El valor de un alma de Silicon
El Capitán Turrock permanecía en la cabina de su submarino, rodeado por un inquietante silencio. El enigmático Continente Perdido parecía estar envuelto en una oscuridad opresiva, como si cada sombra ocultara un secreto antiguo. Turrock tamborileaba los dedos sobre el tablero de mando, incapaz de calmar la creciente ansiedad que lo embargaba. De repente, un ruido atronador rompió la quietud, como si una puerta hubiera sido arrancada de sus goznes. Con el corazón palpitando, Turrock se apresuró a salir al exterior.
Al emerger, una escena desconcertante lo esperaba. Una abertura en el suelo se cerraba con un crujido sordo, dejando a su paso a Big Serow, Billsword y Morgan. Big Serow se apoyaba en su asta rota, tambaleándose con cada paso, mientras los otros dos lo sostenían.
"¡Por las mareas! ¡Amigos míos!" exclamó Turrock, corriendo hacia ellos con preocupación evidente en su rostro. "¿Qué ha pasado? ¿Dónde están el señor Liogre y los demás?"
Antes de que pudieran responder, Big Serow se desplomó, cayendo inconsciente en los brazos de sus compañeros. Turrock palideció al verlo y giró hacia ellos con urgencia.
"Está muy mal..." murmuró. "¡Llévenlo al ala médica del submarino, rápido!"
Sin perder tiempo, Morgan y Billsword cargaron a Big Serow con la ayuda de Turrock, adentrándose apresuradamente en el submarino para buscar refugio y atención médica.
Mientras tanto, en las profundidades del laberinto subterráneo, Ogre y su grupo avanzaban siguiendo los pasos de Salmomancer. Los pasadizos serpenteantes parecían extenderse sin fin, sus sombras danzando con cada movimiento de las antorchas. El silencio solo era roto por el eco de sus pasos y las ocasionales gotas de agua que caían desde el techo. Fue Mei quien, impulsada por su insaciable curiosidad, rompió el mutismo.
"Señor Pescado..." comenzó, atrayendo la atención de Salmomancer.
Él se detuvo de golpe y giró hacia ella, su rostro mezclando humor y una pizca de incomodidad.
"Por favor, niña, no me llames Pescado. Es... humillante," replicó, mientras el grupo esbozaba sonrisas contenidas. "¿Qué querías preguntar?"
"Quería saber cómo es posible que haya tantos pasadizos secretos, trampas y mecanismos en túneles que, según entiendo, solían ser simples canales de agua para el castillo en ruinas," dijo Mei, con los ojos brillando de curiosidad.
Salmomancer reanudó su marcha, señalando unas escaleras cercanas.
"Es una buena pregunta," comenzó, con un tono casi solemne. "Como ya deben saber, el Reino de Draconus era conocido por su increíble avance tecnológico. Estos túneles, aunque hoy parecen simples formaciones rocosas, fueron en su día canales cuidadosamente diseñados para transportar agua desde las montañas hasta el castillo."
"Eso aún no explica las trampas y los mecanismos," replicó Mei, cruzando los brazos con una mezcla de impaciencia y fascinación.
"Tranquila, iba a eso," respondió Salmomancer con una sonrisa astuta. "El castillo en realidad no era solo un castillo. Era la nave de Dragul, la misma que uso cuando llegó al Planeta Bestia hace siglos. El usó una tecnología tan avanzada que podría modificar incluso las estructuras naturales de este lugar. Su legado se oculta en cada rincón de estos túneles."
Zhao, pensativo, intervino. "¿Podría tratarse de nanotecnología?"
El grupo lo miró con perplejidad. Incluso Salmomancer frunció el ceño, intrigado.
"¿Nano... qué?" preguntó.
"Nanotecnología," explicó Mei, tomando la palabra. "Es un tipo de tecnología de nuestro mundo que utiliza máquinas diminutas, más pequeñas que una célula, para manipular la materia en su nivel más básico: los átomos y moléculas."
El grupo escuchó con asombro mientras Mei y Zhao exponían conceptos que, aunque familiares para ellos, parecían pura fantasía para los demás. Golder asintió, impresionado.
"Increíble... máquinas tan pequeñas que pueden alterar algo tan vasto como estos túneles," murmuró.
"En realidad, la naturaleza lleva haciéndolo durante millones de años," corrigió Zhao. "Pero en lugar de máquinas, utiliza proteínas y enzimas."
Salmomancer observó a los jóvenes humanos con admiración. "Ustedes son realmente notables," comentó. "Su conocimiento es tan impresionante como desconcertante."
La conversación cesó cuando el grupo llegó a una puerta imponente tallada en la roca, con intrincados grabados que parecían relatar una historia olvidada. Salmomancer la abrió con un movimiento decidido, revelando un pasillo vasto y majestuoso que se extendía ante ellos, iluminado por una luz tenue y misteriosa.
"¿Dónde estamos?" preguntó Golder, mirando a su alrededor con cautela.
"En la base de operaciones de Caesar Shark," respondió Salmomancer con gravedad, provocando una oleada de sorpresa en el grupo. "Síganme. Aquí es donde nuestra verdadera misión comienza."
El grupo avanzó, sumergiéndose en los oscuros y enigmáticos pasillos. Las paredes, impregnadas de un aura de tiempos remotos, resonaban con los ecos de un pasado que aún respiraba en las sombras.
En un rincón apartado del complejo, Regulus, Zephyrus y Atlas seguían a la enigmática medusa, cuyos movimientos eran hipnóticos y desconcertantes. Su caminar serpenteante estaba acompañado de un sonido rítmico y monótono: "Kura, Kura". Atlas, visiblemente irritado, rompió el silencio.
"¿Alguien tiene idea de a dónde nos lleva esta cosa?" preguntó, su tono cargado de frustración mientras seguía a la medusa por unas escaleras retorcidas.
"No lo sé, pero tengo el presentimiento de que lo averiguaremos muy pronto", respondió Regulus con un tono cauteloso. Justo entonces, la medusa se detuvo abruptamente, obligando a Regulus y Zephyrus a frenar en seco. Atlas, distraído por sus pensamientos, no notó el cambio y terminó chocando contra Zephyrus, haciendo que los tres cayeran al suelo en un enredo torpe.
"¡Ay!" exclamaron los tres al unísono mientras se levantaban entre quejidos.
En el plano mental, dentro de la mente de Regulus, Liogre observaba la escena desde su rincón espiritual, preocupado pero sin poder evitar una pequeña sonrisa.
"¿Estás bien?" preguntó Liogre, su voz cargada de interés genuino.
"Sí, solo un golpe. Nada grave", respondió Regulus mientras se sacudía el polvo.
Mientras los tres se reincorporaban, la medusa, completamente indiferente al caos que había causado, continuó su camino. Abrió una puerta oculta que daba a un corredor oscuro y misterioso.
"Por aquí... Kura, Kura", dijo con un tono monótono, avanzando sin mirar atrás. Regulus, Zephyrus y Atlas intercambiaron miradas antes de seguirla con cautela, conscientes de que cada paso los adentraba más en lo desconocido.
Mientras tanto, en el plano mental compartido, Liogre, con el ceño fruncido, decidió abordar un tema que le había estado atormentando.
"Regulus... ¿puedo preguntarte algo?" inquirió con un tono que mezclaba incertidumbre y tristeza.
"Claro, adelante", respondió Regulus, su mente abierta al diálogo.
"Cuando estábamos en el submarino, mencionaste que no necesitaba perdonar a Killer Shark, pero que debía liberar mi corazón del rencor", dijo Liogre, sus palabras pesadas por el conflicto interno. "No entiendo cómo se puede soltar ese peso sin perdonar. ¿Cómo funciona eso?"
Regulus percibió la intensidad del dilema de Liogre, aunque no podía comprender del todo la profundidad de su sufrimiento. Decidió abordar el tema con empatía.
"Antes de responderte, necesito que seas sincero conmigo también", dijo Regulus, su tono firme pero amable. "Noté que, cuando Killer Shark habló, te tocaste los hombros y miraste tus brazos. ¿Te hizo algo en ellos?"
Liogre, en el plano mental, bajó la mirada, como si las palabras de Regulus hubieran tocado una herida que nunca terminó de sanar.
"Si no puedes hablar de ello, lo entenderé", añadió Regulus, dejando espacio para que Liogre decidiera.
Tras un momento de silencio, Liogre respiró profundamente, reuniendo valor para hablar.
"No, tienes razón. Es algo que necesito compartir..." admitió con un tono cargado de pesar. "La primera vez que enfrenté a Killer Shark, no estaba en mi mejor condición, pero sentí que debía proteger a mi reino. Sin embargo, fracasé. En medio del combate, me atrapó por detrás, sujetándome los brazos mientras me empujaba hacia adelante con su pie. Siguió estirándolos hasta que... los dislocó ambos."
Regulus quedó impactado, el peso de las palabras de Liogre resonando tanto en el plano mental como en la realidad.
"Me recuperé, sí, pero nunca volví a ser el mismo", continuó Liogre, su voz cargada de amargura. "Mis brazos están más frágiles que antes. Ahora tengo que ser extremadamente cuidadoso, porque un movimiento en falso podría significar perder su uso para siempre."
Liogre exhaló lentamente, su voz quebrándose ligeramente mientras continuaba.
"Por eso no puedo confiar plenamente en él, Regulus. Ese dolor no solo fue físico. Marcó mi espíritu. Entonces, dime, ¿cómo puedo soltar este rencor sin perdonarlo por todo lo que me hizo?"
Regulus tomó un momento para respirar profundamente. Las palabras de Liogre eran un llamado genuino de ayuda, y sabía que su respuesta debía ser tan honesta como empática.
"Entiendo lo difícil que esto es para ti, Liogre. Créeme, lo comprendo más de lo que imaginas..." dijo Regulus, su voz cargada de sinceridad. Liogre, flotando en el paisaje mental, lo observó con una mezcla de curiosidad y cautela.
"¿A qué te refieres, muchacho?" preguntó Liogre, intrigado.
