Tensión

Hiciste tu camino a través de las siguientes dos semanas en la escuela, enfrentando las clases y lidiando con tus amigos de la habitación 701. Aunque mantenías tu actitud reservada, notabas una pequeña apertura emocional cuando estabas con Rachel. La relación con ella había mejorado, y aunque seguías siendo el mismo Ajay de siempre, te encontrabas siendo un poco más abierto a su presencia.

Rachel se había vuelto una presencia constante en tu vida diaria. Después de la fiesta de Halloween, la dinámica entre ambos había cambiado ligeramente. Aunque seguías siendo el lobo solitario y reservado, encontrabas placer en la compañía de Rachel. Notabas sus pequeños gestos, sus risas, y cómo ella a veces intentaba sacarte de tu caparazón con sus travesuras. La relación evolucionaba de manera sutil, y aunque seguías manteniendo una distancia emocional, comenzabas a disfrutar de su compañía de una manera que ni tú mismo entendías del todo.

Rachel, por otro lado, continuaba con sus momentos atrevidos y provocativos, a veces desafiando tus límites con su juguetona actitud. Sus intentos de romper tus barreras eran evidentes, y aunque en ocasiones te sentías incómodo, no podías negar que su presencia iluminaba ciertos rincones oscuros de tu vida.

Así, entre ensayos con la banda, clases y momentos compartidos con Rachel, las semanas avanzaban marcadas por una curiosa danza entre la familiaridad y la incertidumbre.

Desde la perspectiva de Rachel, la vida había tomado un giro intrigante desde aquella noche de Halloween. Ajay, el lobo de apariencia impenetrable, se había convertido en un rompecabezas fascinante que ella estaba decidida a resolver. Aunque él seguía siendo un enigma, había notado cambios sutiles en su actitud, una apertura emocional que la intrigaba.

Cada encuentro con Ajay, ya fuera durante las prácticas de la banda o simplemente compartiendo risas en el comedor, dejaba en Rachel una sensación de curiosidad. A pesar de la actitud reservada del lobo, ella veía destellos de otra persona detrás de esa fachada, y estaba decidida a descubrir más.

Por otro lado, sus momentos en solitario en el baño eran un refugio para sus fantasías. Las imágenes de Ajay, su lobo imponente, se colaban en sus pensamientos con regularidad. Aunque estaba consciente de las limitaciones impuestas por sus diferencias de especie, no podía evitar dejarse llevar por la idea de que había algo más profundo entre ellos.

La dualidad de la relación con Ajay la mantenía en vilo, pero Rachel disfrutaba del desafío de acercarse a él mientras exploraba sus propios deseos y fantasías. Cada día se volvía un nuevo capítulo en esta historia que estaba escribiendo junto al lobo misterioso.

[...]

Rachel se encontraba profundamente dormida, sumida en un sueño donde la realidad se desvanecía y sus deseos tomaban forma. En su mundo onírico, se hallaba besando apasionadamente a Ajay, y sus cuerpos se entrelazaban en una danza íntima. Ajay exploraba suavemente cada rincón de su ser con sus fuertes manos, creando una sinfonía de sensaciones que solo existía en el reino de los sueños. La atmósfera estaba cargada de un deseo ardiente y una conexión que solo podía existir en ese espacio etéreo entre la realidad y la fantasía.

En el sueño, Rachel y Ajay se encontraban acostados, el ambiente estaba impregnado de una energía intensa y juguetona. Rachel, con una expresión traviesa, se hallaba encima de Ajay, acariciando su pecho con suavidad.

Rachel: -sonríe- ¿Así que este es el lado más suave del gran lobo?

Ajay: -con una sonrisa ligera- Parece que estás descubriendo algunos secretos, pequeña humana.

La atmósfera en el sueño era cálida y llena de complicidad, como si estuvieran compartiendo un momento íntimo que solo existía en el mundo de los sueños.

El sueño deseado por la humana parecía que su iría la intensidad, ya que las manos del lobo que deseaba empezaron a acariciar zonas estimulantes para ella; sus piernas, cinturas, caderas y en especial su trasero.

Rachel no se quedó atrás, por lo que empezó a quitarse su pequeña blusa revelando ante el lobo su brasier negro con encaje, para después dirigir sus manos al pantalón del lobo y empezar a bajarlos.

Pero para su mala suerte...

