01. Rosa solitaria

Hola, hola, hola! XD

Aquí estoy otra vez porque quiero aclarar también que la razón por la que estoy subiendo una nueva obra cuando aún tengo otras pendientes (digo, por si acaso) es porque ya tenía planeado que Beauty iba a tener una continuación. Sólo por eso es que estoy subiendo algo nuevo, no creí justo que tuvieran que esperar más XD

Ahora sin más, les dejo las últimas aclaraciones super obvias y comenzamos con la lectura!

Todos los personajes no me pertenecen, porque si me pertenecieran estaría nadando en dinero y ropa.

Disfruten este primer cap ;)

"Rojo: Es el color del fuego, del amor, el drama, el calor, el poder, la fuerza, la emoción, la pasión, la sangre, la excitación y la lujuria. El rojo tiene significados asociados con sombras de peligro, violencia, ira, malicia y agresión. Además de estimular la pasión sexual, el rojo también estimula el apetito.

Blanco: Está considerado el más completo y puro, el color de la perfección. En psicología, inspira pureza, limpieza, inocencia y reflexión. Es también símbolo de apertura, crecimiento, imparcialidad, creatividad y paz.

Rosa: El rosa es un color que tiende a alejar las preocupaciones y que acompaña con suavidad. También son tonos asociados a la creatividad. Otras asociaciones son la coquetería, perfección, alegría, ternura, afecto, sensibilidad, dulzura, amistad, optimismo, abandono, tranquilidad, esperanza, pasión, inocencia, amor y belleza, ya que este color también representa la feminidad."

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El reloj sobre la mesita de noche marcaba las 6:45 am. En una habitación con dos camas gemelas, sólo una de ellas era ocupada aún por una adolescente pelirosa, quien se quejaba entre sueños mientras hacía muecas.

-Nena.

Otra chica de cabello corto y blanco la llamó, pero la primera no despertó.

-¡Nena!

-¡Aaahhh!- la menor entonces abrió los ojos sorprendida cuando su hermana mayor la sacudió tomándola por los hombros.

-Es tarde. Levántate y ve al baño a higienizarte. Luego ponte el uniforme y baja a desayunar.- ordenó la albina con el ceño fruncido.

Pinkie apenas se incorporó sobre su cama para no golpearse la cabeza con la madera de arriba, mientras su hermana salía del cuarto con el uniforme puesto y el cabello húmedo. Suspiró poniéndose sus pantuflas de peluche rosas para levantarse y caminar lentamente hasta la puerta.

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Minutos después la pelirosa bajaba las escaleras, vistiendo su uniforme gris del colegio, la mochila que hacía juego con el mismo y con su cabello rosa esponjoso casi completamente seco.

Al entrar a la cocina vio a toda su familia, como siempre, desayunando en absoluto silencio. Su padre en una punta de la mesa leyendo el periódico y sin mostrar emoción alguna en su rostro. Su madre sentada a su derecha con los ojos cerrados, comiendo como si no hubiese nadie más alrededor.

A la izquierda del único hombre de la casa, estaba la callada Marble que, como era habitual, mantenía la mirada hacia abajo. A su lado, se encontraba Limestone, con su típico ceño fruncido que no desaparecía ni cuando estaban comiendo. Y por último, la mayor de sus tres hermanas, Maud, quien se hacía con el otro extremo de la mesa, también con su típica cara inexpresiva de siempre.

Pinkie Pie tomó asiento en la única silla libre, entre su madre y Maud. A continuación, comenzó a comer también en silencio.

O se supone que así sería, pues ni bien tomó los cubiertos, la matriarca de la casa pareció al fin "darse cuenta" de que no era la única allí.

-Ujum.- Cloudy se aclaró la garganta mirando de reojo a su tercera hija, la cual continuó comiendo con la vista en su desayuno. -¿Cómo te está yendo en el colegio, Pinkamena?- preguntó con una voz fría mientras se acomodaba los lentes.