Regulus tomó una pausa, como si buscara las palabras adecuadas para abrir una herida que nunca había sanado del todo. "¿Recuerdas que te hablé de mi abuelo?"
"Sí, lo recuerdo..." respondió Liogre, atento.
"También te mencioné que él falleció... pero nunca te dije cómo ni por qué," admitió Regulus, su voz velada por un dolor contenido. Las palabras parecían pesar en el aire, cargadas de emociones que habían permanecido ocultas por años.
Liogre inclinó la cabeza con un gesto de preocupación. "¿Qué le ocurrió?"
Regulus respiró profundamente, preparándose para enfrentar el recuerdo. "Tenía seis años cuando pasó..." comenzó, sus ojos volviéndose distantes mientras las memorias emergían. "Mis padres estaban en una reunión interminable, así que mi abuelo vino a cuidarme. Fue un día normal; fuimos al cine, paseamos por el parque... Esos momentos sencillos que se quedan contigo porque están llenos de amor."
Regulus hizo una pausa, su voz vacilando ligeramente. "Pero esa noche, cuando regresamos a casa, todo cambió. Un ladrón había entrado en nuestra vivienda."
Liogre escuchaba atentamente, mientras el entorno mental de Regulus parecía oscurecerse, reflejando la intensidad del relato.
"Me desperté para ir al baño y lo vi," continuó Regulus, su tono tembloroso. "Nunca olvidaré su mirada. Era... fría, aterradora. Como si no quedara humanidad en él."
Cerró los ojos por un momento, como si intentara desterrar la imagen de su mente. "El ladrón me vio y apuntó su arma hacia mí. Mi abuelo... él se interpuso, sin dudarlo. Recibió el disparo que estaba destinado a mí."
Regulus instintivamente se tocó el hombro izquierdo. "El tiro me rozó, pero mi abuelo recibió el impacto completo. Murió protegiéndome."
En el paisaje mental, Liogre observaba a su amigo en silencio, el relato golpeándolo con una fuerza inesperada. Ver a alguien tan joven llevar una carga tan pesada le conmovió profundamente.
"¿Y el ladrón?" preguntó Liogre, rompiendo el silencio.
"Se escapó en el caos, pero lo atraparon poco después," respondió Regulus, su voz ahora más firme. "Después del funeral, el dolor y la rabia me consumían. Deseaba que él pagara por lo que había hecho. Quería justicia... o, al menos, eso pensaba."
Regulus miró al suelo, sus pensamientos viajando hacia el pasado. "Pero entonces recordé algo que mi abuelo siempre me decía: El rencor es como un veneno que bebes esperando que otro muera. Sólo te destruye a ti."
Liogre asintió lentamente, procesando las palabras.
"Al principio, no lo entendí," admitió Regulus. "Quería aferrarme a mi rabia, porque sentía que era lo único que me quedaba. Pero con el tiempo, comprendí que tenía que soltar ese odio, no por el ladrón, sino por mí mismo. No podía dejar que me consumiera."
Liogre lo miró fijamente, su voz cargada de dudas. "¿Pero no querías justicia?"
"Claro que sí," respondió Regulus con firmeza. "Pero justicia no significa venganza. No se trata de buscar tu propia revancha; se trata de confiar en que el tiempo y la verdad ponen todo en su lugar."
Regulus dio un paso más cerca en el paisaje mental, su mirada llena de empatía. "Liogre, no te pido que perdones a Killer Shark por lo que te hizo. Pero no dejes que ese rencor siga siendo una prisión para ti. Aprende a avanzar, a ser libre de esa carga."
Liogre inclinó la cabeza, las palabras de Regulus resonando profundamente en su interior. "Avanzar..." repitió en un susurro, como si la idea comenzara a cobrar forma en su corazón.
En el mundo real, mientras seguían el misterioso camino guiados por la medusa, Regulus sintió un destello de esperanza. Quizá, sólo quizá, sus palabras hubieran encontrado un lugar en el alma herida de Liogre.
Mientras, en otra sección del complejo, Ogre y el resto del grupo avanzaban por los sombríos y desolados pasillos. Guiados por la habilidad de Salmomancer, el ambiente se sentía opresivo, como si las paredes mismas susurraran advertencias.
"Ahora que lo pienso..." dijo Leoparmint, rompiendo el silencio con un tono curioso, aunque lleno de incertidumbre. "¿Dónde están las demás Bestias? Según sabía, algunas fueron reclutadas para esta organización."
Salmomancer giró hacia ella, su semblante ensombrecido.
"Es probable que ahora estén siendo transformadas en algo similar a esa criatura que esta con el mapache." respondió, señalando discretamente a C.O.T.B., quien avanzaba delante con Padressa.
Padressa, al escuchar a Salmomancer referirse a él como un "mapache", giró bruscamente, con el ceño fruncido y una vena palpitante en la frente.
"¡No soy un mapache!" exclamó indignado. "¡Soy un panda rojo!"
Las risas contenidas del grupo aliviaron momentáneamente la tensión. Sin embargo, Mei permaneció pensativa, procesando las implicaciones de lo que Salmomancer había dicho.
"Espera un momento..." dijo Mei, con una mezcla de incredulidad y preocupación. "¿Estás diciendo que están intentando crear más criaturas como C.O.T.B.?"
Salmomancer arqueó una ceja, confundido.
"¿C.O.T.B.? ¿Qué significa eso?" preguntó.
"Es un apodo que le pusimos," explicó Zhao, señalando al imponente ser mecánico que marchaba adelante. "Como su nombre completo es 'Centinela Oscuro Tipo Búfalo', decidimos abreviarlo para hacerlo más manejable."
Salmomancer asintió lentamente, comprendiendo.
"Como decía," continuó con un tono más serio, "muchas de las Bestias que fueron reclutadas están siendo sometidas a un procedimiento similar al que dio origen a C.O.T.B."
Mei, aún incrédula, inclinó la cabeza.
"Pensé que C.O.T.B. era algo así como un Frankenstein..." murmuró.
Salmomancer la miró, intrigado.
"¿Frankenstein?" preguntó.
Mei se apresuró a explicar: "Es un ser ficticio, creado a partir de partes de diferentes cuerpos y reanimado mediante la ciencia."
"Ya veo... Un concepto fascinante," dijo Salmomancer con un toque de interés. "Aunque en este caso, C.O.T.B. fue el primero de su tipo: un prototipo diseñado para ser el arma perfecta, construido a partir de un búfalo."
Padressa, observando a C.O.T.B., murmuró pensativo: "¿Un prototipo? Tiene sentido."
Mientras continuaban por el corredor, C.O.T.B. de pronto se detuvo y se volvió hacia Padressa.
"Amigo," dijo con su tono mecánico característico.
Padressa lo miró, algo desconcertado. "¿Sí? ¿Qué pasa, C.O.T.B.?"
"Solicito información sobre lo que denominaste 'chispa que te permite sentir.' " dijo C.O.T.B., su voz reflejando una curiosidad inusual.
Padressa frunció el ceño, intrigado.
"¿Qué quieres saber exactamente?" preguntó.
"Solicito una explicación de qué es esa 'chispa' y dónde se encuentra en mi estructura," respondió C.O.T.B., llevando una mano metálica a su pecho, como buscando algo tangible.
Padressa sonrió, paciente.
"La chispa no es algo físico," explicó, señalando su propio pecho. "No se encuentra en ninguna parte específica de tu cuerpo. Es una metáfora, algo que reside en lo más profundo de nosotros, donde nacen nuestras emociones y nuestros sueños."
C.O.T.B. bajó su mirada al suelo, sus ojos brillantes reflejando algo parecido a la tristeza.
"Yo no tengo emociones..." dijo con voz apagada. "No poseo esa 'chispa'."
Padressa negó con la cabeza.
"Claro que la tienes," afirmó con firmeza. "Puede que estés más máquina que antes, pero esa chispa, esa esencia, sigue ahí. Solo está... bloqueada."
C.O.T.B. alzó su mirada, sus ojos llenos de dudas.
"¿Cómo puedo desbloquearla? No hay ningún comando en mi base de datos que lo permita," dijo con una mezcla de frustración y confusión.
Padressa sonrió de nuevo, esta vez con una calidez reconfortante.
"No es algo que puedas activar con un comando o una orden," explicó. "Llegará el momento en que lo descubrirás por ti mismo. Cuando suceda, lo sabrás."
Las palabras de Padressa dejaron a C.O.T.B. pensativo, mientras el grupo retomaba su marcha. Aunque las sombras de los pasillos continuaban rodeándolos, la conversación había dejado una chispa de esperanza brillando tenuemente en el aire.
Mientras la conversación entre C.O.T.B. y Padressa continuaba, Ogre se sumía en sus propios pensamientos. Las palabras de Anubius resonaban en su mente como un eco persistente, enfrentándolo a preguntas inquietantes. ¿Cómo le revelaría la verdad a su padre? ¿Cómo reaccionaría al saber que su paranoia había destrozado a la familia? ¿Y cómo asumiría que tenía un hermano mayor, cuya existencia había permanecido oculta? Estas dudas atormentaban a Ogre, hasta que una mano cálida sobre su hombro y una voz serena lo trajeron de vuelta a la realidad.
"Príncipe Ogre..." Leoparmint habló con suavidad, pero con evidente preocupación.
Ogre levantó la vista, encontrando en los ojos de Leoparmint una mirada sincera y solidaria.
"Estoy bien, Leoparmint" respondió, tomando una respiración profunda "Es solo que esta misión ha resultado mucho más difícil de lo que esperaba... no solo físicamente, sino también emocionalmente."
Leoparmint asintió con empatía, captando el peso que Ogre cargaba.
"Lo sé, príncipe. Esta misión nos ha confrontado con verdades dolorosas. Pero si algo he aprendido en todo esto, es que debemos encontrar la manera de seguir adelante" dijo con determinación.
Ogre intentó responder, pero un sonido peculiar captó su atención.
"Kura, Kura, Kura..."
