Tu voz y mi voz.
Akutagawa caminaba con dos cafés en mano, el público estaba a su alrededor pero estaban retenidos por la seguridad. Fue hasta su mesa donde el albino esperaba – es extraño
― Lo sé ¿Por qué todos siguen viéndonos?
― Aun que ha pasado un año parece que seguimos siendo el trending topic
― A Black Port le vino bien que salieras conmigo
― ¡¿ja?! A Armed Peace le vino bien que salieras conmigo
― ¿hello? Eres la estrella del rock del infierno mientras yo soy el caramelito de los fans, obvio te siguen por mi
― Pruébalo pequeño bombón
Ambos comenzaron a reír. El azabache le dio la galleta en el frappe del albino, el menor la tomo con su boca y lograron escuchar al público alrededor gritar – esto no es romántico
― Tienes toda la razón, mi pequeño príncipe ¿gusta que vayamos a mi departamento?
― Uuuy sí, me encanta esa idea.
Se levantaron tomando sus cafés cada uno, se ajustaron sus mascarillas y salieron del lugar tomándose de las manos, la seguridad iba tras de ellos mientras subían a la combi. Allí el azabache se había ido encima del albino para besarlo – aaah ~ Ryu, seguimos en la calle
― Exacto, no hagan eso – pidió Tanizaki
― Perdón Tanizaki-san
― No lo siento – menciono besando el cuello del albino
― Mmgh... - tapo su boca – Ta-Tanizaki ¿pu-puedes?
― Si, si, los llevo a la residencia, en serio ustedes parecen conejos
― No me gustan los conejos – se quejó el azabache
― Ya, ya chico, ya – pidió Atsushi.
Se sentaron bien poniéndose cada quien su cinturón de seguridad mientras bebían su café - ¿tendrás concierto verdad? – pregunto el albino al azabache
― Si, en dos semanas ¿quieres entradas?
― Sí, quiero ir a verte – dijo sonriente
― ¿ya es Black Port tu banda de rock favorita?
― No
― Entonces no te doy entradas
― ¡Ryuuu!
El azabache no podía evitar reír con su pequeño chico quejándose.
Una vez en la residencia, bien resguardados y seguros. Atsushi subió a la espalda del azabache y lo abrazo del cuello – no quiero que mi perrito rockero se vaya de güira – se quejó abrazándolo con fuerza
― Atsushi, nos vamos a caer
― Me caeré pero tú te vienes conmigo
El azabache siguió caminando con Atsushi en su espalda, el albino sonrió, comenzó a subirse por sus hombros y pasar su pecho y estomago por su hombre – o-oye ¡oye. Oye! ¿Qué haces? – cuestiono el azabache viéndolo pasar por su pecho, Atsushi comenzó a reír pero siguió acomodándose hasta que sus piernas abrazaron sus cintura, sus pechos estaban juntos y ellos estaban frente a frente – quien es la ardillita ahora – se quejó el azabache y el albino comenzó a reír. Tomo al menor entre sus brazos y comenzó a besarlo
― Mmgh – se quejó el albino
― ¿Qué pasa mi linda ardillita?
― Vamos a la habitación – pidió mientras volvía a besarlo
El azabache se llevó al albino a la habitación entre besos y risas.
Cayeron en la cama mientras las piernas del menor quedaban en la espalda del mayor y se sonreían el uno al otro – eres tan hermoso...
― ¿si? Yo estaba embobado contigo cuando te conocí
― ¿de verdad?
― Casi me caigo solo de ver tus ojos
― ¿Por qué te gustarían mis ojos tan grises?
― Son como una puerta...
― ¿Qué dices antes del sexo? – se quejó el azabache y el albino comenzó a reír
― Sí, es como una puerta... Cuando estas solo en casa, y la soledad de ataca, todo es gris... Pero... Tus ojos parecen la puerta que da entrada a un hermoso arcoíris
― No sé si eres muy torpe o muy tierno
― Ay muy tierno, ahora bésame.
El azabache no paraba de reír mientras besaba al albino, solía comportarse como un pequeño niño al cual debía consentir, y claro, amaba consentirlo. Su beso fue creciendo en lujuria en cuanto sus dientes chocaron provocándoles un leve dolor que ignoraron por el hecho de juntar sus lenguas. Con sonidos viscosos y algunos arrebatos de aire, su beso se volvía más demandante conforme los segundos pasaban. – aaah~ Ryu...
