Capitulo 16
Silenciosas lágrimas cayeron directamente en la madera del escritorio de Kim Seokjin, evaporándose casi al punto de desaparecer, mientras Taehyung firmaba el acta de matrimonio que Bogum había presentado frente a sus ojos, en cuanto su propuesta fue aceptada.
No podía creerlo, ¿Cómo había llegado hasta ese punto?
Una mano de Bogum se colocó con delicadeza sobre su mejilla y sacó, en total descaro, la gotita que en ese momento empapaba el pómulo del menor.
—Taehyung, es muy conmovedor que llores en nuestra boda —soltó sínicamente y el comentario no hizo más que el mencionado levantara su vista hasta encontrar la contraria, completamente molesto por lo que había escuchado.
—No digas tonterías —le dijo, queriendo echar humo al notar la radiante sonrisa que había en los otros labios—. Ya está —indicó, arrojándole el pergamino firmado—. Ahora, si de verdad me quieres, cumple con tu parte del trato. Detén todo esto, dejen tranquilo a mi hermano y paren la búsqueda de Jungkook —la seriedad y exigencia que había en su rostro bonito, fue algo que Bogum no pudo soportar.
—¿Quererte? —preguntó, mofándose con descuido al guardar el papel, de nuevo, bajo su camisa roja—, No juegues, Taehyung... ¿Quererte? —volvió a enfatizar—, Lo único que quiero de ti es que pagues todo el dinero que tu padre le debe a mi familia.
—¿Qué? —inquirió el menor, sin saber si había escuchado bien; más su pecho se empezó a retraer, causándole un gran dolor, del que ya ni siquiera sabía su principal causa.
—Tu padre no huyó para no criarte, tonto. Tu padre se fue porque dejó en la ruina a su mejor amigo, mi padre —y ahí fue cuando una gran verdad fue soltada en el aire, sin siquiera reparar en el daño que haría a los ojos ajenos—. Los Park éramos respetados, los Park lo teníamos todo... hasta que los tuyos te engendraron. Mi padre gastó toda su fortuna en el embarazo de alto riesgo de tu madre por petición del señor Kim, más éste se fue corriendo cuando se vio obligado a pagarle. Miserable, poco hombre.
—Cállate, Bogum —y aquella exigencia pareció como si el castaño estuviera defendiendo a su padre, más no era el caso porque, para ser honesto, en su cuerpo y corazón, no existía ni el mínimo atisbo de cariño hacia su progenitor. Simplemente, Taehyung, no quería saber de él—. No tienes qué delirar.
—¿Crees que estoy delirando? —preguntó, encabritándose a la brevedad—, Aquí el único loco que existe está encerrado en el carruaje del manicomio.
—¡Basta!
—¡Te odio, Kim Taehyung! —exclamó Bogum sin más, rodeando la mesa hasta quedar frente al lindo jovencito rizado—, ¡A ti, a tu estúpido padre y a toda tu gente!
—¡¿Entonces, por qué demonios nos has encadenado?!
—¡Porque es el único método que existe para justificar lo que haré!
—¡¿Y qué jodidos harás?! —se animó a preguntar. Para ser honesto, en el fondo estaba asustado, pero no era momento de flaquear, no se quedaría callado ante nadie—, ¡Yo no tengo nada!, ¡Yo jamás podré regresarte tu tan anhelada fortuna!
—¡Oh, claro que sí! —exclamó el pelinegro y, acercándose más, tomó a Taehyung por la cintura, rodeándolo bruscamente con su brazo de cazador y haciéndolo chocar con su fuerte pecho—. Tú, mi precioso esposo, serás mi fuente de ingresos principal —explicó, lamiéndose los labios y aprisionando el mentón de Taehyung entre sus dedos, para que el jovencito no se perdiera de su perversa expresión triunfante—. Ya me imagino lo bueno que se pondrá, ¿No lo crees?, Hombres de toda clase harán fila para hacerte gemir en la cama, porque, ¿Quién no pagaría por fornicar con un doncel?
