8

Anthony le cuenta, seis meses después, tímido y vacilante por teléfono, que tal vez esté "como que saliendo" con Steve Rogers.

La total falta de sorpresa de parte de Jarvis lo molesta.

—Esto es injusto —se queja—. También sabías sobre Rhodey.

—Tiene muchísimos dones en distintas áreas de inteligencia, mi Anthony —se ríe Jarvis—. Pero ninguno se acerca al área del corazón.

Hay un minuto de silencio antes de que Tony diga: —Creo que esta vez es la correcta, Jay.

—¿Cómo se siente al respecto?

—Cagado de miedo —admite—. ¿Quieres saber un secreto? Steve dice que me ama.

—Eso no es un secreto, Anthony —vuelve a reír Jarvis—. No sé cómo un hombre no lo amaría.

—Estás siendo imparcial.

—Y estoy orgulloso de eso —dice Jarvis—. ¿Es feliz?

—Sí —confiesa Tony—. Lo soy. Digo, todavía tenemos peleas, buenas peleas, y Steve sigue siendo un desgraciado terco y engreído a veces, y también puede ser muy malo a veces. Pero creo... creo que también lo amo.

—Eso me emociona, Anthony.

—A mí también, Jarv. Te agrada, ¿verdad?

—Por supuesto —afirma Jarvis—. Estamos en el mismo club, él y yo. En el escuadrón de protecicón de Tony Stark.

—No necesito que me protejan.

—Dirección. En. Televisión. Nacional.

—¿Cuántas veces usarás eso en mi contra?

—Cuantas veces sea necesario.

💫

Cuando el capitán Rogers le contacta sutilmente, preguntando por la talla de anillo de Anthony, Jarvis no se sorprende.

Cuando el capitán Rogers vuela a Inglaterra para mostrarle la argolla de platino con rubíes, Jarvis no se sorprende.

Pero, cuando el capitán Rogers le pide permiso para proponerle matrimonio a Tony, se queda sin palabras.

—Yo no... —inhala profundamente y empieza de nuevo—. Yo solo soy... yo no... no podría...

—Tú eres su padre —dice Steve, con una suave pero seria expresión en el rostro—. Te mira como su padre, y su opinión es la única que cuenta al respecto, ¿no crees?

—No sé.

—Diez dólares y uno de tus pasteles de carne picada a que te pide que tú lo entregues en el altar.

Jarvis ríe.

—¿Entonces? —pregunta Steve, sonriendo.

—Conoce mi respuesta, Capitán Rogers —señala—. No habría volado hasta Inglaterra si pensara que le diría que no.

—¿Qué hubiera hecho yo en ese caso?

—Simplemente le hubiera propuesto y le habría obligado a que me contara la noticia —Jarvis se encoge de hombros—. Usted es astuto. Es lo suficientemente determinado como para conseguir lo que quiere, y usted quiere a Tony.

—Realmente lo hago, Jarvis.

—Hágalo de manera linda —dice Jarvis—. Ah, él diría que sí incluso si le propone con una pizza en esa pocilga que llama taller. Pero, usted hágale algo lindo. Tony cree que no merece cosas lindas. Demuéstrele que está equivocado.

—Lo prometo.

—¿Cómo le va a proponer?

—De hecho, iba a esconder el anillo entre la garra de Dum-e antes de su mantenimiento.

—Le va a encantar eso.

—¿Lo crees?

Jarvis lo evalúa con la mirada y luego asiente, como instándolo a hacerlo. Steve siente que acaba de aprobar un examen.

—¿Van a salir antes?

—Un salón de autos —asiente Steve—. Autos clásicos de los años 50.

—Oh, va a estar insoportable.

—Ya sé —ríe Steve—. Pero estará relajado, y ese es el punto.

—Bien, Capitán Rogers —dice Jarvis, finalmente, extendiendo un brazo—, bienvenido a la familia.

—Gracias, Jarvis —responde Steve, en un suave apretón de manos—. Honestamente, esperaba recibir "la charla".

—Ah —ríe Jarvis—, espere hasta después del compromiso. Potts lo arrinconará y Rhodes le hará una demostración.

—Lo espero con ansias.

—Ustes es un tonto muy valiente, Rogers. Pero esas son las características necesarias para seguirle el ritmo a Tony.

