Papá me había rozado el traserito, lo hizo porque avisé sobre mis necesidades con un balbuceo y el solo paso sus manos por el rostro y continuó con las hojas que tenía sobre el escritorio.

Me considero un bebé caprichoso y fue por eso que me dije a mi mismo;

"Si por culpa de papá me rocé, entonces lo compensará y ChimChim esta incluido."

Y si hay algo que papá odia mucho, es verme llorando sin motivo aparente y aunque si que había motivo, por obvias razones no le podía decir.

Así que insistí por un buen rato, hasta que después de obtener mi segundo baño en el día y un beso en la frente de bebé, le vi tomar el ring ring y llevárselo a la oreja.

Yo era un simple espectador que hacía berrinche por no tener lo que quería.

"Vamos pa, ¿que tan difícil es llevarme hasta mi otro pa?"

¡Casi había olvidado decir que ya tenía otro pa! Bueno.. prontito lo sería.

—¡Hola! Hola.. hola.. si, perdonaqueestellamandoaestahoraperoes.. ¡Disculpa si hablo muy rápido! ¡No te estoy gritando!

Deje escapar una risita de bebé escandaloso y aplaudí al notar el estado de mi papá, era muy obvio con quien hablaba.

Y es que desde hacia exactamente una semana, el y mi dulce Chim solían llevarme de paseo, todos los días y sin excepción, después de las clases del último.

Era algo así como: vamos a flirtear pero nos llevamos al bebé para aparentar y pues porque no tenemos donde dejarlo.

Casi que papá quería decir que eramos algo así como el paquete de tranca y torta** que si no te llevas a los dos, no te llevas nada.

—Perfecto, te vemos en el mismo lugar y.. gracias.

Una enorme sonrisa por parte de papá y pronto pase a ser el bebé de nalgas rojas a ser el "súper bebé" ese que hacia milagros con Omegas bonitos y a cambio recibía besitos y leche de chocolate en biberón.

A dios gracias.

—Mi amor, precioso bebé, ¿te gusta JiMin?

"Pues si wey, no mames.. perdón, me alteré, jefe."

Aplaudí de nuevo y eso pareció ser suficiente para el Alfa feliz y radiante que era mi papá.