Capítulo II
Había pasado dos semanas desde que inicio el último año escolar, el día en el que se encontraban era el segundo viernes, lo que significaba que se daban iniciadas las actividades de todos los clubes de la escuela.
La última competencia de su generación en esa escuela estaba a punto de comenzar.
Por su parte, Shinsou estaba contemplando sus primeros reportes del aula; siendo representante de grupo también tenía sus actividades curriculares opcionales en viernes, así que prácticamente toda su escuela estaba bajo las mismas condiciones.
— Shinsou ¿También te quedarás hasta tarde?
— Así es, mis actividades también están programadas para el día de hoy.
— Vaya que esta escuela se toma las cosas muy en serio.
Kaminari había logrado lo que muchos otros intentaron hacer con Shinsou: hablar cómodamente. A excepción de Monoma y Midoriya, el de ojos ámbar lo había hecho en tiempo record; cinco días bastaron para poder entablar conversaciones casuales y cómodas para el peli-violeta. Se podría decir que estaba ya incluido en su reducido círculo de amigos con los que hacía salidas a la cafetería como en ese momento, o que Kaminari podía llegar y juntarse con él sin recibir alguna mirada de fastidio por el otro.
Juntos iban caminando lado a lado por los pasillos casi desalojados de la escuela. La mayoría estaba aprovechando ese último descanso antes de ir a sus clubes, realizar administración, preparar materiales y mucho más en relación al día.
— Esta escuela no deja de ser sorprendente; es enorme, tiene mucho alumnado y todos deben participar en una actividad sea deportiva, artística o administrativa. Los líderes del mañana, seguro varios están aquí.
El rubio no dejaba de comentarle a Shinsou sus opiniones, siempre con un tono de curiosidad y entusiasmo. A pesar de que no estaba dentro de su zona de confort cotidiana del peli violeta, tampoco le desagradaba que fuese de esa manera. Incluso le hacía sentir calma y estar relajado.
— ¿Estás emocionado por ver el club?
— En realidad, siento curiosidad por cómo funciona, básicamente sé de qué trata, pero verlo en acción despejara mis dudas. — entrelazo sus manos por detrás de su espalda — pero si tengo curiosidad por otra cosa...
— ¿Sobre qué?
En ese momento iban cruzando la puerta de la cafetería. El rubio volteó hacia donde Shinsou y solo con su mirada expresó una interrogante, pero que no encontraba como explicar sin sonar entrometido.
— Así como por saber qué hace un representante de grupo. — Tomando una charola del lugar dijo Shinsou.
— Eres bastante bueno para leer las expresiones, Shinsou. — haciendo un ademan con el dedo índice y pulgar derecho.
Este último solo sonrió de medio lado, el rubio reflejaba tener mucha perspicacia desde el primer día que lo conoció y eso le estaba gustando mucho. Ignoró por un momento esos pensamientos para concentrarse en su charola de alimentos.
— Necesitas mucha energía ¿eh? — señalando la charola del peli violeta.
— El día de hoy, sí. Los papeles de las primeras dos semanas junto con los de las últimas del ciclo escolar son los más importantes. Así que necesito lo mejor posible de energía en el cuerpo para las próximas horas.
— ¿Te quedarás como si fueras a un club? — dijo algo perplejo el rubio.
— En efecto— mirando su charola llena de comida y algunos postres muy dulces — es mejor tomar asiento, así podré contarte mejor como es que esta escuela funciona.
— ¡Genial!
Ambos pagaron por sus compras y se dirigieron en una de las bancas de en medio para mayor comodidad.
— Bueno, creo que primero tienes que saber cómo se divide esta escuela — acomodó un par de cosas y comenzó a beber de su jugo; el rubio le imitó — Tres grados de escuela media superior: primero, segundo y nosotros en tercero. Cada grado tiene 350 alumnos que se albergan en 10 cursos; 35 alumnos por salón.
Cada salón cuenta con 1 representante, como yo. Estamos encargados de llevar el papeleo y registro de nuestro salón desde que ingresamos hasta el final de nuestra estancia aquí. Su solicitud de entrada al grado, libreta de anotaciones con las actividades realizadas en clase, si alguien ha sido encargado de algo se debe registrar, verificación de credencial y uniforme ...
— Suena a que eres como un oficial y los demás somos carceleros.
