Pαɾƚҽ 2 | Fιɳαʅ
[14 años de edad | Felix]
Era un día soleado, un sábado perfecto para disfrutar de la tranquilidad y el aire fresco en la casa de mis abuelos. Desde pequeño, los fines de semana en ese lugar se habían convertido en un refugio para mí. En esta ocasión, me encontraba recostado en una cómoda maca en el patio trasero, sumergido en las páginas de un libro que Hyunjin me había recomendado.
Hyunjin, Hwang Hyunjin, el chico que había llegado a mi vida como un torbellino inesperado. Cada vez que estábamos juntos, una mezcla de emociones revoloteaba dentro de mí. Siempre he sentido mariposas en el estómago a su alrededor, pero últimamente, esas sensaciones se habían intensificado. Mis mejillas se teñían de un cálido color carmesí cada vez que su mirada se encontraba con la mía, y mi corazón parecía tener vida propia al latir desbocado en su presencia. La confusión se apoderaba de mí y no lograba descifrar qué significaban esos sentimientos renovados.
Ante la incertidumbre y las dudas que me invadían, solo existía una persona a la que acudir: mi padre. Él siempre ha sido mi roca, el apoyo incondicional que nunca me dejaría solo frente a las encrucijadas de la vida. Con paso decidido, dejé el libro a un lado y me dirigí hacia el interior de la casa en busca de él.
Al encontrarlo, una oleada de alivio recorrió mi ser. Sin pensarlo dos veces, corrí hacia él y lo abracé con fuerza, buscando consuelo y orientación en sus brazos. Su presencia era reconfortante y su mirada llena de comprensión, como si supiera que algo me perturbaba. Era el momento de abrir mi corazón y confiar en sus sabias palabras para encontrar claridad en medio del torbellino emocional que me embargaba.
Después de ese reconfortante abrazo, mi padre me miró con ternura y me pregunto
—Cariño, ¿todo bien? ¿Por qué tienes esa carita?
Y sin más, le conté sobre mis sentimientos confusos hacia Hyunjin, cómo mi corazón latía más rápido cuando estaba cerca de él y cómo su sonrisa iluminaba mi día. Mi padre escuchó atentamente, asintiendo de vez en cuando, y finalmente me dijo:
—Mi Felix, el amor es un sendero lleno de giros inesperados y emociones encontradas. A veces puede parecer complicado de comprender, pero siempre recuerda que la honestidad contigo mismo es fundamental en este viaje. Reconocer tus sentimientos y aceptarlos tal como son es un paso valiente y necesario —Al escuchar eso, bajé la cabeza algo apenado— Felix, cariño, no puedo evitar notar la chispa en tus ojos cuando mencionas a Hyunjin. Tus palabras están impregnadas de emoción, y tu corazón late al ritmo de su nombre. Es evidente para mí, como padre que te conoce muy bien, que estás enamorado de él.
—¡No puede ser papá, él es un hombre, no me puede gustar! —Dije un poco alterado, pues me sentía confundido.
—El amor es un sentimiento universal que trasciende barreras, normas y etiquetas impuestas por la sociedad. No conoce límites, fronteras ni géneros, ya que su esencia pura y genuina se manifiesta en la conexión profunda entre dos personas, independientemente de su identidad de género. El amor es libre, inclusivo y poderoso, capaz de unir corazones de todas las formas, tamaños y colores, recordándonos que la verdadera esencia del amor reside en la autenticidad y la reciprocidad de los sentimientos compartidos —Hizo una pequeña pausa al ver que mis manos temblaban, por lo que las tomó, transmitiendome seguridad— Cariño, el amor es un regalo precioso, pero también puede ser desafiante. Sin embargo, la autenticidad y la sinceridad contigo mismo te guiarán en este camino. Permítete explorar tus emociones, déjate llevar por la alegría que Hyunjin despierta en ti y confía en que, pase lo que pase, siempre contarás con mi apoyo incondicional. Recuerda, Felix, el amor es un viaje único para cada persona, y estoy aquí para acompañarte en cada paso que decidas dar.— Con mucha delicadeza, atrajo mi cuerpo y lo envolvió en un abrazo reconfortante— Te amo más que a todo.
