02. Miss Crush

Hola!

Antes de empezar a leer, dejaré los créditos por los fanarts a:
-PumpkinChans: Por el de Pinkie Pie que usaré para todas las carátulas y separadores.
-AkaiArts: Por el fanart de Rainbow Dash.
-DCON: Por el fanart de Pinkie Pie del primer cap que me olvidé mencionar.

Ahora sí, disfruten la lectura...

"El amor a primera vista: Se refiere a un conjunto de asociaciones subconscientes que realiza el cerebro de un individuo y que conllevan al enamoramiento.

El amor a primera vista se puede explicar de manera científica más que sentimental. Éste es un tipo de enamoramiento que ocurre tras un proceso que involucra un conjunto de estructuras cerebrales que se activan cuando se segrega dopamina.

Muchos dicen haber experimentado el amor a primera vista cuando en el instante que ven a una persona sienten los siguientes síntomas:

• Se sienten mariposas volar en el estómago.
• Se quiere llamar la atención de esa persona.
• Se suele imaginar el resto de la vida junto con esa persona.
• La atracción es real.
• Pasas la mayor parte del día pensando en esa persona.

El amor a primera vista no se debe confundir con el amor platónico."

---

-Papá... ¿Puedo ir hoy con ustedes al club?

Limestone al escuchar la pregunta de Pinkie Pie se giró para dirigirle una mirada cargada de molestia.

Igneous por su parte miró a su tercera hija sin hacer ningún gesto, luego se dio vuelta y asintió con la cabeza mientras seguía caminando hacia la puerta principal.

Pinkie Pie sonrió y corrió tras su padre, pero al pasar junto a la albina, ésta la tomó del antebrazo y le susurró al oído:

-No quiero verte cerca de la piscina, ¿Entendiste?

-Sólo quiero pasar tiempo con ustedes, no llevo el traje de baño conmigo, ¿Ves?- respondió la pelirosa mostrándole que iba con las manos vacías.

Su padre tocó la bocina del auto y Pinkie corrió hasta él sin darle tiempo a Limestone para responder, quien luego a regañadientes la siguió.

Como siempre, nadie dijo nada durante el viaje, la pelirosa miraba por la ventana con entusiasmo mientras que la albina hacía lo mismo por la otra, pero con una expresión de molestia que a medida que pasaban los minutos se le iba deformando más la cara.

Para cuando llegaron al club, la cara de enojo de Limestone era tal que cualquiera que se la cruzara por los pasillos, instintivamente se hacía a un lado para evitar el más mínimo roce con ella.

Incluso sus compañeras de voleibol, quienes ya conocían de sobra su carácter, pudieron notar que el mal humor de la albina ese día era especialmente terrible. Y para desgracia de ellas se notó especialmente en sus remates.

---

Por su parte, en el despacho de Igneous, Pinkie daba vueltas en la silla giratoria frente al escritorio mientras tarareaba una canción que ni ella misma sabía de quién era o donde la había escuchado.

El hombre dejó de prestar atención a los papeles que leía para mirar por encima de estos a su hija, quien con expresión curiosa ahora tanteaba los bolígrafos de colores adentro de un portalapices gris, como casi todo en ese despacho.

Igneous Rock Pie sin decir nada tomó un pilón de hojas en blanco y los dejó delante de la menor. Ella lo miró, pero él de nuevo estaba metido en sus papeles. Aún así la pelirosa sonrió agarrando los bolígrafos para empezar a dibujar.

Al terminar observó su obra de arte con una sonrisa. Se trataba de un arco iris común y corriente, nada extraño. A ella siempre le habían gustado las cosas que tenían muchos colores, quizás porque la mayor parte del tiempo estaba rodeada de grises, tanto en su casa como en el colegio.

Entonces a su mente llegó la imagen de Rainbow Dash. Sonrió. Ella en serio tenía un cabello hermoso. Le daba mucha envidia.

Tal vez si el suyo fuera tan lindo como el de ella su madre no lo odiaria tanto.

Su sonrisa entonces flaqueó, pero enseguida se repuso.

