t r e s
—Estás adaptándote muy rápido, solo ha pasado una semana desde que llegaste.
Di un sorbo a mi malteada y miré con detenimiento a Ji Sung, este asintió levemente y recargó su brazo en la silla a su lado.
—Soy un chico muy sociable, ¿sabes?
Rodé los ojos y negué.
—Sociable, claro.
—Y atractivo también.
Reí y terminé mi bebida.
—Sociable... bien, te lo creo, pero ¿atractivo? —Apreté los labios y negué nuevamente.— Creo que más bien eres engreído.
Ji Sung frunció el ceño y golpeó levemente la mesa.
—¡Hey! ¿Cómo te atreves?
Enarqué una ceja ante el comportamiento infantil que estábamos mostrando y torcí la boca levemente.
—Bien, quería decírtelo de otra forma, pero esa expresión que estás haciendo en estos momentos me da miedo. —Soltó un suspiro y buscó algo en su mochila.— Oficialmente estoy en el equipo de baloncesto.
Miré con asombro la playera color rojo que Ji Sung me mostraba.
—Wow, en verdad estás esforzándote. Serás aún más popular de lo que eres, me vas a superar.
Mi amigo sonrió triunfante y levantó ambas cejas.
—¿Quién es la engreída ahora?
Lo fulminé con la mirada y le lancé su playera.
—¡Te estoy dando elogios! —reclamé.
Levantó una ceja y negó.
—No sonaste sincera.—Solté un bufido y miré hacia la calle.— Jugaré el viernes, ¿irás a animarme?
Lo miré de reojo, él tenía la cabeza ladeada mientras hacía un puchero.
—No iré.
Me crucé de brazos. Ji Sung levantó sus cejas y parpadeó rápidamente.
—Hye... Por favor —dijo en tono suplicante.
Apreté mis labios para tratar de aguantar mi risa y negué rápidamente.
Ji Sung juntó sus manos y volvió a pedir que lo animara en su "partido debut".
—Iré solo si para la próxima que salgamos me compras un enorme helado de algodón de azúcar.
—¡Claro que sí!
Solté un suspiro y sonreí.
—Ahora termina tu bebida, necesito hacer tarea.
Los tres días pasaron realmente rápido, Ji Sung estaba muy emocionado por "el mejor partido que yo podría presenciar". Pff, y decía que no era un engreído.
La campana sonó indicando la hora del descanso, sin embargo, este día la cafetería estaría vacía. Muchas chicas comenzaron a correr hasta la cancha de baloncesto con botellas de agua para apoyar a su chico favorito. Rodé los ojos y sonreí divertida. De mi mochila saqué también una pequeña botella de plástico llena de agua fría.
Visualicé a Sun Hee acercándose, escondí el agua detrás de mí.
—¿Dónde están Kyung Ah y Eun Ji? —pregunté en cuanto ella estuvo a mí lado.
Mi amiga entrelazó su brazo con el mío y comenzamos y caminar.
—Ellas salieron rápidamente junto a la gran estampida de chicas, así que...
—Oh, ya entiendo —reímos.
—Esta vez podemos ir muy despacio, no nos ganarán una buena mesa en la cafetería —Sun Hee me miró a los ojos y esbozó una sonrisa.
—En realidad... También iré al partido —confesé. La chica frunció el ceño en señal de confusión.—Ji Sung me pidió que fuera a verlo.
Levanté mi mano derecha, en la que sostenía la botella, y se la mostré.
—Entonces irás con Ji Sung —afirmó. Asentí apenada.— ¿Aún niegas que son novios?
—Es que es verdad, él y yo no estamos saliendo, solo somos buenos amigos, se los expliqué antes —hablé con nerviosismo.
—Y, ¿sólo sientes eso por él? —La miré con el ceño fruncido sin saber a qué se refería con exactitud.— ¿Solo es amistad para ti?
Desvié la mirada y asentí nuevamente.
—Solo amistad.
Mi amiga me miró no muy convencida.
—Bien iremos.
Y sí, a pesar de lo cercanos que fuéramos y de que nos conocíamos desde niños, nunca había sentido atracción hacia Ji Sung. Solo había experimentado esa clase de sentimientos con una persona, sin embargo nunca volví a saber de él.
