El asunto de Sun Hee no dejaba de dar vueltas en mi cabeza: ¿desde cuándo había empezado a tener esos sentimientos por él? ¿qué tan fuerte era la atracción? ¿qué es lo que más le gusta de mi amigo? ¿por qué no me lo había dicho antes? ¿podría ayudarla?.
Averiguaría cuáles eran los sentimientos de Ji Sung hacia ella, tal vez podrían volverse más cercanos.

—¿Hye...?

Levanté mi mirada para dirigir mi atención a Hyun Jin. Él tenía su cabeza ladeada y mostraba una linda sonrisa. Los rayos de luz que entraban por la ventana agregaban un efecto cursi al ambiente.

»—¿Qué es lo que estás pensando?

Reí con nerviosismo y miré mis manos entrelazadas. El estar con él me ponía realmente ansiosa, y por ello me cuestionaba si todo esto estaba sucediendo muy rápido. Si pensaba detenidamente no sabía mucho sobre él, ni siquiera los datos más básicos cuando se trata de una pareja. ¿Esto podría funcionar?

Así pasé de pensar en Sun Hee y Ji Sung, a pensar en mi relación con Hwang Hyun Jin.

—¿Deberíamos de tener una cita? —solté sin más.

Levanté mi mirada para poder observarlo. Parpadeó repetidas veces, seguramente no esperaba que le propusiera eso tan repentinamente. Cambió su postura, recargándose en la silla. Levantó una ceja y asintió levemente.

—¿Por qué no?

Mostré una sonrisa, me sentía aliviada. Por un corto momento, debido a su expresión, pensé que la idea no iba a gustarle.

»—¿A dónde iremos, querida Hye?

Comencé a considerar ciertos lugares que realmente me gustaban, pero al procesar el cómo me había llamado, no puede evitar sonrojarme. Cubrí mi rostro con ambas manos y sacudí mi cabeza. Alcancé a escuchar una risa burlona de su parte. Separé un poco mis dedos para poder verlo, fruncí mi ceño y le di un pequeño golpe en su hombro.
Hyun Jin rio aún más mientras llevaba su mano en donde había recibido el golpe.

—¡Auch! —exclamó arrugando su nariz.

Me giré, dándole la espalda, todavía un poco avergonzada. Sentí cómo comenzaba a acariciar mi cabello. Lo miré por encima del hombro, mostraba una linda sonrisa.

—¿Siempre eres así de tierna?

Agaché mi cabeza y sonreí un poco. Comenzaba a olvidar los malos pensamientos que había tenido sobre nuestra relación.

—Ustedes...

Jeong In captó nuestra atención de inmediato. Hyun Jin apartó su mano rápidamente y ambos nos separamos un poco.

—¡Están saliendo! —exclamó con una sonrisa juguetona.

Según habíamos acordado, no diríamos nada a nadie. Pero no hicimos un plan por si alguien (por alguna razón) se enteraba repentinamente.
Hyun Jin me miró y sonrió.

—¿Para qué negarlo?

Parpadeé repetidas veces al escucharlo y asentí con energía. Jeong In se giró en busca de alguien, pero Hwang lo interrumpió.

—Por favor, no le digas a nadie. Apenas estamos comenzando.

El otro chico ladeó la cabeza, confundido. Sin embargo, retomó nuevamente la postura y afirmó. Suspiré aliviada, probablemente el rumor hubiese corrido rápidamente por los pasillos, y no quería que mis amigos se enteraran por otra persona.

Jeong In volvió a su asiento después de que Chan lo llamara, y posteriormente el profesor entrara.

—Debimos ser más discretos —murmuró Hyun Jin.

Ofrecimos una reverencia al profesor, mientras yo reía por lo bajo.

Propuse ir a una tienda de helados que no estaba tan lejos de la escuela. Hyun Jin aceptó con emoción.

—Hoy invito yo, ¿está bien? —dijo después de que la chica que atendía fuera a servir nuestros helados.

Asentí con una sonrisa. Había venido un par de veces con Sun Hee, Eun Ji y Kyung Ah, me pareció un lugar lindo, muy pintoresco, y los helados que servían eran muy buenos. Esperaba que Hyun Jin y yo pudiéramos venir más seguido por aquí.

Cuando nos entregaron nuestros helados, fuimos a sentarnos a una de las mesas que estaban fuera del local. El sol proporcionaba calor con intensidad, pero podíamos calmarlo gracias a la sombrilla que adornaba la mesita, mientras que el helado refrescaba nuestras bocas.

Comenzamos a hablar de temas triviales, como nuestras películas favoritas, animal favorito... Ese tipo de preguntas infantiles.