-Mira, papá- llamó la rosada sin esperar respuesta. -¿No quisieras pegarlo en tu despacho? Le hace falta algo de color. Sólo gris es muy aburrido.

-Ya hay color.- respondió él tranquilo.

-Los bolígrafos no cuentan, los usas porque los necesitas para tu trabajo, no porque te gusten.- la menor infló las mejillas con el ceño fruncido, pues ni siquiera había mirado su dibujo.

Después inhaló y exhaló hondo.

-¿Puedo ir al baño?- preguntó con una sonrisa.

Igneous asintió con la cabeza y Pinkie salió del despacho, pero lejos de ir al lugar mencionado, dio la vuelta y caminó en sentido contrario.

Limestone le había dicho que no quería verla cerca de la piscina, ¿No?

Pues en ese caso, lo que tenía que hacer era pasar por ahí sin que su hermana la viera.

Se rió de su ingeniosa forma para desobedecer a su hermana mayor.

Al llegar a la piscina, a través del vidrio Pinkie Pie observó a las chicas que en ese momento se encontraban, todas se veían parecidas con sus gorros para nadar.

Pero entonces al terminar la carrera, una de ellas se lo quitó, la pelirosa sonrió al distinguir esa melena de colores. Era inconfundible, le extraña no haberla notado cuando estuvo la primera vez allí.

Rainbow Dash se incorporó y Pinkie Pie creyó que sería un buen momento para entrar a saludar, pero entonces una tercera persona abrió la puerta.

-¿Tú quién eres?- preguntó una chica en malla.

-Pinkamena Diane Pie.- respondió amistosamente. -Pero puedes decirme sólo Pink...

La otra rodó los ojos.

-Me refería a: ¿Qué haces aquí en la puerta?- inquirió seriamente interrumpiendo su presentación. -¿Estás en esta clase? ¿Te perdiste o algo? ¿De qué te ríes?

-Lo siento.- atinó a decir Pinkie, la chica esa hablaba con un ceceo, lo que le había parecido entre divertido y tierno.

La escena llamó la atención de algunas personas, entre ellas la peliarcoiris, la cual sonrió al ver a la pelirosa allí.

-Beauty- la llamó acercándose al par.

-Hola, Rainbow- exclamó la rosada feliz a punto de abrazarla, pero enseguida la otra puso sus manos adelante como escudo.

-Ten cuidado, te mojaré.- advirtió.

-Oh.- soltó la menor algo decepcionada.

-¡Agh! ¡¿De nuevo esto, Dash?! Si vas a invitar a una de tus chicas para intentar lucirte, al menos avisa.- se quejó la otra muchacha alejándose, pero luego se frenó y miró a la rosada. -No me lo tomes a mal, pero a la mayoría nos molesta la gente agena al club durante las prácticas. Nos distrae tener gente gritando y aplaudiendo o, en casos extremos, tirando fuegos artifiales en un lugar cerrado.- agregó mirando con enojo a la peliarcoiris.

-Ignora a Fleetfoot, es una amargada.- le dijo Rainbow Dash mirando con fastidio a la chica mientras se iba.

-Descuida.- respondió Pinkie con una sonrisa, aunque algo confundida ya que no había entendido a qué se refería la otra joven con lo de "tus chicas".

¿Sería como Rainbow Dash se refería a sus amigas?

-Por cierto, ¿Quién tira fuegos artificiales aquí?

-Oh, eso...- Rainbow se rascó la nuca con gesto agotado. -Digamos que... mis padres se emocionan de más a veces.

-Oh, jaja. Suena divertido.

-No tanto como crees.

-No, de verdad, me parece genial imaginar padres así. Los míos no son tan divertidos.

-Ok, pero cambiemos de tema.- dijo ahora poniendo las manos en su propia cintura. -¿Por qué no me avisaste que vendrías? Aunque debo decir que fue una sorpresa agradable.- agregó con una sonrisa de lado.

-Olvidé el celular.- respondió volviendo a sonreír al escuchar las palabras de Rainbow.

-Bueno, no importa. ¿Te gustaría nadar un rato?

