c i n c o

Pasé saliva. Mi corazón estaba realmente acelerado.... Hwang Hyun Jin.

Se escuchaban murmuros por partes de las chicas. Él miraba por el salón buscando un asiento libre, sonrió en cuanto Yi Na quitó su mochila de la silla a su lado dejando el lugar disponible.

Caminó hasta la banca del centro y saludó a la chica.

—Es un placer tener un nuevo compañero. —Sonrió la profesora, sin embargo cambió rápidamente su expresión a una mirada fulminante. —But it's time to start the class.

Me sentí desanimada, no sabía si Hyun Jin no me había visto o si simplemente no me había reconocido.

—Hye, ¿te sientes bien? —preguntó mi compañera de asiento, Ha Neul.

La miré confundida.

—¿Por qué?

—Estás muy roja.

—¿Qué? —Toqué mi rostro, estaba muy caliente. —Yo...

—Deberías de ir a la enfermería.

—Eso creo.

Sin embargo, no estaba en mis cinco sentidos. Me levanté de forma brusca de mi asiento, llamando la atención de mis compañeros. La señora Jung frunció el ceño.

—Señorita Song, si no le gusta el inglés, puede salir de mi clase, pero de forma silenciosa, sin distraer a sus compañeros y consciente de que tendrá un punto menos.

Miré nerviosa a mi alrededor, evitando la mirada confundida de Hyun Jin.

—Lo lamento señora Jung, yo... Creo que no me siento bien.

Sin decir nada más y sin esperar una respuesta salí del salón rumbo al baño. Al diablo la enfermería, no estaba enferma.

Entré al baño, abrí el grifo y mojé mi cara. Me miré al espejo, gotas de agua caían de mi cabello y algunas otras se resbalaban por mi rostro. Solté un pequeño grito.

¿Qué había sido todo eso?

Song Soo Hye, eres una de las chicas más lindas de la escuela, una de las más populares y más queridas por los profesores —bueno, algunos profesores— ¡¿Por qué ponerte así por un chico al que solamente viste una vez en toda tu vida?!

Toqué nuevamente mis mejillas al notar que el gran sonrojo había regresado.

—¡¿Por qué?! —exclamé y volví a mojar mi rostro.

¿Qué diablos estás haciendo aquí desconocido aquel día lluvioso, Hwang Hyun Jin?

Solté un suspiro y salí de los baños, apresurando mi paso al escuchar que alguien salía de uno de los cubículos.

Incómodo.

Me detuve antes de llegar al salón, asegurándome de que mi cara estuviese completamente seca.

¿Y si vuelvo a ponerme como antes?

Hye, solo actúa con naturalidad, todo estará bien.

Levanté mi mentón tratando de demostrar confianza, pero al dar el primer paso, mi pie se dobló levemente, haciendo que perdiera mi postura.

Mierda, mierda y más mierda.

Di leves palmaditas en mis mejillas y bufé.

Sacudí mi cabeza y seguí caminando. Solo, no lo busques y finge que no está.

Entré al salón en silencio. La señora Jung estaba distraída anotando en el pizarrón, y mis compañeros se limitaban a copiar. Tomé asiento y saqué mi cuaderno y mi pluma para comenzar a anotar.

—Hola. 

Mi respiración se detuvo al escuchar esa voz, abrí los ojos como platos y giré mi cabeza para comprobar que Hyun Jin estaba a mi lado. Él rió levemente.

—¿P-por qué estás aquí? —cuestioné tartamudeando.

Hyun Jin sonrió de lado.

—Eso te tengo que preguntar yo a ti. —Recargó su brazo sobre la banca. —Creí que irías a la enfermería.

—Estoy bien —respondí en voz baja.

El pelinegro ladeó la cabeza.

—Creo que aún te ves un poco roja. 

Acercó lentamente su mano, haciéndome retroceder. Apretó los labios y bajó su mano.

—No iniciamos bien, empecemos de cero.

—¿A qué te refieres? —pregunté.

—Normalmente se inicia con un saludo, no con cuestionamientos... Yo antes te he dicho hola, pero no me has respondido —dijo—. Da igual, no me molesta comenzar otra vez. —Carraspeó la garganta. —Hola, me llamo Hwang Hyun Jin, y es un gusto coincidir contigo en esta vida.

Extendió su mano para estrecharla con la mía, sin embargo yo estaba muy confundida con toda la situación, evitando que yo pudiera corresponder a su saludo.

