11

KARA

Caminar por los pasillos nunca había sido tan difícil, hasta que llegó él. No se si es porque tengo la necesidad de ver como está o si es porque me incomoda que sepa tanto de mi. No puedo diferenciar cual es el sentimiento.

Mi madre estaba comenzando a probar telas blancas y cada día me ponía un corset más ajustado. Mi boda estaba comenzando a ser planeada a pesar de no tener una respuesta positiva de parte del príncipe.

Hace unos días pasamos el día juntos a el y no fue tan malo como creía. Me hacía reír y me sentía bien a su lado. Me pidió perdón por aquel día en el pabellón y al recordarlo un escalofrío me invadió y todas esas imágenes posaron en mi cabeza una y otra vez. En todas estaba él, Thomas. Se comenzaba a hacer rutina el hecho de tener que ver a tom y fingir que nunca me ayudó. Fingir que estoy comenzando a caer enamorada de James, cuando la mayoría del tiempo pienso en lo que me pregunto qué es lo que está pensando tom y si en alguno de esos momento piensa en mi. 

Caminando por los jardines un gran golpe se escucha por la caballeriza. Desvió mi destino y me dirijo al origen de aquel fuerte golpe. Al llegar veo un círculo de esclavos rodeando algo, pero nadie se mueve. Abro paso entre la gente y veo al chico de cabello chino tirado mientras un señor de edad madura está sobre el cuerpo del niño repartiéndole golpes por toda la cara.

Ordeno que los separen, pero los dos hombres están tan aferrados que se necesitan más de tres personas para poder alejarlos. 

-¿Qué es lo que ha pasado aquí? -. Pregunto con autoridad y nadie se atreve a dirigirme la palabra. Estoy comenzando a perder la paciencia cuando alguien dice que todo lo inició el nievo niño. El señor estaba trabajando y el chico le pidió permiso, pero el señor nunca lo escuchó, el nuevo se enojó y se le aventó al hombre para comenzar a golpearlo. Lo cual no duró mucho ya que el más grande le dio la vuelta y terminó destrozándolo.

Ordeno que todos se dispersen y vuelvan a lo que estaban haciendo. Cuando el chico se iba a ir lo detengo y me mira molesto.

-Déjame curarte, no puedes trabajar así.- el chico no dice nada y solo camina detrás mio. Solo espero que no nos encontremos a nadie importante porque si no harán preguntas y le irá mal.

Llegamos al cuarto de lavado y corrí a toda la gente que estaba ahí. Saqué todo para comenzar a curar los golpes y parar la sangre.

-¿Por qué haces esto? -. Preguntó con amargura.

-Por que se lo debo a tu hermano.

Regreso a concentrarme y recuerdo todas las veces que mi hermano curaba las heridas que mi padre había ocasionado. Si el nunca se hubiera ido yo podría estar conociendo reinos y enamorándome. Pero estoy aquí curando al hermano de un esclavo por que siento la necesidad de proteger a los suyos. De nuevo esa maldita necesidad.

-Si tanto nos debes, deberías de pagarle más. ¿No crees? - lo miro de mala forma y el solo clava sus ojos en mi. Después de haberle salvado el trasero ¿Me reclama?

Termino de desinfectar todo y salimos de la habitación. Estamos en uno de los pasillos del castillo; sin embargo es extraño que no haya nadie caminando por aquí, si este es el corredor principal.

- Escucha yo solo quería ayudarte. Si mi padre o mi madre hubieran llegado en ese momento, probablemente te hubieran sancionado de alguna manera y créeme que eso no es algo en lo que quieras meterte. - no debo de darle explicaciones pero no puedo parar - Si ayudar a tu hermano implica limpiar tus trapos sucios, lo haré.

-Si quisieras ayudar no hubieras dejado que matasen a mis padres. - Replica con furia - ¿No recuerdas? Cómo tus queridos padres los agarraron y los ahorcaron frente a toda la aldea. -trago fuerte y evito su mirada. -¿Sabes lo difícil que fue ir un día como si nada a comprar y encontrar a tus padres muertos en el centro?

Me siento culpable por todo lo que está contando, pero yo no tuve nada que ver en eso y lo que hicieron fue por el bien de la familia. Ellos sabían cosas, cosas que ponían en peligro todo el reino. No podían permitir que llegara a manos equivocadas.

-Tus padres debían de pagar. - Siento un impacto en mi mejilla.

Me había golpeado. Un esclavo me había golpeado. Lo miro con furia y con coraje. El odio me invade y cuando estoy a nada de reclamar un grito de hace presente al inicio del pasillo.

- ¡Como te atreves a ponerle una mano encima! -James camina cabreado a donde nos encontrábamos y lo toma de la playera para azotarlo contra la pared. - ¡Tu y yo tenemos que hablar! - dice entre dientes y lo avienta furioso al piso haciendo jadear a harry del dolor.

Se acerca a mi y toma mi barbilla para examinar mi rostro. Le sonrío para hacerle saber que estoy bien y el me da un rápido beso en los labios para luego voltearse y enfocarse en el chico tirado.