-¡Nena! ¿Acaso no escuchaste? ¡Responde!- ordenó Limestone mirándola con el ceño fruncido, para variar.

-Bien, todo está bien.- respondió la pelirosa mirando a su madre con una sonrisa.

La mayor no dijo nada, observándola en silencio por varios segundos. Finalmente volvió su vista al frente y luego cerró los ojos.

-Hoy quiero que lleves a tu hermana a teñirse el pelo después de clases, Limestone.- sentenció firme. -No soporto ver ese rojo tan brillante todo el tiempo. Es una vergüenza.

-Pero, mamá...- llamó Pinkie dolida. -No es rojo, es rosa. El rosa no es...

-¿"El rosa no es..." qué?- preguntó Cloudy mirándola con el ceño fruncido. -¿Qué es el rosa según tú?- la menor no respondió. -El rosa no es más que el rojo manchando la pureza del blanco. Es completamente desagradable que una hija mía tenga ese color de cabello. Pareces una de esas mujeres de vida ligera(*).

-Sólo llévala a que la tiñan, Limestone. Y dejemos el tema ahí.- interrumpió Igneous sin mirarlas, dando a entender con el tono de sus palabras que no quería escuchar más discusiones innecesarias durante el desayuno.

-De acuerdo, voy a llevarla.- asintió la aludida sin más.

-Asegúrate de que se lo tiñan del mismo color que Marble.- continuó su madre. -Así se verán al fin como gemelas y nadie en la iglesia me estará cuestionando porque una de mis hijas "se tiñe" de rosa.- siguió diciendo, dejando en evidencia cuanto le molestaba que hablaran de su familia. -No lo entiendo, ¿Qué pecado cometí para ser castigada así? A veces pienso que uno de sus secuaces(**) me cambió a mi verdadera hija cuando nació.

Cuando la señora terminó de hablar, Maud miró de reojo a la pelirosa, quien no decía nada con la mirada hacia abajo. La mayor tocó con su pie el de la menor y cuando ésta alzó la vista, con su índice hizo como si se secara una lágrima para que Pinkie hiciera lo mismo.

La rosada entendiendo el mensaje, rápidamente secó las lágrimas que se le habían escapado con sus manos de la manera más sutil que pudo.

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Cada mañana después de desayunar, Igneous Rock Pie se iba a su trabajo en auto, Cloudy Quartz se quedaba en casa para hacer las tareas del hogar y luego por la tarde darle clases privadas a Marble. Y mientras Maud, llevaba a Limestone y Pinkie al colegio, para seguido ella irse a la facultad.

Ahora se encontraban en camino. Como era de esperarse, la albina y la pelirosa viajaban juntas sentadas en los asientos traseros del auto de la mayor mientras ésta iba al volante, todo en completo silencio.

Pinkie Pie miraba aburrida por la ventana, pero entonces sintió su celular vibrar adentro de su mochila y discretamente lo sacó.

Era un nuevo mensaje de Rainbow Dash, el cual decía:

"Buenos días, Beauty! Cómo amaneciste esta mañana? Imagino que ahora estarás yendo a clases, verdad? Te gustaría que esta tarde pase por allí y vamos a la misma cafetería? Yo invito :D"

La pelirosa estaba tan distraída procesando el texto, que ni siquiera se dio cuenta de que su hermana la estaba mirando de manera analítica.

-¿Qué estás haciendo, nena?- le preguntó haciendo que la menor brinque sobre su asiento.

-¡Nada!- respondió rápidamente con una sonrisa. -Son sólo más de esas aburridas promociones, ya sabes.

La menor procedió a guardar el teléfono sin responder y minutos después el auto se detuvo enfrente del colegio para permitirles a ambas bajar.

Pinkie se despidió con un abrazo de Maud, mientras Limestone la esperaba para entrar juntas al edificio. Y como también era habitual, la albina la acompañó hasta su salón y luego de ver a la menor cruzar la puerta, siguió su camino.

