ʚᴄᴜᴀᴛʀᴏɞ
A los hermanos les rodeaba un aire nostálgico, algo extrañados miraban una otra y vez de un lado a otro, esperando ver a los arboles danzando, mateniendo la esperanza de tal vez ver algún narniano pero todo estaba tan estático, tan normal que a Sebastian se le hizo irreal pensar que aquellos arboles bailaban a la son del viento en los relatos de sus amigos. Si no hubiera acabado en una rara dimensión paralela, probablemente nisiquiera les creería, por lo menos no del todo.
──que quietos estan──Lucy dijo lo que todos pensaban, al menos los reyes y su caballero, el enano sólo la miro como si hubiera dicho que los cerdos volaban.
──son árboles, ¿qué esperabas?
──solian danzar──conto con un poco tristeza asomando por su voz.
──me hubiera gustado verlo──se lamento Seb puchereando sacandole una sonrisa a Peter.
──te hubiera encantado, era──le comento enfocando su mirada en él, en cada facción suya──hermoso
──Me lo imagino
Sólo Susan y Edmund notaron el doble sentido en las palabras de su hermano que miraba fijamente a su despistado amigo.
Idiotas, pensaron ambos rodando los ojos.
──poco después de que se fueron, los telmarinos nos invadieron. Los sobrevivientes se ocultaron en el bosque, los árboles, ellos....se sumieron en un sueño profundo del que no han vuelto a despertar
──no lo entiendo, ¿Aslan dejo que esto pasara?
Lewis repaso mentalmente quien era Aslan, si, el rey león mágico. Esto de conocer criaturas nuevas que sólo existen en fábulas para niños que además eran parte de un país mágico que gobernaban sus mejores amigos, en definitiva era cansador pero el éxtasis y adrenalina de saber que estaban a puertas de una posible lucha al lado de sus mejores amigos y su crush, le carcomia los nervios asi como le emocionaba portar una espada, las armas siempre habían sido una extensión de su cuerpo. Eso era lo único que podia agradecerle a su insana família, su obsesión y destreza con las armas, en concreto; con la espada.
¿Estaba mal estar emocionado por ir a una guerra donde posiblemente moriría gente del pueblo de sus amigos?
Si.
¿Estaba preocupado por qué algo les pasara ellos?
Si.
Cumpliría su nuevo deber como siervo de los Reyes de antaño a como de lugar, sus ojitos brillosos e emocionados fueron vistos por Peter, que remaba en el bote tratando de ver a todos lados menos a quien tenia en frente. Sebastian estaba demasiado ocupado rememorando entrenamientos que podrían ayudarle a sus amigos a prepararse para la inminente pelea, aun que posiblemente no lo necesitarían porque técnicamente, ellos son mayores que él en años narnianos.
──¿Aslan? Nos abandono al mismo tiempo que ustedes
El rubio volvio a la realidad por lo dicho por el enano, prestando atención a sus reclamos, sintiendose sorprendido tanto como prepotente por entender que los narnianos quedaron solos y indefensos por la marcha de los cinco reyes.
──no quisimos abandonarlos──sono fuerte, seguro pero con una suavidad que demostraba la pena que ocultaba por haber sido separado a la fuerza de su cargo.
El caballero noto tenso a su rey, y sin darse cuenta habia descendido una de sus manos colocandola cómodamente sobre la rodilla del Pevensie dando un pequeño apreton que hizo lo opuesto a calmarlo, para suerte de Peter, el sol dando de lleno en su rostro sonrojando sus mejillas naturalmente por el calor, fue suficiente para ocultar que el rojo de sus orejas era por bochorno. Sin embargo, no hizo nada por retirar la mano de su caballero, es más, trato de no moverse tanto para que no notara su tierno acto inconciente.
──pero eso no cambia las cosas, ¿o si?
──llevanos con los narnianos, eso si──ordeno finalmente el gran rey, ignorando su corazón felíz y acelerado.
Sebastian debia admitirlo, amaba esta faceta de rey obstinado de Peter, pese a lo irritable que estaba comezando a ser para otros.
Al llegar a la orilla, los hombres Pevensie y su amigo arrastraron el barco hacia la arena, acomodandolo para dejarlo allí.
Sólo entonces Sebastian habia notado lo que hizo en el bote, sus mejillas al instante enrojecieron de vergüenza aun que la felicidad también lo invadio, Peter no habia quitado su mano, ¿cuenta como un avance? Creía que si y que no hacían más que avanzar desde que pisaron la tierra fantasiosa, eso le aterraba tanto como le emocionaba ¿será que por fin Peter se daría cuenta de sus obvios sentimientos? ¿De los obvios sentimientos entre ambos?
