II

Perú

Desperté con un terrible dolor de espalda por estar en una posición incómoda por varias horas aparentemente, intenté acomodarme pero sentía algo rígido debajo de mi.....esta no es mi cama....menos mi cojín de la oficina. Cuando abrí los ojos me sorprendió encontrarme sobre el cubo de hielo con esteroides que dormía plácidamente sentado como si no tuviese nada encima, esta era una oportunidad perfecta para una broma.

-Despierta dormilón, ya es tarde y no hemos desayunado..~ -Murmuró coqueta cerca al oído del eslavo, río en silencio cuando este se removió incómodo y luego se detuvo para abrir los ojos al instante

-¿Qué hace sobre mi?. -Todo rastro de sueño había abandonado su cuerpo para mirar algo enojado a la bicolor que no borraba su sonrisa.

-No recuerdo -La castaña alzó los hombros restándole importancia a la situación, pero cayó al suelo cubierto por alfombra cuando URSS se levantó rápidamente sin avisar- Ahh...mi cabeza, estúpido.

-Mierda, Perú.. -Se agachó para revisar la zona de la cabeza en la joven que esta se cubría quejándose, aunque parte de su piel fuese roja se notaba que estaba hinchándose- Lo lamento.

-No quiero quedar deforme como USA, has algo o tendré ideas capitalistas también -La joven mujer hizo un puchero que causó una pequeña y bien disimulada risa del más alto.

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Un rato después ya estábamos desayunando huevos revueltos con pan y café mientras yo sostenía una pequeña bolsa con hielo en el lugar que recibió el golpe....espero que no deje una marca o voy a vengarme cambiando sus calzones comunistas por los de la bandera de USA.

-Cuando termines te daré 10 minutos para cambiarte con algo decente, vamos a ir a la base militar y quiero que te comportes como una mujer no como una niña ¿Entendido? -Comunicó el de piel roja mirándola y esperando una respuesta con los brazos cruzados sobre la mesa.

-Yes daddy. -Bromeó la de ojos café inicialmente pero luego viró los ojos al ver la mirada seria que le daba el hombre- Bien, prometo comportarme Soviet.

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-¡A la mierda, causa! -Exclamó con asombro la mujer mirando todo el armamento y transportes militares en la enorme base- Conozco a alguien que se sentiría como niña en dulcería con esos aviones.

-Camina y no te separes de mi, la base es muy grande y hay mucha gente, no quiero tener que buscarte..y si te pierdes por algún motivo, quédate quieta en el mismo lugar para que te pueda encontrar más rápido. -Ordenó rápidamente el de parche mientras firmaba el ingreso de ambos en una hoja entregada por uno de ellos guardias.

-¿Puedo darte la mano? -Preguntó calmadamente la castaña mirándolo frente a frente, el más alto sólo asintió la dejó unir sus manos y ambos sintieron el cálido tacto del otro.

-Iremos a ver a uno de los generales, debo recoger más papeleo y entregar el que tengo ahora, no vayas a sonreírle a nadie, en esta nación no se dan muestras de sentimientos a extraños -Informó y explicó mirando de reojo a su acompañante, tenía que inclinarse un poco debido a la notable diferencia de altura. Bufó al notar que la mujer no lo estaba oyendo por estar concentrada en los aviones que iban y venían por las pistas, en fin...una sonrisa no mataba a nadie.

Me encantaba este lugar ya que te recordaba a cuando era más joven y mi hermano USA me llevaba a espaldas de mamá a sus bases militares para enseñarme sus "juguetes", en ocasiones nos subimos a algún P-41 Warhawk y era impresionante estar a tanta altura y dar vueltas aunque debía evitar gritar porque eso lo desconcentraría y no queríamos estrellarnos. Pero los aviones aquí tenían un diseño diferente que era el aspecto del camuflaje verde típico y estrellas rojas de borde blanco... Pero también tenían aspecto genial, iba tan absorta con la vista a mi alrededor que de no ser porque estaba de la mano con el cubo de hielo me hubiese estrellado contra alguien igual de alto que él, levanté la vista lentamente encontrándome con la mirada demandante de un hombre muy muy intimidante e inmediatamente retrocedí sonriendo nerviosa. De reojo vi al tuerto cubrirse la cara con la mano libre...¿Hice algo malo?, ¿Porqué ese otro hombre alzaba la ceja? Ruskys extraños.