Una vez desapareció de su vista, la pelirosa soltó un suspiro sentándose en su pupitre y usando sus propios brazos como almohada apoyándolos en este. Al menos ahora tendría algunas horas de tranquilidad, hasta que tocara el almuerzo y de nuevo su hermana se le pagara como lapa.

Aunque tampoco era como si disfrutara tanto la escuela, se aburría demasiado durante las clases. Aparte de que no tenía una sola amiga. Lógico, teniendo en cuenta el miedo que le generaba a todas su hermana mayor. Gracias a ella, nadie se atrevía a acercarse a la pelirosa.

Las pocas veces que alguna de sus compañeras se atrevió a hablarle, las cosas habían terminado muy mal, así que ya nadie estaba dispuesta a arriesgarse.

La sobreprotección de Limestone había llegado a tal punto que Pinkie era una adolescente completamente asocial involuntariamente. Pues no era que ella no quisiera hacer amigas, sino que no se lo permitía.

Pero la pelirosa ya estaba harta de esa vida. Ella anhelaba salir, conocer gente, probar comida deliciosa, divertirse. En sí, quería sentir la felicidad.

Por esa razón, aquella tarde días atrás, aprovechando que su hermana se estaba tardando en ir a buscarla a su salón, decidió escapar.

Ella tan sólo quería pasear por el barrio, nada más. Pero entonces una chica se le acercó, la cual no la miró con miedo ni desdén por quien era su hermana, sino que le ofreció una sonrisa amistosa.

Pinkie al principio se había asustado, pues era una completa desconocida. Mas al ver a lo lejos a su hermana enojada, por alguna razón sintió más seguridad en aquella extraña de cabellos arco iris que en su propia familiar.

*Qué raro.*- pensó. Sin embargo en ese poco tiempo que había pasado con Rainbow Dash en la cafetería, por primera vez sintió una atmósfera cálida y reconfortante.

Aunque más tarde tuvo que enfrentar los regaños de su hermana mayor por hacer algo tan irresponsable, no se arrepentía en absoluto. Es más, lo volvería a hacer.

Y es que para ella no había razón por la cual no hacerlo. Rainbow Dash parecía muy amable y, en sólo media hora, la trató mejor que cualquier otra persona en lo que llevaba de vida.

¿Por qué sería peligrosa para ella?

*Es verdad, no le he respondido.*- pensó levantando la cabeza de su mesa y buscando su celular.

Pero justo cuando estaba por escribir su respuesta, la profesora entró al salón, por lo que no le quedó de otra que guardarlo antes de que acabara siendo confiscado y ella castigada.

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Mientras, en otro colegio...

-Hoy es 8 de marzo, ¿Saben qué significa?- preguntó la profesora, a lo cual una estudiante alzó la mano y ella le hizo una seña, dándole pie para hablar.

-El día internacional de la mujer.- respondió con una sonrisa.

-¡Exacto!

A continuación, la profesora empezó a explicar el significado, mientras el salón se llenaba de debates entre los que estaban a favor de aquel día, los que creían que era insuficiente y los que lo consideraban un despropósito total.

Por su parte, había una estudiante que no prestaba ni la más mínima atención a la clase, Rainbow Dash, quien recargó su espalda sobre su silla, aburrida. Después tomó discretamente su celular para ver si tenía alguna respuesta de Beauty, pero nada.

Suspiró guardándolo otra vez.

Minutos después su celular sonó, ella lo tomó esperando que fuera finalmente la respuesta de la pelirosa, pero no era así. Se trataba de un mensaje de Applejack.

Y para colmo, esa desilusión no fue lo peor, sino que...

-Deme su teléfono ahora, srta. Dash.- ordenó la profesora, acercándose a su pupitre y extendiendo el brazo para que se lo entregase.

-Pero no estaba hablando con nadie, el mensaje me llegó de repente.- protestó la peliarcoiris.

-No me interesa. Es su último año aquí ¿Y todavía no entiende que no debe sacar el celular en horas de clases?

