Beat it!

Al siguiente día todos se levantaron temprano, la mayoría no había podido pegar ojo, se encontraban nerviosos por el hecho de dormir en una casa ajena y tenebrosa. Clarise se despertó sintiéndose cansada, su cuerpo se sentía muy pesado y por un momento temió que pudiera ser un resfrió.

Prepararon las cosas para comenzar la mañana, todavía tenían mucho que hacer, colocaron los últimos adornos y a las diez de la mañana llegaron las mesas, sillas y sonido. Montaron todo y con un poco de música de fondo comenzaron la preparación del baile.

Las madres y padres llegaron con los trajes y vestidos, se acondicionaron dos habitaciones para el cambio de ropa de todos. Los padres se fueron y llegó la comida y bebida. A las cinco de la tarde todos habían llegado a la mansión.

Cuando Clarise bajo las escaleras vio como si fuera un recuerdo, la forma en que debió ser anteriormente el salón, los colores cobraron nitidez por sólo unos segundos, después todo regreso a la normalidad. Sacudió la cabeza para despejarse.

Entró al salón de baile, podía escuchar claramente la música, el espacio abierto del salón era del tamaño perfecto para que el sonido se esparciera por todo el lugar, las luces eran hermosas y todo el esfuerzo que la clase realizó para que el salón se viera espléndido había válido la pena.

Todos estaban bailando, Clarise había sido la última en bajar de arreglarse, las mesas estaban acomodadas por todo el contorno del salón dejando el centro libre para los que quisieran bailar.

Clarise se acercó a una mesa, en ella estaban su primo Alex, Adam y Melissa. Cuando la vieron Alex le mando una sonrisa, se levantó y se acercó a ella.

— Te ves genial Clarise, tía Emma estaría orgullosa de ti. — le dijo Alex al oído. Clarise sólo sonrió. Su primo estaba haciéndole la pelota.

Pasaron varias horas, ya se había dado un pequeño discurso de parte de Samanta, y todos habían comido algo, los chicos ya estaban un poco tomados, algunos habían desaparecido del salón. Alex y Melissa habían dejado a Clarise en la mesa con Adam, ambos se encontraron platicado de lo que harían de ahora en adelante.

Todos estaban disfrutando de la fiesta. Clarise vio a Mario subir al escenario preparándose para cantar. En ese momento llegó Alex a sacarla a bailar.

— Primita ¿Porque tan sola? ven vamos a bailar. Me debes un baile, además el tonto de Mario cantará y quiero darle celos. — Mario había sido el novio de Clarise. Lo habían dejado por los malditos celos que Mario tenía hacia Alex. Así que con una sonrisa en la cara Clarise acepto.

La voz de Mario inundó todo el salón, y Alex rodeó la cintura de Clarise para bailar. La canción era Beat it de Michael Jackson comenzó a sonar por el salón. No era una canción lenta ni siquiera romántica pero eso era lo divertido.

El tono de Mario se cargó de irá cada vez que cantaba el coro de la canción como advirtiendo a Alex de que todo lo que hacía era visto por él. Pasaron varias canciones, unas más movidas que otras y los primos seguían bailando, hasta que sucedió.

Una pelea se inició, dos chicos se estaban peleando por algo tonto. Levantaron una silla y la lanzaron. Como en cámara lenta vio como una ventana se hacía trizas por el impacto. Sin saber porque la ira la invadió. ¿Cómo se atrevían a dañar su hogar?

Clarise los vio tirar algunas mesas, varios chicos fueron a tratar de detenerlos. Su primo la dejo en medio de la pista para tratar de pararlos. Pero no vieron todos los adornos, cuadros y jarrones que tiraron, todo haciéndose añicos quedando inservibles. Cada objeto que era tirado aumentaba la ira de Clarise.

Las luces comenzaban a titilar, el viento entró violento por las ventanas. Poco a poco Clarise se fue perdiendo en su mente, la ira cegándola se sintió pesada y dejo de prestar atención.

Agatha vio su momento para tomar prestado ese cuerpo, esa chica Clarise había mostrado una emoción que ella aprovecho. La emoción más fuerte que Agatha había sentido fue cuando la chica había bailado, para que Agatha pudiera seguir en posesión del cuerpo tendría que evocar esos momentos.

