Fortaleza y Anhelo: Parte 2

Izuku paso página. Leyendo más inmerso en su lectura. Su libro era acerca de mecánica. Tal como había quedado con Kenny, era su deber estudiar, independientemente de su entrenamiento, su educación seguía siendo algo que no podía ignorar. No era como si disfrutará estar acostado en su cama sin hacer mientras se concentra en lo adoloridos que estaban sus músculos.

Ciertamente, luego de esa semana de prueba las cosas bajaron un poco su intensidad, ahora podía comer y dormir. Con eso las cosas mejoraban miles de veces, desafortunadamente, los entrenamientos casi no habían cambiado. Iban alternando y cada día resultaban en algo distinto. Tras unos meses aquí, se había medio acostumbrado.

No quitaba que su factor regenerativo era lo que lo hacía aguantar más que una persona promedia en su misma situación. Mordiendo con un poco más de fuerza destrozo la parte trasera de su lapicero. Sintiendo los trozos de plástico desagradables en su paladar, no tardo en escupir los restos.

Limpiándose la boca, escucho el transitar del resto de cadetes. Su cuarto era propio, las instalaciones ya eran lo suficientemente grandes como para permitir que cada persona tuviera su propia habitación. El costo por eso era el espacio. Observo su cuarto.

Solo contaba con su cama, un mueble donde guardar su ropa, su escritorio y una silla convencional. Eso era todo, no había llevado mucho, solo trajo mudas de ropa, su laptop y sus audífonos. Ni más ni menos. Después de todo, ya no le veía valor a todo lo que alguna vez tuvo. El lado bueno es que su habitación quedaba cerca del Internet, aunque algo alejado del baño.

Lo importante es que fuera funcional, era una sede militar, no un hotel de lujo. Ya se iba acostumbrado cada vez más a toda su rutina. Levantarse a las cinco de la mañana para correr junto a los demás su buena dosis de veinte kilómetros diarios. Tras eso, más ejercicios de desgaste, podía comer un poco luego de eso, pero lo más seguro era que fueran a vomitarlo si comía demasiado. A Midoriya le bastaba ya solo una pequeña porción. Únicamente en la cena podía darse el lujo de comer más.

Quizás fuera solo cuestión de tiempo para que los miembros de las instalaciones o los propios cadetes que también lograron completar la semana de prueba pudieran hacerle bromas extremadamente pesadas. Ya había sido testigo de unas cuantos. Puede que el ser sobrino del jefe del sitió los haya detenido, por ahora. No obstante, no era inocente y sabía que esa pequeña paz y tranquilidad podía terminar hoy mismo si ellos se armaran de valor o se dieran cuenta de que Kenny y él casi ni interactuaban.

Había días seguidos en el que no lo veía. Y cuando se cruzaban era por mera coincidencia en los pasillos. Ya que jamás se presentaba en sus entrenamientos. La última vez que hablo con él cara a cara fue más un aviso del mismo Kenny para decirle que debía practicar tanto su inglés como su indonesio. Menos mal tenía parte del trabajo hecho, una de las pocas materias donde llegaba a destacar era el inglés. Ser un fanático de los héroes le hizo comprar bastante mercancía y ser un consumidor activo de lo relacionado a todo ese mundo. Los americanos eran unos grandes promotores de ello, tanto cómics como películas los veía y leía en su idioma original, no es que los cómics no estuvieran traducidos, sino más bien disfrutaba leer esas monólogos y diálogos cargados ya fuese de humor o de heroísmo.

Ahora lo que más le ayudaba a practicar su inglés eran sus libros de texto. Podría practicar su pronunciación hablando con los cadetes extranjeros, pero no le interesaban, genuinamente, ninguno de ellos despertaba su interés.

Era curioso, el cambio tan drástico que había sufrido. Nunca pensó que su vida daría estas vueltas, pero aquí estaba, como único objetivo el ser fuerte. Ya no dejarse pisotear, solo seguir avanzando...

Cerro su libro y se estiró, escucho el crujir de sus huesos. Había estudiado lo suficiente. Pesé a todo, ya no tenía que molestarse en ir a la escuela. Parpadeo por un segundo y su visión del mundo cambio. Su ojo izquierdo veía "el otro mundo". Una vez más, la miro. Tan estoica y sombría como siempre, acompañaba a ese rey. Era su guardia.

Caminaban a lo largo de una ciudad invadida. Era la visión de siempre, guerra y desolación. Ella lo noto. Se miraron unos segundos, y luego siguió con lo suyo. No le extrañaba, de cierta forma, ya se habían acostumbrado a ver inesperada al otro. Sin embargo, nunca habían hablado.

Si no fuera porque tenía que responder a lo que el rey le decía, no sabría ni como suena su voz. Compartían ese aspecto. Ya casi no hablaba si no era necesario. Su habito de murmurar para sí mismo se había ido desvaneciendo lentamente, ahora rara vez lo hacía. Cuando volvió a parpadear, había regresado a su habitación.

Esa inexpresiva cara estaba fuertemente marcada. Pensamientos iban y venían, teorías surgían, pero ninguna llegaba a nada, por ahora. Su estómago rugió, tenía hambre. Miro la hora y en efecto, era la hora de cenar. Aquí era el momento donde podía comer lo que quisiera.

Dejando atrás su habitación, se dirigió a la cafetería. No se topo con nadie que conociera. Al llegar, apenas había unos cuantos que estaban sentados. Era un gran comedor con múltiples mesas donde sentarse. Estaban los chefs en su mostrador, preparados para servir la ración del día. Siempre daban una buena cantidad, así que, acercándose, tomo su charola y paso.

Luego de que le sirvieran su comida, miro donde sentarse, ya comenzaba a llegar más gente. La mayoría en grupo fueron haciendo fila. Tomo asiento en una mesa vacía cerca a la televisión. Casi todos los que residían aquí comían todas sus comidas en la cafetería. Eventualmente todas las mesas se ocupaban.

Pero había estado notando que en la que se sentará, tardaría en llegar más personas a parte de él. Normalmente, en una base militar privada no encontrarías adolescentes como él, menos con la reputación de haber logrado pasar la semana de prueba, lo hacía distinto al resto, y lo hacía chocar con el resto. Tanto sus compañeros como sus superiores les chirreaba verlo.

Por eso casi nadie se le acercaba fuera de lo necesario. No hacía falta decir que él tampoco aportaba para que la situación cambiase. En realidad, contribuía a eso. Solo quería que lo dejaran en paz, que lo dejarán solo. No le interesaba socializar, no le interesaba formar "amigos", genuinamente era una persona muy solitaria. Solo se sentaba por aquí para poder ver lo que pasaran en televisión. Era televisión abierta, no había un lujo real más allá de lo que la TV nacional ofreciera.

Sin embargo, hoy era jueves, día donde por lo general pasaban las noticias en un canal que tenía subtítulos en inglés. Eran noticias internacionales que le constaba saber.

Apenas pudo saborear su comida, cuando sus ojos se abrieron de par en par al leer la noticia principal que estaban comentando.

El retiro de All Might. El héroe número uno del mundo.

Fue un golpe de realidad que le hizo darse cuenta de algo que había estado ignorando deliberadamente durante tanto tiempo. All Might no era invencible, no era un dios, no era inmortal. Y sobre todo, había quienes le podían hacer frente.

Un tal All for one fue el último contrincante de All Might. La noticia no solo lo impacto a él, sino a todos los demás que se dieron cuenta y miraban anonadados.

All Might era una leyendo viviente, era un ícono para Japón y para el mundo era una celebridad internacional. Era respetado y temido en todo el mundo. Era normal que una noticia así impactase.

Ver otra vez al esquelético All Might le hizo revivir memorias, no solo de cuando le dijo que no podía ser un héroe, sino de todos los momentos donde había crecido admirándolo.

La sensación que más influyo por Midoriya fue... frustración... junto con decepción.

El sabor tan amargo que broto dentro suyo era desagradable, tanto que no se molesto en ocultarlo. Cuando pasaron a otra noticia, perdió el resto del interés. Se apresuro a devorar toda su comida sin dejar nada. Dejo su charola y se marcho del lugar sin decir nada.