—¡¿Eso era todo?! —Taehyung no se privó de exclamar. La rabia que sentía en ese momento había llegado a limites indiscutibles, causándole querer destruir a su opresor—, ¡¿Esa estúpida, maldita y pobre idea era tu plan desde el inicio?!
—¿Pensabas que era otra cosa, cielo?
—¡Púdrete, Park Bogum! —soltó, lleno de un enojo feroz y enrojecido, a la par que intentaba zafarse del agarre en el que estaba—. Aquí el único loco, miserable y poco hombre que existe eres tú.
Sin embargo, solo se alteró más cuando la fuerte mano de Bogum llegó para apretar sus mejillas coloradas entre sus rasposos dedos—. Cuidado con lo que dices, Kim Taehyung, no vaya a ser que te arrepientas.
—¿Es una amenaza? —retó.
El coraje que le salía por todos los poros de su cuerpo era inmenso y no sabía si eso le beneficiaria realmente. No obstante, lo único que quería era romperle la cara al imbécil que lo lastimaba al sostenerlo.
—Todo lo que he hecho hoy ha sido una amenaza, dulce terroncito —soltó, chillando su voz y a Taehyung le pareció más que asqueroso, por ello, lo aventó como pudo, haciendo que lo soltara ante un leve tambaleó.
—¡Idiota!
—¡Basta de tus absurdos intentos de insulto!, Mejor dime, ¿Crees que esa abominable bestia de la que has hablado me entregue su palacio si lo dejo ser el primero en profanar tu agujero, o es más conveniente reservarle el segundo puesto en la fila? —preguntó, riendo lascivo, mientras veía como Kim Taehyung pasaba de estar completamente rojo de la ira, a perder todos los colores del cuerpo—. No, es mejor que yo pruebe mi producto primero —soltó, desabotonándose el pantalón y acorralando, contra la pared, a un menor que estaba a punto de desmayarse—. Venga, veamos qué tan agudo puede llegar a gemir un doncel.
—No —negó Taehyung, deteniendo las manos de Bogum, esas que ya iban dispuestas a despojarlo de su prenda inferior—. No, detente —balbuceó. Los nervios y el miedo lo traicionaron enseguida—. No lo hagas.
—¡Ay, por favor, Taehyung! —profirió el otro, tomando, violentamente, las manos delgadas del castaño con una mano y metiendo la otra entre su ropa—. No me vas a decir que prefieres que esa horrible bestia lo haga primero que yo, ¿Verdad?... Te juro que tengo buen tamaño, no te decepcionaré. Seguro que ese monstruo sí lo hará.
—¡Él no es un monstruo, Bogum, tú sí!
—¡¿Cómo te atreves, niño insolente!
—¡Bogum! —pero Wooshik irrumpió en la cabaña justo cuando Bogum estaba por golpear la mejilla de Taehyung, quién solo había cerrado los ojos al esperar sentir el golpe en su rostro—. ¡El castillo es real! —le anunció y el mencionado se giró hasta observar a su amigo en el marco de la puerta—. ¡Tienes que venir!, ¡Nadie más que nuestro héroe es capaz de enfrentar a la bestia!
—No puede ser que me vengas ahora con eso, Wooshik, estaba a punto de darle una lección a mi marido.
—Se la darás después, lo importante es salvar a nuestro pueblo, ¡Anda!
—Bien, bien —dijo y, sin tener otra opción, dejó libre al castaño—. Encierra a Taehyung, tiene que estar aquí para cuando yo regrese.
—Cuenta con ello, amigo —y dicho eso, ambos salieron de la cabaña, cerrando la puerta con fuerza y atrancándola, haciendo que el menor corriera hacia ella a la brevedad—. No te preocupes, yo me encargo de mantenerlo dentro —y en ese momento, Bogum se fue, montando el caballo que le había proporcionado su buen amigo y dejándolo ahí, mirando solo su retirada—. Oh, ¿Pero qué es esto? —se escuchó al ajeno decir por fuera, mientras Taehyung comenzaba a forcejear la entrada. Tenía que ir con Jungkook, tenía que advertirle y sacarlo del castillo antes de que fuera demasiado tarde—... Uff, ¿Pero cómo puedo ser tan idiota?, he perdido la llave —tras decir eso, por la rendija de abajo de la puerta, la llave de la misma fue deslizada con cuidado—. Bogum va a matarme.