Sin quererlo, Peter y él rozaron sus manos provocando que sus miradas chocasen una vez más, envolviendolos en su propia burbuja al sonrerise el uno al otro.
Su tierna burbuja había sido apreciada por los hermanos del rubio, que sonreían por lo bien que le hizo el cambio de aires a Peter con respecto a su interacción con Sebastian, era más libre, más el Peter que conocen, no se restringia como lo hacia en Londres, no se prohibia su propio amor. Pero esa preciosa burbuja fue rota por un rugido animal a la par del grito de su compañero narniano.
──¡no se mueva, majestad!
Un enorme e imponente oso perseguía a Lucy, que asustada corria hacia el resto.
──¡Alejate de inmediato!──Susan advirtió apuntandole.
──¡dispara, Susan, dispara!──grito Edmund tomando marcha hacia su hermana.
Sebastian y Peter lo siguieron de inmediato, Lewis con una mano en el mango de su espada, fue el primero en llegar al lado de la niña para agarrarla y ponerla detras de él, usándose como un muro y escudo para proteger a la pequeña reina mientras desenfundaba su espada ante el gran oso que se ergia sobre ellos. Apreto su espada con una mirada dura, narniano o no, no había otra via que la muerte para el animal.
Antes de que pudiera apuñalarlo, una flecha dio de lleno en el peludo pecho del oso dandole fin, sonrió de lado viendo sobre su hombro a Susan para luego quedar confundido al ver que su flecha jamás habia salido de su arco, detras de ella el pequeño hombre narniano sujetaba un arco, él habia lanzado la flecha salvandolos del ataque.
──yo habria podido contra él... ──murmurro para si mismo casi en un gesto de berrinche, se volteo a la menor──¿estas bien, Lucy? ¿No te rasguño o algo?──la inspeccionó preocupado buscando alguna herida, ella le dio una sonrisa pequeña negando, seguia shockeada por lo que acababa de pasar.
Peter lo miraba con el ceño fruncido, con un pequeño rastro de enojo que trataba de calmar, mas la preocupación y el miedo por ver a ambos en frente del oso, fueron más que el enojo de verlo lanzarse al peligro, a una casi muerte.
──¿por qué el oso no se detuvo?──la mayor Pevensie pregunto conternada con su mirada fija en el, ahora, cadáver del oso narniano.
──creo que el hambre no lo dejo──Trumpkin sentenció.
Todos de reunieron alrededor del cadáver con distintos sentimientos encontrados, unos más vulnerables que otros por ello.
──gracias...a ambos──Lucy les agradeció con sinceridad.
──no hay de que, Lulu──despeino su pelo con cariño logrando sacarle una risita, se sintio orgulloso de eso.
──era salvaje──se percato Edmund.
──creo que ya no era inteligente──el rubio habia tomado lugar al lado de su hermanita menor dejandola en medio de ambos enamorados.
──cuando te tratan como si fueras un animal, en eso te conviertes
El caballero no pudo evitar pensar lo profundas y ciertas que eran esas palabras.
──nada es como lo recuerdan. Narnia es mucho más salvaje
El rubio pequeño se acerco para despellejar al animal segun creyo Lewis, Lucy se sintió mal dejando caer lágrimas que pronto se convirtieron en un llanto consolado por un abrazo de su hermano, Sebastian en cambio, se puso frente a los hermanos obstruyendoles la tetrica vista de Trumpkin haciendo lo suyo.
Hizo una mueca compartiendo mirada con Susan, quien entendio su mirada y el por qué su mejor amigo había estado tan callado y serio todo este tiempo, se había estado adaptando y adecuando a todo respetando el luto de los hermanos por la pérdida de sus amigos y pueblo, ademas del proceso de entendimiento en el que estaban
Narnia ya no era igual y debían aceptarlo.
El cadaver de lo que alguna vez fue un habitante de Narnia era prueba de ello.
Susan de acerco a su mejor amigo, recargando su cabeza en su pecho al instante que la atrapo en un abrazo tratando de reconfortarla de la dura realidad a la que ahora se enfrentaban.
Una realidad que afectaba a todos.
Lewis atrajo al abrazo a Ed que se nego al principio pero callo al sentirse bien al ser consolado por su amigo, todos los reyes se sentían desolados.
Peter los observo con Lucy aun sollozando entre sus brazos, una sonrisa afloro en sus labios al verlo consolar a sus hermanos.
Si, todo habia cambiado en Narnia, incluyendo los Reyes, sólo debian que darse cuenta de ello.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top