Primero fue al baño a lavarse la cara, se tomo unos momentos para mirarse a al espejo. Se corto el cabello para que no le estorbara su visión o le diera más calor al estar en el rayo de sol. Apretó los dientes.

Se miro al espejo y solo pudo ver enojo. Apretó los puños, no dijo nada, pero a su mente volvió otro recuerdo, o más bien... una sensación. De cuando fue Titán, de cuando masacro a tantas personas... y donde... All Might lo detuvo.

Apretó tan fuerte los dientes que comenzaron a sangrar. Una vez más, su visión lo llevo al "otro lado". Vio de frente a la chica. Se miraron a los ojos, ella también pareció estarse lavando la cara. Su expresión era de disgusto, de rabia. No tenía idea de lo que le había sucedido, y con el juicio cegado por la frustración poco le importo.

Verse el uno al otro no calmo a ninguno, solo les hizo el momento más amargo de alguna manera. Escupiendo la sangre, Izuku cerró los ojos y volvió al baño. Comenzaba a dominar el poder mirar al otro mundo. Sintió más detenidamente el dolor de sus encías. Simplemente se enjuago la boca, decidiendo que ya no saldría de su cuarto. Fue a por su cepillo de dientes para lavárselos.

Habiendo hecho eso, se fue directo a su laptop. Investigo más sobre el tema, miro la pelea que se ocasiono. Se informo al respecto. Todo fue ocasionado por la incompetencia de la UA que no solo permitió la infiltración del infame grupo conocido como la Liga de villanos, sino que tiempo después uno de los estudiantes fue secuestrado.

Izuku no entendió lo que pretendían en un principio, tuvo varias opciones en mente, pero ninguna le convenció. ¿Había algo de especial en ese estudiante?

La mayoría de los medios que vio respetaron la privacidad del estudiante, así que indago más en las redes sociales hasta que vio un comentario que llamo fuertemente su atención.

¿No es él chico que ganó el festival deportivo de la UA?

Con esa duda al aíre, investigo, había olvidado ese evento, era normal, ya no residía en Japón desde hace meses, y tampoco le llegaban muchas noticias al respecto, no es que él se molestara en investigar, pero esta ocasión fue muy especial.

Al dar con la grabación del evento, se saltó todo hasta la entrega de premios y cuando vio al ganador... lo volvió a sentir... lo volvió a escuchar... como un fantasma que parecía lejano.

¡Deku!

Esa voz lo llamo para burlarse de él. Entrecerró su mirada al ver a su antiguo compañero.

Katsuki Bakugo.

No lucía contento con el resultado, era literalmente un animal encadenado que se negaba a recibir el premio. Algo lo había molestado profundamente, no era el Bakugo que fanfarroneaba siempre que podía. Había algo distinto en él.

La imagen de ver a All Might entregándole la medalla le hizo sentir cosas que no podía poner en palabras.

Por un segundo, le recordó a la sensación que tuvo justo antes de que su madre...

Antes de que la matará...

Su mirada se oscureció. La única luz que estaba en su habitación era la de su laptop, por lo que dejo ver una vista muy tétrica del joven.

Permaneció en un largo silencio, solo mirando esa imagen. Luego de un rato, se colocó sus audífonos y escucho lo que decía All Might. Su expresión no cambio. Pero en su mente, miles de pensamientos inundaron su cabeza, pero con lo que más vueltas daba fueron las palabras que el recién retirado número uno le dijo a su ex compañero.

Eran consejos para mejorar, no eran realmente nada especial. No obstante, le hizo dar cuenta de algo. El mundo seguía su rumbo. Apenas se fue de Japón y muchas cosas ocurrieron, era inaudito. Había estado tan inmerso en sus cosas que se había cerrado al mundo por completo.

Izuku Midoriya sabía que volvería... no tenía idea de lo que haría, pero estaba más que seguro que regresaría a Japón. No tenía claro si se volvería a ir. No tenía claro nada, si le dijera a su yo de hace meses como cambiaran las cosas en su vida, no le creería.

Estaría aquí tres años, cuando fuera mayor de edad volvería, y en tres años pueden pasar muchas cosas. De nuevo, esa sensación de intriga que vio cuando la vio convertida en Titán, cuando la escucho en su mente.

Que... hermoso...

Fue una picazón que carcomió lo más profundo de su mente. Una que cada vez era más complicada de ignorar. Ahora más que nunca.

En ese prologado momento donde se perdió entre sus pensamientos, escuchando la conclusión del festival... volvió a cerrar los ojos. Y por tercera vez en el día. Regreso con ella.

Ella estaba sentada, comiendo. Una fiesta de vítores se cernía a sus alrededores. Ella no les prestaba atención, al contrario, era él quien capto su atención. Izuku se sintió tentado a hablarle. Pero lo que tardo en decidirse, volvió a aparecer ese rey.

Con una sonrisa de tonto y una clara ebriedad se acercó demasiado a la rubia. Ella se tensó, pero no bajo la guardia.

-Escu..cha... has... sido... un arma... invencible... pero... quiero que recuerdes... que todo es por mi gloría... aún me quedan muchos más enemigos... y mis enemigos... son tus victimas... – Fue lo que dijo, arrastraba sus palabras, y su toqueteo a la chica era incomodo de ver. Si no fuera porque llegó otro hombre a ayudar al rey, probablemente habría intentado propasarse.

Ella lo vio irse. Noto como algunos de los soldados que no estaba ebrios, la miraba nerviosos. Ella, pese a lo tensa, nunca mostró su incomodidad, al contrario, se vio completamente imperturbable, pero lo que más resalto fue su mirada, tan fuerte fue la imagen que sin quererlo, había intimidado al resto.

Izuku podía saber de cierta forma lo que pasaba por su mente.

Era una palabra.

Enemigos...

Ella siempre tendría enemigos, siempre la verían como una amenaza, nunca estaría en paz. No importa a donde fuera, todo el mundo era peligroso.

Eso le hizo pensar... él también tenía enemigos...

Técnicamente era un asesino. No solo los miles que habían matado siendo Titán, su madre y sus vecinos entraban en su expediente de víctimas. Izuku sabía que era inevitable que quisiera controlar sus poderes. Era consciente que no podría dedicarse a ello durante estos tres años si no quería ser descubierto.

Si regresaba a Japón, era lógico pensar que ahí sería donde practicaría eso. Era difícil no ser visto transformado en Titán. La creencia popular era que Titán estaba muerto. Pero seguía aquí. Ya sea que lo quisiera o no, tratarían de arrestarlo.

Los héroes que tanto admiró cumplirían su deber de combatir villanos, de combatirlo a él...

Dentro de tres años... volvería...

Ahora fue la chica la que se quedo mirando, consciente de los pensamientos del peliverde. Emociones oscuras se arremolinaban dentro de ambos. Y la conclusión a la que la chica había anticipado que llegaría Izuku, fue acertada.

Izuku parpadeó y devuelta a su cuarto, su laptop seguía prendida. Vio el podio de vencedores del festival deportivo.

Dentro de tres años... ellos sería héroes oficiales, ellos serían sus enemigos. Miro a Bakugo, al final, siempre fueron tan distintos que nunca estarían en el mismo bando.

Luego de otro largo silencio, Izuku saco una libreta. Tenía muchas, Kenny se había adelantado y prácticamente le dio material de sobra para sus estudios. Tenía acceso a todo el conocimiento de todos los grados de manera directa. Sin restricciones. Lo mismo con el internet.

Por un segundo, otro recuerdo no solo inundo su mente, sino su olfato, recordó el humo de las explosiones de Bakugo quemando su cuaderno.

Si no mal recordaba... se quedo en el volumen 17...

Tomo una de las tantas libretas y le puso: Volumen 18.

Retrocedió toda la transmisión del festival. Lo vería todo, los analizaría a todos, tanto en este mundo como en el otro, siempre estarán llenos de enemigos, entonces debía ser más listo que ellos.

Dentro de tres años volveré...

Al igual que aquella chica, no importa a donde se dirija, siempre tendrá enemigos, ya sean héroes o villanos. Era horrible... era agobiante... era un infierno...

Que... hermoso...

Esas palabras... ese cosquilleo regreso, despertando en él algo mucho más intenso.

