Aullidos y sentimientos
Una noche en vela no impidió que te enfrentaras a un nuevo día en la academia Cherryton. A pesar de la fatiga, te levantaste y te encontraste con Legoshi, Jack y los demás miembros de la habitación 701, quienes se preparaban para la jornada.
Legoshi: ¿Otra noche sin dormir, Ajay?
Ajay: -asentiste- No es gran cosa.
Jack: -entusiasta- ¡Vamos, Ajay, necesitas relajarte más! Tal vez podrías unirte a nosotros en el club de teatro después de clases.
Ajay: Ya estoy en uno...
A medida que avanzaba la mañana, las clases se sucedían con la monotonía habitual. Sin embargo, tu mente divagaba, y algunas clases pasaron desapercibidas. Aunque la música se había convertido en un refugio para ti, la fatiga persistente amenazaba con oscurecer incluso ese rincón de tu vida.
El almuerzo llegó, y, como era costumbre, buscaste la soledad. No obstante, Rachel, con su energía inagotable, se sentó a tu lado sin invitación.
Rachel: -sonriendo- ¿Mente en otro universo, Ajay?
Ajay: -murmuraste- Algo así.
La charla se volvió más profunda, y Rachel, notando tu fatiga y desconexión, sacó un tema que podría cambiar el rumbo de tus días.
Rachel: ¿Has escuchado sobre la fiesta de Halloween que están organizando en Cherryton?
Ajay: -levantaste una ceja- Sí, algo he oído.
Rachel: -entusiasta- ¡Será increíble! Baile, música, disfraces; definitivamente deberías venir.
Ajay: -escéptico- No soy muy fanático de las fiestas.
Rachel: -sonriendo- Ya sé que te uniste al club de música, pero esta fiesta será diferente. ¿Qué dices? ¿Te animas?
Ajay: -Frunciste el ceño- No me gustan las fiestas ni los disfraces, Rachel. Además, ¿bailar? Definitivamente no es lo mío.
Rachel: -sonriendo- Vamos, Ajay, será divertido. No tienes que preocuparte por nada, solo disfruta el momento.
Ajay: [Suspiro] Está bien, iré a la fiesta, pero no esperes que me disfrace ni que baile.
Rachel: -entusiasta- ¡Genial! No tienes que disfrazarte si no quieres, pero quizás te diviertas más de lo que piensas.
A medida que el día avanzaba, Rachel seguía planeando la fiesta de Halloween, entusiasmada ante la idea de compartir momentos alegres contigo. A pesar de tu resistencia inicial, la energía positiva de Rachel comenzaba a afectar sutilmente tus percepciones.
Rachel: ¿Sabes qué, Ajay? Aunque no quieras bailar, podríamos pasar un buen rato juntos. ¿Te animarías a bailar conmigo en la fiesta?
Ajay: -Frunciste el ceño- ¿Bailar? Ya te dije que no es lo mío.
Rachel: -sonriendo- Oh, vamos, Ajay. No tienes que ser el mejor bailarín del mundo. Solo diviértete un poco. Te prometo que no seré muy exigente.
Ajay: [Resoplido] Está bien, pero solo porque insistes tanto.
Rachel: ¡Perfecto! Será genial, lo prometo.
A pesar de tu reluctancia, la invitación de Rachel dejó una pequeña chispa de expectación en el aire. La academia Cherryton, con su diversidad de relaciones y eventos, estaba a punto de llevar a Ajay a una experiencia inesperada en la fiesta de Halloween.
La historia continúa en el bullicioso salón de actividades del club de música, donde el profesor anuncia emocionado la formación de equipos para el próximo evento de Halloween.
Observando tu celular en un rincón, te encuentras con un lobo entusiasta.
Lobo: ¡Ajay! ¿Te unirías a nuestro equipo? Vamos a formar algo grandioso.
Reflexionaste sobre la oferta, te unes al grupo de lobos después de evaluar tus opciones.
Con el equipo formado exclusivamente por lobos, surge la tarea de encontrar el nombre perfecto para la banda. Entre risas y sugerencias creativas, llegan a un consenso.
Lobo: ¿Qué les parece "Aullidos Nocturnos"?
El nombre es recibido con entusiasmo, y así "Aullidos Nocturnos" nace en ese mismo instante. Mientras discuten las canciones, deciden escribir una canción la cual llaman "505",
Lobo 2: ¿Qué tal si titulamos la canción "505"? Será nuestra propia creación.
