Capítulo 15

—¿Qué hizo qué? —la mirada de Hoseok resplandeció perpleja en los ojos tristes de Yoongi, mismos que no hicieron más que perderse en la refinada alfombra por unos instantes.

—¿Él se fue? —inquirió Jimin y gran parte de su cera comenzó a derretirse. Odiaba cuando sus nervios le traicionaban hasta el punto del estremecimiento; sin embargo, no había forma de evitar el desdichado suceso: su amo, acababa de liberar a la única esperanza de poder prevalecer en vida—... Pero... estaba tan cerca.

—Después de tanto tiempo, al fin ha sentido el amor —fue lo que pudo decir Hoseok al experimentar su corazón contraerse por la pena y desilusión.

—¡Eso es! —soltó, Yoongi, tratando de animar a sus amigos. Le partía el alma verlos así—, ¡Eso romperá el hechizo!

—No es suficiente —explicó la tetera, parando todo intento por renovar la esperanza enfermiza que, al final, los conduciría hasta su trágico destino—, el joven Kim también lo tiene que amar.

━━━━━━ ◦ 🥀 ◦ ━━━━━━

Galopar por el bosque fue sencillo al llevar el espejo de Jungkook con él, incluso, encontrar a su hermano fue pan comido a la par. En menos del tiempo esperado, Taehyung hizo que Mang se detuviera cerca de unas calles aledañas a la entrada del pueblo, justo donde Seokjin se encontraba desparramado bajo la noche y, ahora, en estado inconsciente.

Instantáneamente, quiso llorar, más tuvo que ser fuerte y, con ayuda de Mang, logró subir el cuerpo de su hermano al mismo corcel, yendo directo a su cabaña en cuestión de minutos, no queriendo perder ni un segundo en el trayecto.

Tonto Seokjin, si tan solo no fuera un testarudo, si tan solo hubiera hecho cosas solo por su bien.

Sin embargo, reclamar no era una opción en ese momento; a Taehyung, lo único que le importaba era el estado anímico del mayor.

Subir las escaleras de la cabaña nunca había sido tan complicado: su hermano, aun siendo muy delgado, era más pesado de lo que parecía; no obstante, con todas las fuerzas que no sabía de dónde estaba tomando, lo acomodó sobre su cama y, de inmediato, comenzó a quitarle la fría ropa que usaba hasta ponerle uno de sus pijamas comunes y acostarlo entre las sábanas.

Pronto templó agua y volvió a la habitación, observando que Seokjin ya mostraba un mejor semblante y semejaba estar en condiciones más convenientes. Así que, un poco más tranquilo, le colocó un trapo empapado en la frente y se limitó a tomar su mano, esperando que esas ligeras respiraciones, en el hombre, se normalizaran cuanto antes.

Minutos más tarde, Kim Seokjin despertó, parpadeando sutilmente hasta poder adaptarse a la luz amarillenta de su dormitorio. En seguida, el corazón se le subió hasta el pecho, al mirar a la preciosa persona que tenía de frente y, simplemente, de golpe se sentó, comenzando a llorar mientras tomaba a Taehyung entre sus brazos.

—Taehyung —sollozaba, repitiendo el nombre de su hermano incesantemente, haciendo al menor doler el alma.

—Estoy bien, Seokjin. Estoy en casa.

—Tonto, estaba muy preocupado. Pensé que no te volvería a ver y me estaba muriendo por dentro.

—También yo, te he extrañado muchísimo.

—Taehyungie —soltó, solo aferrándose más y besando la coronilla del mencionado, cubierta por ricitos castaños, cuantas veces le dio la gana—. ¿Cómo escapaste? —de pronto, inquirió, alejándose para poder ver el bonito rostro del niño, apenas fijándose en su elegante traje amarillo.

—No escapé, Seokjin.

—Pero, ¿Y la bestia?

—Él me liberó —aclaró y los ojos de Seokjin se abrieron en grande, no pudiendo creer lo que había escuchado—. Oye, sé que es difícil de creer, pero Jungkook no es lo que parece.