—¿Wooshik? —preguntó Taehyung, deteniendo todo intento absurdo de abrir la puerta y absteniéndose de tomar su propia llave.
—Lo siento, Taehyung, no puedo escucharte, he perdido la llave de tu casa y ahora debo internarme en el bosque para que puedas escapar y yo no esté para detenerte.
—Pero, Wooshik, ¿Qué?
—¡Ya me fui! —de pronto, en el lugar reinó el silencio.
Taehyung no lo pudo creer y, aunque desconocía las intenciones del ajeno, no hizo más que obedecerlo y abrir el cerrojo para, después, forcejear debidamente con la puerta y poder salir a la fría noche. Solo entonces sonrió, agradeciendo con profunda sinceridad a Wooshik, entretanto buscaba a Mang con la mirada.
Pero sus ojos dieron primero con el carruaje del manicomio, donde habían puesto preso a su hermano.
—¡Seokjin! —exclamó impresionado.
Jamás imaginó que hasta el personal del manicomio sería capaz de dejar su trabajo y, simplemente, acudir al palacio por órdenes de un muchacho inmaduro; pero realmente lo agradeció, así que solo corrió al artefacto, escuchando como iniciaba el movimiento dentro de él.
—¡Taehyung! —contestó su mayor y fue entonces que lo pudo ver a través de las rendijas de la pequeña ventana de metal.
—¿Cómo estás?, ¿Te lastimaron?
—Estoy bien, no te preocupes por mí. Jungkook está en grave peligro, Bogum no se va a detener hasta ver que el reino caiga frente a sus ojos —advirtió, tomándose de los barrotes.
—Dios mío, Seokjin, ¿Qué es lo que he hecho? —no podía estar más arrepentido de haberle mostrado al mundo aquel magnífico ser—, Si Jungkook fallece yo... yo...
—Lo sé —soltó Seokjin, yendo a acariciar una mejilla de su hermano, aún a través del limitado espacio entre las rendijas—. Tienes que ir por él, Taehyung.
—Primero te sacaré de ahí.
—¡No hay tiempo!
—¡No voy a dejarte!, ¡Cuando vuelvan, ellos te llevarán!, ¡Tienes que venir conmigo!
—¡No, niño tonto!, ¡Ve a con Jungkook!
—¡Taehyung! —más la voz de Kim Namjoon hizo arribo en la escena, trayendo a un hombre que, sin aliento, se aferró rápidamente al candado de la cerradura del carruaje, esperando poder encontrar algo con qué abrirlo—. Obedece a tu hermano y ve a por Jungkook —dijo, mirando para todos lados en busca de alguna herramienta que le sirviera.
—¿De verdad? —preguntó el pequeño, viendo como el dueño de la librería tomaba una piedra afilada, con la que intentaría derribar la cadena.
—Sí, no te preocupes, yo cuidaré de Seokjin. Anda.
—¡Gracias, señor Kim! —dijo, dejando un abrazo rápido en el azabache que ya se hallaba forcejeando con el hierro y corrió llamando a Mang—, ¡Volveré en cuanto pueda! —informó, montando al fiel corcel que apareció de entre los arbustos.
—¡Sí, solo cuídate mucho! —contestó Seokjin, aferrándose a las rejas de la ventana, viendo como su hermano menor, la razón de su respirar, se alejaba galopando, justo como había llegado. Y se le rompió el corazón. Otra vez lo estaba dejando ir ante un destino incierto; sin embargo, no había tiempo para echarse a llorar, Namjoon estaba intentando, con todas sus fuerzas, poder sacarlo—. Namjoonnie, déjalo —le pidió, cuando un grito de dolor salió del hombre que acababa de herirse una mano, al maniobrar con la afilada piedra.
—¿Cómo puedes pedirme eso? —preguntó, viendo la sangre emerger de su palma, pero siguiendo con sus intentos de romper las cadenas—. ¿Cómo siquiera puedes creer que lo haré? —experimentó como el poco aire acumulado en sus pulmones dejaba su cuerpo por el esfuerzo, más tuvo que mantenerse fuerte.
