Capítulo 5
Si pudiera cambiar algo del pasado, probablemente sería ese día.
— ¡'Tora!
Ese día en el que todo se arruinó; el día en que comenzó todo.
— ¿Ya estás lista? — asentiste con la cabeza. — Entonces vamos.
— Espera,'Tora. — al voltearme, rodeaste mis hombros con tu brazo y sostuviste una cámara frente a nosotros. — ¡Sonríe!
Te hice caso y sonreí lo mejor que pude frente al objeto. La cámara hizo un ruido y luego vi una luz, indicando que se había tomado una foto.
— Mira. — inmediatamente la cámara imprimió la foto, la sacudiste un poco y me la mostraste.
— Es linda.
— Quédatela. — extendiste la foto hacia mí.
— Es tuya.
— Te la estoy dando como regalo; ahora es tuya. — tomaste mi mano y pusiste la foto ahí. — Yo quiero que tú la tengas.
Me sonrojé.
Sólo tú podías lograr ese efecto en mí; me sentía tan sensible y cálido contigo que siempre deseaba que esos momentos no fueran a terminarse nunca.
— Gracias... — miré hacia otro lado. — Mejor nos vamos o si no llegaremos tarde.
— ¡Cierto! ¡Hay que irnos!
En el verano del 2003, en primero de secundaria. A pesar de que estábamos en pleno verano, el día estaba relativamente fresco.
—¡Ya veo la playa! — Draken gritó desde enfrente.
— ¡Demonios! ¡Esto es genial! — dijo Baji.
— ¡La brisa marina es lo máximo! — agregué.
— ¡Es realmente divertido! — dijiste.
— Oye, ¿por qué no aceleras un poco? — le preguntó Pachin a Mitsuya.
— ¿Qué esperas que haga? El que va lento es él. — todos nos detuvimos y lo llamamos al mismo tiempo.
— ¡Mikey!
— Vamos, Mikey. — habló Draken. — ¿Hasta cuando piensas usar esa motoneta? Eres el comandante; usa una moto de verdad.
— Esta está bien como está; no te burles de mi nena. ¡Es una CB250T de 50 c. c.! ¡La Hawk urbana! — afirmó con orgullo.
— Qué Hawk ni qué ocho cuartos; es una motoneta. Ni puedes dar discursos en esa cosa.
— Sé de alguien que sale arrancando cuando intenta hacer rugir el motor. — mencionó Mitsuya.
— Hablas de Mikey, ¿no? — insinuó Pachin.
— Al ser tan lento, tampoco importa. — seguí yo.
— Bueno... incluso desde mi punto de vista es algo ridículo. — le dijiste. Sentí como que estaba teniendo algo de influencia en ti.
— Sé que sólo te interesa la CB250T, — le habló Draken. — pero ¿qué piensas hacer si nadie te puede prestar una?
Unas cuantas personas mayores que nosotros aparecieron en ese momento.
— ¡Miren, miren!
— ¿Es en serio?
— Son unos bebés con chaquetas te pandillero.
— “¿Tokyo Manji?” No los conoce ni su mamá. ¿De dónde salieron ustedes? Si van a jugar a las pandillas, mejor háganlo en sus casas; no se metan a Yokohama.
— Bueno, ya que estoy aquí. — uno de ellos se bajó de su motocicleta con un bate en la mano. — Destrozaré esa motoneta inservible que tienes.
— Si le pones un dedo encima a mi Hawk urbana, te mato. — lo fulminó con la mirada.
— Bueno, da igual. — lo ignoraron y se fueron. — ¡Los haremos pedazos la próxima vez que los veamos por aquí!
— ¡Y también quemaremos sus motos!
— ¡Mejor pónganse a estudiar!
Inflaste las mejillas enfadada al escucharlos; fue tan tierno.
— ¿Qué hacemos? — Baji preguntó. — ¿Los matamos o qué?
— ¡Suena bien! Son tan pocos que no tardaríamos nada. — opiné.
O quizás sólo quería vengarme porque nadie debería hacerte enojar. Odiaba eso, cuando la gente te subestimaba o cuando te molestaban; quería destruir a toda esa gente.
— Mejor no; ya se fueron. — dijo Mitsuya.
— Soy tonto, así que todo me da igual. — siguió Pachin.
— Es culpa de Mikey por andar en motoneta. — mencionó Draken.
— ¡Sin duda!
— ¿Qué? ¿Qué les pasa?
No quería que esto pasara; fue mi culpa. Lamento mucho haberlo arruinado todo; lamento tanto lo que te hice.
— ¡La playa!
— ¡Vamos, Mitsuya! — Draken corrió hacia el agua.
— ¡No pienso perder! ¡Gana el primero en llegar al mar!
— ¡Y regresar a la costa!
— ¿No te has cambiado 'Zomi? — te pregunté.
— Me da algo de vergüenza usar traje de baño, y tampoco tengo planeado entrar al agua en realidad. Creo que prefiero quedarme así.
— Yo me quedo contigo; golpearé a quien sea que te mire mucho. No te preocupes por eso y ven a divertirte. — te reíste.
— Está bien; tengo el traje de baño debajo, pero... ah...
— Como dije, no te preocupes; me aseguraré de que nadie te vea. Bueno, también podría acompañarte a otro lugar para que puedas hacerlo.
— Gracias.
Fuimos rápidamente; sentí que me iba a dar un infarto cuando te vi con traje de baño. Lo bueno era que tú también estabas algo nerviosa; te delató tu sonrojo, y eso me alivió porque yo también estaba sonrojado.
Al volver nos sentamos juntos, y luego me di cuenta de algo.
— ¿Qué es eso? — tenías una cicatriz en tu abdomen. Pensé que tal vez era por eso que no querías usar traje de baño.
— No es nada; no me gusta que la gente lo vea. — te abrazaste a ti misma de modo en que tapaste la cicatriz.
— A mí me gusta.
— No lo digas para hacerme sentir mejor.
— No es así; yo no haría eso. Lo digo porque realmente me gusta; yo te dije que me gustabas y era en serio. Me gusta todo de ti, y esa cicatriz no lo cambia; eres... muy hermosa así como estás.
Tus ojos brillaron en ese momento; estaban brillando por mí, por algo que yo te dije.
Te acercaste más a mí, y al ver lo que tratabas de hacer cerré los ojos y me dejé llevar. Sentí tus labios sobre los míos, y demonios, se sintió tan bien... no quería que terminara, quería seguir haciéndolo siempre. Me sentí tan seguro y feliz; tan vivo e increíblemente enamorado de ti, y esa sensación no la hubiera cambiado por nada en el mundo.
Incluso tus labios eran cálidos.
Esa fue la primera vez en que me sentía tan bien; la primera vez en que pude besarte.
Pero también fue la última.
— ¿Segura que no quieres acompañarnos? Puedo llevarte a tu casa cuando estemos de regreso.
— No, tú ve con Baji; se va a hacer tarde y necesito regresar temprano.
— Como quieras... — me abrazaste; yo correspondí el gesto.
— Adiós, 'Tora.
— Hasta luego.
Si hubiera sabido lo que iba a pasar esa misma noche; si tan sólo lo hubiera sabido... no te hubiera dejado ir. Te hubiera abrazado con más fuerza, te hubiera pedido que nunca te vayas de mi lado, te hubiera besado otra vez.
No te hubiera dejado ir.
🌸 Pues nada, vienen las cosas feas.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top