Un mundo diferente


-Solo uno podrá adentrarse al "mundo" de Karamatsu-kun por día- Comenzaba a explicar el anciano la situación actual -Ya que enviar la mente de una persona hacia otra es demasiado difícil para la máquina...- señaló el gran televisor de aquella sala.

-¿Mente...? ¿Por qué solo nuestras mentes?- Cuestionó el tercer Matsuno.

-Dos cuerpos iguales, con el mismo código genético, masa, volumen y mas no pueden subsistir en un mismo lugar al mismo tiempo...- Explicaba Dekapan de la manera mas simple que conocía -Así que tomaran el lugar de sus contra partes cuando estén en el mundo de Karamatsu-kun-

-Que fastidioso...- Suspiró el primogénito con pesadez mientras rascaba su nuca suavemente.

-¿No quieres estar con Karamatsu...? Solo tenemos tres semanas para acompañarlo... Y si dividimos ese tiempo entre nosotros cinco...- comenzaba a pensar Choromatsu para sacar la cuenta -Apenas podríamos tener cuatro días cada uno... Para estar con él...-

El silenció reinó, aquello les había dejado un mal sentimiento en sus pechos. El tiempo que disponían para acompañar a su querido hermano era realmente pequeño.

-¿No hay algo que podamos hacer para traerlo de vuelta...? Digo... A nuestro mundo...- Murmuró Todomatsu apretando con algo de fuerza su celular, aunque no lo pareciera, quería a su doloroso hermano de vuelta.

-Lamentablemente eso esta lejos de mis posibilidades...- Dijo el anciano inventor -Es algo inevitable que Karamatsu-kun...- Decidió no terminar sus palabras al ver la mueca de dolor plasmada en los cinco.

-Bueno... ¿Quien va primero...?- Preguntó Choromatsu después de un largo e incómodo silenció.

Todos se miraron entre si por largos minutos. Todos tenían las mismas ganas de ver y estar con Karamatsu, pero quien mas lo necesitaba ahora era...

-Jyushimatsu...- Llamó su atención el primogénito -Tu debes ser el primero...-

-E... ¿Esta bien que sea yo...?- Aunque estaba feliz, estaba desconcertado, la voz de Osomatsu sonaba disgustada.

-Tu lo necesitas mas que nadie... Así que ve...- Antes que sus propias y egoístas necesidades, su deber como hermano mayor estaba primero.

Ante aquella "aprobación" que dieron sus hermanos con sus miradas sus ojos se iluminaron ante la felicidad.

-¡Gracias Nissan!- Se abalanzó para abrazar al de rojo, quien algo incómodo correspondió a dicha muestra de afecto.

-Ya, ya... Apresurate antes de que me arrepienta...- Murmuró dándole pequeñas palmadas en la espalda al menor.

-¡Si!- Asintió múltiples veces antes de soltarlo y salir corriendo hasta donde se encontraba Dekapan.

-Bien, ven conmigo, por favor...- Pidió el anciano mientras comenzaba a caminar hasta una oscura habitación.

Largos minutos de silencio pasaron, y ninguno de los dos salía -¿Que estarán haci- No alcanzo a terminar, cuando por todo lo alto se comenzaron a escuchar desgarradores gritos de dolor provenientes de su hermano.

Ante aquello se quedaron petrificados del susto, los gritos seguían sin cesar y parecían no acabarse nunca, pero de un momento a otro nuevamente reino el silencio.

-Jyu... ¿Jyushimatsu-nissan...?- Se atrevió a hablar el menor de todos, quien con fuerza y miedo se aferraba a la sudadera de Choromatsu.

No hubo respuesta, solo se comenzaban a escuchar sonoros y lentos pasos.

-Estamos listos...- La voz del anciano se hizo escuchar, mientras su cuerpo aparecía desde las sombras.

Traía consigo una pequeña burbuja en sus manos, la cual dentro de ella estaba su querido hermano menor en miniatura.

-¿¡Jy-Jyushimatsu!?- Exclamó sorprendido el tercer hermano, caminando a gran velocidad hasta donde Dekapan se encontraba -Que... ¿Que demonios te pasó?- Una gota de sudor corrió por su mejilla.

-Oye, Dekapan ¿Que le hiciste a Jyushimatsu?- Preguntó con una voz sombría el primogénito.