Rachel se despertó sobresaltada, interrumpida por la insistente alarma del despertador. Molesta, miró hacia la pantalla y murmuró para sí misma: "Maldito despertador. Estaba por llegar a lo bueno."

Después de apagar el despertador, Rachel se quedó un momento en la cama, tratando de retener los detalles de su sueño antes de que se desvanecieran. Suspiró y se incorporó, pensando en la imagen de Ajay que aún permanecía fresca en su mente. Aunque frustrada por la interrupción, no pudo evitar sonreír ante la idea de que ese sueño la acompañaría durante el día.

Se levantó de la cama con una mezcla de frustración y diversión. Aunque los sueños eran solo eso, sueños, no podía negar que disfrutaba de las fantasías que su mente tejía con Ajay. Con una sonrisa traviesa, se preparó para enfrentar el día, sabiendo que, aunque el sueño se hubiera desvanecido, las imágenes seguirían rondando en su imaginación.

[...]

El agua tibia caía sobre ti, y en medio de la ducha, tu mente divagaba por los recuerdos de las últimas semanas. Las risas compartidas y encuentros con Rachel resonaban en tus pensamientos.

Hiciste una mueca, cuestionándote por qué estas imágenes persisten. No tiene sentido. Ella es humana, y tú eres un lobo. Deberías dejar de darle vueltas a todo esto.

A pesar de tus intentos por resistirte, no puedes evitar sentir que algo está cambiando en ti. La conexión con Rachel, aunque extraña, despierta una curiosidad que no puedes ignorar. Tus pensamientos se mezclan con la caída constante del agua, creando una sensación de confusión en ti.

Ajay: (Esto es absurdo... una humana... no debería... ¿qué está pasando? Pero, a pesar de todo, su risa... su presencia... es inquietante. No puedo dejar de pensar en esos momentos. Pero no, esto no tiene sentido. Ella es una humana, y yo soy un lobo. Necesito dejar de darle vueltas a esto.)

Es sábado de mediodía, por lo tanto no debías preocuparte si usarías uniforme o no o asistir a clases, quedaste con juntarte con Rachel por lo que caminaste por el campus hasta lo que parecía ser el jardín que habías visto antes. Tomaste asiento en una banca, para después mandarle mensaje a Rachel diciendo dónde estabas.

Después de un rato, Rachel había llegado, no pudiste evitar no verla ya que la belleza de la chica había captado tu total atención, estaba vestida con una falda corta de color negro y una blusa negra, tenías zapatillas negras de la marca Converse, está chica es una belleza.

Rachel: -Sonriendo- Hola lobito.

Rachel se sentó a tu lado, para relajarte junto contigo pero para ti la tensión empezaría. Rachel recargó su cabeza en tu hombro, mientras disfrutaba de la tranquilidad del lugar.

Rachel: -Sonriendo- Hiciste bien en escoger este rincón, lobo. Es agradable.

Ajay: -Mantuviste actitud serena- ¿Te sientes cómoda?

Rachel: -Juguetona- Muy cómoda. -Se acerca un poco más- ¿Y tú?

Ajay: -Mantuviste la compostura- Sí, supongo que sí.

Rachel: -Con un tono sugerente- ¿Algo en particular que quieras hacer hoy?

Ajay: No tengo planes específicos.

Rachel: [Risita] Bueno, siempre podemos improvisar. (Se acomoda mejor a tu lado)

Aunque intentabas mantener la compostura, tus pensamientos revoloteaban con incertidumbre. La presencia de Rachel, su cercanía y sus gestos juguetones generaban un conflicto interno. No sabías cómo manejar esa situación, pero tratando de seguir el juego, decidiste responder con un tono más ligero.

Ajay: -Intentaste sonreír- Supongo que la improvisación es parte de la diversión, ¿no?

Rachel: -Asintiendo- Exacto. A veces es mejor dejarse llevar por el momento. ¿No crees?

Ajay: -Aceptaste la idea- Tal vez tengas razón.

Rachel continuaba con sus comentarios y risas, pero a pesar de tus esfuerzos por relajarte, la presencia de la humana seguía siendo una constante fuente de tensión.

Rachel: -Curiosa- Lobito, ¿alguna vez has tenido novia? ¿Te interesaría buscar a alguien?

Ajay: -Tomaste un breve momento para responder- Sí, tuve una hace unos dos años. Pero no me he fijado en nadie más desde entonces.

Rachel: -Juguetona- ¿Nadie más ha capturado tu atención?