—¿Jungkook?

—Ese es su nombre —explicó.

—¿Y no te hizo daño?

—No, en ningún momento. Él es el ser más considerado y generoso que he conocido, es alguien benévolo y lleno de dulzura.

—No digas tonterías —Seokjin terminó por mofarse—. Me amenazó de muerte.

—A mí también. Sin embargo, al día siguiente ya tenía lista una habitación para mí y me brindó toda la ayuda necesaria, aunque al principio discutimos un poco. Es alguien maravilloso, de verdad.

—¿Es alguien?... ¿Qué clase de alguien?

—Bueno, hay demasiado trasfondo al respecto, pero, en resumen, se trata de un humano encerrado en el cuerpo de una bestia debido a una maldición impuesta en su reino —describió, demasiado serio para que Seokjin pudiera burlarse. ¿Magia?, sí, claro—. No preguntes más, aquí lo que importa es saber cómo estás.

—Estoy... Estoy bien.

—Seokjin, te encontré inconsciente en las calles del pueblo, no vas a engañarme con eso —delimitó y Seokjin solo se encogió de hombros. Odiaba cuando Taehyung parecía estarlo regañando, actuando como si fuera mayor a él—... ¿Por qué estabas fuera de casa a estas horas?, Es más de la media noche.

—Bueno... es que yo —dudó un poco—... Fui a buscarte en cuanto pude salir del encierro en el que me dejaste, pero me perdí en el bosque y cayó el invierno. Sufrí de hipotermia y Namjoon me encontró y me cuidó por más tiempo del que me gustaría admitir. Desde entonces, él ha estado buscándote mientras me recupero por completo, pero tiene más de tres días que no regresa a casa y sentí la necesidad de salir a buscarlo. Sin embargo, comencé a sentirme mal en el camino y no pude con el frío.

—Ay, Seokjin —balbuceó el castaño, sintiendo su pecho contraído ante la culpabilidad que lo embriagaba—... ¿Cómo te sientes ahora?

—Estoy mejor —dijo, tratando de sonreír—. Estás aquí, conmigo, pequeño... ya nada me hace falta, más que saber del paradero de Namjoon —terminó admitiendo y sus manos se aferraron a la sábana bajo él, haciendo puños la tela por la desesperación que no deseaba mostrar a su hermano.

Entonces, Taehyung supo que hacer y se levantó de inmediato, yendo a buscar el espejo que la bestia le había brindado—. Muéstrame a Kim Namjoon, por favor —le pidió, con tacto, y sintiendo la mirada extrañada de Seokjin sobre su persona.

¿Qué cosa rara estaba haciendo Taehyung?

—Oye, ¿Qué ha...? —pero la pregunta se quedó en el aire cuando el castañito le mostró el cristal del espejo, que le enseñaba a Namjoon atando a su caballo a la cerca de su casa y entrando hasta caer dormido en el sofá de su salón principal, totalmente cansado y asfixiado ante una búsqueda repleta de fracasos. ¿Magia?, ¿Taehyung hablaba en serio?—. ¿Es Namjoon ahora mismo?

—Sí, él se ha quedado dormido. No te preocupes, está bien, mañana lo visitaré a temprana hora para informarle que ya no tiene que seguir buscando.

—Ese maldito castillo parece que se esconde de los ojos humanos.

—No todos podemos verlo, Seokjin. Es un palacio encantado, él elige a las personas adecuadas para su acercamiento.

—¡Agh, lo dice el que ha estado viviendo ahí como un rey!

—Por supuesto que no. Además, tú también pudiste entrar —rio el menor y Seokjin simplemente lo abrazó.

—Te amo, Taehyung.

—Te amo también, Seokjin.