Con el nombre de la banda y la canción en proceso, llega el momento de asignar roles. Tu, a punto de agarrar una guitarra, te das cuenta de que no hay ninguna disponible. Sin embargo, uno de los lobos te entrega un micrófono.
Lobo 1: ¿Qué te parece ser nuestro vocalista, Ajay? Creo que serías genial.
Inicialmente renuente, recuerdas tu experiencia anterior como cantante, pero después de algo de persuasión, aceptaste. La academia Cherryton, testigo de la creación de "Aullidos Nocturnos", se prepara para disfrutar de una actuación única en el evento de Halloween.
Después de la formación del equipo, el lobo que te invitó se acercó con una sonrisa intrigante.
Lobo 1: Ajay, quería decirte por qué te elegimos como vocalista. Resulta que soy conocido de un viejo compañero tuyo de secundaria llamado Hayato.
Tú, sorprendido, recordaste a Hayato, el humano con el que compartiste escenario en tu primer concierto.
Lobo: Hayato me habló de ese concierto en el que cantaste a los 15 años. Me dijo que eras increíble y que no podía perder la oportunidad de tenerte como vocalista en nuestra banda.
Aún sorprendido, escuchaste atentamente mientras el lobo continuaba.
Lobo: Vi el concierto, Ajay. Está en YouTube. Eres un talento innegable, y creemos que serás perfecto para esta banda.
Reflexionando sobre aquella actuación pasada que habías intentado dejar atrás, te sentiste halagado por la confianza depositada en ti. La academia Cherryton, con sus conexiones inesperadas, estaba a punto de vincular tu pasado con el presente, creando un lazo musical que trascendía el tiempo y las experiencias. Pero entonces, aquel lobo se presentó contigo con el nombre de Scott.
Scott: Ajay, sé que tal vez no estás muy emocionado por ser el vocalista, pero tengo que decirte que vi ese concierto tuyo de los 15 años, y fue increíble.
Ajay: Sí, fue solo una vez. No es algo que me emocione repetir.
Scott: Entiendo, pero creo que tienes un talento único. Esa actuación fue especial, y creo que podrías lograrlo de nuevo, pero esta vez con una banda que te respalde. ¿Qué dices?
Recordando aquel día y sintiendo la insistencia de Scott, titubeaste un momento antes de responder.
Ajay: No es algo que me entusiasme, pero... supongo que podría esforzarme un poco más esta vez.
Scott: ¡Eso es genial, Ajay! Verás que con el apoyo del equipo, tu voz resonará de una manera asombrosa en "Aullidos Nocturnos". Confiamos en ti.
Aceptando el desafío, asintió, y la academia Cherryton se preparaba para presenciar la reaparición de Ajay como vocalista, esta vez en la banda "Aullidos Nocturnos".
En el transcurso de tres días, "Aullidos Nocturnos" logró finalizar la letra de su canción "505", marcando así el inicio de los ensayos. Con la letra lista, los lobos se sumergieron en la música, afinando cada nota y armonizando sus voces para crear una interpretación memorable.
Inicialmente reticente, encontraste inspiración en las palabras que tu mismo habías ayudado a escribir. Con cada ensayo, tu voz adquiría una nueva profundidad, reflejando la intensidad de la letra y la emoción del momento.
Scott y los demás miembros de la banda te alentaron a explorar tu voz y a expresarte con la misma pasión que habías mostrado en tu primer concierto. Con el apoyo del equipo, comenzaste a sentirte más seguro en tu papel de vocalista, permitiendo que tu talento floreciera en cada ensayo.
La academia Cherryton se convirtió en el escenario de intensos ensayos, donde la música de "Aullidos Nocturnos" resonaba en los pasillos y despertaba la curiosidad de sus compañeros. Con cada sesión, la banda se acercaba más a la perfección, preparándose para el evento de Halloween que prometía ser inolvidable.
Una noche, Kolo te extendió una invitación para pasar tiempo con tus amigos en la habitación 701. A pesar de tu inicial reluctancia, decidiste aceptar la oferta para no ser grosero con Kolo, quien había demostrado ser un amigo leal.
Al entrar a la habitación, el bullicio y la camaradería llenaron el ambiente. Legoshi, Jack, Kolo, Durham, Miguno y Boss estaban reunidos, cada uno sumido en sus propias conversaciones y risas. La atmósfera acogedora hizo que te relajaras, sintiéndote parte de aquel grupo que, de alguna manera, habías logrado abrir un espacio en tu vida.