Ajay: No he encontrado a otra loba que me interese.

Rachel: (O una conejita juguetona) -Sonríe para sí misma- Bueno, ya sabes, las cosas pueden sorprenderte. Nunca se sabe quién puede llegar a interesarte.

Ajay: -Observaste a Rachel- Las sorpresas no siempre son malas, ¿verdad?

Mientras estabas relajado con la cabeza de la humana en tu hombro, sentías su calidez, un calor agradable recorriendo por todo tu cuerpo...

Rachel: (Lobito, a veces me pregunto si te das cuenta de lo impresionante que eres. He perdido la cuenta de cuántas veces he fantaseado contigo. Tu imponente figura, esos ojos intensos... estoy enamorada de la idea de ti, de la versión que construí en mi mente. Pero, ¿algún día podré decirte cuánto te amo en realidad?)

Rachel no pudo evitar sentir un escalofrío cuando tu mano recorrió su espalda baja, descendiendo lentamente. La tensión en el aire se volvía palpable, mientras la cercanía entre ambos se intensificaba. A tal grado que cargaste a Ajay de sus caderas y la sentaste en tus piernas, estando frente tuyo.

Rachel: [Risa nerviosa] ¿Qué estás tramando, lobito?

Ajay: -Sonreiste pícaramente- Voy a comerme una hermosa conejita.

Rachel: -Sonrojada y riendo- Eso suena... interesante. Pero, ¿no te preocupas por lo que puedan pensar los demás?

Ajay: -Bajaste las manos a sus cinturas- Lo que más me preocupa... Es que nadie venga a ver...

Rachel: -Sonríe pícaramente- Entiendo, lobo. En ese caso, disfrutemos de nuestro pequeño rincón secreto.

Ajay: -Levantó un poco la falda de Rachel- No vayas a hacer tanto ruido...

Rachel: [Risa suave] Puedo ser silenciosa cuando quiero, lobo. Pero, ¿qué tal si nos concentramos en disfrutar del momento?

Ajay: Si... Disfrutar del momento -Apretaste levemente su trasero-

Rachel: -Sonríe juguetona- Eso suena como una excelente idea. ¿Quién diría que el tranquilo lobo tendría tantos secretos debajo de su piel?

Ajay: No me conoces del todo... Se a que juegas, conejita... Quieres que te ate y te haga el amor como una bestia...

Lo que en realidad pasaba, era todo un escenario imaginario de Rachel, nuevamente se dejó llevar por su mente sucia, pero entonces volvió a la realidad ya que sintió que el lobo le estaba hablando.

Ajay: Rachel, estás ahí? -Preguntaste con confusión- Tierra llamando a Rachel.

Rachel: -Sonrojada- Uh, sí, aquí estoy. Solo estaba pensando en algo divertido. ¿Tú también tienes pensamientos traviesos, lobo?

Ajay: -Mantenías tu expresión seria- No tengo idea de a qué te refieres con "pensamientos traviesos". Solo estoy aquí, disfrutando del momento.

Rachel: -Ríes divertida- Oh, lobo, siempre tan misterioso. Aunque, pensándolo bien, a veces la mejor parte de la diversión está en la anticipación.

Ajay: -Levantaste una ceja- Anticipación, ¿eh?

Rachel: -Asintiendo con una sonrisa juguetona- Sí, el arte de imaginar lo que podría suceder es emocionante, ¿no crees?

Ajay: -Mantenías tu postura tranquila- La imaginación puede ser peligrosa. A veces es mejor lidiar con la realidad.

Rachel: -Se acercó un poco más a ti- Pero, lobo, la realidad también puede ser sorprendente. No todo es tan predecible como crees.

Ajay: -Mirándola fijamente- ¿Estás sugiriendo que debería dejarme llevar más por la sorpresa?

Rachel: -Con una mirada traviesa- ¿Por qué no? A veces, lo inesperado puede ser mucho más interesante.

La conversación entre ambos continuaba en un tono de coqueteo y tensión. Aunque intentabas mantener tu actitud reservada, Rachel persistía en su juego de provocación.

Rachel: -Susurrando- ¿Te he dicho alguna vez que tus ojos tienen un brillo intrigante, lobo?

Ajay: -Frunciste el ceño- No, pero eso no significa nada.

Levantaste tu cabeza de las piernas de Rachel para sentarte en la banca, pero ella se sentó de manera provocativa en tus piernas.