— Bueno, yo también pensé eso cuando acepté, pero es para llevar el control de la escuela y mantener su reputación al igual que las otras escuelas de nuestro nivel.
— Es cierto ¿las demás escuelas son así de estrictas?
— En efecto. Son 6 escuelas, incluida esta, nombradas las mejores escuelas de elite y alto rendimiento académico. La gente que asiste es de todo tipo: hijos de políticos, herederos de empresas internacionales, adinerados, quienes aplicaron por examen especial, becados y ... posó su mirada en el rubio
— Lo sé, lo sé. Reclutados como yo. Aunque es extraño que se integren alumnos de esa manera solo por querer ganar cada año.
— Desde siempre su reputación se basa en tres clubes: estrategia, Tradición japonesa y Basquetbol, aunque existan otros que tienen buena reputación para escuela, como lo son música, futbol y arquería, incluso los que se crearon como una liga extra solo con los participantes de las 6 escuelas: Karate, Tae Kwon-Do y Judo
— ¿En serio han llegado a tanto?
— No es sorpresa que sea así. Piensa que todos quieren ser los mejores y por eso vienen a esta escuela. El honor recae en cada actividad curricular opcional realizada en tu estancia escolar. Por eso cada alumno debe pertenecer a una sola actividad y dar lo mejor posible en ella.
— ¿Y tú no participaste en ningún club?
— Oh sí, lo hice en primer grado.
— ¿En serio? — pregunto muy emocionado. — ¿A cuál perteneciste?
— Al club de estrategia.
El rubio poco a poco fue transformando la sonrisa y emoción demostrada ante su pregunta por una expresión de preocupación y arrepentimiento.
— No es lo que estás pensando, Kaminari — haciendo ademanes con sus manos para restar importancia. — yo decidí salirme de ahí desde el primer grado.
Suspiro aliviado — ¿Y el último representante del salón?
— Fue un acuerdo en conjunto, él se unió al club de cocina y actualmente es el líder de ahí-
— Parece que todo salió bien, aunque ahora pienso que esta escuela es demasiado exigente, ¿Dónde queda tu libertad?
— Bueno, eso es después de tus actividades. Tampoco te mantienen encerrado aquí, pero debeos tomar en cuenta las expectativas que tiene el resto del país si se sabe que has estado en estas escuelas.
Para ese momento ambos chicos habían acabado sus alimentos, así solo estaban tranquilamente descansando antes de sus siguientes actividades. Hasta que el rubio comenzó a mover su cabeza, casi imitando un gato en busca del sonido.
— ¿Sucede algo malo? — preguntó un tanto curioso Shinsou.
— Eso que está escuchándose ¿son porristas?
— Seguramente — miró su reloj — deben de estar animando a los de futbol para después ir con los de básquet.
— ¿Hay un club de porristas? ¿Cuántos clubes más existen? — cuestionó incrédulo.
— Bueno ... sería más fácil decirte, pero podemos irnos adelantando al edificio y podrás ver el resto.
— ¡Eso sería genial! ¡Vamos!
🏫--🏫
Tomaron el resto de sus cosas para poder dirigirse al edificio de clubes. De paso podían ver como algunos ya estaban en calentamiento dentro del gimnasio y entre más se acercaban, más podían escuchar las porras al equipo de futbol.
Una chica de cabello rosado estaba colocada frente a su escuadrón, dirigiendo y moviéndose repetidamente para que pudiesen ver claramente cómo debían imitarla. Pocos metros más adelante se encontraba quien probablemente sea el capitán del equipo de futbol, alto, de cabello negro; supervisaba que todos hicieran los estiramientos adecuados antes de comenzar.
Kaminari no dejaba de silbar por la impresión de ver a tantos chicos y chicas dedicados a los cien porcientos de sus actividades y no solo eso, sino que estaban decididos a perfeccionar cada movimiento y practica desde el primer instante. Por su parte, Shinsou, se limitaba a caminar a su lado, dejando al rubio curiosear y observar todo tranquilamente. El también en su primer año se había impresionado por lo enorme que es y lo que significaba estar dentro.
— El edificio de clubes alberga a todos los estudiantes que sean parte de: Estrategia, Matemáticas, Cocina, pintura y los representantes de grupo. El resto es a sus alrededores: el club de futbol en canchas, arquería detrás de estas últimas, Basquetbol y porristas en gimnasio, teatro en el auditorio escolar, música en la sala de conciertos
— ¿Y el de tradición japonesa?