Se giró rápidamente hacia el pasillo cercano. Ante sus ojos, una medusa gigante, de un blanco resplandeciente, avanzaba con movimientos gráciles y casi hipnóticos.
"¿Qué demonios...? ¿Es una medusa?" pensó Ogre, asombrado por la visión inesperada.
"¡Leoparmint!" susurró, jalándola del brazo con urgencia.
"¿Qué pasa?" preguntó ella, algo molesta por la brusquedad.
Ogre señaló hacia el pasillo.
"Mira..." dijo con voz inquieta.
Leoparmint giró la cabeza, y al ver a la majestuosa criatura, su rostro se llenó de asombro.
"¿Qué clase de medusa es esa?" murmuró, todavía perpleja.
Antes de que pudieran procesar lo que veían, Ogre notó que detrás de la medusa aparecían Regulus, Zephyrus y Atlas. Sus siluetas familiares hicieron que su corazón latiera con fuerza.
"¡Son ellos!" exclamó Ogre, dando un paso adelante, pero Leoparmint lo detuvo con un firme agarre.
"Espera. Podría ser una trampa" advirtió con seriedad.
"No creo que lo sea" replicó Ogre, con los ojos fijos en las figuras "Esas pintas raras solo pueden ser de ellos."
Leoparmint suspiró y, tras un momento de reflexión, emitió un silbido agudo para reunir al grupo.
Minutos después, todos estaban reunidos. Golder escuchaba la explicación de Ogre con los brazos cruzados y una expresión escéptica.
"¿Estás seguro de lo que viste? " preguntó, frunciendo el ceño "¿Regulus, Zephyrus y Atlas siguiendo a una medusa blanca que repetía "Kura, Kura"?"
"Absolutamente" respondió Ogre con convicción.
Salmomancer se rascó el mentón, meditando sobre la peculiar descripción.
"Esa palabra me resulta familiar... pero no logro recordar por qué" murmuró.
Mientras tanto, Padressa se dirigió a C.O.T.B. con un aire decidido.
"¿Puedes escanear el área? Necesitamos confirmación" pidió.
C.O.T.B. activó sus sensores con un leve zumbido.
"Escaneo en curso... Escaneo completado. Detectada forma de vida: fusión del Tamer Ryo Yagami y el Rey Liogre. Designación: Regulus" anunció.
Ogre sonrió ampliamente.
"¡Sabía que eran ellos!"
"También se detectan otras formas: fusión del Tamer Tadashi Aoyama con el Capitán Eagle, designación" Zephyrus, y la del usuario Akira Shimizu con Killer Shark, designación: Atlas" continuó C.O.T.B.
La confirmación trajo alivio al grupo, aunque su misión no había terminado.
"Entonces debemos unirnos a ellos cuanto antes" dijo Zhao con determinación.
Antes de moverse, C.O.T.B. interrumpió.
"Detecto otra señal de vida en las inmediaciones..." su tono mecánico mostraba cierta sorpresa "Identidad: Doctor Whip."
Un murmullo de asombro recorrió al grupo.
"¿El Doctor Whip? ¿Tu creador? "preguntó Zhao, recordando fragmentos del pasado.
"Afirmativo. Ha sido capturado por Caesar Shark para recrear los soldados del conquistador Dragul" explicó C.O.T.B.
Zhao reflexionó un momento y declaró con decisión:
"Si es un prisionero, debemos rescatarlo. Pero también debemos reunirnos con nuestros amigos."
Mei propuso una estrategia rápida:
"Nos dividiremos. Ogre, Leoparmint irán a buscar a nuestros amigos. Nosotros nos ocuparemos del Doctor Whip."
Mantaray expresó su inquietud.
"¿Es prudente dividirnos?
Zhao replicó con lógica:
"Si queremos cumplir ambos objetivos, es nuestra mejor opción."
Finalmente, Golder asintió, confiando en el plan.
"Está decidido. Tengan cuidado, todos. Y recuerden: si algo sale mal, reagrúpense de inmediato."
Con el plan en marcha, los grupos se separaron. Sin embargo, Salmomancer lanzó una última mirada hacia el pasillo donde Ogre y Leoparmint se dirigían. Un presentimiento oscuro lo embargaba.
"Príncipe Ogre" dijo con seriedad "Iré con ustedes. No sé qué es esa medusa, pero no podemos bajar la guardia.
Ogre y Leoparmint intercambiaron miradas, pero asintieron, agradeciendo el apoyo. Los dos grupos se adentraron en el laberinto, cada uno enfrentando su propia misión y los peligros que les aguardaban.
En otro rincón del lugar, Regulus, Atlas y Zephyrus seguían a la medusa blanca, que avanzaba con un movimiento constante, marcando el camino a seguir.
"Oigan, en serio, ¿alguien sabe a dónde nos lleva esta cosa?" preguntó Atlas, visiblemente frustrado. En su mente, Killer Shark flotaba, compartiendo la misma incertidumbre. Zephyrus también mostraba signos de impaciencia, mientras Eagle observaba con preocupación desde su paisaje mental.
Liogre, en la mente compartida con Regulus, meditaba en silencio. ¿Fue una buena decisión seguir a la medusa? Aunque las dudas lo acosaban, sabía que no tenían muchas alternativas. Sin embargo, sus pensamientos se vieron interrumpidos por una voz familiar.
"¡Hey, chicos!" llamó alguien a la distancia. Al voltear, vieron a Ogre, Leoparmint y Salmomancer acercándose.
En el paisaje mental, Liogre sintió un profundo alivio al ver a su hijo a salvo. Aunque no podía interactuar con él directamente, el vínculo emocional persistía. Mientras tanto, en el mundo real, el grupo se reunió con un aire de camaradería y alivio.
Para Ogre, era la primera vez que veía a Regulus de cerca. Durante una batalla pasada, apenas había vislumbrado la fusión entre Ryo y su padre, y nunca tuvo oportunidad de hablar con ellos.
"Oye, Ryo..." comenzó Ogre, observando a Regulus con curiosidad. "¿Cómo es estar así? ¿Está mi padre contigo, o solo es una voz en tu cabeza?"
Regulus vaciló, buscando las palabras adecuadas. Dentro de su mente, Liogre dejó escapar una pequeña risa, encontrando divertida la incomodidad de su hijo. Zephyrus, por su parte, no pudo evitar soltar una carcajada, mientras Atlas y Salmomancer intercambiaban miradas.
"¿Disculpa?" intervino Salmomancer, algo nervioso. "¿Killer Shark está... viendo y escuchando a través de ti?"
Atlas lo miró con una mezcla de comprensión y desdén. En su mente, Killer Shark suspiró con cierta culpa.
"No me sorprende que piense eso... Después de todo, fui bastante cruel en mis días de pirata," dijo Killer Shark con tono sombrío.
Atlas respondió con firmeza: "Sí, pero ya no eres esa persona. Eres alguien mejor ahora." En el mundo real, Atlas asintió en dirección a Salmomancer.
"Ya veo..." murmuró Salmomancer, aliviado. "Señor Killer Shark, es un honor verlo, incluso en su forma fusionada." Hizo una reverencia profunda, lo que provocó un gesto incómodo en el paisaje mental de Atlas.
"Dile que no es necesario," pidió Killer Shark, algo avergonzado. "Ya no soy su jefe."
Atlas transmitió el mensaje: "Dice que no necesitas hacerle reverencias."
Salmomancer asintió, pero añadió con firmeza: "Lo entiendo, pero también sé que está buscando redimirse, y eso merece respeto. Estoy dispuesto a usar mi magia para traer felicidad, como deseaba mi maestro."
Por un momento, Killer Shark permaneció en silencio en el paisaje mental de Atlas. Finalmente, con sinceridad, dijo: "Dile que espero que lo logre. Se ve que es increíble."
Atlas transmitió el mensaje, provocando que Salmomancer lo mirara sorprendido y conmovido. "Ha cambiado mucho, mi señor," respondió. "Solo espero que podamos convencer a su padre de hacer lo mismo... aunque sé que no será fácil."
El ambiente se distendió cuando la conversación fue interrumpida por Ogre, que bombardeaba a Regulus con preguntas. Zephyrus y Leoparmint trataban de calmarlo, mientras Atlas y Salmomancer no podían evitar reírse de la situación.
"¿Cómo funciona la fusión? ¿Tienen que coordinarse para moverse? ¿Qué pasa con la comida? ¿Pueden comer? ¿Y dormir? ¿Cuánto tiempo dura? ¿Tiene límite?" Ogre no dejaba de hablar, provocando que Regulus sudara visiblemente.
"Tu hijo es bastante curioso," comentó Regulus mentalmente a Liogre, quien respondió con una risa nerviosa: "Siempre ha sido así cuando algo le interesa."
Atlas, viendo la incomodidad de Regulus, intervino: "¡Ogre, basta de preguntas! Vas a hacer que Ryo y Liogre se separen por el estrés."
Ogre, apenado, retrocedió. "Lo siento, me emocioné..."
"Tranquilo, no pasa nada," respondió Regulus, justo cuando notó que la medusa había desaparecido.
"¡La medusa!" exclamó, alarmando al grupo. Por suerte, la criatura seguía allí, inmóvil frente a una puerta imponente.
"Kura... kura..." murmuró la medusa antes de desvanecerse.
"¡Oye!" protestó Atlas, mientras los demás observaban la puerta con seriedad.
"¿Es aquí?" preguntó Zephyrus, evaluando el intrincado diseño de la puerta. Regulus dio un paso al frente, consciente de que algo importante les aguardaba al otro lado.Mientras Salmomancer observaba la puerta con una mirada intensa, su mente se debatía entre la curiosidad y la inquietud.
"Nunca he estado en esta parte..." pensó Salmomancer. "Sin embargo, algo en la decoración de esta puerta me resulta extrañamente familiar, pero no puedo precisar de dónde. La palabra "Kura" y esta puerta extravagante..."
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió de repente frente a Regulus y los demás.
"¿A dónde llevará esta puerta?" se preguntó Regulus mientras daba un paso hacia la habitación.
