Un mundo enloquecido
Se quedó en silencio ordenando sus ideas, pensando en las palabras que debía decir para no enojar a quien miraba su nuca sin su distinguida sonrisa.
Tragó saliva en seco, antes de hablar -Terminar con esta molestia...- Sudaba en frío mientras se volteaba para ver la sombría mirada que le era dirigida -Jyushimatsu ya no esta... Al fin dejó este mundo...-
No se escucho respuesta, era observado en silencio de manera meticulosa, prestando atención a cada uno de sus movimientos.
-Comenzó a hacer frío...-
-¿Eh...?-
-¿Por qué tienes miedo? Matsuno-kun...- no cambiaba su seria expresión y eso era una mala señal para el menor.
-Yo... No tengo miedo...- Una gota de sudor surcó su mejilla.
Aun sin que Fujitora se esforzase, sabía que mentía, no porque Karamatsu fuera malo haciéndolo, si no por...
-Antes te dije que tuvieras cuidado con tus emociones... Las negativas alteran este mundo... Hace frío, así que tienes miedo...- Sus palabras estremecieron a su acompañante -Así que dime... ¿Por qué tienes miedo...?-
No debía saber la verdad, de seguro que si le contaba que era porque aquel mundo lo hacia sentir incómodo, tal vez le echaría la culpa a Jyushimatsu e iría tras de él.
-No... No es nada de lo que deberías preocuparte... Fujitora-san...- esbozó una sonrisa nerviosa cerrando sus ojos, le era difícil mantener contacto visual -Ya... Ya me encargue de Jyushimatsu... Sera mejor volver a casa... Mis brothers deben estar preocupados...- comenzó a caminar hasta darle la espalda al mayor.
-¿Preocupados de que...? ¿De que fueran drogados y puestos a dormir por su amado hermano...?-
Se detuvo en seco, un aire gélido surcó su espalda petrificandolo de miedo, y aquello solo aumento al sentir como era abrazado por su espalda.
-Dime Matsuno-kun... ¿Como conoces el funcionamiento de esa maquina...?- Preguntó en un susurró en el oído ajeno, encrespando hasta el último de sus cabellos.
-¿A-a que te refieres...?- Su voz ya comenzaba a temblar, al igual que su cuerpo.
-Vamos... No me mientas... ¿Como sabes que esa maquina devolvería a ese niño a su mundo...?- Su voz apagada y sería exaltaron al menor.
-Yo...- No alcanzo a terminar, puesto que las manos de Fujitora taparon con delicadeza su boca.
-Shh... No mas mentiras... Creo que tendré que enseñarte buenos modales...- Una lunática sonrisa se apareció en su rostro -Vamos... Aseguremonos que no quieras salir... Nunca mas...-
Tras aquello tapó los ojos de Karamatsu con una de sus manos, y al segundo después, ya había perdido el conocimiento.
-Parece que te falta amor... Matsuno-kun...-
(Real world)
Abrió sus ojos de golpe encontrándose en una habitación familiar, rodó sus ojos por todo el lugar, reconociendo cada centímetro de aquel sitio.
-... Estoy en... ¿Casa...?- Se preguntó en voz baja mientras frotaba con fuerza sus ojos, asegurándose que no fuese un sueño.
Siguió mirando los alrededores hasta que pudo escuchar como la puerta de aquella habitación se abría, dejando entrar al primogénito.
-¿Eh...?- Quedó pasmado ante lo que podía ver -Jyu... ¿Jyushimatsu...?- El contrario asintió -Pe-pero ¿cómo...? La máquina aun no funciona...- Seguía sin creerlo, pero eso rápidamente fue dejado de lado por una gran sonrisa -¡Jyushimatsu!- Se abalanzó sobre su hermanito para poder abrazarlo.
-¿O-Osomatsu-nissan?- Aquella reacción lo exaltó, no recordaba muy bien la cercanía natural que tenía con el mayor.
-Jyushimatsu ¿estas bien? ¿No tienes secuelas, Heridas o ganas de orinar?- Preguntó animado y preocupado al mismo tiempo.
-E-estoy... Bien...- Era una clara mentira, puesto que en su rostro se reflejaba dolor.
-¿Que sucede Jyushimatsu...? ¿Te encuentras bien? ¿Tienes fiebre?- Con delicadeza posó su mano en la frente del menor.
-Yo no...- Cuando la mano toco su piel, su vista se nubló por completo, sus ojos perdieron su brillo y una sombría mirada se vio en su lugar -Yo... No...- Su voz lentamente se fue apagando.