-Oh, pero no traje la malla.

-No te angusties, aquí hay de sobra, seguro tienen de tu talla.- respondió la peliarcoiris relajada, aunque en parte le decepcionada no poder verla con esa malla rosa que le quedaba tan linda. -Aunque ya casi se termina la hora, igual podemos aprovechar y...

-¡¿Ya casi se termina?!- preguntó Pinkie alarmada. -¡Ay, no!

Después de eso la rosada salió corriendo.

-Pero todavía quedan algunos... ¡Beauty...!- llamó Dash estirando el brazo para detenerla, pero no llegando a tomarla. -Rayos. -Soltó un bufido.

*Vaya frustración. Realmente me hubiese gustado poder pasar más tiempo con ella.*

Luego de haberla vista por esos cortos minutos no iba a poder quitársela de la cabeza en lo que resta del día.

---

Minutos después, Rainbow estaba en los vestidores abriendo su casillero cuando cierta albina se apareció al lado de ella.

-¿Qué quieres, Limestone?- preguntó sin interés.

-¿Qué estás tramando?- preguntó ahora la mencionada en un tono molesto.

-¿Perdón?- la peliarcoiris arqueó una ceja. -¿Puedes ser más específica?

-Sé lo que eres, secuas del diablo. No quiero que estés cerca de mi hermana.

-¿Qué?- preguntó Dash incrédula. -Ok, siempre me pareciste una chica rara, pero esto sí que no me lo esperaba.

Mas la risa de Rainbow paró en cuanto la albina cerró su casillero con mucha fuerte, claramente en un intento de intimidación, cosa que sólo hizo enojar a la peliarcoiris.

-No estoy bromeando. No voy a dejar que metas a Pinkamena en tus rituales satánicos, abominación.

-Bueno, al principio me dio risa, pero ya me estás hartando.- respondió Rainbow haciéndole frente. -¿Y qué se supone que es toda esa mierda de "rituales satánicos"? ¿Cuándo en mi vida di a entender que fuera satánica? ¿O es que te caíste de cabeza de la cuna?

-¿Qué? ¿Acaso me vas a decir que lo que haces con otras mujeres no es obra del diablo?- inquirió Limestone haciendo que la otra alzara ambas cejas y abriera más los ojos. -¡No vas a arrastrar a lo mismo a mi hermana, demonio!

-¿Sabes qué? A la que voy a arrastrar es a ti, pero por el piso.- empezó la peliarcoiris acercándose amenazante hasta que un brazo se posó sobre sus hombros.

-Tranquilas, chicas. La violencia no resuelve las cosas.- esa era la voz de Applejack. -Limestone, escucha...

Pero cuando la rubia iba a posar su mano libre sobre el hombro de la albina, ésta se hizo para atrás rápidamente.

-¡No me toquen con sus sucias manos! ¡Me infectan!

Después de decir eso se alejó de ellas como si nada.

-¡Es una imbécil, Applejack! ¡¿Cómo esperas poder hablar con alguien así?! ¡¿Acaso escuchaste las estupideces que dijo?!- preguntó Rainbow Dash demasiado molesta.

-Y escuchate a ti misma ahora, contigo tampoco se puede hablar cuando te pones así.- respondió la rubia apartandose y cruzandose de brazos. -¿Qué ibas a hacer si yo no llegaba? ¿Ibas a golpearla? ¿Crees que eso le va a gustar a Pinkamena? ¡Piensa un poquito!

-Pero...

-¿Y qué no se suponía que ya estábamos acostumbradas a este tipo de comentarios y por eso no nos afectaban?

Rainbow bufó en respuesta, no tenía defensa posible contra las palabras de Applejack.

-Y hablando de Pinkamena...- AJ hizo una pausa ahora apoyando sus manos en la cintura. -¿Vas a seguir viéndote con esa chica?

-¿Qué?- preguntó Dash siendo tomada por sorpresa. -¡Por supuesto que sí! ¡¿Qué piensas?! ¡¿Qué le tengo miedo a las amenazas de Limestone?!