Lentamente en su cabeza evocó la canción que Clarise había bailado con Alex la misma que Mario había cantado. Rencor e ira recorrieron su cuerpo. Poco a poco la letra invadió sus sentidos. Comenzó a cantar la canción suavemente.

They told him don't you ever come around here

Don't wanna see your face, you better disappear

Por algún motivo sentía que todo estaba mal, su voz se comenzó a escuchar por el salón. Poco a poco cada uno de los chicos la volteaba a ver. La mirada de Clarise—Agatha brilló en medio del salón y todos sintieron miedo. Los chicos que comenzaron la pelea no se percataron del peligro. De repente todas las luces se apagaron y se escucharon las puertas de las habitaciones, más la de entrada cerrarse de un golpe.

The fire's in their eyes and their words are really clear

So beat it, just beat it

Gritos se escucharon, Agatha pudo ver con satisfacción como el terror invadía la cara de cada persona en la habitación. Se dirigió a una de las mesas, vio un cuchillo y lentamente se acercó a un chico, él no la vio llegar, así que fue una sorpresa cuando el cuchillo se enterró en su cuello.

You better run, you better do what you can

Don't wanna see no blood, don't be a macho man

Cuando saco el cuchillo del cuello siguió cantando, y agilizando más sus movimientos lo enterró de nuevo pero en la chica que estaba a su lado. Un grito aún más fuerte se escuchó cuando la sangre manchó el bello rostro de otra chica, en ese momento todos la voltearon a ver, la luz de la luna entrando por un ventanal la iluminó. Ella se veía terrorífica, sus ojos brillando de manera extraña y cubierta de sangre.

You wanna be tough, better do what you can

So beat it, but you wanna be bad

Tres chicos trataron de detenerla pero todos terminaron muertos a los pies de Agatha, nadie podía creerlo, algunas chicas corrieron a la puerta del salón para salir. Extrañamente esa puerta estaba abierta.

No one wants to be defeated

Showin' how funky strong is your fighter

It doesn't matter who's wrong or right

Varios chicos corrieron a la salida con las chicas. Trataron de abrir la puerta que conducía a la carretera pero era imposible de abrir.

Agatha se dirigió a otro grupo de chicas que estaban en una esquina. Ellas no la vieron así que las tomó de sorpresa. Agatha agarró el cuello de una de ellas y paso el cuchillo por la garganta de la pobre. Se escuchó el grito de las chicas y el sonido gorgoteante que hacía la chica al ahogarse con su propia sangre.

Just beat it, beat it, beat it, beat it, beat it

Al levantar la mirada pudo ver al chico que había bailado con su recipiente, tratando de acercarse. Agatha cargo contra él pero pudo esquivarla. La abrazó dejando que sus brazos estuvieran apresados por los del tipo.

— Clarise, basta ¿Qué te pasa? — pregunto el chico.

— Yo no soy Clarise — contestó Agatha para después enterrar el cuchillo en el vientre del chico y retorcerlo. Sangre cayó por su hombro manchando más el hermoso vestido que traía puesto. Sacó el cuchillo y el chico cayó al suelo, todavía se movía pero por la cantidad de sangre en el suelo moría en poco tiempo.

They're out to get you, better leave while you can

Don't wanna be a boy, you wanna be a man

Volvió a alzar la mirada pero ya nadie se encontraba en el salón. Caminó hacia la entrada a paso lento. Saliendo se dirigió a las escaleras. Subió hacia las habitaciones. Al llegar al pasillo fue directo a la primera puerta, entró al cuarto ese había sido la habitación de huéspedes. Supo inmediatamente que había tres chicas. Sonriendo malévolamente se acercó a la cama. Miró el cuchillo en su mano no sería suficiente, paseo la mirada por todo el cierto y vio una colección de espadas.

Agarró la espada montante, su padre le había dicho que esa espada se había usado entre los siglos XIV y XVI, una espada que había quitado muchas vidas, de hoja larga y doble filo. Perfecta. Se acercó de nuevo a la cama, se subió a ella y enterró la espada varias veces. Sangre salió debajo de la cama.

You wanna stay alive, better do what you can

So beat it, just beat it

Se paseó por todo ese piso, en las habitaciones se encontró a más personas, algunos tuvieron el valor de atacar, pero por más cosas que le aventaran o tratarán de detenerla, acababan de la misma forma que los demás. Una chica murió en el baño cuando Agatha enterró la espada en la puerta, otro chico y su pareja ajenos a todo el alboroto estaban teniendo relaciones en la habitación que antes había sido de sus padres, así que con ira mal contenida los atravesó con la espada innumerables veces.

