5
TOM
Las cosas iban mejorando en casa. Harry era más amable con todos y a Sam le estaba yendo muy bien en el trabajo; tan bien que pudimos comprar otro colchón para ya no tener que dormir en el piso.
Erin me había presentado un chico que ahora era un gran amigo, Harrison; al parecer vivimos relativamente cerca así que casi siempre vamos y venimos juntos del trabajo. Obviamente también con Erin.
El príncipe seguía siendo un hijo de puta con todos. Creía que cualquiera que lo viera caería rendido a sus pies como por arte de magia o porque- como a el le gusta decir- es terriblemente irresistible; tanto que seguramente quedas enamorado desde que lo ves por primera vez.
-Thomas, ven acá- el príncipe me llamó desde el baño y solo lo observe.
¿Acaso no podía ponerse una toalla o algo?
-Quiero que hoy prepares lo más especial que se te ocurra para estar con una mujer, no me importa si tienes que recorrer todo este reino de mierda en busca de flores, lo harás y punto.
Dios, este hombre y sus hormonas. No, la princesa no quiere algo especial, la princesa quiere a alguien que no seas tú.
Caminaba por el estrecho pasillo del castillo en busca de ¿velas? no lo se, no se ni como se hace esto. Nunca he estado con una mujer, ¿Cómo mierda voy a saber que es lo que quieren para una primera vez?
Según Erin ella querría que oliera lindo y que sea en una especie de tina como la que tiene la princesa, le gustaría que fuera en la noche y que tuviera una linda vista la gran ventana. Una vista que te recuerda lo pequeño que son todos y que te haga valorar las personas que tienes a los lados. Las que están para ti en las buenas y en las malas.
Pide muchas cosas.
Camino a buscar el escenario perfecto cuando una chillona e irritante voz me llamó.
-Thomas, ven.- volteo y me dirijo a la chica- ¿Se puede saber a donde vas?
-A buscar unas cosas que me pidió el Príncipe James.
-Dime Thomas, ¿No te sientes mal cuando ves todo lo que el tiene y tu nunca podrás tener? Como dinero, comida, ropa, casa, familia.
La mire y ella solo sonrió.
-¿Cómo..?
-¿Que cómo se? Oh cariño, el reino entero se enteró. Aún no puedo creer como es que tu y tus hermanos sean capaces de sobrevivir a tal atrocidad. Te doy un pequeño consejo- se acerco y susurró en mi oído- mátate- la mire y ella sonrió para luego seguir su camino.
¿Qué es lo que pasaba con ella? ¿Por qué me dijo eso? ¿Cómo se atreve a decir esas cosas de mis padres?
Por impulso fui y la alcance para tomarla del brazo y jalearla a una habitación.
-Perdón pero no tienes derecho a hablarme así. Muy princesa y todo pero de que sirve tener una corona si por dentro eres peor que un ogro. Crees que tengo envidia de tus joyas y tus grandes lujos pero tu vida está tan sola y tan desecha y no se que es lo que esperas de ella. Para todos solo eres un objeto sexual. ¿Y sabes por qué? Porque eres una mujer.
Sentí un fuerte impacto en mi mejilla. ¿Cómo pude decir eso? Dios, este será mi fin. La miré a los ojos y solo pude observar como algunas lágrimas querían salir. ¿La había herido?
Ella solo me empujó y salió de la habitación. Personas como ellas no tenían sentimiento alguno, pero si es que existe, creo que acabo de quebrarlo. Mi madre estaría tan decepcionada.
Yo solo seguía en busca de mis velas y algo lindo, casi era hora de empezar a arreglar todo y no tenía nada listo. Solo un par de cosas aromáticas y una que otra flor pero no era suficiente, el príncipe me mataría si solo me ve llegar con eso.
Debo de buscar a Erin, ella podrá ayudarme a ver donde están todas las cosas que me faltan y tal vez pueda ayudarme a decorar. Fuí a la cocina y ahí estaba hazza, el siempre sabía donde estaba Erin. Yo digo que le gusta pero el siempre lo niega diciendo que alguien más está en su mente. Yo te puedo decir quien. ERIN.