—¿Tienes hermanos? —preguntó de repente. Supuse que esa sería una buena forma de conocerlo de verdad, comenzaríamos a profundizar en cosas que consideramos más privadas y nuestro lazo se haría fuerte.

—Soy hija única —respondí después de terminar una de las galletas que acompañaban mi postre—. Mi madre siempre quiso tener un niño, pero, cuando yo nací, pensó que ya no necesitaría nada más en su vida.

Asintió mientras sacaba de su boca la cucharita de plástico que nos habían dado para que comiéramos nuestro helado.

—¿Y tu padre?

Sonreí, Hyun Jin se veía muy interesado en mí, consideré eso como un gesto muy tierno.

—Él no quería tener hijos. —Bajé cabeza y reí bajo. —Pero ahora parece muy feliz.

Hyun Jin levantó su mano izquierda y, con algo de inseguridad, la acercó a mi cabello, acomodando un mechón de este detrás de mi oreja. Le mostré una sonrisa mientras miraba sus ojos. Me preguntaba qué era lo que pasaba por su cabeza en ese instante, si sentiría lo que yo con la misma intensidad.

—¡Hyun Jin oppa! —aquella voz castrante apareció de la nada, eliminando toda la magia en el ambiente.

La tipa de cabello alborotado se acercaba corriendo hacia nosotros. Cuando llegó, fruncí el ceño algo molesta y me giré para, con la mirada, indicarle a Hyun Jin que quería que la chica se fuera, aunque probablemente no entendería la indirecta.

—Ey, So... —Hyun Jin entrecerró un poco sus ojos y comenzó a chasquear sus dedos.

—Soo Na —completó ella mostrando una sonrisa—. Está bien si no lo recuerda, solo hemos hablado un par de veces, ¿cierto?

Hyun Jin me miró y rio levemente.

—Está bien —se limitó a responder.

So Na se giró y extendió su mano a mí.

—Es un placer estar frente a Song Soo Hye y tener la oportunidad de saludarla —ladeó la cabeza, expectante a que aceptara estrechar su mano, me pareció de la mala educación la forma en la que me ofrecía un saludo.

Miré de reojo a Hyun Jin, quien aparentemente se encontraba confundido. Dudosa, acerqué mi mano a la de la chica y la sacudimos levemente.

—Un gusto, So Na —dije con un tono de desagrado.

Ella rio y soltó mi mano de repente.

—En realidad es Soo Na.

Lleve mi mano a la mesa, buscando mi helado. Reí un poco incómoda.

—Bueno, no importa, suena muy parecido —dije restándole importancia a aquel asunto, llevé un poco de helado a mi boca y lamí mis labios para asegurarme de que no hubiera alguna mancha.

Noté cómo arrugaba ligeramente su entrecejo, empezaba a molestarse en serio. Sonreí de lado por la reacción que había tenido.

—Soo Na —intervino Hyun Jin—, puedes acompañarnos, si quieres.

Eso me tomó por sorpresa, era nuestra cita, ella no tenía porque ser una invitada especial. Me giré a ver a Hyun Jin, sin embargo, aquella chica ya había tomado una silla junto a él.

—¿Puedo tomar un poco de su helado, oppa?

Agrandé los ojos al escuchar eso, y sin pensarlo, acerqué mi helado a ella.

—Toma del mío, a Hyun Jin no le gusta compartir su comida —dije lo más rápido posible.

Miré de mi reojo a mi novio, noté como apretaba sus labios aguantando una carcajada. Aparté la mirada de ambos y empecé a jugar con mi cabello.

—Eres muy amable, Hye, pero no me agrada mucho el sabor que escogiste.

¡¿Acaso tenemos la misma edad para que me hable de manera tan informal?!

Cerré los ojos y levanté mi mentón, tratando de mostrarme superior.

—Pues entonces ve a comprar el helado del sabor que tú quieras —levanté los hombros y después miré mis manos.

Escuché una leve risa por parte de Hyun Jin.

—Está bien, puedes probar el mío —dijo sin mucha importancia.

Suspiré, ya cansada porque no sabía si él no entendía que la chica no me agradaba, o si trataba de ser amable con ella; pero yo ya no la toleraría ni un minuto más. Me levanté de mi silla y tomé mi bolso.

—Tengo que irme, mis padres deben de estar esperándome —dije por encima de mi hombro.

Sin esperar ninguna respuesta, comencé a caminar hasta la parada de autobús más cercana. So Na no me agradaba para nada.

Lamento mucho la tardanza:((
No he tenido tiempo libre con esto del regreso a clases, además no me sentía con muchos ánimos para continuar://
En fin, espero que la espera haya valido la pena.