"¡Hey, espera!" exclamó Zephyrus, pero ya era demasiado tarde. El grupo se adentró en la habitación y la puerta se cerró tras ellos con un resonante estrépito.
Mientras tanto, Mei, Zhao, Golder, Jan Jan, Mantaray, Padressa y C.O.T.B. avanzaban por el pasillo, siguiendo las indicaciones del cíborg. Después de un rato, llegaron frente a una puerta imponente, adornada con complejos detalles tecnológicos.
"C.O.T.B., ¿es aquí?" preguntó Padressa, mirando al cyborg con una mezcla de esperanza y preocupación.
"Afirmativo" respondió C.O.T.B., sus ojos parpadeando mientras escaneaba la puerta "He detectado la señal del Doctor Whip proveniente de esta habitación."
El grupo observó la puerta con expectación, pero Zhao frunció el ceño al fijarse en un panel lateral.
"Parece que vamos a tener un problema..." murmuró Zhao, mientras examinaba el panel con concentración.
"¿Qué es esto?" preguntó Golder, mirando el dispositivo con desconcierto.
"Es un panel de seguridad" explicó Zhao "Este tipo de sistemas se usa para bloquear las puertas y evitar el acceso sin el código adecuado."
"En otras palabras, si esto está aquí, lo que está detrás de esa puerta..." dijo Zhao, su expresión tornándose aún más grave.
"Debe ser algo muy importante..." comentó Mei, observando cómo Zhao continuaba estudiando el panel. Luego, con una ligera preocupación en su voz: "¿Puedes abrirnos paso?"
Zhao sacudió la cabeza en señal de negación.
"Sabes que entre todos nosotros, hay solo una persona que entiende cómo manejar estas cosas" dijo Zhao, dirigiendo una mirada hacia Mei. Ella suspiró, resignada.
"Ryo..." murmuraron tanto Mei como Zhao, casi al unísono.
"¿Qué pasa con tu amigo Ryo?" preguntó Golder, frunciendo el ceño mientras Zhao comenzaba a explicar.
"Ryo es el que más sabe de estos sistemas. De hecho, como te conté antes, toda esta gran aventura es gracias a él. Él entiende más sobre esto que cualquiera de nosotros" respondió Zhao.
C.O.T.B. se acercó con precisión mecánica. De su brazo emergieron cables extraños que se conectaron al panel con un zumbido suave.
"¿Qué está haciendo?" preguntó Mantaray, observando con curiosidad.
"Creo que está intentando hackear el panel de acceso" explicó Mei, mientras los cables de C.O.T.B. se desconectaban. La pantalla del panel cambió de rojo a verde, y la puerta comenzó a deslizarse lentamente hacia un lado.
"Bien hecho, C.O.T.B." felicitó Zhao, aliviado, esbozando una sonrisa.
"Yo... ayudar amigos de amigo" respondió C.O.T.B., dirigiéndose a Padressa con un brillo en sus ojos mecánicos.
"Vamos, entremos" dijo Zhao, guiando al grupo mientras cruzaban el umbral hacia la sala.
Al entrar, la escena que encontraron fue espeluznante. Las camillas estaban alineadas, cada una ocupada por las Bestias que habían sido reclutadas, algunas con implantes metálicos visibles y otras con piezas metálicas sueltas, pero todas sin signos de vida. Mei cerró los ojos, horrorizada, y abrazó a Jan Jan, mientras Golder, Zhao, Mantaray y Padressa observaban con horror, luchando por contener las náuseas.
"Esto parece una escena sacada de una película de terror..." comentó Zhao, sin apartar la mirada, cuando una voz resonó en la habitación.
"Impresionante, ¿no es así?" dijo la voz desde las sombras, haciendo que todos se volvieran alarmados. Sealance emergió, moviéndose entre las sombras con una sonrisa enigmática.
"¡Sealance!" exclamó Mantaray, con un tono de furia creciente al ver a su antiguo aliado, quien permanecía de pie con las manos entrelazadas detrás de la espalda.
"Manta... ha pasado mucho tiempo" respondió Sealance, con un tono cargado de sarcasmo "Veo que has hecho nuevos amigos... Lamentablemente, estos nuevos compañeros desaparecerán pronto, una vez que Dragul sea liberado."
La atmósfera se volvió tensa, y las palabras de Sealance causaron que el aire se volviera denso con ansiedad. Mantaray, furioso y frustrado, lo miró con incredulidad.
"¡¿Es que no te das cuenta de nada?!" gritó Mantaray, con la voz temblando de furia "¡Tú, mejor que nadie, deberías saber que Dragul solo está utilizando a tu jefe, Caesar Shark, para liberarse! ¡Las promesas que les hizo son solo mentiras!"
Sealance permaneció inmóvil, observando a Mantaray con una expresión impasible. El silencio que siguió hizo que la preocupación en Mantaray aumentara.
"¿Pero tú ya lo sabías, verdad?" preguntó Mantaray, su tono cargado de desesperación.
Sealance lo miró con desdén.
"¿Y si lo sabía?" replicó Sealance, su voz impregnada de indiferencia—. ¿Qué importa?
Mantaray sintió un ardor creciente en su pecho.
"¡Es que no tienes ni idea de lo que hará Dragul una vez que rompa el sello!" dijo Mantaray, con voz alarmante "¡Destruirá todos los reinos y nos esclavizará como hizo con nuestros ancestros hace siglos! ¿Acaso no te importa nuestro planeta?"
Mientras Mantaray hablaba, Sealance se movió lentamente, deslizándose entre los cadáveres esparcidos por la sala.
"No importa..." dijo Sealance con una calma inquietante, confundiendo a todos a su alrededor "Ese es el destino inevitable de las Bestias..."
Las palabras de Sealance dejaron a todos perplejos, pero también encendieron una chispa de enojo en sus miradas. Con una calma perturbadora, Sealance continuó.
"Hace siglos, durante la era del Reino de Draconus, Dragul empleó un hechizo potenciado por su tecnología para prolongar la vida de dos de sus siervos más leales" continuó, revelando un pasado oscuro que sorprendió a todos "Aunque debo admitir que, con el paso de los siglos, he comenzado a añorar aquellos tiempos en los que todas las Bestias servían a Dragul con un propósito único y común."
Las palabras de Sealance provocaron miradas de incredulidad. Zhao, con el rostro rojo de ira, interrumpió con voz firme.
"Tú eres uno de esos siervos, ¿verdad?" preguntó Zhao, la intensidad en su mirada fija en Sealance.
"Así es, humano..." respondió Sealance con una frialdad calculada, revelando su conocimiento sobre Zhao y Mei "Sé quiénes son ustedes. Dragul tenía planes de expandir su imperio a todos los planetas, incluida la Tierra."
Sealance se detuvo un momento, golpeando la mesa con furia.
"Sin embargo, los planes de Dragul se vieron truncados cuando ellos..." ellos lo traicionaron —dijo Sealance, su voz resonando con enojo.
"¿Te refieres a los Generales? ¿A los Campeones Legendarios?" preguntó Mei, su voz temblando de nerviosismo.
Sealance la miró con desprecio.
"¡No son campeones!... ¡Son traidores!" rugió Sealance, su voz llena de desprecio. Luego, una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro mientras dirigía su mirada hacia Goadon "Ya entiendo... tú les has contado la historia."
Sealance fijó su mirada en Goadon, quien frunció el ceño en respuesta.
"Pero tus conocimientos provienen únicamente de ese libro", continuó Sealance con desdén. "No conoces el resto de la historia."
"Lo único que necesito saber es que Caesar está a punto de cometer una estupidez monumental, impulsado por una meta imposible de alcanzar", respondió Goadon con firmeza. "Por eso hemos venido: para detenerlo antes de que libere a ese monstruo."
Antes de que pudiera añadir más, Sealance comenzó a reír, una risa maníaca que resonó por toda la habitación, cargada de un tono inquietante y perturbador.
"¡¿Detenerlo?!", exclamó entre risas, con los ojos brillando de locura. "¡Si ya le han entregado en bandeja de plata lo que necesita para romper el sello de Dragul! ¡JA, JA!"
La risa de Sealance dejó a todos perplejos, con la excepción de Zhao y Golder, quienes fruncieron el ceño, una mezcla de sorpresa y creciente preocupación reflejada en sus rostros.
"¿De qué estás hablando?", preguntó Goadon, con una incredulidad palpable en su voz.
Sealance lo miró fijamente, su sonrisa se ensanchó, cargada de malicia.
"Hablo de que ya le han proporcionado todo lo necesario para liberar a Dragul", explicó, dejando caer cada palabra con una sonrisa cruel. "Los verdaderos actores en esta historia ya están sobre la mesa, entregados como piezas de ajedrez."
Mei, alarmada, se adelantó, sus ojos chisporroteando de furia.
"¿A quiénes te refieres?", exigió, su voz temblando de ira.
Sealance amplió su sonrisa, disfrutando de la tensión en la sala.
"Pregúntales a Golder y a su Tamer", dijo, señalando con un gesto al mencionado. "Ellos lo saben, porque Salmomancer ya se los contó."
Las miradas se volvieron hacia Zhao y Golder, quienes permanecieron en silencio, con un aire de incomodidad palpable flotando en el ambiente. Mei, con el corazón acelerado, no pudo evitar volver a mirar a Zhao, su preocupación evidente.
"Zhao...", dijo Mei, con la voz apenas un susurro, "¿Sabes a quiénes se refiere?"
Zhao giró hacia ella, su rostro sombrío, la seriedad de sus palabras haciendo eco en el ambiente tenso.
"Se trata de Ryo, Tadashi y Akira...", dijo Zhao, su voz grave. "Y también del señor Liogre, Eagle y Killer Shark. Caesar los necesita a ellos."
La revelación de Zhao dejó al grupo atónito, con Mei mirando a Zhao con los ojos desorbitados, asimilando las palabras con dificultad.
"¿Pero por qué los necesita a ellos precisamente?", preguntó Mei, su voz llena de confusión y alarma, incapaz de comprender la magnitud de lo que acababa de escuchar.
