Capítulo 4: Detención
Que maldita Biblia ni que ocho cuartos, pensaba Minho mientras trituraba a su pobre bebida en lata en su mano sin despegar la mirada de Teresa, quien estaba hablando con Thomas y tomándose todas las confianzas del mundo, tocándolo, sabía que era tonto estar molesto por ello, pero no podía controlarlo.
Maldecía de una y mil maneras más a Alby por proponer la apuesta para que él no coqueteara con Thomas o molestarle, y era horriblemente difícil seguir la apuesta en especial porque Thomas parecía no ver bien a la chica - estúpida Teresa- con la falta de sus lentes lo que hacía que se acercara más a ella para ver su rostro.
Hoy tenía que quedarse a detención con La Rata ya que lo habían castigado junto con Thomas, aunque a Thomas lo castigaron por llegar tarde y a él por dejarlos a ambos fuera de clase y con ganas de toquetear al conejito.
Sin pensarlo dos veces caminó hasta donde se encontraba Thomas hablando con Teresa.
-Thomas- le tomó del brazo y se encaminó con él hacia el pasillo, casi llevándolo arrastras
-¿Ahora qué te pasa?- chilló zafándose de mala gana del agarre de Minho
-Tenemos un castigo que cumplir, no querrás llegar tarde con La Rata de nuevo, dos veces en un día es suicidio, créeme siempre lo hago
-Ohhh así que eres el chico malo de la escuela eh- exclamó como si entendiera todo, burlándose de Minho con su típico tono molesto
Minho se limitó a girar sus ojos, tomándole nuevamente del brazo y obligándole a entrar al salón de clases.
-Llegan tarde- informó la rata sin levatar la vista del libro en sus manos- tomen asiento- ordenó con su horrenda voz nasal, que daba ganas de arreglar su nariz de un puñetazo
Thomas se sentó en un puesto junto a la ventana y Minho se sentó dos puestos más al lado en la misma fila.
-Señor Hong- llamó el profesor a este que le miró irritado- No puede comer chicle en clases
-¿Quién lo dice?- inquirió girando los ojos
-Yo
Se levantó con una sonrisa pasando "accidentalmente" junto a Thomas, que le miraba sorprendido por su actitud desinteresada, y lo botó en la basura ya que sabía que si pegaba el chicle bajo la mesa probablemente se ganaría una hora extra en detención y tenía que hacer más tarde el trabajo de química, con Thomas, no pensaba perderselo.
Tomó asiento nuevamente en el mismo puesto que estaba anteriormente y comenzó a observar a Thomas con descaro, sin importarle si este se daba cuenta. Frunció un poco el ceño al verlo sacar un libro de historia y leerlo, Minho rio un poco para sí mismo al darse cuenta de que él otro estaba adelantando los deberes.
Se fijó detenidamente en el rostro del otro, notando que cada cierto tiempo Thomas mordía el bolígrafo de color rojo entre sus dedos, luego sacaba la lengua por el extremo de sus labios y fruncía el ceño, concentrado.
Sacudió un poco su cabeza, tratando de no seguir tan ensimismado en el otro y preguntándose porque ese niño- el mas malcriado que haya conocido- llamaba tanto su atención.
Thomas rascó nervioso su nuca, sintiendo una mirada sobre él, y sabía lo que era, Minho estaba mirándolo. Con disimulo giró un poco su cabeza lentamente, y sus mirada se encontró con la del otro, o eso creía, no distinguía bien su rostro ya que no tenía sus lentes, se quedó unos segundo atontado para luego reaccionar y volver a mirar su libro, bastante consiente de lo caliente que estaban sus mejillas, y que él otro sonreía con burla.
No entendía lo que decía el libro ya que se veía borroso, pero podría fingir que leía, para que Minho no sospechara que pensaba en él.
Después de un largo rato levantó la vista para tomar su teléfono y ver la hora, apenas había pasado media hora.
Minho se levantó de su asiento y se sentó junto a él.
-Podemos adelantar el trabajo de química y luego vamos a tu casa- dijo en voz baja, dejando su mochila en el piso
Thomas le miró sorprendido pero asintió.
-Buena idea, pero no creo que...
-Hey, ustedes dos, están en detención- les llamó la atención La Rata- no hablen
Minho giró sus ojos por milésima vez ese día y sacó un pedazo de papel del cuaderno de Thomas, ignorando a este cuando le miró con el ceño fruncido por romper una hoja de su cuaderno sin su permiso. Escribió algo y se lo entregó.
"Creo que tendremos que esperar hasta tu casa"
Thomas alzó una ceja y volvió a escribir.
"¿Por qué tiene que ser en mi casa?"
Tenía curiosidad por saber más de Minho, este podía hacerse el tipo rudo y todo eso, e incluso misterioso, y lo conseguía, tanto así que Thomas quería saber más sobre él.
"Mejor la tuya"
Fue su respuesta, Thomas giró sus ojos, sus padres llegaban en la noche así que no habría problema, de seguro sus padres recordarían al tipo con el que chocó el día anterior. Y tomarían el té juntos, todos serían amigos, el mundo sería rosado con unicornios y felices para siempre.
No respondió y siguió con su tarea, o intentando concentrarse ya que tenía a Minho a unos centímetros.
