Un mundo de pruebas


Los segundos pasaban con lentitud, el aire frío y seco que los rodeaba raspaba hasta el ultimo centímetro de sus gargantas.

Se sentían ahogados en ese tenso ambiente que se había colado desde la mañana.

Osomatsu preparaba un par de cosas antes de que aquel desquiciado juego de comienzo, jugueteaba con los objetos que se movían en el bolsillo de su sudadera, haciendo denotar su nerviosismo.

-Debes tranquilizarte, Osomatsu-nissan...- Llamó su atención el menor de todos -Si te ves asustado... De seguro él se aprovechara de eso...- Mordía ligeramente sus labios para calmar su tembloroso cuerpo.

Ante sus palabras comenzó a respirar de manera profunda, lo que menos quería era causar mas problemas, y mas por sus miedos y cobardía, pero quien lo culparía, si todos sabían que aquel "juego" que había planeado aquel sujeto despreciable, se escuchaba demasiado fácil como para ser cierto.

Todos estaban de igual forma, a excepción del tercer hermano, quien mantenía su cabeza entre las rodillas, sin parar de recordar la pesadilla que había vivido el día anterior.

Los minutos pasaron, volviendo cada vez mas tenso el ambiente, pero aquel sujeto no se dignaba a presentarse, y aquello ya estaba haciendo enojar al primogénito.

-¿Donde diablos es- No alcanzó a terminar, puesto que la pelirroja cabellera de aquel hombre se asomaba tras la puerta.

-Oh, llegaron temprano- Fingió sorpresa, puesto que ya sabía que aquellos cinco chicos no habían abandonado el laboratorio.

-Deja de jugar... ¿Acaso crees que tenemos todo tu maldito tiempo...?- Fulminó con su mirada al mayor, quien no hizo mas que sonreír ante aquella inútil muestra de intimidación.

-Si, si, estaba preparando el juego, me tomó mas tiempo del que esperaba, pero al fin esta listo- Sonrió ampliamente mientras avanzaba calmada mente hasta la gran pantalla, la cual parecía distorsionar se al momento que Fujitora alzaba su mano al frente de esta.

Nadie se dignaba a decir una palabra, se quedaban observando cada mínimo detalle y movimiento por parte de aquel sujeto.

-Bien~ todo listo...- Mencionó cuando una pequeña puerta, en la cual solo podría caer una persona, aparecía a su costado -Ahora dictemos las reglas- Sonrió con malicia.

-¿Reglas? Solo debemos convencer a Karamatsu-nissan ¿Verdad?- preguntó preocupado Choromatsu.

-Ese es el objetivo, hentai-kun- Dibujó una sonrisa burlesca en sus labios, estremeciendo al menor -Las reglas son las siguientes- Chasqueo sus dedos y al momento la pantalla de aquella habitación se encendió, mostrando una lista con las reglas del juego.

"Survive game 
Rules
El máster del juego decidirá quien ingresa primero.
Solo un jugador por partida.
La puerta se mantendrá abierta en cada momento.
Si alguien mas que no sea el jugador designado atraviesa la puerta, el juego terminara automáticamente, dando por consiguiente, la derrota total de los jugadores.
El jugador no podrá retirarse de su partida, hasta que el tiempo haya terminado (12hrs) o hasta que se encuentre totalmente inutilizado (Desmayo y/o muerte)"

Tras leer aquello, un gélido aire cruzo por los cuerpos de cada uno de los Matsuno, quienes comenzaban a arrepentirse de su decisión.

-¿A que te refieres con "muerte"?- Preguntó con su ceño fruncido Osomatsu.

-Descuida, no sera una muerte real... Al menos no en este mundo...- Sonrió con malicia, exaltando a los presentes.

-¿Que quieres decir...?-

-Pueden morir en mi mundo, pero en cuanto sus putrefactos cuerpos vuelvan a este mundo, volverán a la vida-

-¿Que mierda de juego haz preparado...? Si pones la vida de mis hermanitos  en peligro... Te mataré...- Abrió sus ojos de forma amenazante, pero aquello solo logro sacar una corta risa al pelirrojo.

-Tranquilo, siempre que quieras puedes entrar a mi mundo y salvarlos de cualquier cosa, claro, teniendo en cuenta que el juego terminará en cuanto lo hagas- Sonrió con malicia al ver la gota de sudor que surcaba la mejilla ajena, aquella muestra de nerviosismo y miedo le estaban divirtiendo.