Viendo que no conseguiría ganar esa pelea, Rainbow le entregó el teléfono. Pero la profesora no dejó las cosas ahí.

-Oh! Y además se irá a detención.- sentenció la mayor.

-¡¿Qué?! ¡¿En serio?! ¡¿Y eso por qué?!

-Por responder.- dijo la profesora, regresando a su escritorio para dejar el celular en uno de los cajones, mientras la peliarcoiris soltaba un bufido incorporándose. -Se lo devolveré cuando termine la jornada.- le dijo la mayor antes de que saliera del salón.

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Horas más tarde...

En el estacionamiento del colegio al que asistía la peliarcoiris, se encontraba un auto con dos pasajeras adentro. Cuando Rainbow salió del edificio, enseguida lo identificó y se acercó molesta.

-¡Por culpa de ustedes me castigaron! ¡¿Por qué rayos me envían mensajes en un horario que saben que tengo clases?!- preguntó mientras abría una de las puertas traseras del auto para entrar.

-En todo caso, la culpa también es tuya por sacar el celular en clases.- respondió Applejack, quien se encontraba en el asiento de copiloto del auto de Rarity.

-¿Y esa rosa?- preguntó la modista, mirando lo que la peliarcoiris tenía entre sus manos. -¡¿Quién se te declaró?!- volvió a preguntar, emocionada.

-¡¿Qué?! ¡Nadie!- respondió con vergüenza. -Si lo dices por esto...- continuó alzando la rosa. -Las estaban repartiendo en los pasillos del colegio a todas las chicas.

-¡Ah, por supuesto! ¡Es el día de la mujer!- exclamó Rarity con una sonrisa mientras manejaba.

-¿Y la aceptaste? Qué raro. Pensaba que no te gustaban esas cosas, ya sabes, "cursis".- le comentó la rubia mirando a la peliarcoiris. -¿O es que ahora que te gusta alguien te has vuelto más sentimental?

-Cállate.- soltó Dash. -La verdad es que...

Dejó de hablar mirando la rosa fucsia.

-Jujuju.- empezó Rarity.

-¿De qué te ríes?- le preguntó la rubia.

-De nada.- respondió, mas después agregó. -Es que... ¿No les parece que esa rosa se parece a Beauty?

-Sí, ahora que lo dices...- AJ volteó otra vez para mirar a la peliarcoiris. -¿Acaso elegiste a propósito esa rosa por ella o no había de otro color?

Rainbow no respondió mirando por la ventana, dándoles con ello la respuesta.

*Flashback

Tras salir del salón de detención, Rainbow se disponía a ir a la cafetería ya que su estómago estaba completamente vacío, cuando en el camino tres chicas se dirigieron a ella, sorprendiéndola por su entusiasmo.

-¡Feliz día de la mujer!- le dijeron las tres a la vez extendiéndole una rosa de diferente color cada una.

-Adelante, toma la que más te guste.- le animó la primera.

-No, gracias.- se negó ella incómoda.

-¿Por qué? ¿No te gustan las rosas?- preguntó la segunda triste.

-No es que no me gusten, pero...

-Si no te gustan, también puedes regalársela a alguien más. Cada rosa tiene un significado diferente, pero igual de mágico.- completó la tercera.

Rainbow no respondió esta vez.

-Así es. La rosa roja significa: Amor, pasión, atracción y seducción. Además, las rosas rojas pueden simbolizar admiración, belleza y el cariño que siente una amistad por otra.- dijo la pelirroja, quien le extendía dicha flor igual a otra que tenía como accesorio en su cabello.

-La rosa blanca significa: Pureza, amistad y confianza. Regalar rosas blancas es un acto de pureza, transparencia y acompañamiento. Así que en caso de que estés pensando en mostrarle a alguien que estás a su lado o que tus sentimientos son totalmente puros y transparentes hacia esa persona, sería un gran acierto regalarle esta rosa o cualquier flor blanca.- continuó la de cabello rubio extendiéndole también la que traía en su mano.