¿Qué le pareció tan hermoso?

En este infierno lleno de enemigos...

¿Dónde estaba la belleza?

Aún no lo sabía, pero pretendía saberlo. Pese a todo, tenía tiempo, solo debía actuar prudentemente. Ya no se apartaría del mundo, ya no se cerraría. Él más que nadie debe saber lo que ocurre, debe saber que paso para ver cómo actuar, debe atacar antes que ser atacado.

Con una nueva perspectiva en mente, su análisis y registro de peculiaridades volvió.

Para antes de la media noche decidió parar e irse a dormir.

~0~0~0~

Sudor bajo por su frente. Sus ojos completamente enfocados en el hombre frente a él, específicamente, enfocados en el cuchillo de plástico que el hombre cargaba, él también tenía uno. Dio unos pasos con cuidado, sin quitarle la vista de encima ni un segundo, de vez en cuando miraba los pies del hombre.

Pero antes de que actuará su instructor hizo el movimiento. Fue rápido y no pudo esquivarlo del todo, aunque no hubo heridas pudo sentir el frío del plástico rozando su piel. No fue un corte amplio, fue preciso. Izuku quiso contraatacar, pero el hombre no le dio tiempo a intentarlo. Dando una rápida secuencia de pequeños cortes tanto a su brazo como a parte de su torso hicieron al peliverde retroceder.

Sabiendo en la desventaja que estaba, Midoriya era consciente que tenía que cambiar las tornas sí no quería sufrir un castigo por fallar su prueba.

Intentando actuar rápido para desconcentrar a su instructor y ponerlo a la defensiva, lo ataco tratando de dar pequeños cortes, sin embargo, el hombre sabía lo que trataba y podía ver como librarse. Con certeros esquives pudo eludir casi todos los cortes, solo hubo uno que le alcanzo a tocar por el costado.

El hombre de cabellos negros y expresión seria, no se inmuto. Acercándose peligrosamente tomo del brazo a Izuku, inmovilizándolo. Tratando de librarse de su agarre, el chico intento acuchillar al hombre ahora que lo tenía cerca. No obstante, este logro detener su brazo y con una rápida patada logro desequilibrar al peliverde que cayo de bruces contra el suelo, lastimándose.

Eso no marcaba el fin del ejercicio. Por la fuerza del golpe soltó el cuchillo quedando completamente desarmado. El instructor acerco su arma hacía el cuello del chico, Izuku reacciono toma la muñeca donde el hombre tenía el cuchillo. Su otro brazo seguía incapacitado por el hombre. Esto acabo siendo una pelea de pura fuerza, una que lentamente el joven Midoriya fue perdiendo.

Dejando escapar un gemido de frustración, solo pudo resignarse cuando el cuchillo de plástico se poso listo para cortarle la yugular.

-Pierdes demasiado tiempo analizando a tu oponente - Le dijo el hombre mientras se levantaba. No le extendió la mano para ayudarlo, solo se alejo del chico.

Midoriya se reincorporo sobándose la parte posterior de la cabeza que aún le dolía.

-Por más importante que sea analizar a tu enemigo, sí este se precipita hacía ti y no sabes como lidiar con él, estarás muertos - Concluyó.

-Fue un intento mediocre - Comento Midoriya ante su fracaso.

-En efecto lo fue - Asintió. Su rostro siguió manteniendo su seriedad. - Debes practicar más, no es necesario que diga lo obvió, pero lo haré para que entiendas tu posición. Este resultado en un combate real es la muerte, si sigues con estos resultados no tienes futuro - Termino.

Izuku no dijo nada, no se mostró molesto, solo tomo el cuchillo que había tirado.

Estando completamente parado se pudieron apreciar el cambio que Izuku Midoriya había tenido luego de un año en las instalaciones.

El pequeño niño escuálido se había marchado, ahora estaba con una altura mucho mayor. Finalmente, dando el estirón que le faltaba, su complexión se volvió una más robusta, no era nada exagerado, pero si comparabas con una foto de él de hace un año el cambio era evidente. Su cara también fue perdiendo grasa dándole más forma, seguía viéndose como alguien joven, pero su expresión fría cada día se acentuaba más.

Las cosas no habían cambiado demasiado en su rutina, más allá de seguir estudiando de forma más avanzada y haciendo ejercicios mucho más avanzados seguía siendo la misma estructura con la que inicio.

La había mantenido así. No agrego nada que no fuera necesario, en sus tiempos libres seguía analizando quirks, así como estudiando más a fondo la mecánica. Aunque sin duda, su ritmo no era el mismo comparado al de sus compañeros. Actualmente, era el único que practicaba con el cuchillo.

Cosa lógica pues todos salvo él son militares, es un entrenamiento que ya habían cursado, por lo que esa era la razón del porque se encontraba solo junto a su instructor.

Este último tomaba un poco de agua, cuando termino, volvió a tomar su cuchillo. - Vamos de nuevo - Anunció. Midoriya asintió y se preparo.

El resultado fue un poco mejor que el anterior, pero no logro ganar. De nuevo en el suelo y con un pequeño hilo de sangre bajando por su nariz debido a un fuerte golpe que recibió de parte de su instrucción.

Volviendo a levantarse, expulso con fuerza el resto de la sangre de su nariz. Manchándose su camisa militar. Se paso el dedo y se limpio algo de la sangre. Seguía con esa expresión fría. Estaba acostumbrado a las heridas, constantemente se las provocaban. El dolor era mucho más fácil de lidiar, aún sin su factor curativo.

-Sigue sin ser suficiente, hazlo de nuevo - Declaró su instructor. Asintió.

Ahora fue el quien arremetió casi sin pensar, trato de dar múltiples cortes y logro acertar algunos, pero a los ojos de su instructor seguía siendo predecible. Su instructor no tardo en contraatacar de una forma más efectiva de la que él empleo. Sin embargo, ahora no logro acertar tantos cortes como antes.

Este intento era más reñido.

En otro intento de cortarlo se acercó al hombre. Este reacciono de inmediato y dio un corte directo a su rostro antes de retroceder. Izuku se quedo quito viendo venir el corte, pudo ver la punta del cuchillo de plástico frente a sus ojos, no parpadeo y cuando el corte paso no tardo en abalanzarse sobre el hombre. Este, sabía lo que Izuku intentaba, buscaba derribarlo para tomar la ventaja. No lo dejo, teniendo buen apoyo en sus pies se preparo para recibir al peliverde.

Inesperadamente, este cambio de plan tratando de cortarlo a su costado derecho. El instructor se decepciono de la jugada tonta que había empleado, pues no le costó esquivarlo y sin dudar fue a por su punto ciego. Abrió los ojos cuando Izuku logro evitar el corte y atrapando el brazo del hombre pegándolo a su cuerpo. Sin pensarlo dos veces, el peliverde le dio un fuerte cabezazo al hombre que se sintió aturdido. Ese momento lo aprovecho al máximo, soltando su brazo y con una patada golpeando la mano que sostenía el cuchillo.

El golpe hizo que el cuchillo volará fuera de su mano. No obstante, no era un militar por nada y rápidamente logro volver a poner los píes en la tierra, aún indefenso se defendería. Y así lo hizo. Con ventaja sobre su instructor Izuku no la desperdició lanzando múltiples cortes que el hombre iba bloqueando constantemente.

Las embestidas no paraban, tanto que mostraron un instinto de pelea del peliverde realmente impresionante. Entre ataque y bloqueo, Midoriya decidió cambiar el ritmo, y ahora sin limitarse a una sola mano, comenzó a pasarse el cuchillo entre mano y mano para atacar con todo. Logrando así acertar más cortes, pero ninguno fue mortal.

Su instructor estaba impresionado, pero no perdería. Pese a la velocidad que el chico mostraba, le hacía falta más precisión, pues en un mal movimiento del peliverde este fallo en atrapar su cuchillo. Rápidamente pateando el arma lejos. Se encontraron en un combate cuerpo a cuerpo en el que intentaban dejar fuera del combate al otro.

Izuku era fuerte. Puede que no tuviera tanto músculo, pero sin duda se podía apreciar todos sus esfuerzos hasta ahora y se notaba cuando recibías un golpe. Aunque lo bloquearas sentirías la fuerza detrás. Y la resistencia estaba haciendo gala también. Tenía muy impresionado al hombre.