— Se encuentra atrás del edificio, junto con los que pertenecen a la liga de deportes.
— Aun así, solo hay un camino. ¿con eso se aseguran que nadie escape?
— Exactamente, incluso puedes ver prefectos por el área. Todos deben de cumplir.
— Que miedo... pero mira — le jaló el saco a Shinsou — parece que tenemos a una linda pareja.
Shinsou dirigió la mirada donde estaba la del rubio, frente a las canchas de futbol. Ahí la chica peli-rosa y el chico de cabello negro estaban abrazados mientras se daban un beso rápidamente.
— ¿Mina y Sero? No es nada nuevo. Salen desde primer grado.
— ¿Desde primero? Wow, pensé que no tenían mucho, parece que están en su fase de luna de miel, pero es un bonito cliché — junto ambas manos cerca de su rostro — la capitana de porristas y el de equipo de futbol.
— Todo el mundo pensaba eso cuando por fin los nombraron capitanes al final del grado anterior.
— ¿Habrá más parejas?
— Pues no lo sé — colocó su mano derecha alrededor de su cuello — ellos son los que todos conocen por ser muy afectuosos en público, pero no se ha sabido de alguien más.
— ¿Cómo Midoriya y Bakugou?
— ¿Midoriya y Bakugou...?
El pelivioleta extrañado con esa mención dirigió su mirada atrás de ellos. En este, se encontraba el chico peliverde, Midoriya Izuku, líder del club tradición japonesa tomado de la mano del rubio cenizo, Bakugou Katsuki, líder del club de basquetbol.
— Hola chicos. — saludó el oji verde.
— ¡Hola Midoriya! ¿Ustedes dos son novios?
— ¡Kaminari! — regaño espontáneamente Shinsou.
Esto hizo que los tres pares de ojos se dirigieran al peli violeta, Midoriya y Bakugou con un aspecto extrañado y Kaminari con una expresión de arrepentimiento, pero también de curiosidad. ¿Qué diablos hice? ¿Por qué lo hice? Pensó Shinsou mientras se ruborizaba.
— Lo siento, no quiero incomodarlos. — dijo el rubio volviendo hacia la pareja.
— No hay problema. No nos incomoda ya que ... — comenzó a tener un tono rosado en sus mejillas.
— Somos pareja. — concluyó el más alto.
— ¡Felicidades chicos!
— Felicitaciones. Eso explica porque no tenías tiempo de salir conmigo y Monoma al centro.
— Bueno, es en parte eso...
— Más vale que te hagas eso a la idea Shinsou, no quiero que molestes de más a mi novio.
— Tranquilo, solo somos buenos amigos.
El ambiente se sentía extraño, Shinsou lo notó de inmediato. Dirigió su mirada a cada chico; Bakugou se encontraba muy tranquilo, con la misma mirada cargada de enojo, Midoriya parecía nervioso, con cierto miedo en su expresión y Kaminari veía a la pareja, saltando de Midoriya a Bakugou, con cierta tristeza.
Un ruido rompió la atmosfera, buscaron con la mirada y observaron que Todoroki sostenía una caja rota en las manos, justo en medio había una abertura lo suficientemente grande para liberar todo su contenido. De un momento a otro Kaminari se encontraba dirigiéndose hacia donde estaba el de cabello bicolor para ayudarle.
— ¡Shouto! ¿Te encuentras bien?
— No te preocupes, Denki, solo se rompió la caja.
Los tres chicos que seguían en el camino se sorprendieron ante el llamado familiarizado y como el otro también había respondido. Juntaron las cosas del suelo y Todoroki sonrió a Kaminari, por su puesto, este último le devolvió el gesto.
— Katsuki, tengo que ir al club y tú al gimnasio. Nos vemos después Shinsou. ¿Necesitas ayuda Todoroki? — jalando a su novio.
— No te preocupes, Midoriya, solo es esta caja rota. Recogeré una nueva cuando regrese con el resto del material. Gracias.
— ¿Te pidió el profesor llevar esto?
— Sí, para contemplar todo antes de iniciar.
— Bueno es que ...