Mientras Regulus, Zephyrus y Atlas, acompañados de Leoparmint, Ogre y Salmomancer, avanzaban por la oscura habitación, el ambiente estaba cargado de una atmósfera opresiva. Una melodía sombría, tocada por una guitarra, se filtraba a través de la neblina espesa que impregnaba cada rincón. A cada paso, la sensación de que ojos invisibles los observaban se intensificaba.
"¿Qué es esto?" preguntó Regulus, justo antes de tropezar con algo duro. Al bajar la mirada, descubrió un rostro esculpido en piedra de un cocodrilo, flanqueado por las figuras de un mono y una hiena. Los rostros comenzaron a tararear de forma inquietante, llenando el aire con un canto escalofriante.
"¡Ah!" exclamó Regulus, su voz temblorosa. En el paisaje mental de Regulus, Liogre también estaba inquieto. Su ansiedad creció al percibir, a través de los ojos de Regulus, cómo los rostros de piedra alrededor de ellos seguían cantando, resonando en el ambiente sin cesar.
"¡En nombre de todos los mares!! ¿Qué es esto?" preguntó Killer Shark, perturbado por la visión, mientras su inquietud se reflejaba en el pasaje mental de Atlas.
"¿Qué son estas cosas?" inquirió Ogre, su voz temblorosa, claramente desorientada. En ese momento, una voz misteriosa emergió de las sombras.
"Son los rostros de aquellos cuyas almas he coleccionado..." La voz resonó, y al instante, el lugar se iluminó con antorchas, revelando una habitación que evocaba una tumba egipcia, decorada con detalles exquisitamente sombríos. En el centro, una figura se erguía sobre un pedestal: un gato negro con una armadura dorada, sonriendo de manera siniestra.
"¿No son encantadores?" preguntó el gato negro, su sonrisa cargada de satisfacción perversa.
"Así que esto es obra tuya, Nut," dijo Salmomancer, su voz teñida de desdén. Todos lo miraron, esperando respuestas.
"¿Conoces a este gato?" preguntó Zephyrus, sus ojos fijos en Salmomancer.
Salmomancer suspiró, resignado.
"Por desgracia, sí..." respondió, mientras Nut los observaba con una sonrisa amplia y burlona.
"¡Sally!" exclamó Nut con entusiasmo. "Parece que es cierto lo que dicen, que cambiaste a los Colmillos Feroces por este grupo de juguetonas Bestias y humanos."
Nut sonrió con malicia. En un chasquido, las caras esculpidas en piedra comenzaron a desaparecer, absorbidas por las piedras, y la música cesó abruptamente, sumiendo al grupo en un inquietante silencio mientras Nut continuaba disfrutando de su caos.
"Oye, colega..." dijo Atlas, intriga en su voz, "Dijiste que conocías a este gato. ¿Quién es?"
Salmomancer respiró hondo, su expresión grave mientras observaba a Nut bailar con desinhibición.
"Se llama Nut. Es un mago como yo, pero su especialidad es la magia de la Tribu Terrestre. Maneja una forma de magia antigua, de la cual ni yo mismo conozco el origen exacto," explicó Salmomancer, mientras Nut continuaba su danza, ignorando completamente la tensión en la habitación.
"Ay, Sally, a veces eres tan Kuratástico como una almeja," dijo Nut, deteniéndose en su baile para adoptar una expresión burlona. La palabra "Kura" causó sorpresa entre los presentes, una pista de la peculiaridad de Nut.
"¡Entonces, fuiste tú el que envió a esa medusa tan rara hacia ellos!" acusó Ogre, señalando a Nut.
Nut lo miró con una sonrisa amplia.
"¡Sí!" exclamó Nut, con entusiasmo. "Admitámoslo, sin mí esos pobres estarían todavía perdidos en esos túneles," añadió, haciendo una actuación exagerada de preocupación mientras todos lo observaban, algunos con gotas de sudor en la nuca.
"Por cierto, humanitos..." Nut se dirigió a Regulus, Zephyrus y Atlas, quienes inmediatamente se pusieron a la defensiva, sacando sus armas, sorprendiendo y confundiendo a Nut.
"¡Tranquilos, tranquilos!" dijo Nut con burla. "No hace falta que nos pongamos violentos."
Se inclinó hacia adelante con una sonrisa traviesa.
"Por cierto, ¿sabían que el Planeta Bestia y el Planeta Tierra ya habían cruzado caminos antes?" Nut dejó que sus palabras flotaran en el aire mientras su sonrisa se ensanchaba, dejando a todos visiblemente impactados.
"¿¡Qué?!" exclamaron todos al unísono, su sorpresa palpable.
Nut, con su actitud juguetona, se inclinó hacia atrás y celebró con saltitos.
"¡Así es! No les parece adorable? ¡Antes de ahora ya éramos vecinos! ¡Yupi!" dijo Nut, saltando de un lado a otro.
Los demás lo miraban con una mezcla de desconcierto y preocupación, gotas de sudor acumulándose en sus frentes.
"Este tipo no está bien..." murmuró Regulus, mientras, en el paisaje mental, Liogre asintió con la cabeza en acuerdo.
"Espera un segundo..." dijo Zephyrus con seriedad, mirando fijamente a Nut. "¿Cómo sabes de la Tierra? Hasta que llegamos aquí, nadie parecía tener idea de qué era la Tierra o los humanos. ¿Cómo puedes saberlo? O nos estás tomando el pelo o sabes más de lo que aparentas."
Nut dejó de lado su actitud juguetona y, con una sonrisa enigmática, lo miró sombríamente.
"Bueno... eso lo sé porque he vivido mucho tiempo," respondió Nut, y con una mirada penetrante añadió, "Para ser exacto, desde la época del Reino de Draconus..."
Su afirmación hizo que un escalofrío recorriera la sala, mientras todos se tensaban ante la magnitud de su revelación.
"¡¿Este gato tiene... siglos de vida?!" preguntó Regulus, la preocupación evidente en su voz.
"Así parece," confirmó Atlas, el nerviosismo reflejado en su rostro. Mientras Nut avanzaba rápidamente hacia ellos, Leoparmint, Ogre y Salmomancer retrocedieron instintivamente. Regulus, Zephyrus y Atlas se mantuvieron firmes, aunque sus rostros y el vsior de Atlas reflejaban una creciente inquietud.
Nut los observó con una mirada penetrante.
"A decir verdad... no esperaba que nuestra reunión fuera de esta manera," dijo Nut, dirigiéndose a Regulus, quien lo miraba confundido y preocupado.
"¿Reunión?" pensó Regulus, mientras en el pasaje mental, Liogre compartía la misma incertidumbre. En el mundo real, Nut continuó mirando a Zephyrus y Atlas con una sonrisa irónica.
"A pesar de que realmente están aquí, no esperaba que volvieran... partidos en dos," murmuró Nut, alejándose lentamente.
"¿Partidos en dos?" pensó Zephyrus, mientras, en el paisaje mental, Eagle observaba la situación con creciente confusión.
"¿De qué está hablando este loco?" se preguntó Eagle, aún más preocupado por la extraña conversación.
Mientras en el mundo real, Ogre y Leoparmint observaban con confusión y alerta, Salmomancer se volvió hacia Nut con una creciente inquietud.
"Salmomancer, ¿a qué se refiere con 'reunión'?" preguntó Ogre, su voz cargada de preocupación.
"Además, parece que no le sorprende vernos aquí," añadió Leoparmint, mirando a Nut con desconfianza.
Nut respondió con una mirada penetrante hacia Salmomancer, quien, a su vez, no pudo evitar sentir la presión de la situación.
"No se los has contado, ¿verdad?" dijo Nut con un tono mordaz. "Claro que no lo has hecho..."
Esto dejó a Ogre y Leoparmint aún más desconcertados.
"¿A qué se refiere?" inquirió Leoparmint, mientras Salmomancer, resignado, se vio obligado a explicar.
"Cuando Caesar llegó a este lugar, Nut y Sealance ya estaban esperándolo..." comenzó Salmomancer, su voz grave resonando en la sala. "Lo condujeron ante Dragul, quien está sellado justo debajo de nuestros pies."
"A pesar de no poder salir, Dragul pudo comunicarse con Caesar. Le explicó lo que debía hacer y qué necesitaría..." continuó Salmomancer. "Y cuando Death Condor fue derrotado, surgió la oportunidad."
Ogre frunció el ceño, la preocupación evidente en su rostro.
"¿A qué te refieres?" preguntó con urgencia.
Salmomancer lo miró con gravedad.
"Para liberar a Dragul, es necesaria la esencia misma de aquellos que lo encerraron," explicó, dejando a todos confundidos.
"¿Hablas de los Campeones Legendarios?" preguntó Leoparmint, su mente intentando encajar las piezas del rompecabezas. Salmomancer asintió con seriedad.
"Pero ellos desaparecieron. ¿Qué tiene que ver eso con...?" Leoparmint no pudo terminar la frase, sus ojos se dirigieron hacia Regulus, Zephyrus y Atlas. La inquietud creció en su mente.
Nut, con un gesto teatral, invocó un báculo extraño que brillaba con una luz antigua y enigmática.
"Permítanme contarles una historia..." dijo Nut, con un tono nostálgico. "Hace siglos, un visitante de las estrellas llegó a nuestro mundo cuando las Bestias apenas comenzaban a evolucionar. Este ser construyó un reino y utilizó a las Bestias como armas de su dominio. Sin embargo, sus tres generales más fieles, aquellos en quienes confiaba plenamente, lo traicionaron..."
Mientras Mei y el resto del grupo se encontraban en el laboratorio, sus miradas se fijaban en Golder y Zhao, quienes relataban la misma historia que Nut estaba compartiendo con Regulus y su equipo.
