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-Stop talking, you're losing blood! -Gritó el castaño cubriendo como podía los agujeros en el pecho de la más baja quien había sido alcanzada por una ráfaga de disparos de un caza japonés cuando estaban en Honiara mientras revisaban el avance americano en las Islas Salomón-.

(¡Ya deja de hablar, estás perdiendo sangre!)

-No me grites gringo, me duele a cabeza.. -Resopló con dificultad la tricolor con sus manos sobre las del mayor, se sentía mareada y no podía regenerarse correctamente por lo que había algo mal- Probablemente algunas siguen adentro, tienes que sacarlas antes de que me desmaye.. 

-Are you crazy?!, We have no anesthesia nearby! -El de franjas rojas la miró como si le hubiese pedido que le disparase nuevamente, ya que era una completa locura por el nivel dolor que experimentaría en ello-.

(¡¿Estás loca?!, ¡No tenemos anestesia cerca!)

-Cállate puñetas, si no me sacas éstas cosas me voy a desangrar hasta quedar como un chile seco. -México gruñó jalándolo del chaleco, claro que sabía que le dolería como el mismísimo infierno.. pero no tenía de otra si quería continuar con sus funciones-.

-Estás loca -Dijo entre dientes el más alto quitando el chaleco y la camisa ajenas intentando no alarmarse por la cantidad de sangre dorado oscuro que emergía, eran mínimo seis agujeros y debía averiguar en cuál estaba el problema-.

-Te escuchas como un pendejo cuando hablas español. -Se burló ella tratando de aligerar el ambiente, pero admitía que no era muy sensato cuando te desangrabas y alguien metía sus dedos en tu cuerpo expuesto de una manera no muy visual-.

-..Fuck You. -El norteamericano apretó los dientes y comenzó a palpar cada herida buscando la sensación dura del metal sintiéndose nervioso porque con cada ligero movimiento la azabache se esforzaba para no soltar un grito de dolor en lo que sus lagrimas involuntariamente humedecían su rostro, él también tenía una herida atravesando su pierna izquierda pero no era una prioridad en ese momento-.

-Si sobrevivo a esto.. deja que me emborrache hasta ver triple y mentarte la madre en Náhuatl -Dijo entre quejidos de forma dramática, sentía como si le arrancaran la piel pero debía mantenerse fuerte para no asustar a los humanos previos a entrar en batalla. Por unos segundos se mantuvo callada y luego soltó un alarido moviéndose bruscamente ante un incremento enorme del dolor que sentía-.

-Is here.. -Suspiró aliviado USA con la bala entre sus dedos, sentía algo de dolor en la cara pero intentó no tocarse al tener la manos llenas de sangre- And you owe me a beer for the punch.

(Está aquí.. / Y me debes una cerveza por el puñetazo.)


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La bicolor abrazaba a una pequeña bolita de algodón rubia que lloraba entre sus brazos tras enterarse que había vuelto finalmente, Tanya Novikova servía en el hospital de Moscú por lo que no esperó nada para ir corriendo en busca de su querida mentora que en tantas oportunidades salvó su vida.. siendo la más resaltante que la ayudase a salir durante el asedio de Sebastopol. La de ojos cafés estaba realmente contenta por ver a su pequeña amiga a salvo pues el de piel roja había mantenido su promesa de tener a la médico y a la francotiradora retirada lejos del combate, luego de un rato charlando Rusia junto a su inseparable hermano aparecieron con un par de ramos de flores ya que la pareja volvería a la mansión a insistencia del mayor de los hermanos.

Cuando cruzaron el lumbral de la entrada la bicolor sintió sus lagrimas bañarle las mejillas antes la gran oleada de recuerdos pues no habían pisado a casa desde que los fascistas les declararon la guerra, ya en el calor de su hogar se sentía más tranquila pues su constante nerviosismo de que algo saliera mal en su entorno había descendido considerablemente. Sin embargo esperaría algunos días antes de decirle a URSS que volvería al combate pues a pesar de todo era incapaz de quedarse con los brazos cruzados sabiendo cómo eran las cosas en el frente, por ahora sólo tomaría una ducha tibia y se acostaría en el sofá junto a él mientras revisaba peticiones de insumos médicos y armamento en los frente de combate.

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Polonia miraba dudoso a la contraparte francesa quien yacía tirada en el suelo de la misma celda en la que habitaban ya desde algunos años los capturados por el Eje. Estaban en condiciones precarias y con múltiples cicatrices en el cuerpo a causa de las torturas que sufrían con frecuencia bajo el sadismo de Third Reich e Imperio Japonés.

-Ni lo pienses niño, esa estúpida es una de ellos. -Soltó Grecia mirando al bicolor con seriedad, tener esa jodida cadena en el cuello y estar encerrado en un sótano no le hacía nada de gracia-.

-Déjala pudrirse, da igual. -Bufó la belga acostada en una de las paredes a donde la luz casi no llegaba, a su lado estaba Checoslovaquia durmiendo como podía sobre el suelo frío de piedra-.

-Pero si ell.. -Fue interrumpido por la voz monótona del nipón menor que lo llamaba desde la escalera, por lo que tuvo que levantarse rápidamente del suelo y correr escaleras arriba.. generando una expresión de enojo compartida por los demás al ver cómo prefería atender a esos bastardos en lugar de ayudarlos a escapar de allí ya que él podía moverse por varias zonas de la mansión-.

-Ya no deberíamos confiar en él, quién sabe si es un espía para ese nazi desgraciado a cambio de esas libertades o comida extra. -El Holandés sembró discordia con la vista aún puesta en la escalera tratando de oír lo que decía la voz del aludido ridículamente suave-.

-Yo creo que se lo está cogiendo, si viesen la cara que pone cada vez que lo oye llegar -Murmuró Filipinas mientras picaba con su índice derecho los cortes que tenía la europea inconsciente en la pierna-.

-Eso sería jodidamente asqueroso, me dan arcadas con solo imaginarlo -Escupió Luxemburgo desde la otra esquina rayando una pared con una pequeña pierda que sacó del suelo, con todo lo que se había dicho ahora cortarían lazos con el otro cautivo y buscarían la manera de obligarlo a sacarlos de allí-.

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