Pero acabaría con esto de una vez. Si se prolongaba veía mucho más probable su derrota, cosa que no iba a permitir. Izuku no paro su asalto, incluso tratando de derribar con una llave al hombre. Pero rápidamente fue contrarrestado, logrando usar una llave que le permitió salir de esa situación, el hombre logro hacer que ambos rodaran y poderse zafar del chico.

Izuku metió las manos ante su caída, pero vio su cuchillo cerca, así que sin perder tiempo se lanzó para recuperarlo. Del mismo modo, su instructor ya tenía su arma entre manos y viendo las intensiones del chico fue para acabar con esto.

Midoriya logro tomar su cuchillo para darse vuelta rápidamente, justo cuando el hombre ya se preparaba para atacar. En un movimiento veloz golpeo la pierna del hombre haciéndolo caer. Este soltó un gruñido de dolor. De inmediato se puso encima de él, listo para terminar el trabajo. Y en una reacción fugaz, tanto él como su instructor terminaron con los cuchillos amenazando sus gargantas.

Un empate.

Izuku chasqueo la lengua y se levantó. Creyó tenerlo justo donde lo quería, pero falló. El hombre solo se quedo mirando sorprendido al muchacho de 16 años murmurar unas cosas incompresibles para él. Sintiendo por primera vez lo pesada que era su respiración se puso de pie tratando de calmar su respiración. El peliverde no se veía agitado como él. Su resistencia era aterradora.

En unos años ese chico podría ser más fuerte que su jefe. El solo pensamiento le hizo sentir escalofríos. Un sudor frío bajo de su frente mirando tenso al joven que seguía en su mundo.

Antes de que dijera algo, alguien más hablo.

-No estuvo mal - Dijo el recién llegado, Kenny.

-¡Señor! - Exclamó el hombre perdiendo el aliento. No espero verlo a él de todas las personas.

Izuku dejo de murmurar y miró a su tío. Su mirada fría chocaba con la de Kenny. Aaron, el instructor, podía ver más parecidos entre ambos, esa mirada que los dos se daban era casi idéntica.

-Aaron, hiciste un buen trabajo. Puedes descansar, yo me encargaré de ahora en adelante - Declaró. El hombre no se atrevió a decir o preguntar nada. Tomo su abrigo y dejo el cuchillo de plástico antes de marcharse. No obstante, se detuvo un segundo para apreciar a los dos peliverdes. Honestamente, ninguno le daba buena espina. Con ese pensamiento se marcho dejándolos solos.

Paso un minuto entero donde solo se miraron. Izuku ya se había acostumbrado a eso. Aún con lo poco que lo había visto a lo largo del año pasado, sus interacciones pasaron a ser un poco más interesantes.

-¿Necesitas algo? - Midoriya fue el primero en comenzar.

-Sígueme - Fue lo único que dijo. Dándose media vuelta se fue. Izuku no dudo en seguirlo.

Caminaron un rato hasta llegar a otro campo de entrenamiento, el cual estaba vacío. Era espacioso y tenía unos casilleros alrededor. No había venido aquí nunca.

Kenny se acerco a uno de los casilleros y lo abrió. No pudo ver lo que Kenny tomo, pero cuando se giro y se lo lanzo pudo ver lo que era.

Una especie de espada.

Atrapándola de su mango la miro detenidamente. No era el típico modelo de espada o sable que había visto en películas, animes, cómics o libros de historia.

Su mango le recordaba al de una pistola, incluso tenía un gatillo. Su hoja le recordaba a la de un cúter, solo que en mucha mayor dimensión. No pesaba tanto, la podía tomar con una sola mano y manejarla sin demasiado esfuerzo. Aunque apreciándola en detalle, noto que la hoja al igual que las de un cúter, era extremadamente delgada, parecía que podía romperse o zafarse con un golpe.

-¿Alguna vez has usado una espada? - Le preguntó su tío.

Izuku negó con la cabeza. Nunca tuvo oportunidad de eso, solo había podido ver replicas baratas de katanas.

-Bien, ahora aprenderás - Le dijo con calma. - Ven, atácame como si quisieras matarme - Ordenó.

Izuku lo pensó unos segundos, pero no tardo en moverse balanceando su espada hacía el hombre con la intención de cortarle. Este no se inmuto y esquivo el corte.

Fue lanzando más cortes, un tanto lentos, pero necesitaba acostumbrarse al peso del arma antes de tomar más velocidad.

-Deja los juegos, ve en serio. Como lo hiciste antes con Aaron - Ordenó con un tono más frío.

Izuku respiro hondo y esta vez ataco con más velocidad. Eran golpes un poco más rápidos que los anteriores, pero todos seguían siendo esquivados. Incluso aunque se acercará para intentar golpearlo o derribarlo resultaba difícil acorralarlo, por un paso que daba, Kenny daba dos atrás.

Pelear con una espada y un cuchillo son dos cosas que en funcionamiento son iguales. No dejan de ser un trozo de metal afilado con el cual lo usas para asesinar, dejando de lado las longitudes y los grosores de estos. Seguían siendo la misma función. Cuando Izuku pensaba que quizás esta espada funcionará mejor con otra espada para así completar un dúo recibió el rodillazo más fuerte que había recibido en toda su vida justo en el estomago.

Su cara se torció en genuino dolor, todo el aíre abandono sus pulmones y un poco de saliva cayo al suelo. Se puso de rodillas mirando el suelo mientras sostenía su estomago con fuerza, luchando por respirar.

Mientras Izuku se retorcía. Kenny solo lo observaba sin decir nada. Sin sentir pena o remordimiento. Tan solo espero a que Izuku lo observará.

Tras unos minutos de recuperación, Izuku alzo la cara. En cuanto lo hizo, fue recibido por una potente patada en toda la cara que le hizo salir volando. La fuerza detrás de ese golpe fue algo que genuinamente sorprendió a Midoriya. Escupiendo sangre al piso, a Izuku le tomo un momento recuperarse de la conmoción.

Cuando volteó a ver a Kenny se preparo para cualquier ataque. Pero su preparación no sirvió de nada cuando una navaja se poso enfrente de sus ojos.

Súbitamente, la hoja retrocedió dentro de los nudillos de Kenny. Izuku miró sorprendido eso.

-Eso era...

-Mi quirk - Confirmo Kenny.

Ahora podía entender de donde sacaba esas hojas tan peculiares. Se levanto con dolor. Su rostro le dolía una barbaridad. Miro adolorido y un tanto enfadado a su pariente.

-Toma tu espada. Inténtalo de nuevo - Fue lo que dijo. Con algo de resignación, Izuku tomo su arma y se preparo para atacar, levantando su hoja encima del hombre y bajándola con fuerza. Kenny solo puso su brazo y de este salió nuevamente aquella cuchilla, deteniendo el ataque, volviéndolo un duelo de espadas. Forcejearon un rato y ahí Midoriya pudo comprobar la resistencia de las hojas, lucían frágiles, pero para nada.

-Dime, ¿qué harás cuando todo esto termine? - Preguntó.

Izuku no espero la pregunta, por lo que no respondió, solo siguió forcejeando. Kenny le miro un tanto molesto.

-Te hice una pregunta - El barrido que derribo a Midoriya le hizo entender que no estaba para juegos.

Entre jadeos, Izuku respondió. - No... lo sé... - Se volvió a levantar.

-No lo sabes, eh. Entonces... ¿Por qué sigues aquí? - Volvió a preguntar.

-Porque aún no soy lo suficientemente fuerte - Respondió iniciando su ataque.

-¿Para qué quieres esa fuerza? ¿Para jugar al héroe, al vigilante o al villano? - Izuku solo intensifico sus estocadas.

-¡Simplemente busco no volver a ser débil! - Dijo en un casi gruñido.

-Estar aquí no te garantiza que serás fuerte por siempre - El hombre solo se limitaba a bloquear los cortes sin todavía recibir un corte.

-¡Aquí aprenderé a mantenerme y recuperarme!

-¡¿Piensas que eres una máquina o algo así?! - La discusión se sentía más personal.

-Solo eres un niño maldito - Kenny dijo con cinismo.