-Y la rosa fucsia significa: Amor desinteresado, ternura y femineidad. Regalando rosas de color fucsia, expresamos sentimientos de ternura, cariño, generosidad, admiración, respeto, protección y positividad. Además, el rosa es una fusión del rojo y el blanco, así que es como tener las tres en una.- remató la de cabello verde limón, con una sonrisa triunfante, mientras las otras dos la miraban haciendo mohín con sus bocas.

Rainbow Dash apenas había prestado atención a todo lo que decían, pues en el momento en que le extendieron las rosas, no pudo evitar comparar la tercera con el cabello de Beauty, por lo que sin pensar, tomó la rosa fucsia casi hipnotizada.

Mientras, las dos primeras chicas se desmayaron al no ser sus flores las elegidas.

Fin flashback*

-¿Entonces vas a regalársela?- le preguntó Rarity con una sonrisa, mirando a la menor por el espejo retrovisor.

-¿¡Eh!?- soltó la peliarcoiris saliendo de su burbuja.

-Hablo de la rosa. ¿Vas a regalársela a Pinkamena?- repitió la modista.

Rainbow volvió a mirar la flor sonrojándose.

-Jejeje, mira como se pone.- soltó Applejack divertida.

-¿¡Para qué vinieron a buscarme!? Hoy no puedo ir con ustedes, tengo un compromiso.- dijo la menor avergonzada.

-Lo sabía. Pero te aconsejo que no acoses tanto a esa pobre chica o la vas a asustar.- la regañó la rubia poniéndose más seria.

-¡No la estoy acosando!- se defendió la peliarcoiris más sonrojada. -Sólo quiero saber cómo está. No me responde los mensajes. Tal vez Limestone le quitó el celular.

-¿No crees que estás exagerando?

-De hecho, nuestra idea desde el principio era pasar por su colegio.- respondió Rarity. -Así que no te preocupes, podrás darle la rosa.

Rainbow Dash miró otra vez por la ventana para no verles las caras a sus amigas de la vergüenza, ya que estaban haciendo suposiciones que no era. 

-Pero date prisa, ya debe estar por salir.- respondió sin más.

¿A quién engañaba? Sí eran.

-Tranquilízate, querida, aún tenemos tiempo.- dijo la modista muy confiada mientras conducía.

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Minutos después, el auto de Rarity estaba estacionado enfrente del colegio para chicas de girlville.

-¿Qué? ¿"Escuela secundaria y preparatoria"?- preguntó Applejack, leyendo la placa que estaba en letras grandes arriba de la entrada principal.

-Así es, es un colegio privado de prestigio para secundaria y preparatoria sólo para chicas.- asintió Rarity. -El año pasado mi hermana fue aceptada para empezar 1ro de secundaria. Hoy me tocaba pasar por ella, por eso se me ocurrió buscar a Dash primero. Imaginé que querría ver a Pinkamena.

-Y es la primera vez que escucho eso.- comentó AJ.- Eso explica porqué fue tan fácil para ti averiguar donde estudiaba Pinkamena.

-Sí. De hecho, ya conocía un poco a su familia por esta razón. Su madre es amiga de la directora y nos hemos cruzado un par de veces.

Rarity entonces se dio la vuelta para mirar a Dash, pero ya no estaba. Al darse cuenta ambas miraron el edificio y pudieron distinguir a la peliarcoiris acercándose a la puerta principal.

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Mientras, dentro del edificio...

Pinkie aguardaba en el salón a su hermana mayor, pero de nuevo se estaba demorando demasiado. Así que ansiosa, decidió salir y esperarla afuera. Tal vez había optado por encontrarse con ella ahí directamente para asegurarse de que no intentara huir otra vez.

Conociendo a Limestone, era capaz de eso y mucho más.

Al llegar a la salida, la pelirosa buscó con la mirada a la albina, mas no estaba por ningún lado.