Rachel: -Rodeando tu cuello con sus brazos- Tal vez solo necesitas descubrirlo por ti mismo.

Ajay: -Te apartaste levemente- No creo que haya mucho que descubrir.

Rachel: -Con una sonrisa sugerente- Nunca se sabe, lobo. A veces, las sorpresas vienen de donde menos lo esperas.

En ese momento, una ligera brisa agitó las hojas de los árboles cercanos, añadiendo una atmósfera más intensa a la escena. El juego de seducción entre ambos se intensificaba mientras la tensión aumentaba en el aire.

Ajay: -Mantenías la compostura- Rachel, no sé a dónde intentas llegar con todo esto.

Rachel: -Sonríe pícara- A ningún lugar en específico, lobo. Solo disfrutando del momento.

Ajay: [Suspiro] Parece que disfrutas de los juegos, ¿verdad?

Rachel: -Con una risa juguetona- ¡Claro! La vida es demasiado corta para no divertirse un poco. Además, ¿qué tiene de malo un poco de emoción?

Ajay: -Te mantenías firme- La emoción puede llevarte a lugares peligrosos.

Rachel: -Con un tono más suave- A veces, los lugares más peligrosos son los más emocionantes. Pero entiendo si prefieres la seguridad de la rutina.

Ajay: -Sin cambiar tu expresión- No se trata de rutina. Se trata de mantener el control.

Rachel: -Acercándose a tu oído- Pero, lobo, ¿quién dice que no puedes disfrutar mientras mantienes el control?

La cercanía de Rachel y sus palabras susurradas en tu oído generaban una sensación inusual. La tensión entre ambos era palpable, y aunque intentabas mantener una fachada imperturbable, sentías cómo esa barrera se tambaleaba.

Rachel: -Se aparta un poco, mirándote fijamente- ¿Y bien, lobo? ¿Vas a dejarte llevar por la sorpresa?

La mirada intensa de Rachel y el ambiente cargado de tensión te mantenían en un dilema. La elección de seguir resistiendo o ceder ante la sorpresa estaba en tus manos.

[...]

Rachel: -Se puso de pie- Bueno, lobo, creo que ya es hora de volver a la realidad. Ha sido un momento interesante.

Ajay: -Te levantaste también- Sí, interesante.

Ambos caminaron en silencio de regreso al campus, llevando consigo la peculiar atmósfera que habían creado en aquel rincón tranquilo. La tensión persistía, y aunque la realidad volvía a tomar el control, las chispas de lo inesperado continuaban brillando entre ambos.

Las semanas avanzaban, marcadas por esos momentos de tensión y coqueteo entre Ajay y Rachel. Aunque intentabas mantener una distancia emocional, la conexión con la humana se volvía cada vez más compleja. La dualidad de tu naturaleza de lobo y la presencia intrigante de Rachel creaban un paisaje emocional confuso.

La banda continuaba con sus ensayos, y la música se convertía en un refugio para liberar la tensión acumulada. Sin embargo, las miradas furtivas y los gestos sugerentes entre tú y Rachel no pasaban desapercibidos para los demás miembros de la banda. Gary y Durham, en particular, comenzaban a notar la dinámica peculiar entre el lobo solitario y la enigmática humana.

Gary: -Sonríe con complicidad- Ajay, amigo, ¿hay algo que deberíamos saber?

Ajay: -Mantuviste tu mirada seria- No hay nada que deban saber.

Durham: -Con una risa burlona- ¿Seguro, lobo? Parece que hay algo más que música en el aire cuando están juntos.

Ajay: -Te cruzaste de brazos- Es solo tu imaginación.

Mientras intentabas desviar la atención de las insinuaciones de tus amigos, Rachel observaba la interacción con una sonrisa enigmática. Parecía disfrutar de la intriga que envolvía a ambos, alimentando el misterio con sus propios juegos.

La tensión persistía, y a medida que avanzaban las semanas, la línea entre la realidad y las fantasías se volvía más borrosa. El lobo y la humana continuaban danzando en ese rincón incierto, donde la sorpresa y la cautela se entrelazaban en una coreografía peculiar.

[...]

Una tarde, después de un ensayo particularmente intenso, Rachel te propuso dar un paseo por el campus. Aunque inicialmente dudabas, accediste, y ambos caminaron entre los edificios iluminados por la luz de la tarde.