—Es que... te has herido, mejor detente.
—Ni en un millón de años, Seokjinnie. Jamás dejaré de intentar salvarte —declaró y, de pronto, en uno de esos intentos ruidosos y violentos, la cadena se rompió frente a sus ojos, haciéndolo echar un grito de victoria y abrir las puertas para tomar al hombre, quien usaba un curioso pijama rosado, entre sus brazos—. Dios mío, Seokjin —balbuceó, acariciando la nunca del mencionado que escondió su rostro en su pecho—. No sabes lo mucho que me asusté cuando, al despertar por una pesadilla, no te encontré en ningún lado.
—Namjoon, ¿Dónde has estado? —le preguntó, regresando el abrazo con fuerza.
—Más allá de las montañas. Me perdí en el bosque y no encontraba el camino de regreso.
—Lo siento tanto —dijo, aferrándose al cuello de la camisa del ajeno—, si no te hubiera metido en todo esto...
—No importa. Lo verdaderamente valioso es que ya vimos que Taehyung está bien —dijo con honestidad, más fue entonces que reaccionó—. Por cierto, ¿A dónde lo has mandado?, ¿Quién es ese tal Jungkook?
—La bestia —informó, levantando su rostro y topándose con la expresión asombrada del otro.
—¡¿La bestia?! —preguntó, con los ojos muy abiertos—. ¡¿Y por qué va nuevamente a con la bestia?!
—Porque se ha enamorado, Namjoon.
—¡¿De la bestia?! —volvió a cuestionar y Seokjin rio levemente—. ¿Y no pudo haberse enamorado de alguien menos peludo?
—Namjoon —se quejó, dándole un golpecito en el pecho—. Tú, más que nadie en el mundo, sabes que muy difícilmente se puede elegir a quien amar, ¿No es así? —le preguntó y los ojos negros del acusado no hicieron más que perderse en el precioso rostro de Kim Seokjin, quién, en su opinión, por más que estuviera enfermo y pálido, no perdía ni una pizca de su característica belleza inhumana.
—Es así —balbuceó, muy fuera de su propia mente, sin poder entender cómo, de un momento a otro, el chico que estaba entre sus brazos tenía la inmensa capacidad de hipnotizar por completo sus sentidos—. Seokjin... yo...
Sin embargo, no tuvo oportunidad de completar su oración: sus delgados labios fueron tomados por la persona que también se había sumergido en su mundo y ahora mismo lo besaba con necesidad.
Y era así, Seokjin estaba aferrado a sus mejillas, mientras anclaba, una y otra vez, sus belfos rosados y pomposos con los del contrario.
Era un hecho, acaba de aceptar que lo amaba también.
¿Y cómo no hacerlo?, si las preciosas emociones que una vez vivieron en su pecho ahí estaban de nuevo, revoloteando desesperadas en el mismo sitio donde habían nacido.
Pero se asustó al sentir que sus manos se empapaban. Entonces, se alejó con cuidado y sonrió al ver que Namjoon lloraba en silencio, desahogando el mar tormentoso con el que se había ahogado su corazón cuando, años atrás, Seokjin decidió irse de su vida.
—Te amo también, Namjoon —al admitirlo, le limpió las lágrimas con la manga de su suave pijama, en un acto puro de simple amor verdadero—... y esta vez, a diferencia de cuando era un tonto adolescente, voy a quedarme... si me aceptas.
No obstante, no pudo siquiera pensar en las consecuencias de sus actos, pues Namjoon, al haber escuchado su anhelada confesión, volvió a tomar sus labios con mucho cariño, estableciendo una respuesta que hizo sonreír a ambos y que, realmente, les brindó sincera paz.
Ahora y por fin estaban juntos, para el resto de sus existencias.
Por mi osito de peluche, que no iba a hacer que violaran a Taehyung... lo juro.
Actualicé bien fast, ¿Verdad?, reorgullosa que estoy de mí xD.
Ojalá que la historia te esté gustando. Ya casi se acaba... Amén.
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