—¿Todo?
—Sí, todo.
Sus palabras resonaron en mi mente, dándome fuerzas para enfrentar lo que sea que estuviera sintiendo.
Decidí que hablaría con Hyunjin y compartir mis emociones con él. Me sentí nervioso, pero también aliviado por tomar esa decisión. Sabía que independientemente de lo que sucediera, tendría el apoyo de mi padre y la valentía para seguir adelante.
Así que, aprovechando la próxima oportunidad, me armé de valor y busqué a Hyunjin para tener esa conversación tan importante.
Salí corriendo hacia la casa de Hyunjin, con la esperanza de encontrarlo allí, pero para mi desilusión, al llegar y tocar la puerta principal, no obtuve respuesta. El silencio reinaba en su hogar, y tras intentar llamarlo a su teléfono celular sin éxito, decidí esperarlo afuera. El sol iba cayendo lentamente en el horizonte mientras permanecía sentado, con el corazón lleno de incertidumbre y la mente plagada de preguntas sin respuestas.
El tiempo parecía detenerse mientras aguardaba su regreso, y el cansancio se apoderaba lentamente de mi cuerpo. Finalmente, exhausto, aún en el suelo con las rodillas cerca de mi pecho, cerré los ojos, dejándome llevar por el sueño que me vencía.
Fui despertado por voces que resonaban a lo lejos, llamando mi nombre. Al abrir lentamente los ojos, vislumbré la figura de dos personas tomadas de la mano acercándose hacia mí. Al enfocar mejor la escena, identifiqué a Hyunjin entre ellos, pero mi corazón se llenó de confusión al percatarme de la presencia de una chica rubia a su lado. Sus pecas recordaban a las mías, y su mirada reflejaba sorpresa al encontrarse conmigo en ese inesperado encuentro.
—¡Felix! ¿Qué haces aquí? Ya es tarde y no estás bien abrigado. ¡Te vas a enfermar! —exclamó mientras soltaba la mano de la chica y se agachaba para ponerse a mi altura. Con delicadeza, tomó mi rostro entre sus manos y preguntó con preocupación— ¿Estás bien?
Sentí una molestia inexplicable y sin pensarlo solté un brusco— ¡Suéltame! —apartando mi rostro— ¿Dónde estabas? ¿Por qué no contestaste mis llamadas? —cuestioné, sin atreverme a mirarlo directamente aún.
—¿Qué te sucede? Solo salí a pasear con Charlotte, no te pongas así.
—No me sucede nada, solo me preocupé porque no contestabas... —respondí, poniéndome de pie y apartandome de Hyunjin.
—¿Tú eres Felix, verdad? -preguntó la rubia pecosa, interviniendo en la conversación— Un gusto, soy Charlotte y soy la novia de Hyunjin.
La tensión en el ambiente era palpable mientras las palabras resonaban en el aire. La sorpresa se reflejaba en mi rostro al escuchar esas reveladoras palabras. La confusión invadía mi mente mientras procesaba la situación, sin poder evitar sentir una mezcla de emociones.
Me sentía decepcionado, primero porque Hyunjin nunca me había hablado de esa chica y ahora resulta que es su "novia", segundo porque no me había contestado las llamadas por estar con ella ¡Yo lo conozco primero, debería tomarme más prioridad! Incluso podría decir que me sentía un poquitín celoso, no me gustaba para nada esa sensación pero no podía evitarlo.
Añadiendo a mi desconcierto, justo cuando comenzaba a aceptar mis sentimientos hacia Hyunjin, todo esto sucedía. ¿Por qué ahora? ¿Por qué esta confusión justo en el momento en que estaba dispuesto a enfrentar mis emociones? La incertidumbre se apoderaba de mí, sumándose a la compleja mezcla de emociones que revoloteaban en mi interior.