Rachel: -Con tono suave- Ajay, ¿nunca te has preguntado qué pasaría si... dejamos de resistirnos a lo que sentimos?

Ajay: -Mantenías tu postura tranquila- La resistencia es necesaria para mantener el control.

Rachel: -Suspiró- Pero, ¿y si a veces dejarse llevar no es tan malo como parece?

Ajay: -Frunciendo el ceño- Las cosas no son tan simples, Rachel.

Rachel: -Se detuvo y te miró fijamente- Ajay, sé que hay más en ti de lo que muestras. ¿Por qué resistirte tanto a la posibilidad de algo más?

Ajay: -Te mantuviste en silencio un momento- Las diferencias entre nosotros son evidentes, Rachel. No podemos ignorarlas.

Rachel: -Con una sonrisa tranquila- No estoy hablando de ignorarlas, sino de aceptarlas y explorar lo que podríamos tener.

Ajay: -Respiraste profundamente- La realidad no es como en tus fantasías, Rachel.

Rachel: -Se acercó a ti- A veces, las fantasías pueden hacer que veamos más allá de las barreras autoimpuestas.

Ambos quedaron en silencio, y la intensidad del momento colgaba en el aire. La elección entre seguir resistiendo o abrirse a lo inesperado se volvía más crucial que nunca.

La tensión persistía entre tu y Rachel, aunque tu intentabas ocultar tus sentimientos bajo una capa de reserva y actitud despreocupada. Sin embargo, la relación entre ambos se volvía cada vez más compleja con el paso de los días.

Rachel continuaba con sus insinuaciones y coqueteos, jugando con tu paciencia y tu resistencia. Sus risas y comentarios traviesos creaban un ambiente lleno de electricidad entre ustedes. A pesar de tus intentos por mantener una distancia emocional, no podías negar que la presencia de Rachel ejercía una extraña influencia sobre tí.

Por otro lado, Rachel disfrutaba del juego. Sus fantasías y sueños contigo se mezclaban con la realidad, y aunque sabía que debía mantener ciertos límites, la atracción que sentía por el lobo imponente no hacía más que intensificarse. Cada encuentro, cada risa compartida, se convertía en un capítulo adicional en la historia que estaba construyendo junto a tí.

El tiempo avanzó rápidamente, y el ambiente festivo de las vacaciones invernales invadió el campus universitario. Las luces brillantes, la decoración festiva y el bullicio de la temporada inundaron los pasillos y las aulas. El estrés de los exámenes finales quedó atrás, y los estudiantes se preparaban para disfrutar de unas merecidas vacaciones.

A, pesar de tu actitud reservada, no pudiste evitar sentir cierta intriga por las festividades. La transformación del campus te tomó por sorpresa, y aunque prefería mantenerse en segundo plano, la energía festiva se filtraba en tu mundo.

Rachel, por otro lado, estaba emocionada por las vacaciones. Había planeado algunas salidas con amigos y, por supuesto, esperaba pasar tiempo contigo. Aunque sabía que su relación era complicada, no podía evitar sentir cierta esperanza de que las vacaciones invernales pudieran ser un punto de inflexión en su conexión con el lobo.

Ambos se encontraban en el centro del campus, donde las luces brillantes y la decoración festiva creaban un ambiente acogedor.

Rachel: -Sonriendo- ¿Qué opinas, lobito? ¿Te gusta la atmósfera de las vacaciones?

Ajay: -Manteniendo tu actitud serena- No es algo que me preocupe demasiado.

Rachel: -Juguetona- Vamos, Ajay. Incluso el lobo más solitario puede disfrutar de un poco de alegría festiva. Además, es la temporada para compartir con aquellos que aprecias.

Ajay: -Frunciendo el ceño- No soy muy fanático de las multitudes y todo este alboroto.

Rachel: -Riéndose suavemente- Entiendo. Pero, ¿harás una excepción para mí durante las vacaciones?

Ajay: -Con un leve asentimiento- Veremos.

Así, entre risas y miradas cómplices, tú y Rachel se sumergieron en el ambiente festivo, sin saber que las vacaciones invernales les depararían nuevos desafíos y revelaciones.

















No sé por que siempre encuentro inspiración un día después de anunciar que tal novela me tardaré en actualizarse.

Estoy algo raro últimamente.

Pero adivinen, tu tensión con Rachel llegará a una tensión sexual...

Sean pacientes...

Los veo en el próximo capítulo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top