Pinkie estaba confundida, pero enseguida se le olvidó cuando escuchó a alguien llamándola a su derecha. Sus ojos celestes entonces se encontraron con unos cerezas y antes de decir algo más, la pelirosa corrió hacia ella para abrazarla del cuello.

-¿Estás bien? ¿Tu hermana te hizo algo?- preguntó la peliarcoiris preocupada por esa acción tan inesperada para ella.

-No, es sólo que estoy contenta de verte.- admitió la menor escondiendo su rostro aún sin soltarla.

El corazón de Dash dio un brinco y le correspondió el abrazo con más fuerza, pero teniendo cuidado de no aplastar la rosa.

Cuando se separaron, la pelirosa miró la flor confundida.

-¿Y eso?- preguntó con un brillo en los ojos.

-Ah, esto...- empezó la mayor nerviosa. -Me la dieron hoy, pero... Ah, no sé... No soy muy de... Digo, se parece a tu cabello y...- se maldijo por ponerse tan nerviosa, pues parecía una idiota hablando así. -En fin, ¿La quieres?

-¡Sí, es muy linda!- exclamó la rosada feliz aceptando la rosa.

*Es obvio que sí.*- pensó la peliarcoiris.

-¡Gracias!- chilló la menor abrazándola otra vez.

Pero justo en ese momento, fue cuando alguien llegó para interrumpirlas.

-¡Nena!

Pinkie Pie se alejó al escuchar esa otra voz y escondió la rosa tras su espalda, luego ambas miraron a Limestone, quien se acercaba con el ceño fruncido.

-¡¿Se puede saber qué estás haciendo con esa extraña?!- preguntó molesta la albina.

-No... Es que...- empezó Pinkie titubeando.

-Hola, Limestone- saludó Rainbow Dash con una sonrisa falsa. Esto se debía a que jamás le había caído bien la albina. Y ahora menos al ver como trataba a su hermana menor.

-¿Eh?- preguntó Pinkie mirando confundida a la peliarcoiris y luego a su hermana. -¿Ustedes se conocen?

Limestone no respondió manteniendo el mismo ceño fruncido.

-Por supuesto. Ella y yo vamos al mismo club deportivo. Aunque yo hago natación, igual es inevitable cruzarnos por ahí.- admitió la peliarcoiris con la misma sonrisa sosteniéndole la mirada a la albina.

-Tú sabías que Pinkamena era mi hermana cuando te la llevaste el otro día, ¿No es así?- preguntó Limestone con el ceño más fruncido si era posible, ganándose otra mirada desconcertada de parte de la menor. -Vayámonos a casa. No estoy de humor para ir a una maldita peluquería llena de personas. Ya le diré algo a ma por no haberte llevado hoy.- ordenó empezando a caminar segura de que la pelirosa la seguía.

Después de dar unos pasos, Pinkie Pie se dio la vuelta para mirar a Dash, quien le sonrió y le hizo un gesto de que le enviaría un mensaje más tarde, a lo que ella le correspondió la sonrisa, asintiendo con la cabeza para después alcanzar a la albina.

Cuando las perdió de vista, Rainbow Dash soltó un bufido y caminó hacia el auto de Rarity. Sweetie Belle ya estaba con ambas, sentada en uno de los asientos traseros cuando la peliarcoiris se subió, por lo que la modista no tardó en hacerlo arrancar.

-Eso fue todo un espectáculo.- Applejack fue quien rompió el silencio. -Espero que esa chica esté bien. Limestone se veía muy molesta.

-¡Gracias por hacer que me preocupe más!- respondió la peliarcoiris con sarcasmo.

-Lo siento.- dijo la rubia.

-Bueno, ya que estamos, ¿Quieren ir a algún lado?- preguntó Rarity intentando cambiar el tema ya que, conociendo a la peliarcoiris, si seguían hablando de lo que acababan de ver, sería capaz de bajarse y pelearse con la albina.