Y sin más, salí de ahí. Simplemente no podía seguir ahí, confirmando mi rechazo seguro. ¿Por qué me pasa eso a mí? Definitivamente Hyunjin no podía enterarse de mis sentimientos hacia él. ¿Cómo iba a mirarlo ahora? Aunque siendo sincero, no quería volver a verlo nunca más. ¿Hasta ahí había llegado nuestra amistad de años?
Mientras caminaba por las calles, una sensación de desolación se apoderaba de mí. Cada paso que daba parecía alejarme más de lo que solía ser nuestra amistad. La idea de que Hyunjin descubriera mis sentimientos me atormentaba, llenándome de temor e inseguridad. ¿Cómo podría enfrentarlo después de esto? La idea misma me resultaba desgarradora.
La traición y el desencanto se entrelazaban en mi interior, formando un nudo en mi garganta. ¿Por qué todo esto tenía que suceder justo ahora? Mis pensamientos giraban en un torbellino de emociones encontradas, mientras trataba de encontrar una salida a esta situación tan dolorosa.
[Perspectiva de Christopher/padre de Felix]
Pasaron días desde que hablé con Felix de Hyunjin, este se veía raro. Quise conversar muchas veces con él pero siempre evitaba el tema, obviamente no podía obligarlo a nada y no me gustaría que esa confianza que tenemos, se pierda. Intenté de todo para animarlo pero nada funcionaba.
Necesitaba hablar con Hyunjin, necesitaba confirmar mis sospechas. Aunque creo que mágicamente lo invoqué, pues justo me empezó a entrar una llamada de él. La sensación de alivio me invadió al ver su nombre parpadear en la pantalla del teléfono. A pesar de todo lo que estaba pasando entre ellos, seguía siendo una persona a la cual le tenía mucho aprecio.
Finalmente, tomé aire y contesté la llamada, preparándome para lo que vendría a continuación.
—¿Aló, señor Chris? —se escuchó a través de la línea telefónica.
—Te escucho, Hyunjin —respondí, reconociendo su voz ligeramente tensa.
—Disculpe, ¿está ocupado en este momento? —preguntó, notándose su nerviosismo, lo cual me pareció adorable.
—No, hijo. ¿Pasa algo? ¿Hay algo que quieres decirme? —indagué, tratando de descifrar el motivo de su llamada.
—¿Podría conversar con usted en persona? ¿Le parece si voy a su casa? —solicitó, revelando su deseo de abordar un asunto importante cara a cara.
—No te preocupes, mejor yo voy a la tuya. Felix está acá y no creo que quiera verte. —propuse, consciente de las posibles complicaciones que podrían surgir si Hyunjin se presentaba en mi hogar en ese momento.
—Oh, sí, entiendo... —se notó un dejo de decepción en su voz, lo cual me hizo sentir incómodo al tener que rechazar su propuesta. Sin embargo, sabía que era lo más conveniente en ese momento.
—Ok hijo, nos vemos. —Finalmente corté la llamada, con la esperanza de que nuestra conversación en persona pudiera aclarar cualquier duda o malentendido entre nosotros.
Me dirigí a la casa de el menor, tal como habíamos acordado en aquella llamada. Al llegar, toqué la puerta principal y, para mi sorpresa, esta se abrió de inmediato, revelando a un chico en pijama con los ojos rojos e hinchados por tanto llorar. Me dolió verlo así, por lo que atraje su pequeño cuerpo hacia mí y lo envolví en un abrazo reconfortante. Mientras acariciaba suavemente su lindo cabello castaño, pude sentir su tensión disiparse poco a poco.
Rápidamente percibí cómo correspondía el abrazo y rompía en llanto, liberando toda la angustia que parecía cargar sobre sus frágiles hombros. Sus sollozos resonaban en la tranquilidad de la casa, y me esforcé por transmitirle calma y seguridad con mis gestos y palabras. Después de un tiempo que se me hizo eterno, Hyunjin logró tranquilizarse lo suficiente como para contarme lo que le había estado atormentando.
—Felix ya no me quiere, ¿verdad? —preguntó con temor, su voz reflejando una profunda inseguridad.