Minho se inclinó y le susurró al oído para que la rata no escuchara
-¿No necesitas tus lentes?
-Sí, - dijo agradecido de no sonar nervioso por la cercanía- pero... no voy a perder, además que no los use por unos días no es nada
-Seré yo el que gané- respondió con burla
(...)
Una vez terminó la maldita detención Thomas tomó rápidamente sus cosas, pero antes de salir Minho tomó su muñeca.
-¿A dónde vas?- cuestionó mirándole curioso- tenemos un trabajo que hacer
-Lo sé- gruñó maldiciendo para sus adentros y soltándose de Minho, sin dejar de caminar por el pasillo- solo voy al baño- entró y prácticamente le cerró la puerta en la cara
-Apúrate co... Thomas- se corrigió por milésima vez ese día, le gustaba el nombre de Thomas pero más le gustaba el apodo que usaba
Thomas salió un par de minutos después y ambos se encaminaron a los estacionamientos.
-Vivo a unas cuadras más allá y...
-Ya sé- le interrumpió Minho- te recuerdo que ayer me caí sobre ti frente a tu casa- sonrió cuando el otro se sonrojó al recordarlo- ven, iremos en mi vehículo
Thomas se detuvo al ver que Minho se detenía frente a una motocicleta de color negra.
-¿Qué es eso?- preguntó alzando una ceja y apuntando el vehículo como quien no quiere tal cosa
-Esto, mi querido Thomas, se llama moto, no creo que jamás hayas visto alguna en tu vida o...
-Ya se lo que es, gracias, y si he visto muchas en mi vida... quiero decir ¿vamos a ir en eso? ¿Ese es tu famoso vehículo? No me pienso subir en esa cosa, es peligroso, podríamos tener un accidente o peor podría dañarse mi reporte de ciencias, no tienes idea de lo que me costó hacerlo en clases sin mis lentes, preguntándole a Newt casi cada dos segundos que decía cada pregunta...
-Thomas- le calló mirándole con el ceño fruncido, era primera vez que escuchaba al chico hablar tanto
Minho solamente se limitó a sacar un casco de color negro y colocárselo en la cabeza a Thomas, sonriendo. Cuando este intentó quitárselo le detuvo tomándole las manos.
-Necesitas ir seguro
-No es necesario que vaya seguro, porque no me voy a subir a eso- dijo agradeciendo que el casco no dejara ver sus mejillas que se habían vuelto rojas, su corazón se había acelerado cuando Minho tomó sus manos
-Solo súbete- le ordenó colocándose arriba del asiento, esperando a que el otro se subiera también, al ver que no lo hacía decidió provocarle- no seas una nena
-¡No lo soy! ¡Pero es peligroso que...!
- No lo es si conduces de forma segura
-¿Tú conduces de forma segura?
-A veces- sonrió guiñándole un ojo- cierra la boca y ya súbete, prometo conducir con cuidado
-Y lento
-Y lento- dijo girándolo los ojos
Thomas suspiró y caminó hasta el "vehículo" al subirse se puso rojo de vergüenza cuando se dio cuenta de que tenía que abrazar al otro, pero bueno, era eso, o caerse de la moto y matarse. Pasó sus brazos por la cintura de Minho con timidez y escondió su rostro en su espalda para no ver el camino.
Casi gritó cuando escuchó el motor rugir y la moto comenzar a moverse, cerró los ojos y se aferró más fuerte al otro cuerpo.
Respiró hondo cuando se dio cuenta de que el otro conducía de forma lenta, pero eso se acabó cuando salieron del estacionamiento ya que aceleró lo que provocó que esta vez sí gritara.
-¡Dijiste que irías lento!- gritó sintiendo como el viento se llevaba su voz al pasar
-¡Esto es lento!- gritó Minho con una sonrisa
Thomas solamente se limitó a sonreír un poco, pensando en donde mierda se había metido. El chico frente a él era tan peculiar, era extraño, pero sabía que podía confiar en él. ¿Estaba dispuesto a poner la vida en las manos del otro? Al parecer sí, ya que le permitió llevarlo en esa estúpida cosa suicida llamada moto.
Contuvo la respiración cuando la velocidad aumentó un poco, pero luego se calmó, quizás andar en moto no era tan malo, al menos no con Minho como conductor.
Una vez se detuvieron frente a la casa de Thomas, este se vio capaz de respirar debidamente durante un minuto.
-¿Vas a soltarme en algún momento?- cuestionó Minho divertido, aunque no tenía muchas ganas de que el otro se soltara
Thomas lo soltó rápidamente al darse cuenta de que seguía abrazándolo, se bajó con las piernas un poco temblorosas por la adrenalina.
Minho se bajó y se quitó el casco, para luego caminar hasta Thomas y quitárselo a este.
Se quedaron viendo un momento a los ojos, y el chico asiático apartó un mechón de cabello de la frente de el otro.
-No fue tan terrible ¿ves?- le guiñó un ojo- Sigues vivo
-¿Thomas?- preguntó alguien desde la puerta
El nombrado volteó sobresaltado cuando escuchó su nombre de una voz que conocía muy bien.
-¿Mamá?
N/A: Lamento la demora, no había podido escribir, tengo tantas cosas que hacer, los siento, espero que lo hayan disfrutado ♥️
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