Izuku solo apretó los dientes. Ahora estaba consiguiendo que se enojará de verdad.

-Dime la verdad, niño. ¿A quién quieres matar? - La pregunta le tomo por sorpresa. Miro al hombre a los ojos, la mirada fría y analítica choco con la suya. - ¿Buscas venganza? ¿Buscas justicia? ¿Sabes siquiera diferenciarlas? - Una patada le hizo retroceder con dolor.

Mirando enojado a su tío apretó el mango de su espada con fuerza.

Ante su falta de respuesta, Kenny suspiro, cansado. Pero no tardo en recuperar su semblante.

-La última vez que hable con tu madre me dijo unas cosas que no te mencione. En ese momento eran irrelevantes y a día de hoy la mayoría lo sigue siendo - Confesó. Midoriya miro atento al hombre.

-¿Qué dijo?

-En so mayoría tonterías, me contó como eras o como solías ser, tu comida favorita y lo que más me llamo la atención fue que me contó que tenías el sueño de ser un héroe - Kenny le miro con seriedad.

-Eso fue hace tiempo - Respondió tajante.

-Tema sensible por lo que veo, bien, parece ser que te daré la "charla" - Aunque pareciera una broma, no hubo ironía o burla.

-Dime... ¿Qué te hizo desistir de tu sueño de ser héroe?

Midoriya pensó en si contestarle, pero no había que darle demasiadas vueltas para entender la situación, Kenny quería que respondiera y si no lo hacía se repercutiría en más dolor. Simple, pero a Midoriya ya no le molestaba sacar ese tema como antes, y tampoco afectaría con su secreto si lo omitía.

-Alguien que admiraba me dijo que no podía ser un héroe sin un don - Dijo.

-¿Puedo saber quién fue?

-All Might

-Vaya, eso debió ser duro, ¿no es así? - Su expresión se mantuvo igual.

-Lo fue.

-¿Y crees que tenía razón?

-Sí

-¿Algo más que te haya dicho?

-Que no tenía un corazón de héroe

-¿Y qué piensas de eso ahora?

-Lo mismo que dije, concuerdo.

-Bien, en eso estamos de acuerdo los tres - Eso sonó como una burla, pero su expresión continuo seria. Y antes de volver a hablar, ahora fue Kenny quien ataco. De inmediato orillando al adolescente a ponerse a la defensiva. Para su desgracia, Kenny fue a un ritmo parecido con el que ataco, lo que le costó algunos cortes que le hicieron apretar los dientes. Su concentración se fue de inmediato a evitar que las heridas se cerraran de inmediato.

-Ahora dime... para ti... ¿Qué es un héroe? - A Izuku le costó pensar su respuesta mientras se defendía y evita ser descubierto.

-Alguien fuerte... - Dijo. De hecho, ahora que lo pensaba un poco, esa era una respuesta similar a la que Bakugo siempre daba cuando se le preguntaba de porqué quería ser un héroe.

-Menuda respuesta más vaga - Resoplo el hombre. - Sí es así... ¿Qué los diferencia de los villanos? Estos también pueden ser visto como los fuertes... o ellos serían los débiles. ¿Te basas en el cliché del que el héroe siempre vence al villano? - Izuku solo continuaba defendiéndose.

-Si es así como piensas... entonces ¿esa es la razón por la que admirabas a All Might? ¿Por qué era el más fuerte de todos? ¿Qué piensas ahora luego de que se retirará el año pasado?

Midoriya pudo poner un freno cuando se aparto del hombre unos momentos. Kenny no lo persiguió. Izuku recupero el aliento antes de contestar.

-All Might para mi era como un dios. Pero la verdad es que cuando me dijo que no podía ser un héroe pude ver su verdadera forma. Eso me impacto, porque me hizo ver lo que me resultaba inconcebible, que All Might era un humano y no un dios - Respondió con honestidad.

-Ya veo, básicamente eras un fiel creyente de All Might hasta que descubriste que tú dios no existía y todo era un gran montaje orquestado por una persona para mantener una paz temporal. ¿Te importa siquiera la paz?

Izuku no respondió, solo lo analizo, en ningún momento dijo que se detuviera el entrenamiento.

-Parece que no - Una risa sin humor salió de su garganta.

-¿Por qué preguntas todo esto? - Ahora fue el menor quien interrogo.

-Porque quería saber quien es tu dueño - Izuku se sintió confundido.

-¿Mi dueño?

-Aquel que te tiene esclavizado - Seguía sin entender sus palabras, aunque dentro de lo profundo de su ser, un temor broto.

-No entiendo.

-Claro que no. Nadie lo entiende hasta que toca el fondo del barril. - Izuku seguía sin comprender lo que le decía y se notaba. - Antes de si quiera entender qué mueve a una persona, hay que entender que es lo que lo esclaviza. Todos tenemos algo que nos ata. Ambición, poder, lujuria, amor, entre un sin fin de cosas. Puedes verlo como una forma para definir algo. Un héroe es alguien esclavizado por el orden, un villano es alguien esclavizado por el sistema. Uno busca preservar el orden mientras que el otro busca romperlo para escapar de este.

Izuku no dijo nada.

-Claro, todo esos son generalidades, cada persona es un mundo, una diferente al anterior, todos necesitamos algo con lo que embriagarnos, es por eso que cada persona que conozco me parece igual. Es indiferente como sean, sus objetivos, su carácter, todos y cada uno de ellos comparten que son esclavos.

-Es cuando la gente se da cuenta de que son esclavos que intentan escapar de ello o por el contrario, lo llevan al límite. Da igual cuál sea su deseo, cumplirlo los llevará a otro, y así sucesivamente, al final todos moriremos siendo la perra de algo más - Con una velocidad impactante intento cortar su cabeza, pero Izuku había reaccionado interponiendo su espada con la de su tío.

La cosa no se mantuvo ahí, de inmediato Kenny saco la otra cuchilla de su otra mano y comenzó a lanzar múltiples ataques que Izuku luchaba con todo lo que tenía para bloquear. De nuevo, algunos lo alcanzaron. Parte de su ropa estaba manchada con su propia sangre y jadeaba con pesar.

Sus cortes no era profundos, pero si eran notables, aún así, no cedería.

Ahora fue quien él quien ataco mientras hablo.

-¡¿Tú a qué estas atado, Kenny?! - Le dijo con algo de rabia.

-Como si fuera a decírtelo - Se burlo el hombre deteniendo el ataque del peliverde. - ¡Mejor dímelo tú a mi! ¡¿Qué es lo que todavía no te hace querer imitar a tu madre?! - La pelea siempre se mantuvo a favor del hombre mayor. Entre forcejeo se miraron a los ojos, ambos con un odio mutuo.

No obstante, Izuku no respondió, no sabía eso. Solo sabía que algo lo movía, y ese algo fue intentar descubrir esa sensación, tenía que recrearla. Solo así sabría lo que ella experimento en ese momento. Eso era lo único que lo seguía levantando de la cama.

El combate siguió con desventaja de su parte, la experiencia de Kenny, así como su habilidad no tenían misericordia. Esto más que una clase o entrenamiento, pareció una humillación. Aun así, no se echo para atrás y continuo hasta que Kenny volvió a golpearlo y tumbarlo, dejando caer su arma.

Su cuerpo dolía y mucho. Bañado en sudor y con un poco de sangre bajando de sus labios. Respiro cansado tratando de recuperarse. Estaba completamente derrotado, no tuvo posibilidad, no ahora. Eso le hizo sentir frustrado.

Kenny simplemente se poso frente a él. Mirándolo del lado contrarió lo analizo con frialdad.

-Creo que tengo una idea de a que eres esclavo, pero no te lo diré. Eso tendrás que descubrirlo por ti mismo. Sobre tu desempeño mediocre, seguiremos practicando, personalmente me encargaré de ello. Tanto de espada como de cuchillo. Necesito a Aaron en otros asuntos. Eso y que es estoy algo aburrido y necesito ejercitarme - Declaró.

-Limpia tu sangre antes de irte - Le dijo antes de marcharse.