Durante la velada, compartieron anécdotas, risas y algunos bocadillos. Tú, a pesar de tu naturaleza reservada, encontraste cierto confort en la compañía de aquellos que ahora considerabas amigos. La habitación 701 se convirtió en un refugio de confianza y complicidad, rompiendo las barreras que habías construido a tu alrededor.
Mientras compartían en la habitación 701, la conversación tomó un giro interesante cuando Durham, con una mirada astuta, decidió tocar un tema delicado.
Durham: Oye Ajay, he notado que has estado bastante cercano a esa humana, Rachel, últimamente. ¿Algún interés especial?
Ligeramente sorprendido por la observación directa de Durham, respondiste con tu típico tono indiferente.
Ajay: No te hagas ilusiones, es solo una conocida.
Durham, con una sonrisa juguetona, continuó indagando en la situación.
Durham: Hmm, ¿seguro? He notado ciertos destellos de amistad o algo más.
La habitación se llenó de risas y comentarios cómplices mientras Durham persistía en su intento de desentrañar la relación entre tu y Rachel. La atmósfera amistosa y juguetona dejó claro que, aunque pudieras intentar ocultar tus sentimientos, tus amigos estaban atentos a cada detalle de tu vida en Cherryton.
Boss, siempre dispuesto a jugar un poco, no pudo resistir la oportunidad de molestarte sobre tu cercanía con Rachel.
Boss: Ajay, ¿te has vuelto amigo de la humana carismática? ¿Estás buscando cambiar tus costumbres de lobo solitario?
Las risas resonaron en la habitación mientras que fruncías el ceño, claramente molesto pero decidido a mantener tu compostura.
Ajay: No es asunto tuyo. Solo estoy siendo amigable, no te hagas ideas equivocadas.
Legoshi, decidió unirse a la broma.
Legoshi: ¿Será que el lobo solitario ha encontrado a su compañera humana?
La risa se intensificó, y Jack, jugando también, agregó su propia observación.
Jack: Deberías tener cuidado, Ajay. Podrías terminar siendo el primer lobo en enamorarse de una humana en Cherryton.
Sintiendo la presión de las bromas, trataste de mantener tu actitud imperturbable, pero la complicidad amistosa de la habitación 701 dejó en claro que tus amigos disfrutaban de sacarte de tus casillas de vez en cuando.
Al final de la noche, al despedirte, te sorprendiste a tí mismo sonriendo genuinamente. Aquella velada había demostrado que, a pesar de tu actitud amargada, tu conexión con tus amigos de Cherryton estaba creciendo, y con ello, una sensación de pertenencia que comenzaba a florecer en tu vida escolar.
Después de despedirte de tus amigos en la habitación 701, regresaste a tu propia habitación. Al acostarte en tu cama, su mente no podía evitar pensar en Rachel.
Ajay: [Suspiro] ¿Qué estoy haciendo? Un lobo y una humana... es absurdo...
Aunque intentaste alejar esos pensamientos, no pudiste evitar recordar los momentos compartidos con Rachel y la sensación de conexión que había entre ustedes. Sin embargo, la realidad de tu mundo y las expectativas sociales te empujaban a reprimir cualquier sentimiento que pudiera surgir.
Ajay: -Sacudiste la cabeza- No tiene sentido. Mejor me concentro en mis propios asuntos.
Al día siguiente, en la bulliciosa cafetería de Cherryton, te encontraste compartiendo mesa con Rachel. Mientras disfrutabas de tu almuerzo, notaste que las manos suaves de Rachel se aventuraban a acariciar sutilmente tu cola. Aunque, con tu típico carácter, le pediste que parara, no pudiste evitar sentir una extraña satisfacción en el contacto.
Ajay: Rachel, deja de hacer eso, no soy un cachorro.
Rachel, con una sonrisa traviesa, ignoró su solicitud y continuó con las caricias.
Rachel: ¿Quién dice que los lobos no disfrutan de ser mimados?
Aunque intentabas mantener tu compostura, no podías negar que las caricias de Rachel te proporcionaban cierta comodidad. La contradicción entre tu actitud aparentemente indiferente y la agradable sensación de ser acariciado creaba un juego intrigante en la cafetería de Cherryton.
A medida que Rachel continuaba acariciando tu cola, resignado, decidiste simplemente dejarte llevar por la situación. Rachel, notando tu participación, aprovechó para iniciar una conversación.
