-No puedo creer que hayas rechazado a Ben-

Al llegar a casa improvisamos dos camas en el suelo de mi habitación con colchonetas que solíamos usar en campamentos. Todo el camino a casa e incluso ahora, Melody seguía asombrándose por mi acto.

-¿Por qué no? ¿Acaso no notaste que se caía de borracho?- dije acomodándome en mi lugar para dormir.

-Sí, pero sigue siendo lindo.-

-Creo que tenemos diferentes imágenes de lo que es lindo...-
Sin darme cuenta me quedé dormida. Estaba demasiado cansada.

***

-No había notado lo linda que es tu habitación- Melody escaneaba mi cuarto y cada detalle en él.
-Pero siendo sincera a esas paredes les hace falta una manita- se refirió a las paredes en las que Zac y yo dejamos manchas de pintura sin sentido.

-A mí me gusta así - no pude evitar sonreír al recordar aquel día en el que terminamos bañados en colores. Me di cuenta de lo mucho que extrañaba a Zac, desde que comenzó a ser más exigente el equipo de animadoras no lo había visto.

-¿Y esto?- Melody cargaba curiosa en sus manos una caja de regalo con un moño gigante en la tapa.

-¡ZAC!- se lo arrebaté e instantáneamente tomé mi celular. -No puede ser...-

-¿Todo bien?-

-Tengo algo que hacer ¿podemos irnos a la escuela? -

-Claro-

***

-Uhmm... Hola- me sentía terrible, deseaba poder regresar en tiempo...

-Hola- Zac cerró la puerta de su casillero dejándome ver. Lucía indiferente. -Tengo clases, nos vemos luego-

-Espera. Te traje esto- le tendí la caja de regalo. -Feliz cumpleaños- intenté sonreír, pero su cara de decepción no me lo permitió. -Lo siento... Lamento no haber ido a tu fiesta de cumpleaños ayer... Pero...-

-Está bien, tienes nuevos amigos... Tienes que estar con tu novio, entiendo-

-¿Qué? ¡¿Novio?! ¿Pero qué dices?-

-Toda la escuela lo dice, ayer tú y Ben...-

-Yo y él ¡Nada! ¡Nunca!- él parecía molesto e incómodo, como si deseara irse de ahí -¿estás enojado conmigo por no ir a tu fiesta?-

-No, eso no me molesta...-

-¿Entonces porque actúas así?- lo interrumpí, comencé a levantar la voz haciendo que todos los que pasarán por el pasillo nos miraran.

-No es por la fiesta, o tus nuevos amigos... Es la nueva Nicole.- y la bendita campana sonó -tengo clases, lo siento- y sin más, se fue.

No me había dado cuenta hasta ese momento. Me había transformado en lo que nunca desee, poco a poco iba adquiriendo esas actitudes plásticas que tanto odie de Mónica.
Mi ropa, el maquillaje en mi rostro, la forma en la que alejé a las personas que en verdad me importaban.

En el almuerzo tomé el valor suficiente, para arreglar las cosas.
Ben se había unido a nuestra mesa donde me encontraba con las chicas, hablando y comportándose como un imbécil ¿en verdad él creía que andábamos?

-Uhmmm ¿pueden prestarme atención?- me levanté de mi asiento mirando a toda la escuela a nuestro alrededor.

-¿Qué haces?- Mónica intentó hacerme regresar a mi lugar.

-Lo correcto- le dije y me subí a la mesa, estaba justo en el centro -¡escuchenme!- grité recibiendo la mirada de todos. -Gracias. Tengo algo que decir... En primer lugar, Ben y yo no somos nada ¿ok? Es un falso rumor- noté la mirada asombrada de Ben a mi lado. -Y en segundo lugar... ¡No me importa lo que digan ciertas personas, Zac en mi amigo, quizá el único! Y no me interesa que crean que es "incorrecto", eso es una tontería.- me dirigí a Mónica. -y tampoco permito que nadie se meta con mis amigos.-

-¿Ya terminaste con tu suicidio social?- se levantó Mónica. -Adiós-

-Bien, no me interesa estar en este grupo si debo actuar como tú - me bajé de la mesa y salí de la cafetería.

¿Que había hecho?
Esperaba que lo correcto. Aún así me sentía terrible.

***

(Zac)

Me di cuenta que después de lo que Nicole dijo todos comenzaron a murmurar todo tipo de cosas. Ella salió de la cafetería, se veía triste.

-Zac... Gracias por prestarme tu libro - un compañero me entregó un ejemplar de química.