-¿Es Americana, verdad camarada? -La voz ronca del hombre de cabello negro era tan intimidante como su tosco aspecto y gélida mirada azúl.

-Algo así, aquí traje los documentos que solicitaron y sellé las solicitudes que me parecieron más adecuadas. -Su tono más serio de lo usual causó curiosidad en el hombre y extrañeza en la joven, al de piel roja no le gustaba que mirasen mal a joven de extravagante personalidad.

-Bien, si eso es todo perfecto, por ahora no hay más cosas por hacer ya que son sólo prácticas y pruebas a los equipos -El de uniforme militar se retiró dejando solos a ambos seres de piel roja de pie en medio de todo el complejo.

-Por lo menos hoy se podrá dormir normal.. -Murmuró Perú intentando aligerar el ambiente mientras movía sus botas celeste pálido.

-Si quieres hoy podemos comer pollo -Mencionó desinteresado el de ushanka comenzando a caminar y por ende la castaña también.

Omnisciente

Mientras salían de la base algunos cabos o jóvenes de otras áreas observaban a la preciosa mujer que acompañaba a su líder, les daba curiosidad la identidad de la mujer que iba tan abrigada y a otros que tipo de relación tenía con el comunista mayor. Aún así todo quedaría para ellos ya que consideraban el chisme de mala educación, pero notaban que seguramente era extranjera ya que la veían sonreírle ampliamente al de ojo celeste e ir animada saltando en la nieve cual niña. Tras media hora de camino ambos volvieron a la casa del más alto sacudiendo su ropa de los copos de nieve que continuaban cayendo todo el tiempo y se adentraron mientras la de ojos café subía corriendo a su habitación para cambiarse por algo más cómodo y esperar la comida prometida.

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-Come con calma o te dolerá el estómago después, mocosa -URSS aconsejó comiendo tranquilamente su comida con tenedor y cuchillo.

-Mhm, es que..está rico.! -Exclamó con la boca medio llena la bicolor que siguió engulléndo el pollo frito con voracidad.

Ella debió hacerle caso al hombre rojo, ahora estaba acostada en su cama quejándose y lloriqueando.

-¿Vez ahora porqué siempre debes obedecer en lo que te digo? -La voz del soviético era suave, no le gustaba verla sufrir pues aún recordaba el día en que le dio una fiebre tan fuerte que la tenía en cama y extrañaba tenerla fastidiado o curioseando a su alrededor además del aburrido silencio.

-C-Calla hielo.. -Dijo ella en tono bajo, le avergonzaba ser tratada como una niña.

-Ya.. -Empapó otra gaza en agua tibia y la colocó sobre el estómago descubierto de la peruana, estaba lleno de pequeñas marcas de cortes y también había un marca de quemadura....el escudo de las colonias de España.

El de Ushanka pasó muy suavemente los dedos sobre la marca, no se imaginaba cuando dolor habría sufrido la alegre mujer cuando era una niña pues se notaba que ya tenía mucho tiempo desde que la pusieron. Sentía enojo contra el europeo de parche y también alivio de que UK la haya acogido cuando ya no era un sanguinario imperio carente de piedad....sino no hubiese podido conocer a esa bizarra pero curiosa castaña. Ya se estaba acostumbrando a la irreverente presencia de la latina en su vida, una parte de sí deseaba que se quedase con él tras acabar la guerra contra el eje.

-Soviet.....¿Te quedarías a dormir conmigo?.. -Murmuró una adormilada oji café con los ojos apunto de cerrarse, el eslavo se ahorró las palabras y se acomodó cuidadosamente al lado de la chica dejando que esta lo abrazara.

-Duerme bien.. -Dijo igual de bajo mientras dudaba en colocar su mano sobre el cabello de la joven y tras decidirse finalmente lo hizo, al moverlo le llegó el fino aroma a vainilla..la esencia típica de ella.