You have to show them that you're really not scared

You're playin' with your life, this ain't no truth or dare

Su voz se mantuvo en el mismo tono todo ese tiempo, ninguna estrofa calmaba su ira, sus pasos la condujeron al ático, al subir se encontró con otras dos chicas, una de ellas se le hacía familiar pero no presto atención a eso y se concentró para perseguirlas hasta el punto más frágil del piso, sin poder hacer nada vio como el suelo se derrumbó quedando las chicas ensartadas en los trozos de madera.

They'll kick you, then they beat you,

Then they'll tell you it's fair

So beat it, but you wanna be bad

Bajo lentamente hasta la primera planta, aun podía sentir a varias personas en la casa. Al pie de las escaleras se detuvo por un momento. Agatha expandió sus sentidos, sabía exactamente en que lugar estaban cada uno.

Se dirigió a la cocina, uno de los mejores lugares para esconderse era también el más peligroso. Un enorme horno de piedra ocupaba la mitad de la pared frente a ella. Agatha cerró los ojos. Aún podía recordar a su madre cuando cocinaba para ella y su padre.

Abriendo los ojos se acercó al horno. Cerró bien el presillo que tenía. Debajo de la abertura que acababa de cerrar se encontraba una pila de madera seca. A un lado de ésta estaba una lata de aceite. Agarró la lata, vaciando el contenido en la madera, una pequeña chispa se produjo cuando choco la espada con la piedra del horno. Solo esa chispa fue suficiente para prender fuego a la madera.

Sonrió cuando varios gritos salieron del horno, si escuchaba bien podía distinguir cuatro gritos diferentes.

Salió de la cocina, un chico salió a su encuentro era el mismo que antes había cantado. Agatha aún tenía la espada en sus manos así que sin aparente esfuerzo levantó el arma y la dejo caer, la cabeza del chico cayó rodando a sus pies.

Bajos sollozos se escuchaban del salón de baile. Se acercó a la entrada, vio a dos chicas junto a un cuerpo. Estaban justamente debajo de uno de los candelabros, vio la cuerda que lo mantenía en el aire suspendido. Se acercó y con un certero golpe lo corto. El candelabro aplastó a ambas chicas.

El sonido de cristal rompiéndose la saco de su ensueño, volteó a ver por una de las ventanas y vio como dos cuerpos caían. Lastima que por ese lado estén las plantas venenosas que su padre cultivaba y que nadie se había molestado en quitar. Esos chicos no durarían mucho.

Salió del salón y en la puerta vio al último de los intrusos. Estaba parado frente a ella.

— Clarise. Detente. — dijo el tipo. Agatha sólo asintió y dejo caer la espada, se quedó de pie sin hacer ningún movimiento.

El tipo se acercó a ella. Cuando estaba a unos cuantos pasos ella levantó la mano y con sus uñas hirió la cara del tipo. El volteo y trato de golpearla pero ella lo empujó. Él cayó hacia atrás y su cabeza golpeó el último escalón. Agatha se acercó y tomo el pulso como tantas veces había visto a su padre hacer. No sintió nada.

Sonrió dando media vuelta abandonó el cuerpo de la chica y espero.

No one wants to be defeated
Showin' how funky strong is your fighter
It doesn't matter who's wrong or right
J

ust beat it, beat it

La luna apenas iluminaba los pisos de aquella morada, el viento se colaba por los cristales recientemente rotos. La ira se había ido poco a poco. La voz de Clarise era lo único que se escuchaba.

Just Beat It, Beat It, Beat It, Beat It

La cordura invadió su mente con la última estrofa que canto. Confundida vio a su alrededor. Se encontraba en las escaleras de la entrada. Se dirigió al salón de baile. Pero se quedó en la entrada. En el suelo se encontraban los cuerpos de sus compañeros. Clarise gritó de horror. Escuchó un crujido a su espalda, se giró rápidamente y vio los mismos ojos de la noche pasada. Sintió un dolor intenso y quemante en su espalda.

Todo lo pasado invadió su mente, vio con claridad cada muerte que sus manos provocaron.

Con ahogó subió las escaleras, entró a una habitación y se escondió en un rincón meciéndose de adelante a atrás.

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