ʚᴛʀᴇꜱɞ

Ya vestidos y armados debidamente, volvieron a la playa siguiendo a Peter quien aseguraba conocer el lugar como la palma de su mano, Sebastian tenia dudas respecto a eso, no porque el rubio estuviera alardeando sino por el tiempo que habia pasado en el lugar y cuanto habra cambiado por influencia de la naturaleza.

Peter podia conocer cada rincon de la vieja Narnia, pero ya no estaban en la vieja Narnia por lo tanto, no sabian con qué podrían encontrarse en el camino y si el camino al que Peter los guiaba, seguía siendo un camino.

──¿estas seguro es que por allá, Peter?

Los cuatro hermanos, más Edmund y Peter sobre todo, habian frenado discutiendo hacia donde moverse, él sólo se quedaba observandolos porque, bueno, era obvia la respuesta, era su primer parada en este fantástico país de las maravillas.

De tanto mirar al horizonte noto un pequeño barco navegando por las tranquilas aguas en las que habían jugado hace menos de una hora.

──chicos, creo que tenemos compañía

Los Pevensie dirigieron su mirada a donde su amigo la tenia clavada, notando instantaneamente dos hombres que parecían ser soldados y a su parecer, no eran precisamente de los buenos y lo comprobaron al ver como iba a tirar al mar a un hombre pequeño amarrado de pies a cabeza. Pudo deducir fácilmente que era un enano sin animo de ofender.

Se miraron quedando de acuerdo con ella, se acercaron, Edmund, Peter y él sacaron sus respectivas espadas esperando a Susan que lanzo una flecha de advertencia llamando su atención.

──¡liberenlo!──ordeno su amiga apuntandolos firmemente con su arco.

Sonrio de lado ante la imagen, amaba cuando mostraba su habilidad.

Los soldados se miraron para luego soltar al pobre hombre al agua, de inmediato los dos hermano fueron a tirarse para salvarlo en lo que Susie les tiraba flechas, Sebastian se quedo a su lado en caso de que por algún milagro lograrán llegar a tierra y obtaran por una pelea más física, cosa que descarto al ver al único soldado que quedaba huir cobardemente nadando para no ser atacado.

El azabache Pevensie había ido por el bote trayendolo a la orrilla mientras el rubio traía en sus brazos al empapado hombre que habían rescatado.

Lucy corto las sogas de sus manos liberandolo, el hombre se deshizo del resto de ataduras tosiendo y largando agua, luego se volteo a ellos, más específicamente a Susan.

──¿qué me "liberen"?

Se miraron confundidos por su reclamo, en especial, Lewis, lo habían salvado, un gracias no esta de más.

──¿no se te ocurrió algo más brillante?

Mordio su lengua dando un paso adelante de su mejor amiga pero esta lo freno tomandolo por su brazo, conociendo demasiado bien sus intenciones.

Ella se podía defender sola perfectamente, pero eso no quitaba que quisiera golpear a cualquier persona que le faltara el respeto.

──un simple "gracias" es suficiente

──ellos sin tu ayuda estaban ahogandome perfectamente

──yo digo que les faltaba una mano, debimos dejarlo nadando con los peces──le susurro lo último a la chica ganandose un codazo de su parte.

──¿o sea que no querías que te salvaran?──pregunto y afirmo a la vez Peter.

──pero ¿por qué trataban de ahogarte?

──son telmarinos, eso es lo que hacen──le respondió a la menor como si eso justificara todo.

──¿telmarinos? ¿En Narnia?──Ed volteo a su hermano, preocupado y confundido.

──¿donde has vivido los últimos cien años?

──tu teoría era correcta──dijo Peter a Sebastian, este le guiño soberbio provocando un sonrojo que el rubio trato de disimular inútilmente con una tos, volviendo al hombre desconocido.

──es una larga historia──la menor Pevensie observo divertida la interacción entre los enamorados.

──diganme que esto no es verdad

El hombre se dio cuenta entonces, incrédulo, reconociendo la espada y las descripciones de su leyenda, escéptico de tener a los reyes de Narnia al frente suyo.

──¿son ustedes? ¿son los reyes y reinas de antaño?