Rachel: ¿Ya pensaste en tu disfraz para la fiesta de Halloween, Ajay? Yo planeo ir como una calavera, ¡será genial!
Intentando no mostrar demasiado interés, respondiste de manera indiferente.
Ajay: No es mi estilo, pero supongo que iré con algo sencillo.
Rachel, intrigada, continuó acariciando la cola mientras mantenía la conversación sobre los planes para la fiesta, creando un ambiente peculiar entre la cafetería animada y las interacciones inesperadas de aquel lobo y humana.
Rachel, mientras continuaba acariciando tu cola, te lanzó una sugerencia juguetona.
Rachel: ¿Sabes qué sería divertido? Podríamos ir ambos como calaveras. Sería como una pareja de calaveras geniales para Halloween.
Algo sorprendido por la propuesta, te quedaste pensando por un momento. Aunque tu primera reacción fue resistirte a la idea, algo en la expresión juguetona de Rachel te hizo reconsiderar.
Ajay: No sé, suena un poco... llamativo.
Rachel, sin embargo, no se dejó intimidar y continuó con su encanto persuasivo.
Rachel: Vamos, Ajay, será divertido. Además, ¿quién sabe? Podríamos ser la sensación de la fiesta.
Aunque inicialmente reticente, comenzaste a pensar en la posibilidad, dejando que la idea de compartir un disfraz con Rachel se asentara en tu mente, creando una dinámica intrigante para la próxima celebración de Halloween en Cherryton.
Tras un momento de reflexión, decidiste ceder ante la entusiasmada propuesta de Rachel.
Ajay: Está bien, iré de calavera contigo.
Rachel, emocionada, te dio un suave golpecito en el hombro.
Rachel: ¡Genial! Será divertido, ya verás. Nos veremos en la fiesta, Ajay.
Asentiste con una expresión serena, sabiendo que, de alguna manera, la energía vibrante y optimista de Rachel estaba empezando a influir en tu rutina habitual. La peculiar pareja de calaveras estaba lista para destacar en la fiesta de Halloween en Cherryton.
En estos días de ensayo, te adentraste en un mundo musical que, a pesar de tus reticencias iniciales, te envolvía con cada nota. Los acordes resonaban en el salón de actividades del club de música, fusionándose en una sinfonía que llevaba consigo una energía palpable. Las guitarras vibraban al unísono, mientras la percusión marcaba el ritmo de una experiencia que, aunque escolar, prometía ser más que una simple actuación.
Te sumergías en la música, la cual se convertía en una expresión compartida con tus compañeros lobos. A medida que ajustaban cada detalle, no solo estaban preparándose para el evento cultural, sino que estaban construyendo algo más grande: una conexión única forjada por la melodía y la armonía.
La nostalgia se mezclaba con la emoción presente, recordándote tus primeros días de actuaciones en la secundaria. Aunque procurabas mantener tu actitud seria y distante, la música te arrastraba a un rincón de tu pasado que, de alguna manera, te conectaba con emociones que preferías mantener ocultas.
Los días pasaban rápidamente entre las prácticas, y la colaboración musical involuntaria estaba tejendo lazos inesperados entre los miembros de la banda. La música, en su esencia, actuaba como un lenguaje compartido que trascendía las barreras que a menudo erigías a tu alrededor. La sala de ensayos se convertía en un espacio donde las notas y acordes creaban una comunión única entre lobos que, por un breve instante, dejaban de lado sus diferencias para construir algo especial.
Mientras los días de ensayo avanzaban, también lo hacía la peculiar conexión entre tú y Rachel. Aunque seguías siendo el lobo serio y ella la humana optimista, los encuentros diarios en la academia Cherryton estaban revelando capas más profundas de sus personalidades.
Rachel, con su energía contagiosa, lograba arrancar sonrisas ocultas incluso en los momentos más serios. Sus conversaciones, a veces trivialidades y otras profundizando en temas más personales, comenzaban a crear un puente entre dos mundos que, a primera vista, parecían distantes.
A pesar de tus intentos por mantener cierta distancia, la espontaneidad de Rachel estaba teniendo un impacto en tu rutina. Sus risas se entrelazaban con tus pensamientos serios, desafiando las barreras que habías construido a lo largo del tiempo.
Incluso en los momentos de silencio durante los ensayos, compartían miradas cómplices que hablaban de una conexión más allá de las palabras. Aunque evitabas reconocerlo abiertamente, la presencia constante de Rachel empezaba a alterar sutilmente el curso de tus días en la academia.