💫

Jarvis tiene una lista mental de los mejores tres días de su vida.

El primero es el día que Anna aceptó casarse con él. El segundo mejor día de su vida es un recuerdo, uno de hace muchos años, cuando vio a Anna cargar al bebé Anthony por primera vez, y su corazón dio un tirón en su pecho, queriendo explotar de felicidad y ternura.
El tercer mejor día fue cuando un pequeño Anthony de un año de edad había envuelto su manita alrededor del dedo de Jarvis y dijera sus primeras palabras "¡Jalvis, aliba!"

Se siente tan afortunado de poder agregar un cuarto día a la lista, y claro que es este; el día en el que toma del brazo a Anthony -a su hijo- y lo lleva a través del altar, para casarle con Steve.

Llora. Tony no va a poder molestarlo al respecto, porque también está llorando un poco, luciendo radiante y a salvo en los brazos de Steve.

En la recepción, encuentra a James sentando en un taburete, sosteniendo una bebida, mirando de manera melancólica a Anthony y Steve bailando.

—¿Arrepentido por dejarlo ir? —pregunta, sonriendo hacia la feliz pareja.

—Ooohhh, no —ríe Rhodey—. Agradecido y más que aliviado de saber que ahora tiene otra persona a la cual molestar.

—Lo extrañará. Se sentirá ignorado si él no le llama a mitad de la noche, pidiéndole una caja de chocolates Ghirardelli.

—Eso... eso, probablemente sea cierto. Ay, Dios nos ayude.

—¿Usted, alguna vez, piensa...? ¿Que usted y él?

—Sé que nos estuviste apoyando todo este tiempo, Jarvis —dice Rhodes—. Pero nos habríamos vuelto locos el uno al otro. Steve lo balancea. Él es feliz, y yo también.

—Oh, sí, así escuché —asiente Jarvis—. Me alegro por usted, James. Si lastima a la señorita Potts, Tony lo va a matar. Ya sabe.

—Ya sé —asiente Rhodey.

—¡Jarvis! ¡Ven a bailar conmigo! —Tony aparece detrás de ambos, con el corbatín deshecho y colgando de su cuello, y el cabello revuelto. Jarvis intenta arreglar el corbatín. Con el cabello, sin productos y un peine, no hay esperanzas—. Oh, vamos, Jarvis. No hay problema si no estoy impecables. ¡Es una fiesta!

—No puedo bailar, Anthony.

—Será una canción lenta —dice Tony, y, cuando ve a Jarvis dudar, saca a relucir los ojitos de perrito lastimado, usando así su arma más poderosa—. Un baile padre e hijo. Eso existe, ¡vamoooos!

Jarvis voltea a ver a Steve, quien se limita a encogerse de hombros—. Hey, no me mires así. El chico lindo quiere bailar, deberías bailar con él.

—Usted es astuto, Capitán. No puedo creer que el mundo crea que es casto y puro.

—Oh, definitivamente puedo testificar que no es ni casto ni puro... diablos, ¿cuánto vino he tomado? —murmura Tony—. Ignora eso, Jay, y ven a bailar conmigo.

—Un reemplazo humano de su IA, eso es lo que soy —se queja Jarvis, incluso cuando permite que Tony lo lleve de la mano.

—Sí, simplemente te usé para modelar a mis asombrosas e innovadoras creaciones —ríe Tony—. Pobre de ti...

Como lo prometió, una canción lenta empieza a sonar y Tony hace girar a Jarvis, exactamente de la misma manera en la que Jarvis solía hacerlo girar a él cuando tenía cinco años, bailando con la música de la radio.

Jarvis no puede contener su amplia sonrisa. Tony le ofrece una sonrisa igual de radiante, antes de desviar la mirada, repentinamente tímido.

—¿Jarvis?

—¿Sí, amo Anthony?

—Gracias por todo.

—No sea tonto —Jarvis abraza al menor—. Los hijos no deberían agradecerle a sus padres. Especialmente, los que los enorgullecen tanto como usted lo hace.

A Tony le gustaría negar que lloró como un bebé al escuchar eso, pero Rogers lo tiene todo en un video para la posteridad.

😭😭
https://archiveofourown.org/works/8146930#main

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