-No es eso a lo que me refiero.- negó la rubia agotada. -Vamos, Dash, tú misma deberías ser capaz de darte cuenta de a donde te estás metiendo. Los Pie no te van a dejar estar con su hija.

-No me interesa lo que piensen ellos, sino lo que ella quiere.- respondió Rainbow firme.

Y sin necesidad de más palabras, la peliarcoiris tomó sus cosas y se fue, dejando a la rubia ahí con evidente preocupación.

---

Días después...

Rainbow Dash, Rarity y Applejack se encontraban en Sugarcube Corner luego de pasar por la más joven a la salida de su colegio.

-¿Se enteraron que el próximo fin de semana se inaugurará finalmente el parque de diversiones en el pueblo?- preguntó la modista mientras tomaba un té.

-¿Después del parón que tuvieron por un año?- preguntó sorprendida AJ. -Se ve que este año retomaron con todo.

-Sí, ¿No sería romántico ir? ¿Qué dicen?

-¿Eh? ¿La invitación también es para mí?- preguntó la peliarcoiris soltando una risa. -Porque si la idea es que ustedes tengan una cita mientras que yo tengo que cuidar a sus hermanas como la última vez, paso.

Applejack sólo rió en respuesta y Rarity suspiró al ver que ninguna había entendido su indirecta.

O eso parecía, hasta que Rainbow volvió a hablar.

-Oigan, pero tal vez no sea mala idea.- empezó con una sonrisa a lo que ambas la miraban expectantes por que continuara. -Ya saben, podría invitar a Beauty, ¡Es la excusa perfecta!

-Hasta que al fin lo entendiste.- exclamó Rarity.

-¿De qué hablan? ¿Excusa para qué?- preguntó Applejack confundida.

-No puedo ser tan directa e invitarla al parque de diversiones, sería demasiado obvio que es una cita. Pero si están ustedes sería como una salida normal entre amigas.- explicó Dash.

-¿Eh? ¿Y desde cuando eres tan indirecta?- preguntó otra vez la rubia.

-Desde que me gusta una chica con una familia super religiosa.- respondió naturalmente tomando su taza de café.

-Ahhh, ya veo, quieres ir con cautela. Está bien, supongo.- asintió AJ pensativa.

-¿Y sus padres la dejarán?- preguntó ahora Rarity.

-No importa. Si no la dejan, la secuestro.- soltó riendo Dash, mas paró en cuanto vio la cara de Applejack. -Sólo era una broma.

-Igual yo les propondría esperarnos al próximo fin de semana o un poco más, seguro por la inauguración estará lleno.- dijo la rubia.

-Tienes razón, hay que organizarlo bien. Además si se entera Sweetie Belle querrá ir también.- asintió Rarity.

-Y Apple Bloom.

-Ocupense de sus hermanas luego, si las traen eso sólo arruinará la cita.- exclamó Dash sin tacto alguno.

-Eso fue muy brusco de tu parte, querida.- negó Rarity disgustada. -Pero te entiendo, niños y citas no combinan.

-Ok, entonces arreglaremos para ir con ellas dos otro día, ¿Te parece, Rarity?- le preguntó AJ, a lo que su novia asintió.

-Bien, gracias.- respondió la peliarcoiris.

---

Pinkie Pie estaba sola en su cuarto recostada sobre el piso boca arriba, balanceaba las piernas en el aire aburrida cuando escuchó una notificación de su celular.

Ella lo tomó y cuando vio el nombre en la pantalla se sentó para leer el mensaje.

Hola, Beauty.

El sábado 23 voy a ir con unas amigas al parque de diversiones. Te gustaría ir con nosotras?

Espero tu confirmación.

La pelirosa después de leer el mensaje acercó su celular a su rostro pensativa, casi rozando sus labios.

¿El parque de diversiones?

Nunca había ido a uno en toda su vida. Por supuesto que tenía ganas de ir. Los juegos, la comida deliciosa, todo parecía maravilloso.

Pero había un problema; sus padres, ellos nunca la dejarían ir.

*Aunque...*

Pinkie volvió a leer el mensaje.