—No digas eso, hijo —hice una pausa para buscar las palabras adecuadas— Claro que Felix te quiere, solo está confundido —nuestra conversación se llenó de un silencio incómodo, mientras buscaba la forma de reconfortar a Hyunjin en medio de su angustia.
—¿Pero por qué ya no me quiere ver y me ignora? ¿Hice algo malo? —expresó con una voz entrecortada por las ganas intensas de llorar y no parar. Su vulnerabilidad me conmovió profundamente, y sentí la urgencia de encontrar las respuestas que lo ayudarían a entender la situación.
—¿Qué es Felix para ti? ¿Qué sientes por él? —pregunté, esperando que Hyunjin pudiera reflexionar sobre sus propios sentimientos y así encontrar una vía para enfrentar la situación con mayor claridad. La complicada dinámica entre Hyunjin y Felix requería ser abordada con sensibilidad y comprensión.
—Felix es la primera persona en la que pienso al despertar, es la persona que me hace hacer el bien, es la persona más pura que conozco, es mi persona favorita, es la persona que amo... Eso me tiene confundido, no sé en qué sentido lo amo. Siento muchas cosas cuando estoy con él, son cosas que no se sienten por los amigos. ¿Usted sabe si Felix siente algo parecido por mí? —preguntó avergonzado, se sentía raro decir todos sus pensamientos en voz alta. Sus palabras resonaron en el ambiente, cargadas de una intensidad emocional que reflejaba su profunda conexión con Felix.
Hyunjin se mostraba vulnerable al compartir sus sentimientos de una manera tan honesta y directa. Me tomé un momento para asimilar sus palabras y responder con empatía.
—Es natural sentirse confundido cuando experimentas emociones tan intensas hacia alguien. Puede ser complicado entender el alcance de esos sentimientos, pero lo importante es que te permitas explorarlos sin juzgarte a ti mismo. Y sobre lo que siente Felix... a veces las personas guardan sus sentimientos muy dentro de sí mismas. Quizás sería bueno conversar con él sobre esto, para tener una mejor comprensión mutua —respondí, tratando de ofrecerle un consejo que le brindara claridad en medio de su confusión.
La sinceridad de Hyunjin abría paso a una conversación profunda y significativa, y estaba decidido a acompañarlos en este proceso de autodescubrimiento y entendimiento de sus sentimientos.
—Pero él ni siquiera quiere verme... ¿Cómo podremos hablar? —expresó Hyunjin con frustración, su voz cargada de tristeza y desesperanza. La incertidumbre de no poder comunicarse con Felix parecía pesarle en el corazón, impidiéndole encontrar una solución clara.
Observando su angustia, decidí tomar una decisión impulsiva en un intento por ayudarlos a superar este obstáculo.
—Toma —le extendí las llaves de mi casa, ofreciéndole un gesto de confianza y apoyo— Anda, les voy a dar su espacio, no te preocupes. Tal vez estar a solas les permita tener esa conversación que tanto necesitan.
Hyunjin recibió las llaves con sorpresa y gratitud, su rostro iluminándose con una mezcla de esperanza y alivio. En ese momento, supe que había tomado la decisión correcta al ofrecerle mi hogar como un espacio seguro para que pudieran hablar libremente.
Sin perder tiempo, Hyunjin me abrazó una vez más, aunque breve debido a su prisa por aprovechar esta oportunidad. Pude sentir la fuerza de sus emociones en ese abrazo fugaz antes de verlo salir corriendo en dirección a mi casa, determinado a resolver las dudas y sentimientos que lo agobiaban.
Mientras observaba su figura alejarse, esperaba sinceramente que este gesto improvisado pudiera allanar el camino para una conversación honesta entre Hyunjin y Felix. Sabía que no podía controlar el resultado, pero confiaba en que el tiempo y el espacio adecuados podrían abrir las puertas a una mayor comprensión y claridad para ambos.
[Perspectiva de Felix]
Me sentía fatal, el solo pensamiento de haberme alejado de Hyunjin, me partía el corazón. Todavía lo amaba y eso era lo más triste, seguro él estaba disfrutando la vida con su novia y yo aquí arruinando mi adolescencia por un estúpido sentimiento que ni siquiera es mutuo.