Izuku apretó los dientes, por más enojado que estuviera con Kenny, entendió el punto del hombre. Debía pensar más a fondo todo lo que Kenny le había dicho. Eso no solo le ayudaría a comprender mejor a las personas, sino que a sí mismo.

-Maldito idiota - Eso no le impedía insultarlo.

~0~0~0~

Midoriya miró con detenimiento a las gigantescas criaturas que arrasaban con los ciudadanos. Aquellos zombis de gran altura simplemente caminaban con una perpetua expresión.

Escucho los gritos desesperados de las personas luchando por su vida. Esta sentado, con una rodilla sirviéndole de soporte, miraba indiferente toda esa carnicería. Recargando su brazo derecho en su propia rodilla movió los ojos para observar el gigantesco rostro del titán.

Actualmente se encontraba en el otro mundo, encima de un risco lo suficientemente alto como para poder visualizar a los titanes de altura mediana, aquellos que medían entre diez a quince metros.

El que tenía enfrente era de aspecto masculino, cabello azabache y ojos pequeños el cual mantenía una expresión monótona. En su mano, tenía a un joven que luchaba por liberarse del agarre del monstruo.

Izuku decidió probar algo.

Apuntando su dedo hacía el titán, este se detuvo de golpe, justo cuando iba a devorar a su victima se quedo inmóvil. Petrificado. Izuku ladeo su mano hacía su propio cuello. Sin llegar a tocarlo. El zombi le imito, solo que él sí se tomo del cuello. De paso, dejando caer a la victima que cayó al suelo rompiéndose las piernas. Entre los gritos de agonía del hombre. El peliverde hizo como si apretara su cuello. Fue el turno del titán que se apretó tan fuerte el cuelo que lo reventó sacando humo, su cabeza se desequilibro un poco. Midoriya hizo como si fuera a quitarse una máscara. Al momento en que el titán le imito se arranco la cabeza, no tardo en que su cuerpo cayera y aplastara al hombre que seguía agonizando bajo suyo.

-(Interesante) - Pensó el chico de ya cerca de dieciocho años.

-(Puedo controlarles a mi antojo si dirijo mi concentración a uno de ellos, aún pese a que yo no los convertí. Fascinante) - Esta impresionado consigo mismo. Esta era una ocasión especial.

Volteó a su derecha y ahí la encontró. Mirándole directamente, ella había presenciado todo. No dijo nada, ninguno lo hizo. Pese a todo el tiempo que llegaban a compartir, era increíble que ninguno le hubiera hablado al otro. Izuku sentía que el tiempo se acercaba, pero ahora no sería.

Este nuevo descubrimiento fue algo impresionante. No era solo que podía convertirse a sí mismo en un titán, sino que podía convertir a otras personas en titanes. De mucho menor tamaño y habilidad destructiva. Algo con lo que los héroes podrían manejar.

Volvió su mirada a la ciudad frente suya ser arrasada. No había soldados más allá de las máquinas sanguinarias y sin consciencia que eran estos titanes. Atrás de ellos se encontraba un grupo de soldados que solo vigilaban todo nerviosos.

Izuku no pudo evitar pensar en como habían descubierto ese nuevo poder. Ese rey a la que esa chica rubia seguía se le ocurrió la idea de que si bebían de la sangre de su perro de guerra podrían obtener poderes. Inesperadamente, tuvo razón. La gente sí acabo convirtiéndose en titán, pero perdieron todo uso de razón. Y solo la chica podía controlarlos. Pero Midoriya ya comprobó que él también podía.

Eran como un reflejo, uno del otro, compartiendo poderes. La única habilidad que había dominado era la entrada y salida de este mundo. Esta seguro que ella también lo había hecho, el año pasado la vio mucho merodear por su mundo. Y él había hecho lo mismo.

Su mente maquino varias teorías que podría implementar con los titanes, tenía algunas muy interesantes. Pero ya cada vez quedaba menos.

Ya había empezado su último año en este lugar, solo le quedaban seis meses para concluir su entrenamiento. Para cuando pisara nuevamente Japón ya sería un adulto. Chasqueo la lengua. Llevándose el pulgar a la boca comenzó a mordisquearse su propio dedo, su manía de murmurar rápidamente ya no salía tanto, había aprendido a ocultar más detenidamente sus pensamientos.

Era reservado, no hablaba con nadie que no fuera un instructor o alguien a quien debía dirigirle la palabra por obligación. Pero fuera de ahí no socializaba con nadie.

Una característica que le daba un aire tenebroso. Los soldados aquí no eran distintos a los niños de su secundaria, siempre lo apartaban, pero ninguno se atrevió nunca a hacerle alguna especie de broma pesada. Cosa que le extraño por un tiempo, hasta que entendió que comparar adultos y adolescentes era una perdida de tiempo. Nadie aquí era tonto. La camaradería solo era entre ellos. Y suponía que algunos pensaban que era mejor apartarle de este mundo bélico.

No dejaban de ser ex-soldados con años de experiencia a sus espaldas. Aquí no se aceptaba a cualquiera. Y había probado no ser cualquiera.

Superar el infierno que era la primera semana de entrenamiento era algo genuinamente impresionante para cualquiera. Había trabajado mucho, no había perdido el tiempo.

Se puso de pie dejando ver su gran cambio físico a lo largo de estos dos años. Antes era un simple enano flacucho. Ahora llegaba al metro ochenta, su complexión era robusta, si bien no tenía los bíceps que alguno de sus compañeros, para un chico de diecisiete años esto no era para nada envidiable. Sin embargo, aún le quedaba. Se encargaría de llegar a su mejor momento. De eso no tenía dudas.

Vestía con un uniforme militar de color negro, camisa sin ningún estampado, pantalones militares con bastantes bolsillos y sus botas.

No miro a la rubia que también había sufrido un cambio físico notable. Si bien era más baja que Midoriya, era una chica relativamente alta, llegando al metro setenta y tres. Y con un vestuario muy distinto al que llevaban el resto de soldados, lo que la hacía resaltar del resto.

Su cabello lo tenía atado en una cola de caballo y dejaba caer dos mechones que le enmarcaban la cara, pero se sostenía con una tiara roja. En sus muñecas tenía brazaletes dorados, en su cuello una túnica marrón que le servía de abrigo. Su "armadura" no era una muy eficiente en rasgos normales, con su pecho siendo protegido por una tela gruesa oscura con unos pequeños detalles blancos, unida por una tela blanca que cruzaba uniendo ambas prendas. Dejando completamente al descubierto sus brazos. Usaba una falda de tela blanca que se arremolinaba y de su lado superior era dorado. Unas grandes calcetas que le cubrían de los pies hasta casi la rodilla. Finalmente unas sandalias que lucían dos piedras azules.

No era la ropa de un guerrero normal que iba al campo de batalla. Pero ella no era normal. Sus poderes regenerativos y el hecho de que se convirtiera en titán cuando recibía un daño físico era beneficioso más que contraproducente. Sin contar que le daba mucha más movilidad. Su condición física tampoco tenía de que envidiar. Si no fuera por esa expresión gélida parecida a la del peliverde seguramente algún loco intentaría cortejarla pues era ciertamente bonita. Pero ante todo era una mujer fuerte. Alguien que sabía pelear sin la necesidad de transformarse en titán.

Era un monstruo.

Izuku casi sonríe ante ese pensamiento. En sus dos mundos, eran considerados monstruos o fenómenos.

-(Ya he visto suficiente) - Pensó el chico mirando la masacre antes de mirar a la rubia que le observo sin pestañear.

No se dijeron nada, pero sus ojos le transmitieron un mensaje que pudo captar claramente: "Hablaremos"

Era un aviso. Ambos seguían aplazando eso. Pero ella no pensaba muy distinto a él. Asintió muy suavemente para que los soldados a sus espaldas no le dieran importancia.

Izuku cerró los ojos y regreso a su mundo.

Ya se encontraba parado frente a un escritorio donde una mujer de mediana edad lo miraba extrañada. Se había levantado de la nada con los ojos cerrados. Había estado sentado esperando su turno. Antes de que la mujer pudiera decir algo, Izuku abrió los ojos y miro todo con tranquilidad.

-¿Ya puedo pasar? - Preguntó.

-Eh... s-sí, ya salió el... - Antes de que pudiera terminar su frase, Midoriya ya estaba cruzando la puerta a la oficina de Kenny.