—¿Señorita Song? —Me levanté rápidamente. La señora Jung me miraba con el ceño fruncido. Hyun Jin volvió a mirar al pizarrón.— ¿Otra vez usted?

El chico bajó la mirada aguantando una risa. Lo miré con indignación.

—Lo lamento señora Jung, no volverá a pasar —di una reverencia.

—Eso espero, o tendrá que ir a explicar todo a sus padres después de que la suspenda.

Asentí y volví a sentarme.

—Idiota... —susurré.

Fin de la primera mitad del día escolar, el cual estaba transcurriendo increíblemente lento.

Me levanté en cuanto la campana sonó, había ignorado a Hyun Jin en todo ese tiempo y pensaba seguir haciéndolo.

—Oye —me llamó—. ¿Puedes decirme en dónde está la cafetería?

Lo miré por unos segundos y después seguí mi camino.

Caminé de forma apresurada hasta la cafetería, hoy no me reuniría con Sun Hee en los pasillos.

—¡Hye! —exclamó alguien a mis espaldas, después tocó mi hombro.

—Oh, Ji Sung. —Sonreí al verlo. —¿Estás listo para esta tarde?

—Sí, sobre eso... —Rascó su cuello. —Invité a algunos amigos, ¿te importa?

—Ji Sung, es tu cumpleaños, está bien que también quieras estar con ellos. —Coloqué una mano en su hombro. —Pero... Ah, también invité a mis amigas, espero que no te moleste.

Cambió su posición y sacudió sus manos.

—No, no, no. No hay ningún problema.

—Por cierto, ¿tienes algún lugar en mente?

—Yo... Quiero comida italiana.

—Está bien, podemos ir al centro comercial, ahí hay un restaurante italiano.

—Me parece bien, ¿nos vemos allá?

—Sí.

—Hasta entonces.

Asentí y seguí caminando hasta la mesa en la que siempre nos sentábamos mis amigas y yo. En definitiva no tenía ganas de comer nada.

—Hey —saludó Eun Ji.

—Hola chicas —respondí y me senté junto a Sun Hee.

—¿No piensas comer nada? —cuestionó Kyung Ah.

Negué levemente.

—¿Qué sucedió ahora? —preguntó Eun Ji y después tomó un gran bocado de arroz.

Miré a Sun Hee haciendo un puchero.

—¿Qué?

Solté un suspiro.

—¿Recuerdan al chico del que les hablé el año pasado? —Mis amigas me miraron expectantes. —¡El chico del paraguas!

—Ah —exclamaron las tres mientras asentían.

—Pues ahora está en mi clase.

Recargué mi cabeza sobre la mesa.

—Entonces es del chico del que están hablando —dijo Eun Ji—. Están llegando muchos chicos nuevos este año... ¿tienes algún tipo de imán de chicos o algo así?

Levanté la mirada para ver a mi amiga, pero detrás de ella se acercaba Hyun Jin.

—Aquí viene, aquí viene —interrumpí nerviosa y cubrí mi rostro ya que sentía que el sonrojo regresaba.

—¡Me guiñó el ojo! —exclamó Eun Ji. Levanté la cabeza y ella esbozaba una gran sonrisa.

Me giré un poco para ver que Hyun Jin seguía caminando hasta llegar a la mesa en la que se sentaban Chan, Woojin y Jeong In. Después de todo sí pudo encontrar la cafetería.

—¿Qué tiene de malo con que esté en tu clase? Dijiste que te sentías muy mal por no haberle preguntado su número de teléfono ese día, nunca lo volviste a ver y ahora se te da una nueva oportunidad, aprovéchala —aconsejó Kyung Ah.

—Creo que no se acuerda de que alguna vez nos cruzamos...

—Pero cómo...

—Y... ¡Se sienta junto a mí! —interrumpí a Sun Hee— Cambió el asiento con Ha Neul... ¡Hizo que la gruñona señora Jung me amenazara con suspenderme cuando yo ni siquiera estaba hablando! —Tomé aire. —No se disculpó y se burló... La primera impresión no siempre es importante, hoy me di cuenta.

—Y, ¿qué harás al respecto? —preguntó Kyung Ah y dio un sorbo a su jugo.

—Ha Neul me dijo, antes de que cambiara de asiento —aclaré—, que fuera a la enfermería. Eso será lo que haré.

Mis tres amigas negaron.

—Mala idea —dijo Sun Hee.

Pff, da igual estar recostada por lo que resta del día. No quiero ver a Hwang Hyun Jin.




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