"Estos Generales forjaron armas capaces de canalizar la Cyclo-Energía", explicó Zhao con intensidad. "Con esta energía, crearon sus propios ejércitos y marcharon hacia la batalla. En la confrontación, los Generales se adentraron en los dominios de Dragul. Él no estaba preparado para tal invasión y lanzó un ataque devastador. La lucha fue brutal; los Generales apenas podían mantenerse en pie, mientras Dragul, aunque exhausto, seguía luchando con una ferocidad inhumana."
Zhao hizo una pausa, permitiendo que el peso de sus palabras calara hondo en la sala.
"Como última medida, los tres Generales concentraron el último vestigio de su poder en aquellas armas forjadas por ellos mismos y lograron sellar a Dragul en lo más profundo de su castillo", continuó Zhao. "Sin embargo, estos tres héroes desaparecieron sin dejar rastro alguno."
"Lo único que se observó fueron tres estelas de luz: una azul, otra verde y la última de color rojo. Se separaron y se desvanecieron, y cada uno de esos grupos fundó su propia tribu y, con el tiempo, sus propios reinos", añadió Golder, su mirada fija en Sealance, quien esbozaba una sonrisa enigmática.
Sealance, con un tono sombrío, se inclinó hacia adelante.
"Death Condor sabía que Dragul volvería algún día. Aterrorizado, usó la Godlot del Viento para elevar a Soara a los cielos, sabiendo que esto lo corrompería..." dijo Sealance. "Pero dejó una profecía que anunciaba que, si Dragul regresaba, los tres traidores también lo harían para enfrentarlo una última vez."
Mientras todos escuchaban en silencio, Mei frunció el ceño, aún atrapada en el misterio.
"Aún no entiendo qué tiene que ver eso con nuestros amigos", preguntó Mei, su voz llena de confusión.
Sealance, con una sonrisa que mostraba sus colmillos, observó a Mei con una mezcla de tristeza y resignación.
"La conexión es más profunda de lo que imaginas", dijo Sealance, sus ojos brillando con un conocimiento oculto. "Todo lo que ha sucedido hasta ahora está entrelazado con esa antigua profecía. Y la verdad, aunque dolorosa, pronto saldrá a la luz."
"Pero creo que esa parte la guardaré para mí", agregó con una sonrisa enigmática. "Aunque, si desean conocerla, deberán derrotarme primero."
Al escuchar estas palabras, todos se pusieron en posición de combate. Mei, con determinación en sus ojos, desafió a Sealance.
"¡Con gusto te patearemos el trasero!"
Sealance sonrió burlonamente y chasqueó los dedos. De inmediato, las Bestias modificadas que estaban en la sala se activaron. En un frenético torbellino de acción, las criaturas se lanzaron contra Mei y los demás, empujándolos hacia el exterior. C.O.T.B. sujetó a Padressa con rapidez y se retiró antes de que las Bestias los arrastraran completamente, llevándolos a todos al pasillo, aislándolos de C.O.T.B. y Padressa, con Sealance aún en el centro del escenario.
Sealance, al ver que solo le quedaban Padressa y C.O.T.B. para enfrentarse, mostró una mezcla de sorpresa y desdén.
"Tiene que ser una broma...", murmuró Sealance, tapándose la cara con una mano. "De todos los que me tocó enfrentar, me encuentro con el debilucho mapache y el desperdicio del Doctor Whip."
Padressa, con el rostro enrojecido por la indignación, se volvió hacia Sealance.
"¡Yo no soy ningún mapache! ¡Ni mucho menos un debilucho!" respondió Padressa, su voz firme, mientras Sealance lo miraba con una mezcla de sorpresa y desdén.
"En serio, ¿y por qué hasta ahora solo has dependido de tus amigos o de ese desperdicio con patas?" preguntó Sealance, señalando a C.O.T.B. con desdén. "A propósito, armatoste andante, hay alguien que quiere verte."
Con un gesto despreocupado, Sealance hizo aparecer una jaula de energía flotante, similar a la caja de Anubius. Dentro de la jaula, un pez gato, visiblemente golpeado, se agitaba débilmente. C.O.T.B. observó al pez gato con una mezcla de sorpresa y preocupación.
"¡Doctor Whip!" exclamó C.O.T.B., mientras la jaula descendía hasta quedar a su altura.
"Arma 1..." murmuró Whip al reconocer a C.O.T.B. "Creí que... que ya te habían destruido..."
"Doctor Whip..." dijo Sealance con una sonrisa cruel, mientras Whip lo miraba aterrorizado. "Por favor, ya he hecho todo lo que me pidieron. Déjenme ir, por favor."
"Lamentablemente, doctor, eso no va a suceder. Te necesitamos para que continúes con el proyecto", respondió Sealance, su mirada fría y calculadora se posó en Padressa mientras hablaba.
"Si quieres salvarlo y descubrir el resto del plan para liberar al Amo Dragul, deberás derrotarme. Aunque, lo dudo, considerando que lo único que sabes hacer es sacar neblina de aceite", dijo Sealance con desdén, mientras Padressa lo miraba con creciente furia y cargaba su Cyclot.
"¡Oil Mist!" exclamó Padressa, liberando una densa nube de aceite que rápidamente cubrió toda la sala.
"C.O.T.B., enciende la nube, por favor", ordenó Padressa. Sin dudarlo, C.O.T.B. canalizó su fuente de poder, enviando una chispa que encendió la nube con una explosión de fuego. La llama envolvió a Sealance en un ardiente manto de luz.
Mientras Sealance se debatía entre las llamas, Padressa y C.O.T.B. se apresuraron a liberar al Doctor Whip de la jaula de energía. Con un golpe certero, destruyeron el generador que mantenía la jaula, y el Doctor cayó al suelo, visiblemente agitado.
"Ya está a salvo, Doctor Whip", dijo Padressa, mientras ayudaba al Doctor a levantarse. Sin embargo, Whip estaba pálido y tembloroso, su mirada fija en Padressa con una desesperación palpable.
"¡No, no! ¡Eso no será suficiente para detenerlo!" exclamó Whip, aferrándose a Padressa, quien estaba confundido por la reacción del pez gato.
"¿A qué se refiere, Doctor?" preguntó Padressa, frunciendo el ceño.
"Así fue como derrotamos originalmente a la banda de piratas a la que pertenecía Sealance", dijo Padressa, tratando de entender la urgencia del Doctor. Pero antes de que pudiera procesar completamente la situación, Whip lo agarró abruptamente.
"¡Eso no detendrá nada! Ahora está más allá de lo que puedes imaginar", dijo Whip con pánico en sus ojos. Miró a C.O.T.B. con desesperación. "Primero me obligaron a hacerle esto a él, luego a los soldados Pirazoms... ¡pero esos solo eran pruebas!"
Padressa apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que un tentáculo metálico atravesara el pecho de Whip. El horror se reflejaba en sus ojos.
"¡Doctor Whip!" exclamó Padressa, sujetando al Doctor mientras el tentáculo metálico emergía de las llamas que se extinguían lentamente.
Desde la penumbra, la voz de Sealance se alzó con un tono desafiante. "Lo que el Doctor intentaba decir es que ese desperdicio, al igual que el resto, era solo un preludio para mí." La figura de Sealance apareció, cubierta de múltiples partes metálicas que chisporroteaban con una energía ominosa. "¡Yo soy el modelo final!"
"Ahora, no solo soy longevo, sino que me he transformado en algo mucho más poderoso. Esto es lo que Dragul hizo en el pasado: tomó a las bestias, que eran meros peones, y las convirtió en herramientas de un juego mayor. Ahora, ya no necesito al Doctor para cumplir mis planes. Nada me detendrá de hacer que Dragul vuelva a dominar el planeta Bestia."
Sealance se regodeó con una risa llena de arrogancia y desdén. El Doctor Whip, en su lecho de muerte, miraba a Padressa con desesperación.
"Mu... muchacho..." susurró el Doctor, su voz apenas un hilo de vida mientras Padressa lo miraba con angustia palpable.
"¡Doctor, resista! No tiene que hablar", le dijo Padressa con preocupación, sintiendo el peso de la situación.
"Por favor, acércame a él..." pidió Whip, sus ojos fijos en C.O.T.B. Padressa obedeció de inmediato, trasladando al Doctor hacia C.O.T.B., quien lo sostuvo en sus brazos con delicadeza y urgencia.
"Uno..." murmuró Whip, mirando a C.O.T.B. con ojos cansados.
"Doctor Whip..." dijo C.O.T.B., con una tristeza palpable en su voz. "Alerta de daño severo detectado. Porcentaje de supervivencia: 0%"
Mientras Whip colocaba su mano temblorosa sobre su rostro, C.O.T.B. podía sentir el peso de la desesperanza que se cernía sobre él.
"Cuando perdimos la señal contigo, temí que te había perdido para siempre. Lamenté no poder decirte lo que necesitaba... pero ahora, con lo poco que me queda, debo revelarte tu verdadero origen", dijo Whip, sus palabras saliendo entrecortadas, como si cada sílaba le costara más que la anterior.
"Cuando Caesar Shark me trajo aquí, me exigió que recreara el ejército de Dragul. Aunque me negué, él insistió, o moriría... y tuve que obedecer. Pero cuando te creé, me aseguré de que fueras diferente a todos los demás..." añadió Whip, su voz quebrándose mientras tosía sangre, lo que causó gran preocupación en Padressa.
"¡Doctor, por favor! ¡No hable más!" exclamó Padressa, desesperado por detener el sufrimiento de Whip. Sin embargo, el doctor sabía que era crucial revelar la verdad, aunque su tiempo se agotara.
"Te construí a partir de un guerrero búfalo de gran corazón, un amigo mío llamado Steel. Lamentablemente, él falleció en combate..." Whip, con voz temblorosa, miró a C.O.T.B. "Cuando Caesar me pidió que creara el primer soldado de su ejército, supe que necesitaba algo especial. Le pedí que me trajera el cuerpo de Steel... Tú eres él... Tú eres Steel."
C.O.T.B. quedó atónito ante la revelación. Whip continuó, su voz llena de melancolía. "A pesar de que me obligaron a convertirte en un arma, no quería que el legado de Steel quedara manchado. Así que hice que tu misión de encontrar a Liogre y su Tamer fuera secundaria..."