*Si es un sábado tal vez...*

Salió rápidamente de su cuarto y cuando llegó a la cocina sé encontró con la mayor de sus hermana sirviéndose cereal sin azúcar con leche.

-Maud, ¿Puedo ir al parque de diversiones el sábado 23?

-Pregúntale a mamá y papá.- respondió ella seca.

-Sabes que van a decir que no.

-Entonces la respuesta es no.

-Por favor.

-No.

-Por favoooor.

-¿Por qué tanta insistencia, Pinkie Pie?- preguntó Maud tomando asiento.

-Una amiga me invitó.- empezó a explicar juntando ambas manos contra su pecho y mirando el piso. -Sabes que nunca puedo hacer amigas por culpa de Limestone. Ella es la primera en años, pero todavía no nos conocemos mucho y no quiero arriesgarme a rechazar su invitación y echarlo todo a perder. Además también me emociona la idea de ir al parque.

Cuando alzó la vista para mirar a su hermana, sólo se encontró con la misma mirada inexpresiva de siempre fija en ella.

-Bueno, si yo te llevo no creo que les moleste mucho.- asintió finalmente Maud, tomando la cuchara.

Pinkie Pie sonrió y corrió para abrazar a su hermana con efusividad.

-¡Gracias, Maud!

Luego corrió hasta su habitación, tirándose en su cama boca abajo y tomando su celular para responder.

Hola! Sí, voy a ir! :D

Después de enviar el mensaje se giró quedando boca arriba y abrazó el teléfono contra su pecho emocionada.

-¡Oh, debo agendar la fecha!- se dijo examinando su celular par buscar el calendario.

Dado que su mamá lo tenía configurado para que se limitara a usarlo para comunicarse con ellos, y todo el día lo pasaba encerrada en su casa, apenas y sabía usarlo para otra cosa.

-Creo que así está bien.- agregó cuando finalmente logró agendar la fecha.

"Sábado 23 de marzo:
Parque de diversiones con Rainbow Dash n_n"

A los pocos segundos, recibió otra respuesta.

Perfecto!
Prepárate, te voy a hacer pasar un día inolvidable ;)

E inevitablemente otra sonrisa se formó en sus labios. Pues nunca había imaginado que llegaría a tener una amiga que le dijera cosas tan lindas.

La amistad era algo muy bello.

---

Sábado 23 de marzo

Rainbow Dash, Rarity y Applejack estaban afuera del parque haciendo la fila.

-¿Y ella te dijo que se reuniría con nosotras aquí?- preguntó Applejack.

-Sí, le envié la dirección y la hora por WhatsApp.- asintió Rainbow Dash ansiosa.

-¿Pueden creer que será nuestra primera cita doble?- preguntó Rarity emocionada.

-Sí, sí puedo. Con la ropa que elegiste no me quedan dudas.- bromeó la rubia mirando a su novia. -Y se supone que tenía que ser algo sutil y casual.

-Yo nunca me vestiría casual para una cita, aunque estuviera camuflada.- respondió con seguridad la modista.

-Eviten decir esa palabra cuando llegue Beauty. No quiero que se espante.- pidió Rainbow Dash.

-Si no se espantó con una extraña que la llama de esa forma tan melosa, dudo que la palabra "cita" la espante.- se burló Applejack para la vergüenza de su amiga.

-B-Bueno, es que el apodo queda perfecto para ella. Sabes que yo cuando encuentro un sobrenombre ideal no puedo evitar usarlo hasta aburrirme.- intentó defenderse, mas el leve sonrojo que tenían sus mejillas no ayudaba mucho.

-Sí, ¿Cómo olvidarme de "Granjera"?- respondió con molestia la rubia para la gracia de las otras dos. -Al menos el apodo de Rarity no era tan malo.

-"Miss crush".- asintió la modista recordando viejos tiempos.

Ya que ella siempre fue una chica muy popular, y más en aquella época en la prepa, cuando Applejack no tenía el valor para invitarla a salir. Dash la había apodado así como una forma de molestar a su amiga, al recordarle constantemente toda la competencia que tenía.

