O9

Parte de recuperarse, es asumir que las cosas vienen de a pocos y que los cambios también significan que todo está marchando bien.

Para JiMin es un poco diferente.

Acomoda el beanie sobre su cabeza desnuda, ajustando bien los laterales para ocultar su cabeza y su orgullo. Basta con saber que es un chico que sobrevivió a una enfermedad que le quitó muchas cosas, como para añadir que todo está vuelto un desastre y que tiene que avergonzar a su novio frente a sus compañeros.

YoonGi le había dado un tour por su universidad, llevándolo a a dar un vistazo a la facultad de artes que le había cautivado cuando el mayor le llevó un par de folletos.

A JiMin le había fascinado escuchar el ruido de los instrumentos a lo largo de los pasillos y como conectaba con la facultad donde YoonGi estudiaba, además del aspecto colorido que lo caracterizaba del resto de la universidad.

Algunas personas le miraron un poco más de lo normal, pero la mayoría sencillamente sonreía como lo harían con cualquier otro desconocido y volvían a lo suyo, sin dar más atención.

JiMin se sintió tranquilo, muchísimo más relajado y YoonGi también lo había felicitado por ello, mientras sostenía su mano y le hacía mimitos cariñosos en los dedos.

La cosa es que, cuando YoonGi lo invitó a comer y tuvieron un encuentro con sus compañeros de clase, las cosas se tornaron extrañas.

Para empezar, JiMin no era estúpido. Sabía perfectamente que YoonGi era atractivo y que resultaba normal que las chicas estuviesen a su alrededor, incluso si sabían que el chico tenía un novio.

Y quizá no fue la atención innecesaria lo que volvió extraño el asunto, si no la forma en que una de esas chicas bufó, se dio la vuelta y rió con sus amigas, como si JiMin fuese un chiste ante sus ojos.

Había entendido que nunca podría caerle bien a todo el mundo y estaba bien con ello, después de todo, algunas personas sencillamente no te agradan a primer vista y está bien. Pero lo que no lo estuvo, fue la forma en que YoonGi se tensó y se alejó de su toque, sonriendo cuando se dio cuenta de que lo había notado y apuntando que iría por las bebidas mientras lo dejaba sentado en una de las mesas.

Llamenlo instinto, pero JiMin sabía que algo no estaba del todo bien.

YoonGi siempre fue cariñoso, extremadamente cariñoso con él, en todo lugar y ante cualquier persona, lo que suponía un entrecejo fruncido para su papá y risitas por parte de su mamá.

Entonces.. ¿que estaba mal con esa punzada en el pecho y la inquietud latente?

Se había excusado para ir al baño, mientras YoonGi revisaba su teléfono móvil y ahora se encontraba de pie frente a uno de los espejos individuales, observando el reflejo que le mostraba.

Sus ojos cansados, la oscuridad debajo de ellos, la piel pálida y manchada, los labios resecos y la delgadez que se demostraba tras su perdida de mejillas.

Se sintió avergonzado y francamente cansado, aturdido e insoportable.

Si, quizá recuperaría algunas cosas.. ¿pero cuando?

Porque mientras paseaba por la universidad a la que YoonGi asistía todos los días, JiMin observó la belleza de las personas sanas, libres de cualquier preocupación física que sonreían y jugaban, aislandole sin así quererlo.

Y su pecho se oprimio, a la par que la envidia le asustó. Él no era así, no del tipo de personas que envidiaba a los demás y deseaba tener un poco de lo que ellos.

Suspiró y se lavó las manos, secandolas y saliendo de regreso para encontrarse con YoonGi.

Salió evitando algunos empujones por parte de los quejosos estudiantes y avanzó rápidamente hasta la mesa donde YoonGi continuaba con su móvil, sentándose frente a él e ignorando a penas el mal humor que su novio ahora tenía.

No le iba a culpar por nada, porque YoonGi no se enfadaba solo porque sí.

Más tarde le preguntaría y por el momento se mantendría jugando con las mangas de su suéter y bebiendo de su malteada, mientras pretendía no prestar atención a las miradas que YoonGi le daba a la misma persona que se burló de sus manos juntas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top