Solté un suspiro deshaciéndome de todos esos pensamientos.
En cuanto llegamos a la cancha, algunos de los alumnos presentes comenzaron a hacer espacio para que Sun Hee y yo pudiéramos estar en primera fila, habíamos llegado justo a tiempo. Muchas chicas de primer año se encontraban con pancartas para animar a sus favoritos. Ridículas.
El equipo oponente no se veía muy bien, los jugadores no eran muy altos en comparación con los alumnos de nuestra escuela, el partido lo teníamos ganado.
Sin embargo, el rendimiento de los chicos no era suficiente, haciendo que el equipo contrario llevara la delantera con seis puntos de diferencia.
Rodé los ojos con exasperación, los gritos y porras de las chicas no eran suficientes para que nuestro equipo encestara.
—Son muy malos —dijo Sun Hee en cuanto terminó el primer tiempo. Su cara reflejaba aburrimiento puro.
Pero mi amiga tenía razón, ¿a esto vine? No señor.
En cuanto inició el segundo tiempo, busqué con la mirada una banca disponible. En cuanto encontré una, caminé hasta ahí y me subí.
Aquí voy...
—¡Ji Sung! —exclamé para captar la atención del mencionado—. ¡¿Crees que vine a verte perder?! ¡Muévete y gánales a esos perdedores!
El chico negó mientras reía divertido.
Me arrepentiría después de lo que había hecho.
Mi amigo tomó el balón y corrió por la cancha para anotar en la canasta del equipo contrario.
Eso es, mueve tu tremendo trasero y destroza a esos inútiles.
Un rayo de esperanza volvía a aparecer en cuanto otro chico encestó
Ya íbamos a más de la mitad del partido y ahora sí, llevábamos la delantera. El público se emocionaba y gritaba. Dirigí mi mirada hasta Sun Hee quien se cubría el rostro con su mano y negaba. Reí bajo al saber que era por mi culpa que estuviera tan avergonzada.
El partido comenzaba a ser más emocionante.
Sin embargo, algo más llamó mi atención, un chico estaba saliendo de la escuela. Él no llevaba uniforme como todos los demás, y juraría no haberlo visto en la vida. Caminaba rápidamente fuera con un montón de papeles en la mano.
Un fuerte grito por parte de todos los presentes hizo que volviera a prestar mi atención en el juego, el cual había terminado. Fue un glorioso 42-39... Bueno, por lo menos ganamos.
Las chicas saltaban emocionadas y se reunían para ayudar a los chicos del equipo, mientras que los oponentes se miraban decepcionados unos a otros. Bajé de la banca y caminé hasta donde se encontraba Ji Sung.
—Hoy sí que me sorprendiste —confesó en cuanto llegué con él.
Hice una mueca de desagrado y negué.
—Ni lo menciones, me la pasé criticando a esas chicas de las pancartas y terminé humillándome. Oficialmente perdí mi dignidad.
Ji Sung rió.
—Y, ¿qué tal estuve? —preguntó con una gran sonrisa en su rostro.
Torcí la boca y le extendí la botella de agua.
—Por lo menos ganaron —me encogí de hombros.
El chico negó divertido y abrió la botella para darle un gran sorbo.
—Fui el mejor, admítelo —dijo en cuanto terminó de pasar el agua.
—Supongo que sí —sonreí.
Ji Sung tomó una toalla y secó el sudor de su rostro. En cuanto terminó me miró a los ojos y sonrió. Apreté mis labios y aparté la mirada nerviosa.
—Después de clases puedes comprarme mi helado —dije para romper el hielo.
—Hye yo... —Ji Sung fue interrumpido en cuanto cinco chicas llegaron emocionadas y lo elogiaban, me aparté instintivamente.
Reí y agité mi mano en señal de despedida.
—¡Te esperaré! —exclamé antes de irme.
Sun Hee me esperaba en el mismo lugar en el que estábamos antes.
—Me-has-causado-mucha- ¡vergüenza! —reclamó dándome pequeños golpes en el brazo.
—¡Tenía que hacer algo! ¡No quería que la escuela tuviera una mala reputación! —excusé. Mi amiga negó y se cubrió el rostro nuevamente.—Ah, ven tenemos que ir a clases.
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