O6

JiMin puede sentir como los nervios parecen golpearle de frente, mientras ingresan al mismo lugar que visitaron por meses y en donde casi solían olvidar que todo se tambaleaba a su alrededor.

Y no se trata de que guarden malos recuerdos de un cine en común, si no de que estar en el sitio.. es un constate recuerdo de algo que están superando de a pocos.

YoonGi saluda a un par de empleados que han conocido desde hace un poco de tiempo y ellos le sonríen con amabilidad y un poco de pena. Porque, ciertamente, pocas personas en su círculo saben que JiMin ha vencido a una enfermedad que casi nunca perdona.

—Las emociones fuertes son lo mío, pero estaría agradecido si esta noche es.. It.

—No cambies mucho, por favor. —JiMin responde con sarcasmo y con el entrecejo fruncido ante el enorme afiche de publicidad.

—Vamos, es mala. Pero de todas formas puedo intentar besarte a cambio de protegerte del payaso lunático.

—¿Si sabes que su origen es más allá de un simple lunático?

YoonGi encoge los hombros, tirando suavemente de él hacia la taquilla donde se encarga de pagar por las entradas.

—Pero podíamos ver esto por Netflix.

De nuevo, YoonGi tiró de él hacia el área de golosinas, dejando que un par de personas avanzaran antes que ellos.

—Sí, pero escucha, nada nunca le ganará a una buena sala de cine. Incluso si podemos estar más cómodos y ah ¿esa es una carita frustrada?

JiMin sonrió ante el comentario y negó, abrazandose al pecho del mayor. La tensión que sintió al llegar, parecía ceder cada vez más, pero eso era algo que siempre sucedía cuando YoonGi estaba a su lado y le mantenía conectado al presente.

Su cercanía le producía paz y aunque aún se sentía un poco nervioso por las miradas que no eran tan discretas, decidió tratar de ignorarlas con todo lo que tenía.

Se trataba del morbo personal de cada persona ante la imagen de otra que no lucía bien y de las muchas conclusiones que sacarían porque su piel seguía luciendo mal y su cabeza ya no tenía cabello. Algo que eventualmente se repondria, pero que se anclaria a los recuerdos que tanto luchaba por enterrar.

YoonGi le había dicho que no tenía que enterrar nada, porque era un luchador que tenía las cicatrices de una batalla que casi le costó todo, pero de la cual había sido el ganador. Y JiMin deseaba sentirse así y no como el despojo al que su enfermedad le condujo.

Un suave toque fue dejado en su frente, mientras su cuerpo era empujado junto al de YoonGi, avanzando en la fila de las segundas cosas favoritas de su chico.

JiMin suspiró. Algunas cosas no cambiarían.

Pero otras tenían que hacerlo, así que sonrió y se separó, luciendo más entusiasmado ante la idea de sentarse a ver una película que le dejaría una real duda existencial y muchos besos.

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