No obstante, a veces la tranquilidad está destinada a desaparecer a la brevedad y, cuando la puerta principal de la casa fue tocada, Taehyung ni siquiera se lo imaginó. Bajó las escaleras, sin embargo, confundiéndose un poco al pensar en que era imposible recibir visitas a esa hora de la noche, sobre todo viviendo en una cabaña en medio del bosque: era algo que nunca les había sucedido.

—Buenas noches, joven —soltó Changbin, uno de los jóvenes emprendedores del pueblo. Taehyung pocas veces lo había visto, pero sabía bien la cantidad de bienes e influencia que tenía sobre la sociedad a su alrededor.

—¿En qué le puedo ayudar? —le preguntó, sintiendo la curiosidad emerger desde la pequeña rendija que se permitió abrir de la puerta.

—He venido a recoger a su hermano —le contestó, en total tranquilidad y con una leve sonrisa, desconcertando al menor aún más.

—¿A mi hermano?

—Descuide, jovencito, estará bien atendido —informó y Taehyung, al instante, divisó más allá de lo que había detrás del ajeno.

El pueblo entero se encontraba ahí, sosteniendo antorchas diversas, con rostros lúgubres y pesados e, incluso así, sonriendo con algo de malicia.

Taehyung se asustó, pero no tanto como cuando arribó un carruaje con el logotipo del manicomio del pueblo en, para ser honestos, estado decadente.

—¡¿Qué?! —exclamó, saliendo al pórtico de su cabaña—. ¿Qué clase de broma es ésta?, ¡Mi hermano no está loco!

Sin embargo, Wooshik fue lanzado delante de la multitud y, casi sin querer, se aclaró la garganta ligeramente—. Se portaba como un lunático —explicó—, todos lo vimos, ¿Verdad?

Una afirmación efusiva fue dada por la población.

—No, no pueden... no —sin darse cuenta, Taehyung les rogó, sintiendo los ojos llenársele de lágrimas ante la sola idea.

Sin embargo, Seokjin ya estaba detrás de él, apenas comprendiendo lo que sucedía.

—Seokjin, dinos de nuevo, ¿De qué tamaño era la bestia? —inquirió Wooshik hacia el mayor de los Kim y Taehyung, simplemente, se abrazó del torso de su hermano.

—Seokjinnie, ¿De qué está hablando? —le preguntó, experimentando la desesperación emerger junto al pequeño nudo de su garganta. No obstante, su hermano solo bajó la mirada, mientras dos hombres se acercaban a por él y arrancaban a Taehyung de su cuerpo—. No, no lo permitiré —se volvió a interponer, pero su fuerza no era comparada y pronto fue apartado por otro joven, haciéndolo desfallecer de la impotencia; por otra parte, Seokjin también estaba muy débil, era imposible luchar.

—Pobre Taehyung —mencionó Bogum, saliendo quién sabe dónde y apareciendo a las espaldas del castaño—... Qué lástima lo de tu hermano —y con un ademán que Taehyung no notó, hizo que su cautivador lo dejara libre.

—Tú sabes que no está loco —le dijo Taehyung, acercándosele a la brevedad, pensando que Bogum era, definitivamente, su aliado—. Ayúdame a convencerlos. Necesito que lo dejen tranquilo.

—Mmh, es muy probable que yo pueda arreglar este malentendido —soltó, acariciándose la barbilla escasa de bello facial.

—Hazlo pronto.

—Oh, no es así de sencillo, precioso. Nada es gratis en esta vida, lo entiendes, ¿Verdad? —y fue entonces que Taehyung comprendió que estaba completamente solo.

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó, haciéndose el fuerte ante la desilusión que confirmó la actitud mediocre del héroe del pueblo en su último encuentro.

—Cásate conmigo —dijo, con tanta obviedad y cinismo, que Taehyung solo pudo mofarse al instante.

¿Cómo podía ser eso posible?

¿En qué cabeza cabía tal hecho?, sobre todo después de lo sucedido.

Y no es que el doncel fuera rencoroso, pero tampoco seguía siendo el torpe niño que se llenaba de esperanzas al primer acto de atención. Bogum ya había arruinado la imagen que tenía de él, no había vuelta atrás para su ausencia en su vida.