Shinsou notaba algo extraño. Midoriya y Todoroki hablaban con naturalidad, Bakugou por su parte se mantenía al margen y Kaminari permanecía sonriente al lado de Todoroki, pero de vez en cuando miraba a Bakugou ¿un cuadro amoroso?, pensó al ver la situación frente a él, sin embargo, una extraña sensación estaba surgiendo al imaginar que su nuevo amigo era participe en eso. Su mirada de pronto se encontró con unos ojos ámbar y le hicieron perder la concentración por un momento.
— ¡Quién iba pensar que un día me habías de abandonar! ¡quién, quien! ... ¡Oh! ¡Shinsou, amigo! qué bueno es verte por aquí cerca.
— Creí que ya estarías en tu club, Monoma.
— Todavia no es la hora de ingresar, además no van a comenzar sin mí. Creí que estarías con pikachu.
— ¿Se puede saber a quién le dices así? — apareció Kaminari por detrás de Shinsou.
— ¿A quién más, inútil? Evidentemente a ti, quién en su sano juicio nace con un mechón parecido a la cola de ese ratón eléctrico.
— ¿En serio lo dice quien carga tres relojes en el brazo?
— Es precaución niñato, precaución. ¿No has escuchado el tiempo es oro?
— Creo que tu cerebro ya se apagó, deberías ir a revisarlo.
Desde que Kaminari llegó hasta ese día, no había pasado un solo momento escolar donde no discutieran de cosas banas, llegando a tal punto que no sabía si eran una especie de enemigos o de una amistad muy complicada. Shinsou no sabía cómo es que dos personas podían estar de esa forma. El precisamente no se complicaba la vida teniendo ese tipo de relaciones y a veces se asqueaba de estar presente en ese tipo de líos, sin embargo, cuando se trataba de ellos dos, era diferente. Le producía cierta sensación de felicidad ver a esos dos ser así, como si fuesen dos niños pequeños, sin embargo, no se iba a involucrar.
— ¿Quieren dejar de pelear?
— ¡No! — respondieron al mismo tiempo.
— Como quieran, solo no vayan tarde a sus actividades.
— No te preocupes Shinsou, te aseguro que este — señalando a Monoma — no es tan indispensable en su club.
— ¿Lo dice el que se perdió dos veces en la semana?
— ¡Monoma! — gritó Kendo desde la puerta del club — ¡Tenemos un problema y necesitamos que vengas!
— ¿Ves? Necesitan de mi presencia, plebeyo. Ojalá no nos veamos nunca más.
— El odio es mutuo.
— ¡Nos vemos, Shinsou! — mientras corría en dirección a la peli-naranja.
— Es un odioso presumido.
— Y aun así le hablas.
Se encogió de hombros y sonrió — es una amistad compleja.
— Ya lo creo, pero ahora que él se fue a su lugar, también deberías ir a donde te corresponde.
— Me sorprende que lo necesiten. — comenzó a caminar — es decir, ese inútil para qué lo quieren.
— Bueno, supongo que como siempre discuten de otras cosas, no has tenido tiempo, pero él, es el líder del club de Matemáticas.
— ¿¡Monoma es el líder!? ¿¡Qué clase de mala broma es esa!?
Soltó una risa por lo bajo — Ninguna en absoluta. ¿No lo has visto en clase?
— Se duerme siempre en la clase del profesor.
— Exacto. Él les entiende totalmente con solo estudiarlo una vez, lo hace en fin de semana, adelantando cualquier examen sorpresa.
— ¡Mi Dios! ¡le das un talento increíble a un ser tan horrendo!
Con eso en mente ambos chicos fueron caminando hasta llegar a sus respectivos lugares. Eran tres de la tarde e iban a iniciar con sus actividades finalmente por las próximas tres horas, alistándose para el futuro escolar y su representación.
🏫--🏫
Shinsou elevaba los brazos con el fin de estirarse y relajarse un poco. Por fin había acabado sus registros de las dos semanas que habían trascurrido, solo faltaba colocar la hoja de registro oficial con el sello de la escuela sobre los expedientes de los alumnos nuevos.
No era nada nuevo lo que estaba leyendo, nombres, direcciones y razones de transferencia, lo que le sorprendió fue ver en el expediente de Kaminari decía que su residencia anterior era en Canberra, Australia, al igual que Todoroki. Solo había una diferencia de un año en la estadia del lugar.
— ¿Ya acabaste Shinsou?