Mientras C.O.T.B. procesaba la información, su cerebro electrónico comenzó a buscar en su base de datos. "Confirmación de directriz. Búsqueda de usuario: Ryo Yagami y Bestia Vinculada: Rey Liogre... Clasificación de misión: Secundaria..." informó C.O.T.B., aún confundido. "Solicito aclaración: ¿Cuál es mi misión principal?"
Whip sonrió con dificultad, su aliento se volvía cada vez más débil. "Proteger..." dijo, sorprendiendo a C.O.T.B. "Fuiste creado para proteger a aquellos que no pueden protegerse a sí mismos... Para proteger a los que son importantes para ti... Fuiste creado para... proteger... a... tus amigos."
Las palabras de Whip se desvanecieron mientras su vida se apagaba. C.O.T.B. lo sostuvo en sus brazos, abrumado por la revelación.
Padressa, furioso, se volvió hacia Sealance, quien estaba a punto de lanzar su ataque devastador.
"Patético..." murmuró Sealance, cargando su Cyclot mientras de su cuerpo emergía un amplificador de energía. "Tuviste la suerte de morir rápidamente. Tú, en cambio, no tendrás la misma fortuna."
Con una determinación feroz, Padressa fijó su mirada en Sealance. Si su destino era morir, lo haría como un verdadero guerrero. Con fuerza y resolución, comenzó a cargar su Cyclot, preparándose para enfrentar la amenaza con todo su poder.
C.O.T.B., al observar el cuerpo sin vida del Doctor Whip, sintió una chispa de determinación encenderse en su interior. Con un movimiento cuidadoso, dejó el cuerpo del Doctor en el suelo y alzó la mirada, ahora llena de resolución. Mientras Padressa y Sealance se preparaban para el ataque, la tensión en el aire era palpable.
"¡Este es tu final, rata!" rugió Sealance, listo para disparar su devastador ataque. Pero antes de que pudiera actuar, C.O.T.B. se lanzó al frente, envolviendo a Sealance con los cables de sus brazos, inmovilizándolo con fuerza. Padressa, sorprendido, observaba la escena con asombro.
"¡C.O.T.B., ¿qué crees que estás haciendo?!" exclamó Padressa, mientras veía a C.O.T.B. comenzar a activar su fuente de poder para un ataque desesperado.
"¡Desperdicio tonto!" gritó Sealance, intentando liberarse de la firme sujeción de C.O.T.B. "¡A esta distancia, el ataque que liberes también te afectará!"
"¿Por qué cometes algo tan ilógico?" preguntó Sealance, mientras su furia crecía al ver la determinación en los ojos de C.O.T.B. A pesar de la amenaza, C.O.T.B. mantenía su mirada fija, desafiando al enemigo con una resolución inquebrantable.
"¡Yo... protejo a mis amigos!" declaró C.O.T.B. con firmeza, mientras liberaba una explosión de energía contra Sealance. El ataque desató una violenta explosión que sacudió la sala.
Afuera, Zhao, Mei y el resto del grupo habían logrado contener a los sujetos de prueba, y estaban a punto de entrar cuando escucharon la tremenda explosión.
"¡Señor Padressa! ¡C.O.T.B.!" llamó Mei, alarmada por el estruendo que provenía de la habitación.
Dentro, Padressa tosía, buscando entre los escombros hasta que encontró a C.O.T.B., severamente dañado pero aún consciente.
"¡C.O.T.B.!" exclamó Padressa, corriendo hacia él mientras este giraba la cabeza para mirarlo.
"¿Por qué?" dijo Padressa, con voz quebrada. "¿Por qué hiciste eso? Mira en qué estado terminaste."
C.O.T.B., con una mano dañada, tocó la mejilla de Padressa con ternura, sus ojos reflejando un profundo sentimiento de lealtad y sacrificio.
"Me hicieron para proteger... a... amigos... tú... eres... mi... amigo", dijo C.O.T.B. entrecortadamente, con su energía apagándose poco a poco. "Tenías razón... yo poseo... la... chispa..."
Sus palabras se desvanecieron mientras Padressa intentaba desesperadamente reanimarlo.
"¡C.O.T.B., por favor, no!" imploró Padressa, con la voz quebrada.
Mientras tanto, Sealance se levantaba de entre los escombros, su cuerpo severamente dañado. Con una expresión de furia en su rostro, gritó:
"¡Maldita chatarra andante!"
Padressa, con el rostro lleno de furia, lo miraba fijamente.
"Tu desperdicio te salvó, pero de esta no te salvarás", amenazó Sealance, cargando su ataque con una furia implacable. "Si yo fuera tú, diría unas últimas palabras."
De repente, un resplandor rojo iluminó el rostro de Sealance. El Cyclot de Padressa comenzó a brillar con un rojo carmesí, y su mirada, lejos de mostrar temor, reflejaba una determinación férrea.
"Como quieras... ¡Final Spear!" exclamó Sealance, liberando un ataque que se convirtió en una lanza de agua disparada a gran velocidad.
"¡Shooting Strike!" respondió Padressa, desatando una explosión de energía carmesí que chocó con el ataque de Sealance. La colisión generó una explosión que resonó a través del campo de batalla.
Mientras tanto, Golder y el resto del grupo, utilizando el Painless Point de Goadon, lograron derribar la puerta con un estruendoso crujido. Entraron en el momento justo para presenciar el enfrentamiento titánico entre ambos ataques, chocando en el corazón de la sala.
"¡Nunca me ganarás, mapache!" rugió Sealance, su voz llena de desdén. "¡Soy infinitamente superior a ti! He alcanzado la perfección de las Bestias, y alguien tan débil como tú jamás podrá detenerme."
A pesar de su confianza, el ataque de Padressa comenzó a empujar el de Sealance hacia atrás.
"¡¿Qué?!" exclamó Sealance, sus ojos desorbitados de incredulidad. "¡Esto es imposible! ¡Se supone que soy el más fuerte, un sirviente de Dragul! ¿Cómo puede una rata como tú tener tanta fuerza? ¿¡Cómo!?"
"Eso es porque tú luchas solo por ti mismo..." respondió Padressa, intensificando la potencia de su ataque con una determinación inquebrantable. "¡Yo lucho por mis amigos!"
Con estas palabras, el ataque de Padressa desbordó la resistencia de Sealance. La energía carmesí se desató con tal fuerza que superó al enemigo, atravesando la pared del laboratorio y enviando a Sealance a través de los escombros en una explosión ensordecedora.
Pocos momentos después, el grupo se reunió alrededor de C.O.T.B., quien yacía en el suelo, rodeado por los cables del laboratorio que mantenían a Sealance amarrado. Con un destello de luz, C.O.T.B. comenzó a encenderse nuevamente, provocando un suspiro de alivio y alegría en todos los presentes.
"Sistemas restablecidos", anunció C.O.T.B., sus ojos brillando con gratitud mientras observaba a sus amigos, quienes lo miraban con lágrimas de felicidad.
"Hola... amigos", dijo C.O.T.B., antes de ser abrazado con fervor por Padressa, quien estaba visiblemente emocionado por su supervivencia.
"¡Por favor, nunca me vuelvas a hacer esto!", imploró Padressa, su voz temblando. C.O.T.B. lo abrazó con ternura.
"Lo prometo, amigo Padressa", dijo C.O.T.B., sorprendiendo a todos con su respuesta.
"Oye, C.O.T.B., ¿estás hablando diferente? ¿Qué te pasó?" preguntó Mei, sorprendida.
"No es un cortocircuito en la parte tecnológica de tu cabeza, ¿verdad?" bromeó Zhao, a lo que C.O.T.B. respondió con una sonrisa.
"No, amigo Zhao. He desbloqueado la 'chispa' de la que Padressa me habló, gracias a él y..." C.O.T.B. bajó la mirada, su expresión tornándose seria. "Y al Doctor Whip."
Mantaray se acercó, cargando el cuerpo del Doctor Whip con solemnidad.
"Te prometo que recibirá la sepultura que merece", dijo Mantaray, su voz llena de respeto mientras sonreía tristemente.
Con el giro de la atención hacia Sealance, Mei, con una valentía inesperada, dio un paso al frente y le propinó un puñetazo en el rostro, sorprendiendo a todos.
"¡Primero, te voy a dar esto, pescado feo!" exclamó Mei con furia. "¡Y agradece que no estoy en mis días! Porque si no..."
Mei emanaba una aura tan intensa que hacía temblar a Sealance, pero Zhao rápidamente intervino para calmarla, asegurándose de que la situación no se desbordara.
"Tranquila, Mei. Antes de convertirlo en sushi, necesitamos que nos diga lo que sabe", ordenó Zhao con firmeza. "Habla, ¿qué es eso que te querías guardar?"
Sealance miró a Zhao con frialdad, pero la tensión en el aire era palpable. Mei, aún cargada de furia, irradiaba una energía tan intimidante que hizo que Sealance se sintiera vulnerable.
"Más te vale hablar, o tendrás que saludar a Mei-Li, la furiosa", añadió Zhao, señalando a Mei, quien intensificó su aura asesina, llenando la sala de un terror palpable.
"¡Jeez!" Sealance suspiró, frustrado. "Está bien, supongo que no importa si lo saben. Al fin y al cabo, Dragul vendrá, les guste o no. Lo que oculté es que la importancia de sus amigos y de Liogre, Eagle y Killer Shark radica en que... ellos son... ellos."
"¿A qué te refieres con 'ellos son ellos'?" inquirió Mei, su paciencia al límite. Mientras tanto, C.O.T.B. se acercó, su rostro grave.
"Se refiere a que Ryo Yagami y Liogre; Akira Shimizu y Killer Shark; y, por último, Tadashi Aoyama y el Capitán Eagle son los Campeones Legendarios", explicó C.O.T.B. con claridad, sorprendiendo a todos.
"Salmonancer también nos lo dijo", comentó Golder, aún procesando la revelación. "Pero no creí que fuera cierto."