-Hey, Harrison- me acerco y lo saludo.
-Hola tom, ¿Qué pasa?
-¿Has visto a tu amada? La necesito para un trabajo.
-Nah, creo que estaba con la princesa ayudándola con un vestido para la "cita" que tendrá con el príncipe.
-Ah, vale- antes de salir pare en seco- ¿Cómo sabes de la cita?
-Vamos tom, todos sabemos que hoy es el día que "la hará mujer". Todos lo saben.
Me molestaba de cierta manera que presumieran a sus "conquistas" y que después de follarte a una mujer, se volvía solo tuya. Sin embargo mi opinión era poco popular, pues todos decían que las mujeres eran tontas y no servían para nada, solo para tener sexo y servir comida.
Caminé a la recámara de la princesa y toqué, pero nadie atendió. Supongo que eso quiere decir que puedo entrar. Avancé por la habitación para ver si encontraba a alguien, pero nada.
-¿Erin?- no había respuesta.
Entro y la cama está totalmente desatendida, es bastante raro para que sea de noche y aún no la hayan hecho.
Recuerdo cuando eran noches como estas y yo llegaba agotado del trabajo del campo y veía a mi madre con una gran sonrisa cuidando a mis hermanos, me veía y sonreía. Avanzaba a mi y me abrazaba de tal forma que todas las preocupaciones se iban, ya no estaba cansado, ya no me sentía harto de vivir así; me sentía tan afortunado de tenerla con nosotros. De poder verla todas las mañanas y decirle "Nos vemos en la noche". Ojalá esa última mañana le hubiera dicho lo mucho que la quería, ojalá hubiera disfrutado un poco más el ultimo abrazo, ojalá los hubiera disfrutado más antes de que ellos... Ojalá nunca se hubieran ido.
-¿Alguien?- avancé más a la habitación hasta que escuché unos gritos en el baño.
Me asome por un pequeño agujero y vi a la princesa tirada en el piso, la espalda la tenía completamente descubierta, se veía indefensa y asustada, pero ¿de qué?. Esa pregunta no tardo mucho en responderse. El rey se acerca a ella y sin piedad suelta mas de tres golpes en su espalda con un látigo de cuero, eso solo la hace temblar y soltar un gemido de dolor, jadea sin parar.
-¡Te dije que hicieras todo lo que el quiera!- golpe- ¡Eres mujer y debes de entender que solo funcionas para tener hijos y verte bonita!- otro golpe- !Eres tonta e inútil, nunca llegarás a ser nada; solo sonreirás y si el quiere follarte todo los días tu te vas a dejar porque para eso naciste!
Esta vez en lugar de golpearla con el látigo, la levantó, la vio a los ojos y aún así la aventó al piso con fuerza y la golpeo sin piedad. Sangre salía de todos lados, su cabeza rebotaba en el suelo sin parar y ella solo cerraba los ojos.
Los golpes pararon y siempre recordaré lo que el rey dijo antes de salir.
-Nunca olvides tu lugar, puede que seas princesa. Pero eres mujer, eso te hace menos que hasta el bastardo más insignificante se ve brillante junto a ti.
Salió del baño y corrí para esconderme bajo la cama. Las gotas de sangre recorrían todo el látigo de piel dejando grandes rastros de maltrato.
Salgo debajo de la cama y me aseguro de que no haya nadie en la habitación.
Me acerco al baño donde seguía la princesa tirada. Estaba hecha bolita en el piso, no sabía si seguía respirando o si acaso estaba consiente, no podía dejarla ahí tirada, no podía dejarla morir sola.
Cuidadosamente camino a ella y me agacho, un poco de sangre salía de su cabeza, estaba temblando y se podían ver las lagrimas pasar por su mejilla. Puse mi mano en su hombro, estaba tan fría y resaltaban las pecas de su espalda blanca y desnuda.
-¿Princesa?- se sobresalta y me observa. Me acerco a ella pero se aleja- Tranquila, no te haré daño.