-Oh, mira, Dash, ahí llegó tu Miss Crush.- señaló Rarity a una chica pelirosada que en ese momento bajaba de un auto y ahora estaba corriendo hacia ellas.

-¡Hola!- exclamó saltando y colgandose del cuello de Rainbow Dash.

-H-Hola.- respondió la peliarcoiris con una sonrisa, algo aturdida aún, debido a que todavía no se acostumbraba a lo impulsiva que era la pelirosa. -Ellas son mis amigas: Applejack y Rarity.- las presentó una vez la soltó.

-¡Encantada!- saludó ella feliz. -Soy Pinkamena Diane Pie, pero pueden decirme Pinkie Pie, o sólo Pinkie.

-Un gusto en conocerte, querida.- correspondió la modista.

-Encantada, Pinkie Pie.- secundó AJ.

La pelirosa entonces tomó las manos de ambas a la vez y las sacudió en un apretón efusivo.

-Wow, está llena de energía.- comentó Rarity acomodandose algunos mechones que se le habían movido.

-¿Así que ellas son tus otras chicas?- preguntó Pinkie mirando a Dash.

Las tres intercambiaron miradas confundidas.

-¿De qué está hablando?- preguntó AJ mirando a su amiga.

-Eso dijo la chica de la piscina, "tus chicas".- intentó explicar, aunque ni ella misma entendía.

-Ah, ya te dije que no le hagas caso a nada de lo que dice Fleetfoot.- negó la peliarcoiris.

-¡Oki doki loki!

-Pinkie Pie.

Las chicas se giraron confundidas al escuchar una quinta voz llamando a la rosada y entonces se encontraron con una joven adulta de cabellos lavanda y mirada inexpresiva.

-Eh... ¿Tú eres...?- empezó la rubia.

-¡Ella es mi hermana mayor Maud!- exclamó Pinkie Pie abrazando a la susodicha. -¡Ella fue quien me trajo, de otra forma no podría venir!

-Ah...- asintió Dash algo decepcionada.

-Hola, Maud- saludó la modista como si nada.

-Hola, Rarity- respondió la mayor del mismo modo.

Ahora las miradas de confusión cayeron sobre la modista.

-¿Se conocen?- preguntó AJ.

-Pues sí, les dije que conozco a toda la familia de Pinkamena.- respondió con obviedad. -Bueno, o al menos a los padres y hermanas mayores.

-Ahora hay muchas cosas que tienen sentido.- asintió Rainbow rodando los ojos.

-¡Maud, ella es la amiga de la que te hablé!- dijo Pinkie ahora abrazando a la peliarcoiris.

-Hola, soy Rainbow Dash.- se presentó extendiendo la mano incómoda, pues le veía un gran parecido a Limestone, al menos en el físico.

-Hola- respondió Maud seca sin estrechar su mano.

Silencio.

-¡Vaya, parece que por fin está avanzando la fila!- comentó en voz muy alta AJ para intentar aligerar el ambiente tenso que se había creado.

-¿Sí? Qué bueno que no tuvimos que esperar tanto.- asintió la modista.

---

En un inicio, Rainbow Dash creyó que sus planes se habían arruinado con la presencia de la hija mayor de los Pie, pues imaginaba que ya no podría tener algún momento a solas con Pinkie, ya que Maud la estaría acaparando todo el tiempo.

Pero aunque era la misma Pinkie quien invitaba a su hermana a los juegos, Maud declinaba diciendo que ella sólo la miraría sentada en una banca como hacían otros padres.

Entonces las esperanzas de tener una tarde con Pinkie sólo para ella volvieron, pero aún así las cosas no salían como ella esperaba.

Cuando sugirió entrar solas a la casa embrujada, esperando que la pelirosa se asustara y no quisiera separarse de ella, resultó que los fantasmas y otros monstruos que debían causarle miedo sólo la hacían reír.

Tampoco podía jugar a golpear una pila de botellas con pelotas o hacer estallar un globo disparandole agua en la boca a un payaso para ganarse un peluche para la pelirosa, pues todos los juegos quería probarlos ella misma, al punto que antes de darse cuenta ya había agotado todos los turnos que Rainbow pagó.