James lo toma y lo arrastra por el pasillo. Camino detrás de ellos y todos lo miran. Saben que es lo que eso significa.

 Me gustaría evitarlo pero estoy tan enojada de lo que hizo que no me apetece pararlo o defenderlo.

-Llegamos. - comenta James mientras abre una puerta de metal y empuja al chico para que entre. - Te presento el cuarto obscuro.


Los jadeos de dolor recorren toda la sala. Mi padre, mi madre y mis futuros suegros se han enterado de lo sucedido y han decidido venir a observar el show. Como era de esperarse, aquí hay sillas para cuando maltratan a alguien y alguno de la realeza desea observar.

James tiene esposado a harry contra una pared y este se encuentra sin prenda alguna. De vez en cuando moja el trozo de piel que usa como látigo y vuelve a pegarle en la espalda o cuando quiere divertirse más, agarra un cuchillo y lo pasa por toda su espalda o piernas. Debajo de harry hay un charco de sangre, de alguna manera disfruto esto. Disfruto sus gritos de dolor y agonía.

Se escucha unos ruidos a la entrada y salgo a ver que es lo que está pasando. No hay nadie en los pasillos. Pienso que quizás solo fue paranoia mía cuando veo al chico de cabello rubio y castaño caminando agitados hacia mi.

- Kara, por favor dime que no es verdad. - murmura el castaño preocupado. - No encuentro a mi hermano y muchos dicen que lo vieron entrar ahí.

No sé que responder. Ambos me miran con pánico y me siento extraña al verlo de esa forma. Un sentimiento de culpa me recorre. ¿Culpa de qué?

- De verdad lo lamento. - musito como si realmente sea una tragedia que está pasando cuando en realidad lo merecía. Debe de recordar cual es su lugar.

Se voltea impaciente y Harrison lo toma de los hombros en forma de apoyo. No sé que decir o que hacer. Me preocupa que alguien nos vea hablando pero no hay nadie vigilando. Tienen tanto miedo de lo que está pasando que prefieren no estar por aquí para escuchar todo lo que salga de aquel cuarto.

Me volteo para entrar de nuevo a ver lo que están haciendo y antes de cerrar la puerta por completo, siento como una fuerza empuja la puerta, evitando que pueda cerrarla. Tom entra al salón completamente agitado y en ese momento se escucha un jadeo de harry pidiendo piedad.

-Tom ¿Qué haces? - susurro antes de que alguien lo vea- No te metas en esto, no es seguro.

El chico hace caso omiso e intento empujarlo fuera de ese sitio, pero es imposible. No logro moverlo más de dos centímetros. Suplico que nadie lo vea, que me haga caso y se vaya. Suplico que deje esto ir y que deje a su hermano ahí. La angustia sucumbe en mi y no se porque quiero que se mantenga alejado de todo esto, debo de protegerlo.

- ¿Qué hace el aquí? - La voz de mi padre suena detrás mio y lo miro con miedo.

-Déjenlo ir, por favor.- suplica - Es solo un niño.

-Le faltó al respeto a la princesa. No podemos dejar que se salga con la suya. -decreta sin dejar de mirarlo.

-Castigarme a mi, pero a el ya no lo hagan sufrir. - Sede el castaño.

Lo miro sorprendida y espero que mi padre se ría o suelte algún comentario sarcástico. Los gritos de harry vuelven a escucharse por todo el lugar. Tom vuelve a suplicar y yo vuelvo a rezar porque mi padre no lo permita. Pero mis rezos fueron ignorados.

- ¡Desátalo! - ordena el rey y todos lo miran confundidos. - Él tomará su lugar.

Suelta una sonrisa cínica y lo agarra  para llevarlo al centro de todo.

James deja caer el cuerpo de harry al piso y tom corre a el. Puedo escuchar como harry solloza en el suelo y no para de pedirle perdón por haberlo metido en esto.

Personas entran por el cuerpo del chino para llevárselo. Tom comienza a quitarse la ropa y desvió la mirada. No soy capaz de ver lo que va a pasar. Tiempo después escucho como comienzan los gritos de dolor.

Cierro los ojos con todas mis fuerzas, como si eso ayudara a desaparecer la escena o a que duela menos. Me siento tan frágil en esos momentos. No sé que hacer, no tengo idea de como ayudar, hubiera preferido nunca salir, nunca haber respondido su pregunta.

Abro los ojos y la espalda del chico está más que roja. Me tranquiliza que solo han usado el látigo y no el cuchillo, esa tranquilidad termina cuando mi madre agarra un tubo de metal y lo coloca en el fuego. James toma unos guantes gruesos de tela y seca el sudor que rueda por su frente.

No puedo parar de mover la pierna. Estoy más que inquieta.

- Espero que después de esto tu hermano aprenda a respetar a una mujer. - protesta y luego agarra el tubo más que caliente para estrellarlo con fuerza en la espalda del chico.