El mayor asintio, estirando su mano para estrecharla con un gesto orgulloso y solemne.

──soy el gran rey Peter, el magnífico

Sebastian volvió a morder su lengua, sintiendo dolor en ella, aguantando la risa por lo egocéntrico y descarado que era su rubio.

──quizas debiste omitir eso último──le regaño entredientes su hermana.

──probablemente──secundo riendo sarcástico el extraño.

──tal vez le sorprenda

Peter desenfundo su espada apuntandolo con su filo, claramente desafiandolo.

──Oh, no creo que quieras hacerlo, muchacho

──yo no, él──señalo a su hermano que se preparo para el duelo, le tendio su espada al desconocido que le veía estupefacto dudando si agarrar aquella legendaria arma o no.

Seb ya no contuvo la risa al ver como la espada de Peter cayo al suelo apenas la solto.

──no deberías subestimarlo──murmuró en su oído, produciéndole un escalofrio.

El rubio se habia colocado detrás suyo, podía sentir su calido aliento rozar con el lóbulo de su oreja, su ropa casi chocando con la suya, su cuerpo demasiado cerca del suyo.

Trago en seco olvidándose por completo del duelo entre su compañero de esgrima y aquel hombre desconsiderado.

Sólo podia pensar en Peter y lo cerca que estaba de él.

Su boca estaba reseca, sus labios igual, trataba de humedeserlos con su lengua inútilmente, sus manos temblaban agarrando con fuerza el mango de su espada, respiraba agitadamente como si hubiera corrido una maratón y no se hubiera hidratado correctamente, podía jurar que hasta le temblaban las piernas.

──¡barcos y bigotes! Después de todo el cuerno funcionó

Salio de su ensoñación notando la sonrisa y mirada juguetona y picara de Peter, que ahora se ubicaba a su lado derecho.

¿Qué mierda fue eso?

Aun atontado y ligeramente aborchanado, se percato de que Edmund había ganado dejando anonadado al desconocido.

──lo que aun no entiendo es ¿quién eres tu?──el enano de ahora conocido nombre, Trumpkin, le pregunto a él.

El se giro confundido a sus amigos.

──él tiene razón, ¿qué soy yo?

Sabia que no era exactamente su pregunta pero él también tenía curiosidad de que puesto ocuparía en esta aventura.

──yo digo que me quedaría el papel de bufón pero acepto sugerencias──bromeó sacandoles sonrisas.

──¿qué tal consorte?

Peter casi se rompe el cuello volteando a ver a Susan por su sugerencia.

──Susie, digo, ¿su santidad? Me halaga pero dejeme decirle que no soportaría vivir en un matrimonio abusivo──la esquivo por poco──¡¿ves?! ¡No, Su, con el arco no, por favor!

Trumpkin observo estático como una de las reinas de antaño, Susan la benévola precisamente, golpeaba a modo de juego suponía al chico para él desconocido. Aun que la sugerencia de la reina quedo en su mente, tenia sentido si fuera asi y no se refería a que fuera con la reina Susan, el rey Peter y ese chico tenian demasiada cercanía como para no ser consortes. Y claramente Susan lo había dicho por eso mismo, todos lo sabian, excepto cierto rubio que miraba con una mueca al par de mejores amigos.

──¿un caballero? ¿Guardia?──penso Edmund en voz alta, llamando la atención del par y todos los demas.

Peter asintio en su dirección y de nuevo con su espada en mano, se acerco tenso hacia Lewis quién se arrodilló con la cabeza gacha entendiendo lo que iba a hacer, con su espada clavada en la arena a su espera.

──Sebastian Lewis──saboreo su nombre sin decoro alguno──¿juras proteger a los narnianos, y luchar por su paz y libertad? ¿Te comprometes a nuestro servicio luchando por la corona? ¿Juras defender desde el más grande centauro hasta el más pequeño de los ratones?

──si, lo juro

──entonces te declaró, Sir. Lewis, caballero a──hizo mueca disgustado──nuestro servicio como nuestro leal amigo y confidente

El gran Rey paso su solemne Rhindon por sus hombros.

Sebastian se puso de pie compartiendo sonrisas con todos los hermanos, excepto uno de ellos que se sentía asquerosamente enfermo por sus celos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top