El mayor tomo aquello como su señal, dejo sus labios solo para llevar su boca a la ropa del menor y comenzar a quitársela, si con la boca, era algo que enloquecía a Atsushi, ese lado salvaje del rockero del momento. Quito su camisa pero no por completo, la uso como cuerda en las muñecas del albino, dejándole el pecho descubierto y estirado – esto es tan excitante... - menciono tomando el pezón del menor.
― Aaah~ Ryu, allí no...
― ¿Qué tal si hago ese truco? – pregunto sonriente
― No, eso no. Harás que termine
― Pues... Vamos a hacerte terminar con el solo de guitarra.
Era cierto que Akutagawa Ryunosuke, tenía un truco de guitarrista, podía usar su lengua para mover las cuerdas, era algo que fascinaba a muchos fans, y que a su amante en la cama le enloquecía - ¡aaah! No, as-así no Ryu – se quejaba el albino mientras aquella filosa lengua le atacaba – Sorbe más, se siente bien.
El mayor tomo el pezón del menor para jalarlo con sus dientes, esto hizo al pequeño albino estirarse y arquear la espalda - ¡aah! ¡No! – grito con gran fuerza, al final, había terminado con sus pantalones puesto, estaba completamente sonrojado y el mayor no paraba de reír. - ¡de-deja de reírte! – le gritaba mientras le pateaba el hombro pero el mayor solo reía más y más – noooo – se quejó – cállate
― Mi pequeño tigrecito me ama tanto que hasta se corre solo con mi lengua
― N-no es verdad
― ¿no? Y... ¿si meto mi mano?
Atsushi intento patearlo pero el mayor tomo su pie y comenzó a besarlo – aaah ~ Ryunosuke...
― ¿te parece si pongo música?
― Sexo con música no, me haces imposible escucharla sin excitarme
― Es el punto, que con cada melodía que escuches de mi o cantes, solo pienses en mí; en nosotros fundiéndonos en un solo ser y amándonos hasta el amanecer
― No me hables poéticamente porque me excito
― Eso es lo que quiero.
El menor fue más rápido y tomo al mayor con sus piernas enredándose en su cadera - no, deja de excitarme tanto, quiero hacerlo contigo – tomo sus hombros para acercarle y hablarle al oído - ¿no quieres oír mis gemidos desde cerca?
El azabache ahora era el sonrojado, el albino solo le sonrió con un ligero rubor. – Odio cuando me ganas en esto – se quejó el azabache
― Al contrario, amas que lo diga ¿no?
El azabache se fue encima del albino a besarse de nuevo, con amor, ternura y claro que sí, muchos abrazaos y besos apasionados que iban quitando el resto de sus ropas conforme se movían. Con ambos desnudos, los besos se volvieron tranquilos y románticos, el azabache amaba de tener la oportunidad de besar cada parte de la piel del menor, la recorría con sus labios como si fuese acariciando algo sumamente delicado, el menor no dejaba de gemir a cada roce excitando más a su pareja, claro, su voz le volvía loco.
El menor tomo las mejillas del mayor para besarlo y le sonrió, fue bajando por su cuello y se dirigió así al pecho. Ryunosuke sabía a donde iba el menor. Llego a la entrepierna, se acercó a lamer su miembro mientras el azabache se acomodó acariciando su cabello – eres excelente en esto Atsushi
Atsushi subió su mirada viéndolo – es mi micrófono preferido – El azabache se ruborizo, el menor lo metió en su boca. Comenzaba a moverse y esto hacia al azabache gemir cada vez más.
― Aaah... Atsushi, baja más ¿sí?
El menor se acostó por completo en la cama logrando meter más el miembro en su boca, el mayor se dedicó a disfrutar – aaah... A-Atsushi, un poco más. – pidió y le obedeció, se movía un poco rápido pero lo suficientemente lento como para lamer cada parte del miembro en su boca. El mayor mordió sus labios mirándole – Atsushi, voy a terminar – menciono – ponlo en tu cara. – pidió una vez más.
Lo saco de su boca, y comenzó a masturbarlo frente a él, termino llenando el rostro del albino, y el azabache tomo sus mejillas sonriéndole – te vez tan bien – le menciono limpiando un poco su rostro, Atsushi cerro uno de ellos - ¿Qué pasa?
― Creo que me entro un poco al ojo
El azabache no pudo evitar reír, claro el albino se le fue encima – límpiame, y reutilízalo
― No puedo cuando te pones así
Tomo el líquido aun en su rostro con una de sus manos, el albino se recostó boca abajo en la cama levantando su cadera, el azabache lo uso para aflojar al albino, fue acariciando alrededor de su orificio y dejo su dedo entrar lentamente, en cuanto su yema entro, uso su otra mano, con ambos dedos índices abrían poco a poco, con suavidad y ternura pero con la misma gracia cuando abrimos la boquilla de un globo.