Soviet

Su olor...su calor....me sentía demasiado cómodo teniéndola tan cerca, me daba miedo moverme para no aplastarla ya que era más pequeña que yo pero su comportamiento compensaba su altura, aún no tenía sueño por lo temprano que era...apenas y comenzaba a salir la luna. Toda ella se apreciaba mejor bajo la luz de la luna... inconscientemente mi mano derecha se acercó a su mejilla y el pulgar la rozó suavemente pero fue suficiente para generarme una sensación similar a la taquicardia pero extrañamente se sentía bien, se sentía bien verla sonreír, se sentía bien oírla decir mi nombre ya sea para fastidiarme o simplemente como llamado, se sentía bien admirarla todos los días desde el desayuno hasta la cena, de sentía bien tenerla aquí conmigo. Pasé la noche pedido entre mis pensamientos de los cuales salí sólo al sentir la luz del sol colarse por la ventana para dar directo a mi cara, me moví lentamente hasta sentarme y me quité el parche dejándolo sobre la cama para poder pasar mis manos por mi cara tratando de deshacerme de la sensación de ceguera al abrir el ojo que me quedaba.

Entonces escuché su risa, tan armoniosa como siempre y creí que había sido mi imaginación hasta que sentí unas manos en mis hombros y giré encontrándome cara a cara con ella, tenía puesto mi parche en el mismo ojo en donde lo tenía usualmente y el cabello suelto ligeramente desordenado.... definitivamente era una escena que sería recordar mucho tiempo.

-Cyka Blyat, soy Soviet Union y amo el Comunismo blah blah blah - La castaña parodia el comportamiento del soviético según su punto de vista mientras mueve las manos y hace expresiones graciosas.

-... - El de ojo celeste alza las cejas ante el accionar de la mujer para luego negar y reír con disimulo.

-No puedo ver nada del lado derecho, ¿No te cansas de girar? -Pregunta quitándose el parche de cuero oscuro con el martillo y la oz gravados en dorado. Acto seguido alza la vista centrándose en la cuenca negra y vacía del hombre rojo- ¿Aún... aún te duele?.

-No, fue hace mucho tiempo ya -El de Ushanka toma su parche de las manos de la peruana para volver a colocárselo tranquilamente.

-Te vez más guapo sin parche -Suelta ella de repente, sin notar el muy bien camuflado sonrojo ligero del ruso da la vuelta para sentarse al lado del mayor.

-supongo que.. gracias -URSS colocó la mano izquierda en la cabeza de la chica y dio un par de suaves palmadas como si se tratara de un cachorro.

-Si me tratas como perro, entonces te moveré la cola. -Emitió la de ojos café con notable doble intención.

-Siempre ladras pero no muerdes -Aquello salió de la boca del eslavo sin ser pensado previamente pero antes de que pudiese retractarse o disculparse ya tenía a la más baja sobre sus piernas cono esa vez en su oficina.

-Entonces...¿Quieres que te muerda?. -El tono de Perú era mucho más sedoso y acaramelado que de costumbre y eso ponía nervioso al de parche- Sólo no te acobardes después...como un gato.

Maldición, esto es demasiado para mi. No sé si está jugando o no, no quiero arriesgarme a hacer algo que tenga consecuencias después.

-Oh vamos, gallina..~ -Ella se inclina sobre el pecho ajeno tal como antes pero se acerca a morder ligeramente el cuello del contrario, sintiendo inmediatamente una mano sobre más abajo del lado derecho de su cadera, ella realmente quería continuar.

Este impulso casi animal... está dominándome...joder es más joven que yo o eso creo, demasiado delicada...

-E-Espera.... -Su ojo de hielo se abrió más de lo normal al sentir los suaves labios de Perú presionando los suyos, demasiado bueno para ser cierto.

-Maldita sea cubo de hielo, no seas tan estoico... -Murmuró la mujer suspirando, quería hacerlo pero no quería hacerlo sentir incómodo u obligado.....era bizarro pues generalmente la escena ocurre al revés para todos.

-Se supone que sólo debía cuidarte.. -Devolvió el murmullo, ni siquiera debían hablar bajo ya que estaban solos en casa pero era un jugueteo divertido- No quiero aprovecharme de ti.. .

-Lo dices cuando soy yo quien está sobre ti con las hormonas más altas que el ego de mi hermano USA, me gustaría romper las reglas que me impusiste.. -La latina sonreía ligeramente aunque no se estuviesen viendo en ese momento, unos segundos después sintió la cálida mano ajena subir con cuidado su mentón.

-Entonces...permíteme hacernos tocar el cielo esta mañana... -Nuevamente estaban sus labios unidos
como uno solo, esta vez ambos correspondían con el corazón amenazando con salir de sus pechos cálidos.

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