me va a explotar - serví agua en un vaso y busqué una aspirina en mi bolso. -Y mi estómago está en guerra - Tomé la pastilla y me recargué en el banco de la cocina masajeando mis sienes con la yema de mis dedos.
-Y como no. Tomaste demasiado. Y gran parte de la noche tuviste fiebre -
-No me lo recuerdes. Ya ni siquiera sé porque lo hice. ¿Te quedaste aquí?-
-uhmm sí. No podía dejarte, estabas muy mal-
-No tenías porque hacerlo-
-Descuida, si me necesitas yo estaré ahí ¿Ok?-
-gracias-
-¿Y... Ya decidiste que harás con el tema de tu mamá...? -
-Lo había olvidado... Creo que mi cabeza sigue dormida, las ideas están borrosas y confusas...-
-¿No recuerdas nada de lo que pasó ayer?-
-Nada después de entrar al bar.- hice una pausa -¡Por Dios! Dime que no hice una tontería -
-Uhmmm...no. Solo reír y decir un montón de estupideces... Nada más. Aparte de las alucinaciones- Zac se burló
-Ja, ja. ¿Entonces, porque estás en mi habitación? -
-Pues, tuve que traerte porque ni siquiera podías mantenerte en pie, incluso te caías de la cama. Me quedé en el sofá para asegurarme que no salieras a hacer algo de lo que te arrepintieras luego.-
-Gracias... Y para la próxima, no permitas que vuelva a tomar. Te juro que nunca había hecho eso.- Caminé con el vaso de agua en mis manos, me senté en el sofá junto a Zac y dejé el vaso en el mesita de centro. -Y no lo volveré a hacer.-
-iré a mi habitación.- se levantó rápidamente de su lugar. De hecho, noté que parecía inquieto. -Debo ducharme, y luego iremos a ver a Jo, no le hemos llamado desde ayer, debe estar muy preocupado.-
-¿No le contaste de lo que hice?-
-Preferí no hacerlo... No quería preocuparlo. Cuando estés lista me buscas ¿ok?-
-Perfecto.-
Zac salió de la habitación. Intenté relajarme un poco, recargué mi espalda en el sofá y cerré los ojos, el dolor de cabeza aún era intenso.
***
-¡Brenda! - grité.
Desperté en el sofá, el dolor de cabeza había descendido, pero en cambio me encontraba bañada en un sudor frío, mi corazón latía frenéticamente.
El sueño parecía tan real; era el momento en el qué mi madre me hacía elegir entre ella o mi padre y hermana; en el sueño, varias escenas de mí en un extenso campo verde, lleno de flores y árboles, una niña a mi lado de cabello castaño medio, y varios niños que no pude identificar... Desperté en el momento que mi madre me subía a jalones a un auto.
-Brenda...- susurré. Era el nombre que se incluía en la carta que escribió mi padre biológico, es el nombre de mi hermana.
Arreglé mis maletas, escogí algo de ropa y me duché; al salir de la regadera me vestí y sequé el cabello.
Ya eran las 3 de la tarde... Mi cabeza seguía hecha un caos con en tema de mi familia, pero al parecer la razón había regresado a mí después de una terrible noche.
Salí al pasillo y llamé con varios golpes a la habitación del frente.
-Creo que recordé muchas cosas.- dije en cuanto Zac abrió la puerta.
-¿Sobre qué? - Preguntó nervioso.
-¿Estás bien? Te pusiste pálido.-
Asintió con un movimiento raro de cabeza. -Brenda, la pude ver en mi sueño... Y a varios niños más... Y un campo verde, era hermoso.-
-Oh, era eso- dijo aliviado
-Sí ¿Qué esperabas?-
-Nada. Entonces... ¿Cuál es el plan ahora?-
-Primero, me gustaría ir con Jo, necesito un lugar donde quedarme, no quiero regresar a casa con mi madre ahí. Y después... No lo sé. - me encogí de hombros.
-No te preocupes, encontraremos una solución. Por el momento, iremos con Jo.-
-Bien, iré por mis cosas.- Me di la vuelta y entré a mi habitación.
-¿Te ayudo con las maletas? - Zac entró tras de mí.
-Por favor. Buscaré algo que dejé en el baño, ya vuelvo.- entré al baño y recogí mi secador y cepillo de cabello.
Regresé a la pequeña sala, terminé de ordenar mis cosas y salimos al pasillo, cerré la puerta y nos dirigimos al elevador.
-Oye... ¿En verdad crees que mis ojos son lindos?- Zac habló, mientras se escuchaba el sonido de las rueditas de ambas maletas.
-¿Qué dices?- lo observé, él mantenía la vista fija en el frente con una sonrisa burlona adornando su rostro.
-Lo dijiste ayer...-
-¿Yo dije eso?- Dios, Dios, Dios. Tragame tierra. Un grito interno de vergüenza apareció en mi cabeza.
-Sí... - Me miró por un segundo y regresó su vista al frente. Su expresión de burla era evidente. -Y también elogiaste mis bíceps... -
-Ya basta- le di un empujón. Sentí que mi rostro se tornaba caliente, seguramente me convertí en un tomate. -Solo quieres molestarme -
-Lo único que sé, es que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. -
-¿Me dijiste borracha? - pregunté fingiendo indignación. Zac sólo se limitó a soltar una pequeña risa.
¿En verdad dije eso?
Tonta Nicole borracha. ¿Qué más habrá pasado?
-¿Ya quieres olvidar eso? No es divertido. Creí que así olvidaría toda esta locura, pero supongo que solo empeoró.-
-Eso ni lo dudes.- presionó el botón del elevador, la puerta se abrió y entramos.
Era un silencio totalmente incómodo el que se formó en el pequeño cuadro.
-Pediré un taxi- Zac sacó su celular del bolsillo delantero de su pantalón y enseguida marcó el número.
***
-¡Nicole! Estás aquí, y estás bien- Jo me recibió en su departamento con un asfixiante abrazo.
-A mi también me alegra verte, pero estás aplastándome- dije.
Jo se disculpó y me liberó.
-¿Y qué pasó? - Jo nos invitó a pasar a su pequeña sala.
-Es... Complicado- suspiré.
Me acomodé en el sofá individual frente a los dos chicos. - En resumen...Mi madre me dio a elegir entre ella... O mi padre y hermana.-
-¿Y en serio pones esa cara? No creo que tengas mucho que pensar- Jo habló.
-No puedo elegir entre alguno.- Ambos me miraron incrédulos.
-Mi mamá tiene razón, todo lo que tengo es gracias a ella, no quiero ser una malagradecida... Pero también soy consciente que todo eso me lo he ganado gracias a mi trabajo. En cambio con mi padre... Técnicamente no lo conozco, no sé que pensaría si me conociera; me da miedo.- dije eso último casi en un susurro.
Lo cierto es que por el momento no puedo elegir a ninguno, eso no es algo que me haga sentir cómoda.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top