—Esto esta hermoso—los ojos color almendra de Yuuji brillaron al reflejarse las luces de la ciudad

—Mas hermoso eres tú—Satoru tenía unas ganas inimaginables de acariciar el rostro de su omega, de darle un beso y abrazarlo tan fuerte que pueda protegerlo de todos. Pero ya no inicia ningún contacto físico que lleve al sexo, lo único que no ha cambiado es el beso de saludo en los momentos que deben. Al despertar, al ir a trabajar, al verse. Esos besos son tan simple y románticos, no son cargados de sexo o de placer. Satoru ya abandono toda esperanza de tener sexo con Yuuji hasta después de la operación, no quiere que nada salga mal.

—Siempre diciendo cosas de la nada—Yuuji era unos años menor que Satoru, pero se notaba la preocupación en su mirada y los golpes que le dio la vida, esta ya resignado totalmente a jamás ser madre, y eso esta bien. Va a sentarse a lado de su alfa y lo toma de la mano, se acuesta en su hombro y aspira un poco del aroma que lo reconforta. —deliciosa menta—dice mientras huele su hombro.

—rico chocolate—le dice besando su cabello

Se miran por un momento y se besando, es un poco mas intenso que sus besos de siempre

—Espera—dice entre besos, pero Yuuji no lo deja escapar, se sube en su regazo y hace que el alfa lo sostenga de las caderas. Está haciendo lo imposible por no caer. Pero fracasa, realmente ama a Yuuji y hacer esto es tan sublime.

—Más—dice abriendo la boca para un beso francés.

Recuerda la ultima vez que toco a Satoru sexualmente, fue hace medio año, recuerda la suavidad de su piel y la firmeza de sus músculos.

Se le hace agua la boca al recordar como se desvestía tan graciosamente para él, un baile tan gracioso. Recuerda como se entregaron uno al otro en una noche de amor y desenfreno que no cabía en su ser. También recuerda que el condón se rompió y no paso nada, así que no pensaban en eso.

—Yuuj-i— y volvió a ser besado

—Llévameal infierno como solo tú sabes hacerlo.