-¿Eh? ¿Jyushimatsu? Oye, habla me ¿estas bien? ¡Jyushimatsu!- Trató de hacerlo reaccionar, pero antes de si quiera seguir intentándolo, fue empujado con fuerza contra el piso, al tiempo que su hermanito se ganaba encima de él -¡Oe Jyushi- No alcanzó a terminar su frase, puesto que sus labios fueron callados por los ajenos.
Sus ojos se abrieron de par en par, sintiendo como una lujuriosa lengua se adentraba en su boca, sin aviso era succionado y demandado por el menor, quien parecía mas que experimentado en dicha acción.
-¡Jyushimatsu!- Cuando tuvo la oportunidad de respirar se libero de aquella boca prisionera -¿¡Que mierda te pasa!?- Trataba de apartarlo enojado, pero por alguna razón su cuerpo no respondía con la fuerza que el quería... Tal vez el shock aun lo afectaba.
-Nissan...- Una voz lujuriosa y suave salio de su boca -Dame placer...- Demandó mientras desabrochaba con una de sus manos los botones de su pijama -Dame...- Nuevamente, y con algo de fuerza debido a la resistencia del mayor, junto sus labios con los de este.
Sin dar oportunidad de descanso Jyushimatsu presionaba su boca con la ajena, abriéndola con su lengua, adentrándose en esta, nublado los sentidos de Osomatsu, haciendo crecer un bulto en su entre pierna, la cual al instante comenzó a ser masajeada por el menor.
Osomatsu no sabía que hacer, su hermanito se estaba comportando como un loco pervertido, sus fuerzas se iban disminuyendo con cada jadeo que se escapaba de su boca, el ser manoseado por alguien mas lo estaba haciendo perder la cordura.
Pasado varios minutos de juegos bucales y caricias carnales Jyushimatsu separó sus labios de los ajenos, pudiendo observar, con una sonrisa satisfecha, la nublada y erótica cara que en él se plasmaban.
-Jy... Jyushi ¡Ngh...!- Se exaltó al sentir como su miembro era retirado de su prisión de cuero, dejándolo al aire libre.
-Ah... Tan grande...- Mencionó feliz de sentir aquel trozo de carne palpitar en sus manos.
Sin esperar un segundo bajo sus pantalones para frotar su entrada con aquel apetitoso miembro, que lo hacia temblar de placer no mas sentir como golpeaba su entrada.
-Jyushi...- Osomatsu se encontraba completaba mente fuera de si mismo, al igual que Jyushimatsu su vista se nublo y sus ojos perdieron su brillo... Ahora su cara solo demandaba profanar la inocencia de su hermanito.
Su deseo no tardo en ser cumplido, sintió como su pene se adentraba dentro del trasero contrario, haciéndolo soltar fuertes gemidos al sentir como era apretado por las paredes carnosas de aquel agujero.
-Ahh...- Gimió de placer Jyushimatsu -Se siente tan bien...- Sin demora comenzó a moverse con rapidez -El pene de Nissan... Se siente tan bien...- Un hilo de saliva bajaba por su boca hasta su cuello, dándole al mayor una vista de lo mas erótica.
-Dios... Ahh...- Aquellos movimientos de cadera lo estaban enloqueciendo, la fricción en su miembro era tal que a cada segundo se producía un espasmo que lo hacia embestir a su hermanito con fuerza -Mierda... Esto es... Increíble...- Su cordura se etapa perdiendo en aquel suave cuerpo.
Los movimientos del menor lo hacían sentir fuera de si, pero aquello no era suficiente, quería oírlo gritar, gemir de placer, quería tener el control total de su cuerpo.
Sin previo aviso, y sacando una fuerza de quien sabe donde, tomo a Jyushimatsu de sus caderas y lo levantó para poder girarse y quedar esta vez él encima de su acompañante, dejándolo de espaldas al piso y con sus piernas levantadas.
De inmediato comenzó a embestirlo con fuerza, sacando los gemidos y gritos de placer ajenos.
-¡Ni-Nissan! ¡Ma-mas rápido!- Exigió y fue correspondido, su entrada era penetrada con mas fuerza y velocidad, su cuerpo se estremecía ante cada estocada que tocaba el punto exacto de su trasero.
-¡Mi-Mierda!- Sintió como si una descarga eléctrica recorriera su espina dorsal y bajase hasta su miembro, indicándole que pronto se correría -Vo... Voy a eyacular...- Cerró con fuerza sus ojos -¡Karamatsu...!- Aquel caliente liquido lleno el interior de su hermanito.
-¿Eh...?- al escuchar aquel nombre, el brillo en sus ojos junto a su cordura volvieron a él -Ni... ¿Nissan...?-
Lágrimas comenzaron a salir de los ojos de ambos chicos...
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