-Vamos a la cafetería de Sugarcube Corner.- respondió Sweetie Belle animada, sin notar la leve tensión en el auto.

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Mientras tanto...

-¿Por qué no me dijiste que la conocías? Me diste un sermón de que no debía salir con extraños, pero nunca dijiste que Rainbow Dash va al club de papá.- decía Pinkie yendo tras su hermana.

-Da igual, no quita que sea una extraña para ti. Aún si yo la conozco, tú no. Y a pesar de eso te fuiste con ella.- respondió Limestone mirándola con el ceño fruncido.

-Pero...- la pelirosa dudó en hablar, mas luego dijo un poco molesta. -Me lo pudiste haber dicho en lugar de seguir torturándome la cabeza durante días. Si tú la conoces significa que no es peligrosa, ¿Por qué me hiciste creer que sí?

-¡Porque lo es!- sentenció caminando más rápido. -¡¿Qué piensas que va a hacer contigo si le permites acercarse más a ti?!

-No entiendo.

-¡Y mejor que no lo hagas!- la albina se dio la vuelta por completo para quedar de frente a su hermana. -No quiero que vuelvas a hablar con ella, ¿Me entendiste? Esa chica es peligrosa. Es más que eso, es una pecadora enviada del mismísimo infierno.

La menor abrió los ojos sorprendida y Limestone volvió a caminar tomándola de la muñeca.

-Hay muchos demonios como ella que parecen personas normales, pero no te dejes engañar, sólo quieren acercarse a ti e incitarte a pecar. Pero no los voy a dejar. Soy tu hermana mayor y te tengo que cuidar. ¡Por eso no me contradigas más y obedece!

Después de eso, se dio por finalizada la discusión y ninguna dijo una palabra más durante el camino a la casa. 

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Horas más tarde...

Pinkie Pie salía del baño en pijama y al entrar a su habitación sólo vio a su hermana menor durmiendo tranquilamente.

Ella entonces se sentó en el piso junto a su propia cama y sacó la rosa de su cabello.

-Hmm, es sólo una rosa fucsia, que a su vez es un rosa más oscuro.- decía con una sonrisa admirando la flor. -Yo pensaba que las vendían por ramo. Y tampoco sabía que existían las de este color.

Ya que las rosas más conocidas eran las rojas, su madre decía que era una planta del infierno. 

Todavía recordaba en el velorio de su abuela, cuando ella tenía 7 años, una tía trajo un ramo de rosas. La pelirosa había quedado fascinada por ese color brillante y quiso tocar las flores, pero Cloudy Quartz le pegó en la mano y luego procedió a tirar el ramo al piso y pisarlo.

-Bueno, quizá este no sea un ramo, pero no importa, me gusta más así. Es una rosa solitaria, siento que me representa.

Luego tomó el tallo con ambas manos y la acercó a su mejilla izquierda, sintiendo el suave roce de los pétalos contra su piel.

-Gracias, Rainbow Dash.- susurró.

Después tomó su agenda y metió la rosa entre las hojas para que nadie pudiera encontrarla. Y de ese modo, poder preservarla.

*Aclas

(*)Mujer de vida ligera: Mujer que ejerce la prostitución.

(**)Sus secuaces: Se refiere a "demonios", o sea, gente satánica o aliados(no humanos) del señor de las tinieblas.

Para dejarlo más claro aún, la vieja insinuó que Pinkie fue traída del infierno y que un secuaz del diablo se robó a su verdadera hija, dejandole a Pinkie en su lugar. (Sí, ya sé, HORRIBLE)

*Fin aclas.

Espero les haya gustado este primer cap ^^

Por cierto, que no se note alrededor de qué fecha me inspiré más o menos para escribir este primer cap XD (?????)

Por eso, hasta que pudiera terminar con ESDF y subir algo nuevo, iban a pasar mil años. Y ya que les prometí hace mucho la continuación de "Beauty", era una maldad hacerlos esperar más.

Ok, entonces... Hasta el siguiente capítulo! n.n

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