El menor se dedicaba a morder la sabana de la cama, no quería gritar de más antes del acto. El azabache lo miro esforzándose por no gemir, entonces decidió hacerle una pequeña broma, no es como si no disfrutará del momento romántico y sexy, pero tenían tanta confianza en uno con el otro que no podría evitar hacerle una pequeña broma.
Acerco su rostro a una nalga, apoyo su mejilla y el albino dejo la sabana para verlo – Ryunosuke ¿Qué haces?
― Solo pensaba si así se siente el trasero de un bebé
― ¡aaah! No digas eso cuando vamos a hacerlo
El azabache comenzó a reír pero no se quedaría allí como si nada, mordió aquella nalga haciendo al albino gemir, seguía abriéndolo con suavidad - ¿así te gusta?
― S-sí, me gusta...
― ¿quieres más abierto?
― N-no estés mirándolo
― Pero si no lo vigilo... ¿y se abre de más?
― N-no se puede abrir más
― Los fanfics que escriben nuestras fans dicen que puede salir un bebe
― ¡AAAH DEJA DE HABLAR DE BEBES CUANDO VAMOS A HACERLO!
Simplemente aquello sacaba de quicio al albino, y divertía al mayor.
Tomo sus glúteos para separarlos, podía ver aquel orificio abrirse satisfactoriamente lubricado. Asemejando una rosquilla y con el albino con la cara en la cama, se acercó con la lengua de fuera y lo lamio por completo, como si fuese un... - ¡AAAAH! ¡NO ERES UN PERRO! – Grito excitado
― Justo hoy, soy tu perro callejo, mi lindo tigre.
Acerco su miembro a su intimidad y como si hubiese sido diseñado para él, entro como anillo al dedo. - ¡aaah! – grito al sentir entrar profundo. El mayor se acostó sobre el menor, este solo se sostenía con sus ante brazos mientras el mayor mordía su oreja – uuhg... aaha... aah n-no, la o-oreja no...
― Eres tan adorable Atsushi – menciono mordiendo detrás de su oreja
― ¡aaah! N-no, Ryu, no, muévete por favor
― ¿no o me muevo? Me confundes
― ¡Aaah!
El mayor sonrió besando el cuello del albino, amaba tomarlo desde la parte de atrás de su cuello y morderlo como si fuese un gato en celo, lo cual hacia a Atsushi terminar de inmediato, eso no dejaba que terminaran con su aventura, el azabache sabia como volver a levantar a su pequeño gatito y era simple con su oreja y cuello a la defensiva.
El acto hacia a Atsushi gemir con fuerza y estilo, cada vez que embestía al menor, el azabache se sentía en un escenario lleno de adrenalina con un novio sexy y en lugar de gritar, gemía. Era la magia de su relación
Habían terminado su noche descansando uno al lado del otro, era plena madrugada y Atsushi estaba adolorido, el azabache siempre disfrutaba de jugar con el cabello del albino y él amaba que lo hiciera – Ryu, ya – pidió intentando dormir
― Oye, cántame nuestra canción
― ¿por qué? – se quejó mirándolo
― Por qué no puedo olvidar aquella vez que me la cantaste por primera vez
― En realidad... - le sonrió – fue la segunda
― ¿Qué? ¿Cuándo la cantaste primero?
― ¿recuerdas el reality? Cuando Kenji nos descubrió
― Aja
― Te dormiste primero y te la cante
El azabache se puso encima de él besándolo – eres un tramposo – se quejó el azabache – Atsushi reía con el mayor encima – te amo
Atsushi se sonrojo y le sonrió – y yo a ti Ryu
― Deseo siempre oir tu voz
― ¿incluso cuando mi piel se arrugadita?
― la disfrutaré más, será solo para mi
― ¿puedo tener por siempre tu voz?
― Tú voz y mi voz, por siempre.
Ambos sonrieron, se besaron una vez más comenzando un nuevo momento apasionado.
A veces la fama te hace decir o hacer cosas, pero la magia de la música puede guardarse en un latido de corazón que se grabará en sus oídos por siempre.
Fin.
...
Este es el final, odio los finales... Pero también se que vendrán nuevas historias.
Agradezco mucho su apoyo, su espera, sobre todo por que tuve complicaciones con mi laptop y todo, me alegra tenerlos conmigo como lectores. No tengo mucho que decir, dije mucho a lo largo de la historia. Solo recuerden:
La música puede transportarnos y borrar géneros, solo es cuestión de encontrar tu acorde...
¡Gracias por leer!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top