La mujer simplemente resoplo molesta.

-Que niño tan espeluznante - Dijo para sí misma.

La oficina de Kenny era pequeña, con un estante lleno de libros y documentos, una planta de sombra, su escritorio donde tenía una PC bastante moderna. Algunos documentos que se encontraban amontonados, otra pequeña mesa donde tenía una impresora, finalmente, un aire acondicionado pegado en la pared de atrás.

Kenny dejo de leer el documento en sus manos y le presto atención a su sobrino. Era muy raro que fuera a su oficina.

-¿Qué quieres? - Fue directo.

-Quiero recibir el entrenamiento especializado en el equipo de maniobras tridimensional - Respondió.

Kenny entrecerró un poco la mirada.

-¿Para qué? No trabajaras aquí ni te llevarás ningún equipo de maniobras luego de tu entrenamiento - Dijo.

-Me interesa - Esa fue toda su respuesta. No tenía porque darle amplias explicaciones y si quería presionarle más, solo le recordaría la apuesta que hicieron.

Kenny no dijo nada y chasqueo la lengua.

-¡Tsk! Ni trataré de repelar que sé que vas a decirme lo de la apuesta. Ahorratela, solo me la has dicho cuatro veces en todo este tiempo y ya estoy enfermo de escucharte con esa voz de muerto que tienes. Adelante, lo que tu entrenes no cambiará lo que dije anteriormente - Concluyó.

Izuku eso era más que suficiente, ya tenía la autorización. Sin decir nada más se dio media vuelta dejando a Kenny terminar sus asuntos.

Sin perder el tiempo se fue al área de entrenamiento para el equipo tridimensional.

Antes de descubrir lo de convertir a otros en titanes, pensaba especializarse en otra área, pero recordando el equipo de maniobras tridimensional o anti-personal serían el implemento perfecto para analizar más detenidamente a los titanes, sin contar que le daría una gran movilidad aérea.

Muchas más ideas se le venían a la mente, cosas que podría hacer con los titanes, experimentos y pequeñas teorías que no podía esperar a comprobar. Genuinamente, estos poderes le fascinaban. Y lo que podría hacer con ellos le hacía estremecerse de los oscuros escenarios que ya había presenciado en el otro mundo.

-(Aún no...) - Pensó oscuramente, sus ojos siendo oscurecidos por su cabello, un pequeño brillo ilumino sus ojos verdes. Un monstruo que se preparaba antes de hacer su movimiento.

~0~0~0~

Izuku retiro con cuidado el dispositivo de operación del equipo de maniobras. Analizándolo detenidamente, fue tomando notas en una de las tantas libretas que tenía en su escritorio.

A lo largo de estos tres años había escrito mucho, sobre muchas cosas distintas, era una autentica enciclopedia hecha a mano. Con las manos manchadas de mugre, comenzó a limpiar el dispositivo con sumo cuidado. Si su instructor del equipo de maniobras lo viera ahora mismo intentaría darle una paliza. Después de todo esta desmantelando el equipo con la excusa de darle mantenimiento. Era una mentira, pero una que trataría de mantener.

Llevaba ya meses usando este equipo. Había visto muy detenidamente los pros y los contras de equipo de maniobras tridimensional. Su limitado sustento de gas. No era apto para combates prolongados ni para combates en superficies abiertas. Era inútil si no había una edificación o arboles a los alrededores donde poder moverse. Otro punto que se había fijado era que contra una potencia de fuego constante como una ametralladora poco se podía hacer. Estabas muy vulnerable.

El modelo con el que estaba desarmado era uno viejo. Los modelos actuales sin duda eran más mortíferos a la hora de enfrentar personas. La gran y principal diferencia era que los viejos contaban con un armamento meramente arcaico. La espada solo se utilizo durante los primeros años de los cazadores de la libertad, pronto se actualizo a los modelos actuales que en lugar de contar con las hojas proporcionadas por su mismo tío, ahora contaban con armamento de fuego.

El de baja potencia que solo contaba con dos armas de fuego en el pistón-disparo. Pese a lo que su título de "baja potencia" afirmaba, eso solo era en comparación del modelo de alta potencia. Los disparos eran bastante fuertes, eran fácilmente comparables a una escopeta. Los de alta potencia contaban con las galardonadas "Lanzas relámpago", el cual era un proyectil el cual explotaba al remover su gancho de seguridad.

Era sin duda un dispositivo versátil y inútil. En especial con los titanes. Con ellos nada más necesitaba el modelo viejo. Pese a la eficiencia que tenía el modelo de baja potencia contra los seres humanos, no hace demasiado ante individuos de una altura mayor, solo el modelo antiguo y el de alta potencia significaban una amenaza para los titanes.

Había podido entrenar con los tres modelos, pero tanto con el de baja como el de alta potencia fue en muy contadas ocasiones. Había practicado mucho más el modelo antiguo con los sables. No por nada sus sesiones de esgrima con Kenny eran con los sables del equipo de maniobras.

El equipo esta diseñado para misiones de eliminación. Principalmente por bosques o sitios donde poder maniobrar. Incluso en ciudades. Pero hasta donde sabía no se habían hecho operaciones por la ciudad. Los héroes notarían a los soldados paseándose de edificio en edificio.

Izuku volvió a anotar algo. Estaba dibujando el esquema del mecanismo. Sus estudios en mecánica eran cada vez más notorios. Dejo en el escritorio la pieza que tenía en sus manos y suspiro.

Tronándose el cuello miro su laptop. Había estado desde hace dos horas trabajando y analizado el equipo. No le quedaba mucho para concluir, solo tendría que volver a reconstruirlo y así nadie notaría lo que había hecho.

Se acercaba cada vez más el día. Miro la fecha: 11/06/2XXX

El día 15 de julio sería su último día aquí. Era el día donde concluía todo su entrenamiento. Y el día de su cumpleaños. El día donde oficialmente tendría dieciocho años de edad. Probablemente Kenny lo mande de regreso a Japón ese mismo día.

La sensación que eso le traía era... impaciencia. Mientras encendía su laptop miro su reflejo en la pantalla oscura antes de que esta encendiese. Su mirada reflejaba frialdad y su rostro denotaba indiferencia. Recordaba lo emocionado que se ponía cuando era chico con el solo pensamiento de ser un héroe. Ahora todo había dado una vuelta de 360°. Todo lo que había vivido hasta ahora y todo lo que quería descubrir.

Estos poderes tan misteriosos y poderosos despertaban en él una sensación de incertidumbre que quería saciar. Al principio pensaba que sería sencillo el poder ocultar sus poderes, pero a medida de que paso el tiempo se dio cuenta de que su curiosidad era grande.

Cada que viajaba al otro mundo y veía las cosas que podía hacer, que podía experimentar, las variantes que se le habían ocurrido. Le daban unas ganas inmensas de probarlos. Pero debía controlarse. Y ahora que estaba tan cerca de ir por su cuenta libremente le resultaba gratificante.

-Queda poco... - Murmuro para sí mismo.

Sacando esos pensamientos del lado. Decidió tomarse un descanso. Debía ponerse al corriente con las noticias de Japón, dentro de un mes volvería ahí. Y era mejor estar informado de todo.

Vio en las noticias varias cosas que llamaron su atención.

La primera noticia era interesante: ¡LA LIGA DE VILLANOS HA SIDO VISTA!

Leyó detenidamente:

Osaka. 09 de junio 2XXX. - Luego de haber permanecido en la sombras durante muchos meses. Dos miembros de la liga de villanos ha sido vistos por Shinsekai. El villano conocido como Twice y la villana Himiko Toga fueron captados charlando con una persona antes de posteriormente raptarla.

El suceso fue visto por un policía que de inmediato llamo refuerzos para aprisionarlos. Los criminales lograron escapar antes de que cualquier héroe pudiera llegar. Se desconoce la identidad de la persona secuestrada. Las autoridades y los héroes locales investigan exhaustivamente el suceso para dar con los villanos.

Posteriormente había una foto tomada desde una cámara de seguridad que mostraba a los dos villanos de manera difusa.

Esa era toda la nota.