—Nunca —sostuvo, después de retomar el aliento.

—Como tú quieras —Bogum soltó, junto a una enorme sonrisa que difícilmente sería opacada, entonces, se giró hacia los hombres que llevaban a Seokjin y respiró con habilidad—... Creo que todo está dicho, muchachos: encierren a ese loco.

—¡No! —volvió a gritar Taehyung, llamando la atención de todos—. Mi hermano no está loco, puedo probarlo —enseguida, se internó en la cabaña en busca del único artefacto que le ayudaría a aclarar el malentendido y los sacaría del mismo. Con el espejo de Jungkook en manos, apareció frente a la multitud y, rápidamente, mostró el cristal sin miedo alguno, después de susurrar su indicación—. Enséñame a la bestia —de inmediato, un rugido desgarrador por parte de Jungkook se logró escuchar y las personas del pueblo se horrorizaron por el mero hecho.

Taehyung se preocupó, Jungkook estaba sufriendo su partida, era imposible no verlo desde ese punto y le partía el corazón en mil pedazos; más, debía ser fuerte y concentrarse en su objetivo: salvar a Seokjin.

—¿Es peligrosa? —una mujer preguntó desde el fondo y Taehyung negó al instante.

—Oh, no, no. No les haría daño —comenzó a explicar, acercándose a las personas que sostenían las antorchas y los trinchetes—. Por favor, sé que se ve muy feroz, pero es tierno y gentil —dijo y se abrazó el espejo al pecho—... Es mi amigo.

—¡Está mintiendo!, ¡¿Qué no lo ven?! —cuestionó Bogum, entrando, nuevamente, en acción. De ahí no se iría hasta concretar sus planes—. ¡La bestia se llevará a sus hijos!, ¡Vendrá en la noche y los asesinará!

—¡No! —Taehyung negó, pero solo provocó que Bogum lo apartara y le arrebatara el espejo, llevándose la atención de una multitud que entraba en pánico ante el reflejo de la criatura que gruñía con dolor.

—¡Se comerá a nuestros animales!, ¡Destrozará al pueblo!... ¡Moriremos! —hizo alusión y las personas iniciaron a enloquecer—... ¡Solo estaremos a salvo cuando su cabeza esté colgada en mi pared!, ¡Ahora, hay que matar a la bestia! —y ante la confirmación del pueblo, sonrió victorioso, entregando el espejo a Wooshik, quién comandaría sus órdenes sin atisbo de duda.

—¡No! —volvió a intervenir el menor, sintiendo su corazón alterarse al ver como las personas comenzaban a emprender camino y su hermano era subido al carruaje que sería su encierro—. ¡Basta, Bogum! —exigió, tomando coraje y plantándose frente al hombre—. ¡Detén todo esto!

—¡Oh, Taehyung!, Necesitas calmarte, todo ese coraje le hará daño a tu hermosa piel.

—¡Cállate! —dijo y algo en el fondo le dolió inmensamente ante las palabras que iba a pronunciar—. Me casaré contigo —soltó y su alma abandonó su cuerpo, provocándole querer arrancarse la cabeza.

No podía hacer eso, no quería hacerlo, no cuando su corazón palpitaba incesantemente por una sola persona. Y cerró los ojos mientras se abrazaba a sí mismo, comprendiendo lo que nunca se imaginó que llegaría a pasar, estaba enamorado de Jungkook.

Lo amaba.

Lo amaba con una necesidad tan grande, que sentía que iba a desfallecer ante los hechos, más Bogum se acercó hasta su cuerpo y arrugó su hermoso saco amarillo, tomando la fina tela entre sus puños.

—¿Qué has dicho, precioso?

Y las lágrimas de Taehyung bajaron, dolidas, a lo largo de sus mejillas sonrosadas, entre tanto asentía sin más remedio—. Vamos a casarnos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top