d o s
—Entonces tú... ¿fuiste adoptado por otra familia?
Ji Sung asintió mientras lamía sus labios quitando la mancha de helado que había en estos.
—Sí, ahora mi nombre es Han Ji Sung, olvida el Shin, ¿bien?
Me senté en una banca y crucé mis piernas, el castaño imitó mi acción.
—Pero, creí que llevabas una buena relación con esa familia.
—Oh, sí, la llevaba, hasta que nos mudamos y nació su hija. —Apretó los labios.— Ellos comenzaron a prestarme menos atención, ya no habían juegos ni cuentos en la noche, y había veces en las que tampoco me alimentaban, tuve que valerme por mí mismo.
Agachó la cabeza. No sabía qué decirle, así que me limité a poner una mano sobre su hombro en forma de apoyo.
—Después de que la trabajadora social fue y vio que ya no me sentía cómodo, llegó a la conclusión de que ellos no eran para mí, así que se encargó de buscarme una mejor familia.
Levantó la mirada y me dedicó una sonrisa.
No dijimos nada más, solo miramos los árboles que habían en ese parque mientras disfrutábamos del helado y de nuestra compañía. Queríamos recuperar el tiempo perdido.
—Muchas gracias por acompañarme a casa Ji Sung. —Sonreí tímidamente y abrí la puerta principal.— Me alegra volver a verte.
Sin apartar la vista del chico caminé dentro, chocando con algo. Me giré para ver qué era y me encontré con mi madre, quien tenía una gran sonrisa en su rostro.
—¿Ese es Ji Sung? ¿Shin Ji Sung? —sin decir nada más, corrió a abrazarlo, empujándome y dejándome con la boca abierta.
Mi amigo correspondió a su abrazo con una sonrisa.
—Ahora soy Han Ji Sung señora, no más Shin —explicó él.
Mi madre se separó del sofocante abrazo y tomó el rostro de Ji Sung en sus manos apretando sus mejillas.
—Oh, pero has crecido mucho —dijo ignorando lo que el chico le había dicho—. Deberías de venir a comer algún día, te prepararemos un gran pastel de bienvenida... ¡Pero qué buena idea! Hye, prepara la harina, los huevos, la leche, la mantequilla y la esencia de vainilla, haremos el pastel más delicioso que este chico haya probado.
Han me miraba suplicante, parpadeé rápidamente y cerré la boca. Me acerqué a mi madre y solté un suspiro.
—Mamá, él debe volver con su familia, no querrás que se preocupen por él, ¿o sí?
Mi madre me miró fulminante y se apartó de Ji Sung.
—Pero los señores Shin no tienen problema en que él se quede un rato más, siempre fueron así desde que eran niños.
Rodé los ojos y solté un bufido.
—Mamá, él ya no vive con los señores Shin, ahora está con otra familia, te lo acaba de decir.
Ji Sung tenía la boca abierta sin saber qué hacer.
—Oh, es una lástima. —Mi madre torció la boca y bajó la mirada.— Pero aún así haremos un pastel para ti, ¿de acuerdo?
El chico asintió energéticamente.
—Nos vemos luego Soo —se despidió sin darme tiempo a responder, él se fue rápidamente.
—¡Adiós Ji Sung! —exclamó mi madre desde el marco de la puerta.
Después de unos minutos entramos a casa. Dejé mi mochila colgada en un perchero y me senté en el sofá junto a mi madre.
—Creí que papá ya estaría en casa —dije en voz baja.
Mamá tomó el control de la televisión y la encendió pasando de canal en canal.
—Yo también pensé eso. —Soltó el control en cuanto vio que se estaba transmitiendo un nuevo drama.— Pero después llamó y dijo que tenía una junta importante, así que llegaría pasadas las diez de la noche.
Asentí y miré mis manos.
—Ji Sung se ha vuelto un chico muy atractivo —comentó mi madre. Fruncí el ceño ante su comentario.
—¿Te gusta mi amigo de la infancia mamá? —bromeé.
—Sí... —Abrí los ojos de forma exagerada al escuchar su confesión.— Me gusta como hijo político.
La fulminé con la mirada y le lancé uno de los cojines del sofá.
—¡Mamá! —exclamé sonrojada.
—¿Qué? Es muy lindo. Considéralo, ¿sí?
Bajé con cuidado de las escaleras del autobús y comencé a caminar a la escuela.
—¡Hey, Song! —me giré en cuanto escuché que me llamaban.
—¿Ji Sung?
El chico corría en mi dirección, llevaba su mochila puesta sobre su hombro derecho y la sostenía con su mano para que no cayera por los bruscos movimientos.
En cuanto llegó a mi lado, colocó sus manos sobre sus rodillas para recuperar el aliento.
—Tu madre... —dijo con la respiración agitada. Pasó saliva.— Ella, se veía muy decepcionada anoche. —Rió.
—Solo exageraba. —Me agaché para quedar a su altura.— Parece que corriste mucho.
Se enderezó rápidamente, sorprendiéndome y haciéndome dar por inercia dos pequeños pasos hacia atrás.
—¿Esto? Pff, no es nada —dijo mientras hacía estiramientos de brazos.
—Si tú lo dices... —Miré a mi alrededor, ya no habían muchos alumnos.— Ehm, Ji Sung, ¿te molesta si entramos ahora?
—¿Eh? Oh, no, no, no. Vamos —respondió retomando la postura.
Comenzamos a caminar, la campana sonó justo en cuanto entramos a la escuela. No veía a mis amigas por ningún lado
—Tú... Bueno, es obvio que no estás en mi clase —comenté y reí.
—Estoy en la clase 3-3.
—¡Estás con Sun Hee! —exclamé con una gran sonrisa.
—Sí, esa chica... Es imposible no notarla.
—¿A qué te refieres?
—Ella es muy... ¿participativa? —Reímos a la par en cuanto dijo eso. —Bueno, aquí es tu salón. ¿Puedo verte después?
—¿Podemos vernos en la tarde como ayer?, estaré con mis amigas en el descanso.
Colocó una mano en su nuca.
—Bien, después de clases entonces.
Asentí con una sonrisa.
—Pst, Soo Hye —murmuró Eun Ji—. ¿Qué tan cierto es que estás saliendo con el nuevo chico?
Escupí el jugo que estaba tomando en ese momento, mis amigas me miraron de forma rara. Tomé una servilleta para limpiar mis labios y posteriormente la mesa.
—¿Saliendo? ¿De dónde oíste eso? —pregunté.
—Unas chicas de nuestra clase aseguran haberlos visto ayer en el parque —intervino Kyung Ah.
—Vaya, los rumores se esparcen muy rápido —comentó Sun Hee en voz baja.
—Él y yo solo somos buenos amigos —aclaré.
—¿Qué tan buenos? —Eun Ji tomó un palillo y me miró amenazante—. ¿Acaso ustedes... se han bañado juntos?
Abrí los ojos con exageración.
—¡No! Nuestros padres nunca nos llevaron a ese punto.
Mis tres amigas me miraron sorprendidas.
—¿Sus padres se conocen? —preguntó Kyung Ah.
Parpadeé repetidas veces.
—Sí... No... Ehm... ¡No! ¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio?
—¡Sí! —respondieron las tres al unísono.
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