Izuku lo analizo un momento. La liga de villanos un grupo que ha causado mucho revuelo dentro de la sociedad japonesa de los últimos años.

Dándose a conocer por haberse infiltrado dentro de la UA en medio de una clase de estudiantes recién ingresados con el objetivo de asesinar al mismísimo All Might con una criatura conocida como Nomu, la cual no era más que una persona con la que había experimentado e implantando distintos quirks para convertirlos en armas.

Tuvieron unos cuantos incidentes más antes de que su líder. All for one se revelara y enfrentará a All Might. Un suceso que ya es historia tanto para Japón como la historia de los héroes a nivel global. Un antes y un después.

Tras eso, la liga perdió poder y aunque mantienen miembros, no han hecho ningún atentado mayor como los anteriores.

Los dos miembros vistos eran relativamente conocidos. Y aún con la poca información que había, se sabía las identidades de ambos. Dos trastornados. Victimas de la sociedad. Un patrón repetido en general por las personas que cometían crímenes.

No tenía mucho de lo que pensar de ambos. Encontraba interesante el quirk de ambos. Más el de Twice, sí supiera los limites de su quirk podría teorizar su nivel destructivo. Sospechaba que podía ser mucho más alto de lo que aparentaba. Con Toga no podía decir lo mismo. De todas formas, no era algo que pudiera saber con certeza, necesitaba mucha más información si quería hacer un análisis más detallado. Sería más fácil si hubiera grabaciones de las peleas de ambos.

En general la liga de villanos llamaba un poco su atención, no descartaba la posibilidad de encontrarlos, pero dudaba que quisieran reclutarlo, y tampoco lo deseaba, prefería hacer las cosas por su cuenta, no bajo las ordenes de alguien más.

Vio otra noticia: LEMILLION SALVA UN CRUCERO DE HUNDIRSE

-Lemillion... - Él captaba mucho más su atención.

Nagoya. 10 de junio. - El popular héroe conocido como Lemillion ha vuelto de que hablar con sus impresionante hazaña. Cerca del puerto de Nagoya un crucero fue tomado de rehén por un grupo de villanos extranjeros. Demandando cien millones de dólares por dejar libre el crucero. Las autoridades negaron la negociaciones y en respuesta, el grupo daño la estructura. Lo que pudo ser una tragedia terrible fue evitada por el héroe número tres, quien llego rápidamente y neutralizo al equipo de villanos y evito que el barco se hundiera al reparar los daños a una velocidad vertiginosa.

"Me llamo Lemillion, porque mi sueño es poder salvar a un millón de personas. Cada día trato de llegar a esa cifra y una vez lo consiga la superare. Cosa hilarante porque mi nombre perderá sentido y tendré que cambiarlo" Fue la declaración del héroe tras evitar el desastre.

Se especula que con esta acción la popularidad de Lemillion no hará más que crecer, pese a mantenerse dentro del top de héroes, la gente por redes sociales afirma que es solo cuestión de tiempo para que Lemillion se corone como el héroe número uno de Japón.

Todo indica a que el legado de All Might se mantiene vivo y fuerte en este joven héroe.

Había un vídeo tomado de las acciones de Lemillion. Midoriya no dudo en mirarlo. Genuinamente era impresionante la movilidad con la que el héroe se movía, era un simple borrón que rápidamente se adentro dentro del barco y a los pocos segundos vio ese borrón recorrer todo el barco.

Esa muestra de poder le recordaba enormemente a la de All Might en sus mejores momentos. Lemillion se veía alegre y animado, un rayo de sol que inspiraba a otros. Costaba creer que solo había una diferencia de dos años entre él y Lemillion, pues su rostro demostraba cierta madurez. Se veía un poco más grande de lo que era en realidad.

El peliverde se llevo su pulgar a su boca, mordiéndolo suavemente analizo a Lemillion. Había algo raro con él, lo sentía. Ese parecido del actual Lemillion con All Might en sus mejores años era desconcertante, más cuando vio su participación en el festival deportivo. Aunque era rápido y muy fuerte, había una clara diferencia entre su etapa de estudiante con su etapa de héroe.

Era sospechoso. Aun así, Lemillion era de las mayores amenazas con las que podía lidiar. Debía de ser extremadamente precavido. Mirando detenidamente durante un minuto en silencio. Sumergido en sus pensamientos hasta que sintió el sabor a cobre en su paladar. Su pulgar sangraba ligeramente y parte de su boca estaba cubierta de sangre.

Dejando su pulgar que no tardo en regenerar la herida, solamente tomo un pañuelo y se limpio la boca. A veces se sumergía tanto en sus pensamientos que no era consciente de la fuerza con la que mordía.

Reviso el resto de noticias que no resultaban tan importantes, pensando que ya estaba al día, decidió volver a cargar la página a ver si habían subido algo nuevo. Y así lo había hecho.

Abrió los ojos ligeramente en sorpresa, pero pronto su mirada es oscureció.

¡LA NUEVA GENERACIÓN DE HÉROES, LISTA PARA PELEAR POR LA JUSTICIA!

Masutafu. 11 de junio. - Este día se ha dado a conocer los héroes salidos de la prestigiosa escuela, UA. Algunos de ellos no perdieron el tiempo y no tardaron en darse a conocer.

El héroe conocido como "Dios de la gran explosión asesina Dynamight" neutralizo a un grupo de villanos quienes estaban haciendo alboroto por el centro de la ciudad. Una hazaña vista por muchos transeúntes quienes miraron y mostraron su apoyo al nuevo héroe.

"¡A cualquier villano que se atreva a cometer la estupidez de salir a romper leyes. Lo mataré con mis explosiones. Así que están avisados malditos!" Fue la violenta declaración que el joven dio a los reporteros.

Él no fue el único en pronunciar sus servicios a la sociedad, pues el hijo de Endeavour...

Izuku dejo de leer. Ya conocía a esa clase. Miro detenidamente el rostro de Katsuki, con esa expresión de siempre estar enojado mirando a la cámara. La mirada de Izuku se torno más fría.

Parpadeo y cuando volvió a abrir los ojos se encontraba en una gran sala rodeado de soldados y mujeres, todos estaban borrachos. Sin voltearse, sabía que ella estaba a su lado. Ambos miraban en una dirección. Sin parpadear y sin decir una sola palabra. Izuku supo que ella miraba ahora en su mundo la foto en grande de Bakugo mientras que él, miraba al Rey Fritz. Pavoneándose con una cabeza cercenada a sus pies. Rodeado de gloria.

15 de julio...

Quedaba poco...

Muy poco...

~0~

Hola papus *finge que no actualizo en casi tres meses*

Volvemos con nueva portada y todo, esto último principalmente porque mi visión de los dos personajes cambio mucho y se puede notar mirándolos, igual, ya vieron sus diseños que se mantendrán a lo largo del fic, más allá de ciertas ocasiones especiales, la vestimenta de Ymir se mantendrá a lo largo del fic, ya pudieron spoilearse la de Izuku, aunque en cuestión de sus alturas, ambos todavía van a crecer un poco más. En fin, esta portada se mantendrá al final, pues retrata bien (ahora sí) el futuro del fic.

Si desean verla en mayor detalle, vayan a mi twitter donde también lo publique.

La próxima parte será la final para pasar a otro arco muy interesante, como dije, esto se cocina a fuego lento, eso sí, quiero desarrollar bien a este Deku, más los personajes que van a aparecer, puede que alguno pueda predecir más o menos lo que sucederá, pero será divertido ver si pueden adivinar de quienes se trata. Otra cosa, para la siguiente parte también diré los datos de tanto Deku como Ymir.

De paso, aclararé algo rápido. Pese que aquí muestro que los años pasan y menciono ciertos acontecimientos que suceden en el canon de BNHA, hay otros sucesos que todavía no han ocurrido. Por ejemplo, la parte de los Yakuza y Eri aquí no ocurre todavía. Tengo algo planeado para ello, pero eso será en futuros capítulos. Lo mismo con My villian academia que en este punto de la historia tampoco ha ocurrido todavía. 

La siguiente actualización será el hilcoln, voy a ir alternando entre este fic y el hilcoln hasta verano, donde me concentraré en otro fic.

Se despide Dark-Mask-Uzumaki.

Bye.

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