Monoma estaba recargado frente a la puerta, mirando en dirección a Shinsou. Este último salió de sus pensamientos y guardo los documentos con cuidado.
— Sí, de hecho, ya estaba metiendo esto en su lugar. Solo hacía falta eso.
— Genial, te espero.
— Como sea, no hay ningún asunto — dijo para sí mismo.
Ambos salieron del salón para representantes de grupo. Portaban sus cosas escolares listas para salir de la escuela y dar paso al inicio del fin de semana.
— Hoy para mí es un día especial, pues saldré por la noche. Podré vivir lo que el mundo no está cuando el sol ya se esconde...
— Monoma, ¿qué pasa con esas canciones últimamente?
— ¿Qué tienen? Hace falta escuchar música de todo el mundo.
— No digo que sea malo, pero de pronto es curioso escucharte cantando en español, tal vez un día cantes de banda.
— ¡Chicos! — gritó Kaminari a lo lejos mientras corría para alcanzarlos
— Pensé que harías hacer salir tarde a todo el club de Estrategia. — tratando de provocar al oji-ámbar a lo lejos.
— Quisieras, princesa — posicionándose en medio Shinsou y Monoma. — no soy Monoma durmiéndome en clase.
— Ugh, como sea, ya que están los dos aquí quiero decirles que mañana salgamos al centro comercial. Necesito despejar mi mente y disfrutar el tiempo libre antes de que se pongan más exigentes.
— ¿Con solo dos semanas ya estas muriendo?
— ¡Vienes o no Pikachu! — poniéndose firme frente la puerta de entrada.
— Oww, alguien de verdad está asqueado de las clases. Bien, iré. ¿Vendrás Shinsou?
— Claro, sería buena idea.
— Nos vemos mañana en la plaza B a las 12 en punto.
— ¡De acuerdo! — Shinsou y Kaminari respondieron al mismo tiempo.
Kaminari sonrió dulcemente a Shinsou y este último le devolvió el gesto, la diferencia está en los pensamientos que tiene cada uno. El primero sabía lo que quería expresar, sin embargo, el segundo por primera vez no conocía que trataba de emitir la sonrisa del contrario, pero le gustaba.
— Nos vemos chicos. — mientras caminaba en dirección contraria de Monoma y Shinsou.
Lo vieron alejarse hasta estar cerca de la parada con el resto de compañeros que también hacían espera del camión.
— Si tú me quieres dame una sonrisa, si no me quieres no me hagas caso... — comenzó Monoma.
— ¿Ahora qué dices?
— Pero si ahora tú me necesitas, lo tengo que saber y tú mi bien, una señal me vas a dar. — mientras comenzaba a realizar ademanes señalando a Shinsou.
— ¿Qué?
— Y sólo dame una señal chiquita, hay m'hijita que sepa que te gusto oh si, Sólo dame una señal chiquita, oh mi vida que tú también me amas así — comenzando a caminar dejándolo atrás.
— ¿Estás bien?
— Si no te gusto no me digas nada, que tu silencio me diga todo, pero si te gusto dame una mirada, que sea la señal que bastará para saber que me amarás~ — corrió rápidamente mientras cantaba fuertemente.
— ¡Espera Monoma!
Por su parte, el rubio no escuchó lo que ocurría con los dos chicos a unos pasos detrás de él, estaba en la parada del bus, con una sonrisa en el rostro por recordar como Shinsou le devolvió el gesto. Tal vez no de la manera en la que él quisiera que expresara, pero era una sonrisa sincera.
— Tienes que esforzarte, Denki.
Mientras tanto, Monoma seguía cantando, alejándose de Shinsou, pensando en que por fin alguien de verdad tenía un interés autentico en su amigo.
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Hola a todos los que siguen esta historia.!
Había prometido traerles esto con un tiempo determinado, sin embargo, mis actividades tuvieron un giro cargado en la última semana, por lo que tuve que posponer la redacción y corrección del segundo capítulo una semana, pero no se preocupen, este fanfic si seguirá activo hasta poder finalizarlo.
Espero que puedan acompañarme hasta el final <3
Shinkammi One Shots tendrá actualización hasta final del mes.
Y Shinkami OS+18 tendrá actualización hasta inicios de septiembre.
Muchas gracias por leer.
Sin más que decir, cambio y fuera.
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