Decidí ir a dejarlo a mi casillero, al abrir la puerta de éste, lo primero que vi, fue la caja de regalo que en la mañana Nicole llevaba en sus manos. Guardé mi libro y tomé la caja con papel de colores y moño plateado.
Y cuando lo abrí, no pude evitar sonreír... No podía estar enojado con Nicole, ella era mi mejor amiga, y siempre lo sería.

***

(Nicole)

-¿No te han dicho que abrir los casilleros de los demás es incorrecto?-
Me encontraba en una banca del patio frontal de la escuela, al escuchar eso levanté la mirada.
Sonreí al ver a Zac frente a mí con una película en su mano.
Cuando Zac ignoró mi regalo mas temprano, decidí dejárselo en su casillero, después de todo, él me había dado su contraseña.

-Ya no llores- se sentó a mi lado y ofreció un pañuelo. -¿Dónde la conseguiste?-
Semanas atrás hice todas las llamadas a quien conociera hasta dar con una película clásica que Zac anhelaba tener. Con el tiempo me di cuenta de su gusto por las películas en particular las clásicas y de ciertos directores.
Con mis contactos conseguí una copia original de una película que en su momento fue edición limitada.

-No fue fácil... Es lo único que te diré.- limpié el resto de lágrimas.

-Mi favorito es esto- sacó de su bolsillo un brazalete con cuentas de color azul fuerte mate.
-¿Tú lo hiciste?- miraba el accesorio con asombro.

-No es tan complicado... Pero ¿cómo lo supiste?-

-El día que fuimos a hacer la maqueta para la escuela, te pedí pintura verde, me dijiste que buscara en uno de los cajones, y ahí vi una bolsita traslúcida con éstas cuentas.-

-lo siento, no quería olvidar tu cumpleaños...-

-¿olvidar? Este regalo no me hace pensar que lo olvidaste-
Él me abrazó -Gracias-

-¿me perdonas? - Apoyé mi cabeza en su hombro.

-No tengo nada que perdonarte...-

Me levanté y tendí la mano para que la tomara y me siguiera.
-¿Qué tramas?- aceptó mi mano y se encaminó a mi lado.

-Te debo el mejor cumpleaños.- dije.

Al salir de la escuela y después de ir a casa a dejar nuestra mochila, fuimos al centro comercial, donde comimos como si no hubiera un mañana.
Entramos a ver una película y después a los juegos de realidad virtual.

-No no voy a hacer eso- Zac lucía nervioso y muy tenso, abrazado a la barandilla que separaba la pista de hielo al demás recinto.

-No seas miedoso, ven, toma mi mano- él la tomó no muy convencido y con un ligero balanceo logró encontrar equilibrio -lo ves, es divertido -

-Lo dices porque tú sabes manejar los patines, se suponía que sería el mejor día de mi vida y esto no ayuda- de nuevo estuvo a punto de caer, pero logró evitarlo -¡Ha! No me sueltes-

-No lo haré - dije riendo.

Después de varias caídas y minutos en el hielo, Zac logró disfrutar estar ahí. Estuvimos horas patinando.

-Fue increíble -

-Te dije que te gustaría. Pero nunca me crees-

Nos dirijiamos a casa. Ambos estábamos agotados.
Nos detuvimos en un puesto rodante de comida rápida comprando una orden de papas para cada uno.

-¡Basta!- dije dándole una palmada en la mano a Zac. -Tienes tus propias papas- Él río. no era gracioso que robara mis papas.

-Es que tu orden sabe más rica-
Hizo un puchero.

-tonto- Le di un pequeño golpe en el hombro y ambos reímos.

-¡Nicole!- Mariana se acercó a nosotros.

-Hola. ¿Qué pasa?- pregunté al verla agitada.

-No te vayas del equipo. Las chicas hablamos, no es justo que te salgas. Votamos, y todas a excepción de Mónica y Allison están de acuerdo en que te quedes. ¿Qué dices, te quedarás? - una mirada suplicante apareció en sus ojos.

-Me gustaría... Pero tengo que pensarlo. Gracias de todas formas por apoyarme.-

-Eres mi amiga, te apoyaré. Además lo que dijiste en el almuerzo fue la verdad, fuiste muy valiente al hacerlo - le di un abrazó, se despidió tanto de mí como de Zac y se fue.

-¿te quedarás en el equipo?- dijo Zac mientras seguíamos nuestro camino a casa.

-Me gustaría regresar mas adelante. Quizá - nos detuvimos frente a mi casa -Aún tengo algo para ti- le entregué un sobre que llevaba en mi bolso.

-¿Qué es?- lo revisó dándole vuelta.

-la última parte de tu regalo- le di un abrazo -Feliz cumpleaños -me separé -Nos vemos mañana en la escuela -

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Maratón 1/6

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