La agonía de sentirse atrapado en un amor no correspondido se apoderaba de mí, sumergiéndome en un mar de emociones contradictorias. Mis pensamientos se enredaban en la incertidumbre y la tristeza, mientras luchaba por encontrar una salida a esta situación que parecía consumirme por completo.
Escuché que tocaron la puerta de mi habitación, supuse que era mi padre y respondí con un simple "Pase". Yo me encontraba en posición fetal, dando la espalda a la puerta, por lo que no pude ver la cara del contrario. No escuchaba nada, no dijeron ni una sola palabra pero sentía su presencia.
Hasta que sentí un peso en la cama, me imaginé que había tomado asiento. Aunque de pronto sentí que alguien me hacía cucharita y susurró en mi oído un "Perdóname". Definitivamente ese no era mi padre.
Confundido, bajé la mirada a mi cintura y ahí pude observar sus gigantes manos. Rápidamente voltee mi cabeza para confirmar mis sospechas y ahí lo pude ver... Ahí se encontraba Hyunjin, con los ojos cerrados y luego acomodó su rostro en la curvatura de mi cuello.
La sorpresa invadió mis sentidos al darme cuenta de que era Hyunjin quien se encontraba a mi lado, compartiendo este momento íntimo y cargado de emociones. Su inesperada presencia generó un torbellino de pensamientos en mi mente, mientras intentaba comprender el significado detrás de sus acciones. La confusión se mezclaba con una chispa de esperanza, creando un ambiente tenso pero lleno de posibilidades.
En ese instante, el peso de las emociones se hacía palpable en el aire, envolviéndonos en un silencio cargado de significado. No sabía qué decir o hacer ante esta inesperada muestra de arrepentimiento por parte de Hyunjin. Sus palabras resonaban en mi mente, haciendo eco en mis pensamientos mientras intentaba procesar lo que estaba sucediendo.
—Alejate, Hyunjin —me atreví a decir, aunque me gustaba estar así con él, no podía dejarme llevar— Esta posición es un poco prometedora, tú tienes novia.
—Ya no tengo -hizo una pausa— entendí que no puedo estar con una persona para olvidar a otra. Terminé con ella al día siguiente de que nos viste.
Mis pensamientos se agolpaban en mi mente, tratando de comprender las palabras de Hyunjin. ¿Cómo podía haber cambiado tan drásticamente su situación amorosa en tan poco tiempo? La confusión y la incertidumbre se apoderaban de mí mientras intentaba procesar la revelación que acababa de hacer.
—¿Cómo es eso de que estuviste con ella para olvidarte de otra? ¿Te gusta otra chica? —pregunté con un tono indeciso. Las lágrimas amenazaban con escaparse, pero luchaba por mantener la compostura frente a Hyunjin. Sus palabras resonaban en mi interior, desatando una mezcla de emociones que me resultaba difícil contener.
La vulnerabilidad se apoderaba de mí mientras esperaba una respuesta que pudiera arrojar luz sobre la compleja situación en la que nos encontrábamos.
Hyunjin tomó la iniciativa de separarse, moviéndose con determinación para tomar asiento en el borde de la cama. Sus ojos reflejaban una mezcla de emociones mientras me indicaba con un gesto que hiciera lo mismo, deseando entablar una conversación cara a cara.
Mientras me acomodaba, pude percibir la seriedad en su mirada, como si estuviera preparado para abordar un tema importante. El silencio se extendió entre nosotros, cargado de expectativa y tensión, mientras me preguntaba qué era lo que estaba pasando por su mente.
Finalmente, Hyunjin rompió el silencio, sus palabras resonaron en la habitación y su tono denotaba una mezcla de determinación y vulnerabilidad. Me sentí intrigado por lo que estaba a punto de revelar, consciente de que aquella conversación podría cambiar el rumbo de nuestra relación.
—¿Aún no te das cuenta? —me miro de reojo y se formó una pequeña sonrisa en su bello rostro— Pensé que eras más inteligente, Felix.