Se mantuvieron en silencio por varios minutos, mirándose entre ellos y asintiendo de vez en cuando, dando a entender que estaban de acuerdo con las reglas.

-Bien... ¿Quien sera el primero...?- Aunque no estuviera de acuerdo con todo, confiaba en sus hermanos menores.

-Primero sera el afeminado- Señaló a Todomatsu -Luego Hentai-kun, yami-kun y por ultimo onichan-kun- Los fue señalando uno por uno, sin contar a Jyushimatsu.

-¿Eh...? ¿Yo no puedo ir...?- Hizo un ligero puchero, mientras sus ojos se cristalizaban.

-Ya estuviste con él y solo empeoraste las cosas...- Se callo por unos segundos para luego proseguir -Si tu no hubieras aparecido, nada de esto estaría pasando... Niño...- Le dirigió una sombría y acusadora mirada.

-Pe... Pero...- Trató de objetar, pero las serias miradas de sus hermanos dejaron sus palabras atoradas en la garganta -Yo... No...- Tapó su boca con las mangas de su sudadera, mientras pequeñas e inocentes lágrimas caían desde sus ojos.

Nadie hizo caso a su silencioso llanto, voltearon sus miradas hasta donde estaba el pelirrojo, ignorando por completo el sufrimiento de Jyushimatsu, quien ahora colocaba su cabeza entre sus rodillas.

-Bien... Empecemos de una vez...- Mencionó el de rosa, levantándose de su lugar y caminando en dirección de la puerta -Pase lo que pase... No se atrevan a entrar...- Dirigió sus palabras a los mayores, quienes sin pensarlo asintieron ante su intento de amenaza.

-Se bienvenido...- Con su mano abrió la puerta a su mundo -A mi mundo...- Sonrió de forma amable.

Cuando la puerta estuvo completamente abierta, Todomatsu la atravesó, encontrándose en un espació completamente oscuro.

(¿Karaworld?)

-¿Donde... Estoy...?- Donde sea que mirase solo veía oscuridad, y aquello lo estaba comenzando a poner nervioso -O...- Tuvo la intención de girarse para pedirle explicaciones a Fujitora, pero cuando lo hizo, la puerta frente a sus ojos desapareció.

Un gélido aire surco su cuello, su cuerpo lentamente comenzaba a temblar al no poder ver nada, la oscuridad le aterraba mas que nada.

-Chi... ¿Chicos...?- Con su voz temblorosa comenzó a caminar, tratando de encontrar algo que le diera seguridad -Ka... ¿Karamatsu-nissan...?-

Nada, caminase lo que caminase, hablara lo que hablara, nada parecía hacer presencia en aquella oscuridad, ya estaba comenzando a ser devorado por el miedo, y este se vio intensificado al sentir un ligero toque en uno de sus hombros.

Al instante se giro hacia la dirección de aquel tacto, pero antes de que pudiese ver algo, una intensa luz lo cegó.

-Gah...- Se quejó mientras tapaba con sus manos ambos ojos.

Pasado algunos segundos aquel brillo desapareció, dándole la oportunidad de ver nuevamente, pero ante lo que observó sus ojos y bocas se abrieron de par en par.

-¿Que...- Un bello prado lleno de flores se dibujaba en frente el -... Demonios...?- El cielo parecía sacado de un cuento de fantasía, un hermoso atardecer color de rosa le iluminaba la vista.

Por un momento se quedo atónito ante aquel hermoso lugar, pero su expresión rápidamente cambió al ver a unos cuantos metros de él a una persona con una sudadera negra que tapaba su cara, y que tenía el mismo símbolo que representaba a su familia, solo que este era rosado.

-¿Quien... Eres...?- Algo de esa persona le parecía familiar, sentía que lo conocía mas que nadie... Aun cuando no lo había visto nunca... Pero aquel pensamiento desapareció de inmediato al ver como aquel sujeto se desprendía de lo que tapaba su cara -... Eres...-

Aquel sujeto lo miraba de forma fría y a la vez con una clara decepción... Como si lo estuviese juzgando de la peor manera.

"Ah, se me olvidaba decirles..." una voz se comenzó a escuchar en su cabeza "Antes de hablar con Matsuno-kun... Deberán lidiar con sus contra partes..."

El falso Todomatsu lentamente comenzó a caminar hasta el verdadero, quien comenzaba a temblar ante tan fría y despectiva mirada.

(Real world)

-Buena suerte...- Una amplia y macabra sonrisa se dibujo en su rostro, estremeciendo a quienes la vieron.

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