Y ni hablar de subir a una atracción de sus favoritas, pues Pinkie había comido tanto que no quería arriesgarse a provocarle vómitos.

-¿Y por qué no la llevas al túnel del amor?- había sugerido Rarity.

-Porque eso sería muy obvio. ¿Qué harán ahí? ¿Besarse?- preguntó Applejack.

-Bueno, pero nosotras sí nos subiremos, ¿No?

-Por supuesto.

Y fue así como para este punto Rainbow Dash se encontraba descansando en una banca, ya que además de estar cansada mentalmente, estaba agotada físicamente, pues la pelirosa la había estado llevando de un lado al otro durante toda la tarde.

-¿Y? ¿La estás pasando bien?- preguntó Applejack en un tono divertido mientras se sentaba a su lado.

-Me siento como una niñera.- dejó escapar un suspiro mientras echaba la cabeza hacia atrás. -Tiene demasiada energía, mucha más que yo.

-Aún es una niña.- dijo la rubia encogiendose de hombros. -¿Estás decepcionada?

-Bueno, me hubiera gustado sentirlo más como una cita, pero...

-No hablo de eso.- la interrumpió negando con la cabeza. -Hablo de si estás decepcionada de su personalidad.

Rainbow entonces se acomodó mejor en la banca para mirarla.

-Esto es algo que suele pasar cuando te atrae alguien a primera vista.- empezó a explicar la rubia. -Comienzas a hacerte una imagen de la persona, la que tú más quieres, la idealizas, pero después al conocerla más...

-No estoy decepcionada.- ahora la interrumpió Dash. -Es sólo que no me esperaba que fuera así, no imaginaba que podía existir alguien con tanta hiperactividad encima.- explicó sonriendo con los ojos cerrados.

-Bueno...- la rubia hizo una pausa mientras se cruzaba de brazos. -Supongo que al tener unos padres tan estrictos, ella ha tenido que contener mucho esa energía dentro de sí, por eso cuando la libera sale desenfrenada.

-Sí... Me alegra que se esté divirtiendo- asintió la peliarcoiris mirando como ahora Pinkie estaba comprando dulces con Rarity. -Oye, ese ya es el tercer algodón de azúcar que le compra, ¿Segura que eso es sano?

-Ahhh, creo que ya nos dimos cuenta que Rarity es débil ante Pinkie.- comentó AJ mientras veían a la modista abrazar a la pelirosa que ahora degustaba su dulce.

-Owww, eres tan adorable, quiero que seas mi segunda hermana menor.- decía Rarity mientras la seguía abrazando.

-Jajaja, y tú eres muy generosa, Rarity. Gracias por la comida, no hacía falta.- respondió Pinkie con una sonrisa.

-Sí hacía falta.- dijo mirándola seria. -Pídeme lo que quieras que yo te lo daré.

-Hmmm...- Pinkie miró en varias direcciones. -¡Oh, ya sé! ¡Quiero subirme a eso!

-¿La rueda de la fortuna?- preguntó mirando lo que señalaba la menor. -Oye, Pinkie, ¿Sabías que la rueda de la fortuna es...?- pero calló al ocurrirsele una gran idea. -Ven conmigo.

Seguido, Rarity tomó la mano de Pinkie Pie y la llevó a donde estaban charlando Applejack y Rainbow Dash.

-Applejack- la llamó haciendo que ambas la miren expectantes. -Pinkie Pie y yo queremos subirnos a la rueda de la fortuna. Rainbow Dash, ¿Por qué tú no acompañas a Pinkie?- completó con una sonrisa.

---

-¡Es tan alto!- exclamó Pinkie Pie mientras pegaba su cara al vidrio.

-Oye, no te muevas tanto, esta cosa ya se sacude bastante.- le dijo Rainbow Dash sentada a su derecha.

La pelirosa entonces se acomodó al lado de ella con una sonrisa.

-¿Qué?- preguntó la peliarcoiris con una media sonrisa al notar que la miraba fijamente.