Hyunjin parecía disfrutar de mi desconcierto, su sonrisa pícara revelaba un atisbo de diversión mientras jugaba con mi confusión. Sus palabras resonaban en el aire, cargadas de un significado que me resultaba esquivo.
—No te estoy entiendo, Hyunjin. ¿Qué quieres decir? -—completé para por fin mirarlo directo a los ojos, intentando descifrar lo que quería decir.
Y de nuevo el silencio se apoderó del espacio entre nosotros, mientras intentaba leer las expresiones en el rostro de Hyunjin. Sus ojos reflejaban una mezcla de misterio y complicidad, como si estuviera a punto de revelar un secreto largamente guardado. La intriga se apoderaba de mí, anhelando comprender el significado detrás de sus enigmáticas palabras.
—Ay, mi Lixxie. Desde que llegaste a mi mundo, lo pusiste de cabeza. Me hiciste experimentar muchas cosas, fuiste mi primera vez en muchas otras y me alegro que hayas sido tú, realmente te lo agradezco. Cada día que pasa, me doy cuenta de mis sentimientos hacía tí. Aún estoy descubriendo al 100% mi amor por tí, pero te puedo asegurar que es lo suficiente para decirte esto... —suspiró e hizo una pausa— Me gustas Felix, me gustas muchísimo. Me dí cuenta en el momento que empecé a experimentar cosas que no se siente por un simple amigo, tú no eres eso para mí. Tú eres mi todo, mi más y mi siempre.
Las palabras de Hyunjin resonaban en mi mente, desencadenando una oleada de emociones que me resultaba difícil procesar. Su confesión sincera y apasionada había sacudido los cimientos de mi mundo, dejándome atónito ante la magnitud de sus sentimientos.
Mientras intentaba asimilar sus palabras, tomé suavemente las manos de Hyunjin entre las mías, buscando una conexión que reflejara la intensidad de lo que acababa de compartir conmigo. Sus ojos transmitían una vulnerabilidad que nunca antes le había visto, revelando la profundidad de su amor y el valor de su confesión.
Después de tremenda confesión que claramente me tomó por sorpresa, solo pude asentir con la cabeza. ¡Vamos, entiendanme! Es difícil creer todo eso, más si viene de la persona que remueve mi mundo con su sola presencia.
La habitación parecía impregnada por la energía cargada de emociones encontradas, mientras ambos procesábamos el impacto de aquellas revelaciones. La complejidad de la situación se manifestaba ante nosotros, desafiándonos a explorar nuevos territorios en nuestra relación.
No lo dudé ni un segundo y decidí romper la molesta barrera que nos separaba. Con determinación, acerqué mis labios a los suyos y finalmente nos fundimos en un hermoso beso, un momento que grabaría en mi memoria para siempre, mi primer beso...
Torpemente, sentí cómo correspondía al beso, colocando sus manos en mi cintura mientras yo sujetaba su rostro con mis manos temblorosas. Fue un beso cargado de amor y cariño mutuo, sin segundas intenciones, solo el deseo de expresar todo lo que sentíamos el uno por el otro. Estoy convencido de que también era su primer beso, su nerviosismo era palpable y no podía evitar sentirme igual de ansioso, incluso peor.
El momento se prolongó en un instante eterno, donde el mundo a nuestro alrededor desapareció y solo existíamos nosotros dos, compartiendo ese precioso vínculo que acabábamos de crear. Cada segundo parecía detenerse mientras nos sumergíamos en la dulzura y la ternura de ese gesto sincero.
Después del beso, nuestras miradas se encontraron con complicidad y cariño, reconociendo la importancia de lo que acabábamos de compartir. El nerviosismo se disipó lentamente, dejando paso a una sensación de paz y plenitud que inundó nuestros corazones. Era el comienzo de algo nuevo y maravilloso entre nosotros, un paso valiente hacia un futuro lleno de amor y complicidad.
—Tú también me gustas a mí, Hyunjinnie.
Fin.
Espero que les haya gustado este pequeño AU.
¡El final es uno abierto, lo dejo en sus manos! Dejen volar su imaginación, sean creativos.
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