-Sólo extraje su ego interno...- les enseño mas claramente aquella pequeña burbuja -En otras palabras, su subconsciente-

-Espera, ¿y esos gritos que escuchamos?-

-Es algo doloroso tener que retirar el subconsciente de una persona, por eso los gritos de Jyushimatsu-kun-  explicó mientras le entregaba con delicadeza el ego del quinto Matsuno al primogénito -Sostenlo por un segundo, debo preparar la máquina-

-¿Jyushimatsu esta bien?- Ichimatsu daba a entender su preocupación.

-Si, esta inconsciente, no despertará hasta que su subconsciente sea devuelto-

No hubieron mas preguntas que preocuparan a los sextillizos, solo se quedaron admirando al pequeño Matsuno que los observaba desde aquella burbuja.

-¿El ego de Jyushimatsu es tan frágil...?- Se cuestionó en voz baja el cuarto Matsuno, sin darse cuenta que había sido escuchado por los demás.

-Bueno...- Llamó su atención el de verde sudadera -Nunca antes lo habíamos visto... Es algo extraño que dentro de su ego exista otro Jyushimatsu- le era desconcertante, además de curiosa la forma del ego de su hermanito.

-Si... Sera que Jyushimatsu... ¿Se esta auto descubriendo...?- No era propio de si soltar algún comentario tan serio, por lo que las miradas atónitas de sus hermanitos estaban mas que justificadas.

"Debe estar enfermo..." Pensaron al unisono los tres menores restándole importancia a las profundas palabras dichas por el primogénito.

-Todo listo- Señalo el anciano un compartimiento adyacente al que se encontraba el ego de Karamatsu -Coloca el ego de Jyushimatsu-kun por favor-  Pidió a Osomatsu, quien con suma delicadeza lo puso en aquel compartimiento.

Antes de que aquel compartimiento fuese cerrado, el pequeño Jyushimatsu que estaba dentro de aquella burbuja movió su brazo alegre en señal de despedida.

-Cuidate, Jyushi...- Le susurró el mayor con una gentil sonrisa.

(Karaworld)

Lentamente abrió sus ojos, su cabeza comenzaba a doler con fuerza, mientras se encontraba tendido en el suelo.

"¿Donde...?" Se incorporó con dificultad ante un brillante resplandor.

-¿My little Jyushimatsu...?- Sonaba preocupado, pero aun así su forma de hablar y tono de voz le fueron inconfundibles.

Rápidamente levantó su torso, sin darse cuenta del gran golpe que se dio con quien sabe que.

-Aww... Eso dolió Jyushimatsu...- Se escuchaba sumiso, no pudo reconocerlo.

Ante lo desorientado que se encontraba frotó con fuerza sus ojos encontrándose en medio de una enorme cama de sabanas azules, con pequeñas lentejuelas en la cabecera y base de esta.

No reconocía aquel lugar, parecía sacado de algún cuento para chicas por la forma tan afeminada con la que estaba todo adornado.

-¿Jyushimatsu?- Nuevamente aquella voz irreconocible, a la que acompañaron varios susurros desconocidos -¿Te encuentras bien...?-

Lentamente se fue acostumbrando al fuerte brillo que lo cegaba sin piedad, hasta el punto que con sus ojos bien abiertos, al igual que su boca, pudo divisar aquella silueta azul que tanto quería.

Las lágrimas salieron sin avisar de sus ojos y su sonrisa no podía ser mas deslumbrante.

Sin esperar ni un segundo se abalanzó con todas sus fuerzas hacia esa persona amada.

-¡¡Nissan!!- Gritó con fuerza al tenerlo ya entre sus brazos.

-Que... ¿Que pasa Jyushimatsu?- con su mirada atónita y sus mejillas levemente sonrojadas correspondió aquel abrazo.

-¡Nissan!- Seguía llamándolo -¡Nissan, Nissan!- y lo seguiría haciendo hasta el cansancio... Si no fuera por que fue apartado con delicadeza del cuerpo ajeno.

-Tu eres...- No lo sabía muy bien... Pero una mirada de desagrado se poso en su cara -... ¿Por qué eres tu...?- apretó con fuerza sus dientes -... ¿Quieres arruinar este mundo también...? Maldito...- Lágrimas de rabia comenzaron a salir de sus ojos.

-... ¿Nissan...?- Se quedo petrificado... Ante aquella mirada de odio...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top