-¡Mira!- dijo apuntando donde segundos antes estaba mirando. -¡Desde aquí se ve a Maud sentada! ¡Hola, Maud!- de nuevo pegó su cara al vidrio.

Rainbow entonces soltó un suspiro cerrando los ojos.

-¡Aaahhhhh!

-¡¿Qué?!- preguntó abriéndolos asustada.

-¡Me acabo de dar cuenta de que está atardeciendo!- dijo mirando ahora por la ventana detrás del asiento de ellas.

Rainbow Dash entonces miró en esa dirección. Podía escuchar en su cabeza ahora la voz de Rarity diciendo "Qué romántico escenario".

Se rió mirando ahora a la pelirosa, quedando hipnotizada por su cara de ilusión, su sonrisa con la boca abierta, sus ojos grandes y brillantes, la forma en que apoyaba las manos sobre el respaldo y se inclinaba hacia adelante, toda ella...

-Es tan linda.

-¿Eh?- preguntó Pinkie ahora mirándola con una sonrisa boba.

-D-Digo... La vista... Es tan linda.- se corrigió sonrojada.

-Oye...- la llamó Pinkie sonriendo de manera pícara y sentándose muy cerca de ella.

-¿Sí?- preguntó la otra nerviosa.

Pinkie Pie entonces la tomó de las mejillas y pegó sus frentes.

Y en ese momento Rainbow pudo sentir como sus mejillas hervía y su corazón casi salía de su pecho.

-Qué raro.- dijo alejándose. -Pensé que tenías fiebre ya que estás un poco roja. ¿Ves? Justo como ahora.

-¿¡Qué haces!? ¡No somos niñas para que me tomes la temperatura así!- exclamó la peliarcoiris desviando la mirada sonrojada.

-Oh, pensé que estaba bien porque éramos amigas.- comentó Pinkie insegura.

-No, hay cosas que son raras aún entre amigas.

-Ya veo, lo siento.- dijo apartandose más de ella.

-Pero igual... No me molesta si eres tú.- completó sin mirarla. -Así que tranquila.

Pinkie la miró sorprendida, no sabía porqué, pero se sentía muy feliz ahora mismo.

Y lo demostró abalanzandose sobre ella para abrazarla del cuello, quedando casi encima de ella, lo que provocó que el pulso de la peliarcoiris se acelerara nuevamente.

---

Al bajar de la rueda de la fortuna vieron a Maud acercándose a ellas.

-Pinkie, ya está anocheciendo. Deberíamos regresar a casa.

La pelirosa hizo un puchero.

-Está bien, querida, otro día podremos salir nuevamente.- la intentó animar Rarity. -Después de todo, Maud me conoce y sabe que estarás en buenas manos, ¿No?

Pinkie Pie entonces volvió a sonreír con ilusión al ver a su hermana asentir.

-Muchas gracias, Maud.- exclamó abrazandola.

Después de eso acompañaron a las Pie hasta donde estaba su auto estacionado y antes de subir, Pinkie se acercó a Dash y la abrazó otra vez.

-Gracias por invitarme. Tenías razón, sí fue un día inolvidable.- dijo mientras seguía pegada a ella.

-No tienes que agradecer, fue un placer para mí pasar este día contigo. Espero que lo repitamos.- le dijo contra su oído mientras le correspondía el abrazo.

Pinkie Pie sonrió y apretó más el abrazo.

Después de despedirse de las demás, la pelirosa entró al auto y mientras este arrancaba, alzó la mano derecha para saludar por última vez a las chicas.

Applejack entonces dio un ligero golpe a la espalda de Rainbow Dash mientras ésta veía el auto alejarse.

-Ahh, no estoy segura de qué es esto, pero quiero volver a verla.- dijo con una sonrisa.

-"Esto", querida, es amor.- respondió Rarity con una sonrisa ilusionada. - Te lo dije, ella es tu Miss Crush.

Espero les haya gustado!

Por cierto, ¿Sabían que en mi jardín empezaron a crecer rosas fucsias? Qué coincidencia, cada vez que las veo me recuerda a Beauty xd

Hasta la próxima 💖💙

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top