Un grito desgarrador sale por su garganta y me tapo los oídos. Repite el movimiento tres veces y siento como las lagrimas comienzan a salir de mi. Quiero ayudar pero no puedo, me es imposible poder ayudarlo y pienso en fingir algún desmayo o incluso en decirle a James que me prendió muchísimo eso para que deje al chico ir; no me importa si tengo que estar con él, debo de ayudarlo. Pero ninguna palabra sale de mi.

Acto seguido de pegarle, James agarra el cuchillo de la mesa y no puedo contenerme más.

- ¡Basta! - grito y todos voltean a verme confundidos. Esto no es algo digno de la realeza, debería de estar sentada junto a ellos disfrutando el show de un esclavo siendo maltratado, pero al escuchar los jadeos de dolor todo cambia. Ya nada importa. -Creo que ha tenido suficiente. - intento sonar calmada pero suena como un chirrido.

Nadie dice nada, nadie se mueve y todas sus miradas siguen fijas en mi. Trato de mostrar fuerza y fortaleza, pero al hacer contacto visual con mi padre bajo la mirada en segundos.

James se acerca a tom y abre las cadenas que rodeaban las muñecas del chico para evitar que se moviera o que se resistiera. Thomas cae al suelo y al verlo un gran nudo se forma en mi garganta por toda la cantidad de sangre que corre por su pálida piel. ¿Por qué tenías que meterte? ¿Por qué no esperaste afuera?. Todo esto era mi culpa. Si yo no hubiera salido, si no hubiera respondido, nada de esto hubiera pasado. Quiero llorar y maldecir a todo aquel que le puso un dedo encima. Pienso en todas las noches que ha estado junto a mi, curando heridas, callando llantos, abrazándome en momentos vulnerables. Y ahora debo de ser yo la que debe de curarlo. Tengo que hacerlo.

Los padres de James salen del lugar y seguido sale James, sin antes darme una sonrisa y un beso amargo y forzado. Mi padre y mi madre siguen en la pieza, sin embargo toda mi atención está en esclavo tirado en el suelo. Quiero correr a ayudarlo, pero no puedo y no debo; no debo de hacer caso a todo esto. El es solo alguien que trabaja para mi y debo de tener muy en cuenta eso, no debo de tomarlo por alguien que no es. Toda esa reflexión se esfuma en cuanto tom se comienza a retorcer de dolor en el suelo.

Mi padre camina a mi y sin decir nada solo pasa junto a mi y sale de la habitación. Por otro lado, mi madre se posa junto a mi para también observar como el castaño sufre.

-Recuerda quien eres y recuerda quien es.- mi madre susurra en mi oído para luego salir de ahí y dejarme sola con el.

Pienso en hacer lo mismo que ella. Darme la vuelta y regresar a mi gran habitación con todas las joyas y piedras preciosas que hay en ella, ir al comedor y fingir no tener hambre para que luego vaya con mi "prometido" y haga conmigo todo lo que quiera. Sin embargo, un sentimiento de remordimiento se apodera de mi arrasando como una ola en pleno esplendor. Imagino a mi hermano corriendo a el mientras lo ayuda y lo cura, como siempre lo hacía cuando maltrataban alguien aquí. Todas esas veces que no podían ni caminar el se escabullía fuera del castillo y los llevaba a sus casas. O esos momentos en los que tiraba sus cadáveres al agua.

Camino a la puerta y salgo a los pasillos, al ver que no hay nadie cerca regreso al sitio y cierro la puerta con seguro.

Me acerco lentamente a tom y solo me quedo observándolo. Todas esas quemaduras mezcladas con heridas abiertas. No sé que hacer, no sé como ayudarlo y mi cuerpo no responde. Me agacho y lo observo, está temblando en el piso mientras se abraza las rodillas para quedar en posición fetal.

- ¿Tom? - pongo una de mis manos en alguna parte que no esté sensible y se exalta al tacto. - Tom- repito su nombre - Tranquilo, todo está bien. Ya se fueron.

Mis palabras parecen no tranquilizarlo y tampoco a mi. ¿Cómo iba a sacarlo de aquí?

-Gracias - un pequeño susurro sale de sus labios y  yo lo miro confundida. No sabía si era alguna alucinación o era mi subconsciente que intentaba ayudar.

- ¿Qué?

Siento como sus brazos rodean mi cuello y esconde su cabeza en mi cabello. Un sentimiento de ternura y serenidad se adueñaron de mi, causando el mismo efecto de siempre. Felicidad, emoción, paz. No sabía el por qué y tampoco qué lo ocasionaba, pero lo único que sabía es que no me había sentido así desde que mi hermano me dejó.

Rodeo con cuidado su cuerpo y lo apego más a mi. Siento su respiración y sus pulsaciones. Está bien, está a salvo. Está conmigo.

-Gracias. - repite - Muchas gracias.- Solloza en mi hombro.




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Espero que les haya gustado mucho el capítulo y que estén disfrutando la historia.

Gracias por leer y por favor recomienden la historia, significaría mucho.

Adiós. 

¡Quédense en casa!

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