Me ve a los ojos y un mechón pelirrojo cae por su cara, no para de temblar y veo que tampoco de sangrar.
-¿Qué haces aquí?- la voz le tiembla y es apenas audible- No deberías de estar aquí.
-Déjame ayudarte, estas sangrando mucho y no puedo dejarte así- me mira insegura, es la primera vez que la veo como una verdadera persona, no como la típica niña mimada- Solo confía.
Ella asiente y se voltea, tengo mejor vista de su espalda y está repleta de moretones y cicatrices, aparte de las nuevas heridas que tenía. Tenía la espalda llena de golpes, me sorprende que haya aguantado. Tan frágil que se veía.
Voy por un pequeño trapo y lo remojo con agua. Recuerdo las lecciones de mi madre, explicando como debía de limpiar cualquier herida por si algún día pasaba algo y ella no estaba presente.
-Estará frío, no te vayas a exaltar- paso el paño por su espalda y se arquea por el dolor.- tranquila, te arderá pero debo de hacerlo- tomo algún desinfectante que encontré y lo aplico en su espalda. Escucho un jadeo de su parte y se mueve sin parar- tranquila, todo estará bien.
-Duele, duele mucho.
Deja caer el cabello y cubre toda la espalda, estaba con tantos risos y se veía mas rojo de lo normal. Es la primera vez que lo veo perfecto. Voltea a verme y se sube el vestido.
-Gracias, por ayudarme, no deberías.- una gota de sangre resbala por su ceja y sigue sangrando un poco de la cara.
-Ven, curaré tu cara y veremos tu cabeza, no queremos que tengas algún derrame o cosas extrañas.
Termino de pasar todas las cosas por su cara y recuerdo la vez que sam cayó en un hoyo lastimándose la pierna de tal manera que no podía caminar. Mi hermano y yo mi tuvimos que bajar por el para luego tener que curarlo con un par de ropa y agua sucia del río.
La veo a los ojos y ella solo me abraza, me abraza y comienza a llorar como si no hubiese un mañana, como si esta mañana no me hubiera insultado, como si nos conociéramos de años. Paso mi mano por su espalda para consolarla, pero en seguida se queja, olvidé que también estaba lastimada ahí.
-Por favor no me dejes aquí sola, no esta noche. Mi padre volverá a pegarme o mi madre me matará de hambre. No quiero quedarme con el príncipe, no quiero que me toque con esas manos asquerosas, no estando tan sensible.
-¿Cómo sabes?
-Las paredes son delgadas Holland- musita- por favor sácame de aquí.
Camino por el patio trasero del castillo, está rodeado de algunos guardias pero esta obscuro, así que no se puede ver muy bien quien está por ahí.
Veo a mi Hazza y a Erin esperándome bajo el árbol. No quería interrumpir su linda noche de "novios" pero debían de ayudar.
-Chicos, hey chicos.- voltean y sonríen.
-Estábamos esperándote para irnos, ¿Listo?- Erin agarra sus cosas y se da la vuelta.
-¡Esperen! Necesito que me ayuden a algo.- los dos me voltean a ver dudosos y abro paso para dejar ver a la princesa detrás mío.
-Thomas ¿Qué hace ella aquí?- Harrison está serio, al igual que su voz.- ¿Qué crees que haces con ella aquí?
-Tenemos que sacarla sin que se den cuenta.- contesto
-¿Estás loco?- la voz de Erin suena algo alterada- No podemos hacerlo, nos harán algo si nos ven. Por Dios Holland. Es la jodida princesa.
-Chicos, por favor- musita la princesa haciendo que todos la miremos- En verdad deben de sacarme de aquí, solo por hoy.
-¿Qué nos darás a cambio?- pregunta harrison.
-Todo el dinero que quieran pero se los pido, ayúdenme.
Harrison y Erin logran crear una especie de capa para tapar el cuerpo y la cara de la chica. Se que esto puede meternos en problemas pero lo intentaré. Nadie merece estar en ese infierno.
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