La música, que inicialmente parecía ser el único lazo entre ambos, estaba dando paso a una amistad inesperada. En el crisol de Cherryton, donde animales y humanos coexistían, tu y Rachel estaban escribiendo su propia melodía, llena de notas sorprendentes y armonías imprevistas.
Mientras Rachel charlaba animadamente otras dos chicas en un rincón del campus, el tema de conversación tomó un giro interesante hacia su relación con Ajay, el lobo serio que había capturado su atención.
Una de ellas, con su curiosidad natural, fue la primera en sacar el tema.
Cebra: ¿Y qué hay de ti y Ajay, Rachel? Parece que se están volviendo bastante cercanos últimamente.
Rachel, con una sonrisa juguetona, no pudo evitar ruborizarse ligeramente ante la atención repentina.
Rachel: Bueno, sí, hemos estado pasando tiempo juntos. Ajay es un poco reservado, pero hay algo en él que me intriga.
Las otras chicas herbívoras asintieron con complicidad, mostrando interés en el desarrollo de la relación entre Rachel y el enigmático lobo.
Loba: Ajay es bastante misterioso, ¿no crees? Parece que hay más en él de lo que deja ver.
Rachel: Exacto, siento que hay capas por descubrir en él. Es como un rompecabezas que estoy ansiosa por resolver.
La conversación continuó entre risas y confidencias, mientras Rachel reflexionaba sobre la intrigante conexión que estaba formando con Ajay. En un mundo donde las diferencias entre carnívoros y herbívoros a menudo marcaban las relaciones, la amistad entre el lobo y la humana estaba desafiando las expectativas, creando un vínculo único que intrigaba a todos los que los rodeaban.
Entre risas y confidencias, el tema de la conexión entre Rachel y Ajay también resucitó memorias de aquel día en la playa. En ese momento, las chicas herbívoras ya habían notado la atractiva presencia del lobo, y Rachel, aunque en ese momento rechazó la idea de considerarlo guapo, había dejado en el aire una contradicción que ahora rondaba su mente.
Cebra: ¿Recuerdas cuando estábamos en la playa y mencionamos lo guapo que era Ajay?
Rachel, con una risa nerviosa, asintió recordando ese día.
Rachel: Sí, pero entonces, ¿cómo podría yo...? Quiero decir, somos de especies diferentes, ¿verdad?
La loba, con una sonrisa cómplice, apoyó la cabeza en la mano.
Loba: Las barreras sociales a veces son solo eso, barreras. Al final, todos somos seres sintientes, ¿no?
La pregunta de su amiga dejó un silencio momentáneo en el grupo, mientras Rachel reflexionaba sobre sus propios sentimientos y las expectativas impuestas por la sociedad y sus padres.
Rachel: Tal vez debería dejar de preocuparme tanto por lo que se supone que debe ser. Ajay es alguien especial, y creo que nuestras diferencias pueden ser lo que hace que esta conexión sea única.
La charla continuó entre risas y pensamientos profundos, mientras Rachel exploraba sus propios sentimientos hacia Ajay y desafiaba las normas que amenazaban con separarlos. En el crisol de Cherryton, donde las amistades desafiaban expectativas, Rachel se encontraba en un dilema entre lo que dictaba la sociedad y lo que sentía en su corazón.
Rachel, perdida en sus pensamientos, se dejó llevar por la fantasía momentánea de tener a Ajay en su habitación. Se imaginó a él quitándose lentamente la camiseta, revelando un torso marcado que capturaba su atención. Sin embargo, antes de que pudiera explorar más a fondo ese escenario en su mente, las risas y voces de sus amigas la trajeron de vuelta a la realidad.
Cebra: Rachel, ¿estás con nosotros? Parecías bastante concentrada en algo.
Rachel, con un rubor repentino, trató de disimular sus pensamientos intrusivos.
Rachel: ¡Oh, sí! Solo estaba pensando en... nada en particular. ¿De qué estábamos hablando?
Las chicas rieron, comprendiendo que quizás Rachel estaba perdida en algún rincón de su mente. Aunque intentó desviar su atención, la imagen de Ajay permaneció en su pensamiento, creando una chispa de anticipación y deseo en su corazón. En el crisol de Cherryton, donde las emociones y conexiones florecían, Rachel estaba comenzando a descubrir que Ajay no solo era un lobo intrigante, sino alguien que despertaba sensaciones más profundas en su ser.
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