"¿Los Campeones Legendarios?" repitió Mei, confundida mientras miraba a Golder. "Espera, pero los Campeones eran los tres generales. ¿Cómo pueden ser nuestros amigos, el señor Liogre, el señor Eagle y el tiburón mentor de Akira los Campeones Legendarios? Lo entendería si fueran solo tres de ellos, pero ¿los seis?"
Mei miró a Goadon en busca de respuestas, pero él estaba absorto en los recuerdos de Sealance, quien parecía sumido en una mezcla de nostalgia y melancolía.
"Flamileón..." murmuró Sealance, captando la atención de todos.
"¿Quién?" preguntó Jan-Jan, claramente confundido. Sealance lo miró con una sombra de tristeza en los ojos.
"Flamileón fue el nombre que el General de Fuego adoptó tras traicionar a Dragul e iniciar su rebelión... Magna-Garuda fue el nombre que eligió el General del Viento, y Abyss-Megalodon el nombre que adoptó el General del Agua", dijo Sealance, pronunciando los nombres con una mezcla de pesar y reverencia. Los recuerdos de esos tiempos lejanos parecían invadir su mente, algunos llenos de orgullo, otros teñidos de dolor.
"Pero para responder a la pregunta de la niña..." comenzó Sealance con una voz grave y resonante. "Cuando Flamileón, Magna-Garuda y Abyss-Megalodon sellaron a Dragul, la energía liberada destruyó sus cuerpos físicos, pero también fragmentó sus almas en dos mitades."
Sealance observó a su audiencia con una mirada sombría.
"Eso es lo que las bestias vieron en los momentos finales de la batalla. Las estelas roja, verde y azul que se dividieron en dos eran la fragmentación de sus almas", explicó Sealance con detalle. "Tres fragmentos de sus almas permanecieron en el Planeta Bestia, donde reencarnarían siglos más tarde. El fragmento del alma de Flamileón que quedó aquí reencarnó como Liogre..."
Golder escuchaba atentamente, sus ojos reflejando la sorpresa.
"El fragmento de Abyss-Megalodon reencarnó como Killer Shark, y el fragmento de Magna-Garuda reencarnó como el Capitán Eagle", continuó Sealance. "En cuanto a los otros tres fragmentos de sus almas, viajaron a través del tiempo y el espacio hasta llegar a la Tierra."
Sealance dirigió su mirada hacia Zhao y Mei, que estaban perplejos.
"No sé por qué llegaron exactamente a su planeta, pero lo hicieron. El fragmento del alma de Flamileón que llegó a la Tierra reencarnó como el humano Ryo Yagami, la parte de Abyss-Megalodon como Akira Shimizu, y el fragmento de Magna-Garuda como Tadashi Aoyama", finalizó Sealance, dejando a todos atónitos.
"Eso no es posible..." murmuró Mei, con los ojos entrecerrados mientras Zhao la abrazaba con suavidad. "¿Mis tres amigos... son solo fragmentos de almas? No puedo creerlo."
"Yo tampoco lo creí al principio..." admitió Zhao, su voz llena de duda. "Pensé que Salmonancer nos estaba tomando el pelo, pero cuanto más lo pensaba, más sentido tenía. Liogre y Ryo parecen estar conectados de una forma inexplicable, casi como si se conocieran desde siempre. Lo mismo ocurre con Akira y Tadashi, con Eagle y Killer Shark."
"Siempre supe que Liogre era diferente a otras bestias. No sabía cómo explicarlo, pero sentía que era más que un simple príncipe, más que un guerrero habilidoso..." dijo Golder, su tono grave y serio. "Ahora entiendo por qué."
Mei se acercó a Sealance, su mirada fría y decidida. "Dijiste que ellos son la clave para liberar a Dragul. Explícanos exactamente cómo planean usarlos. Y más te vale ser honesto, o ya sabes lo que te espera," amenazó, apretando el puño mientras Sealance, visiblemente frustrado, comenzaba a revelar los detalles.
"Solo necesitamos una pequeña parte de su esencia para liberar a Dragul," admitió Sealance, su voz cargada de ira contenida.
"¿A qué te refieres con 'esencia'?" preguntó Zhao, frunciendo el ceño, claramente desconcertado.
Sealance lo miró con una intensidad sombría. "Me refiero a la sangre de esos seis," respondió con un tono gélido que heló el aire. "La sangre combinada de ellos crea la esencia de Flamileón, Magna-Garuda y Abyss-Megalodon."
"¿Por qué creen que Caesar envió a esa criatura para enfrentarlos?" añadió Sealance, dirigiéndose hacia C.O.T.B. "Para que Liogre y su tamer, el humano Ryo Yagami, alcanzaran la Forma Guerrero. Aunque, en el caso de Eagle y Killer Shark, con sus Tamers, parece que lo lograron de una manera... distinta," dijo, su voz llena de desdén.
Mei palideció al recordar. "Entonces, ¿la medusa que vimos y que decía 'Kura'...?"
"¡Era una trampa!" exclamó Mei, su rostro marcado por la preocupación.
Sealance se volvió hacia ella, furioso. "¿Dijiste que la medusa decía Kura? ¡Ese idiota de Nut! Le advertí que no hiciera eso. Si no tiene cuidado..." Su voz tembló con pánico mientras miraba al grupo. "¡Deben detener a Nut!"
Saltó hacia Mei y Zhao, su rostro ahora completamente desesperado. "Si lo hace, las consecuencias serán catastróficas..." advirtió, su tono cargado de urgencia.
Zhao lo miró, confundido. "¿Y a ti qué te pasa?"
Sealance se acercó aún más, su expresión más grave que nunca. "¡Escuchen bien! Si la oscuridad se manifiesta en el corazón de Liogre mientras está fusionado con Ryo Yagami, el resultado será un monstruo de poder incontrolable," dijo, su voz resonando con una inquietud palpable.
"¿De qué diablos estás hablando?" preguntó Zhao, alarmado. Sealance lo miró fijamente, reconociendo la necesidad de explicar la magnitud de la amenaza.
"¡Escuchen todos! No importa si somos héroes o villanos, cada uno de nosotros lleva dentro una dualidad de luz y oscuridad, equilibrada en sus propios términos," dijo Sealance, su tono grave y lleno de preocupación. "¿Algo así como el Ying y el Yang?" preguntó Zhao, buscando clarificación. Sealance asintió, comprendiendo la referencia.
"Le expliqué a Nut que, si la oscuridad llegara a infectar a una Bestia o su Tamer mientras están fusionados, el resultado sería una fuerza inmensa pero incontrolable," continuó Sealance, su voz temblando con miedo. "¡Pero Nut siempre ha sido conocido entre los siervos de Dragul por su irresponsabilidad y su tendencia a tomar decisiones impulsivas!"
Sealance miró a Golder, sus ojos llenos de temor. "Y aunque Liogre es un rey valiente y bondadoso, en este momento está extremadamente vulnerable. ¡Su corazón está frágil, expuesto a la influencia de la oscuridad! Si algo llegara a suceder... Si Nut no tiene cuidado y la oscuridad se apodera del corazón de Liogre..."
Sealance se detuvo, las palabras suspendidas en el aire como una amenaza inminente. "Lo que se desataría sería un monstruo de poder incontenible," concluyó con un tono solemne, el miedo reflejado en su rostro.
Golder frunció el ceño, sus pensamientos trabajando a toda velocidad. Sabía que Sealance no era completamente fiable, pero la intensidad en sus ojos mostraba un miedo genuino, algo profundo y oscuro lo aterrorizaba. Además, había notado un cambio en Liogre desde la llegada de Killer Shark; su amigo parecía cargar con una sombra de rencor, una presencia oscura en su corazón. Si las palabras de Sealance eran ciertas, debían evitar que Liogre sucumbiera a la oscuridad.
"¿Dónde está tu amigo Nut?" preguntó Golder con firmeza, su mirada fija en Sealance.
"En el pasillo a la izquierda. La entrada a su guarida está decorada de manera extravagante," respondió Sealance, su voz llena de urgencia. "¡Dense prisa! ¡No quiero tener que enfrentar el monstruo que Nut va a desatar!"
Sealance imploró con desesperación mientras Golder se volvía hacia Mantaray y Padressa.
"Ustedes dos, vigílenlo. No dejen que se mueva de aquí," ordenó Golder con determinación. "¡Los demás, vengan conmigo!"
Mei, Zhao, Jan Jan, Goadon y C.O.T.B. siguieron a Golder mientras se dirigían con rapidez hacia la guarida de Nut.
Mientras en la guarida de Nut, el siniestro personaje continuaba con su relato, ocultando una verdad crucial: Ryo y Liogre, al igual que Killer Shark y Akira, y Eagle y Tadashi, eran las reencarnaciones de los tres Campeones Legendarios. Esta revelación había llegado a oídos de Salmomancer, quien, al enterarse, la compartió con Leoparmint y Ogre. Este último, aún asimilando la magnitud de la noticia, susurró a Salmomancer con voz temblorosa.
"¿Entonces mi padre y Ryo fueron un solo ser? ¿El General de Fuego?" preguntó Ogre, la confusión y el temor en sus ojos.
Salmomancer no apartó la vista de Nut mientras respondía con solemnidad.
"Así es. Lo mismo ocurre con ellos" dijo, señalando a Atlas y Zephyrus "El Tamer de Killer Shark y el propio Killer Shark originalmente eran Abyss-Megalodon, al igual que el Eagle y su Tamer eran Magna-Garuda."
El semblante de Salmomancer se tornó grave, y su voz se hizo aún más seria.
"Sin embargo, la verdadera razón por la cual sus almas se dividieron y reencarnaron en mundos distintos sigue siendo un misterio."
Mientras Salmomancer hablaba, la preocupación se reflejaba claramente en su rostro.
"Pero ahora debemos centrarnos en Nut" advirtió, mirando a su antiguo compañero con creciente desconfianza "No sabemos exactamente qué está tramando, pero estoy seguro de que no es nada bueno."
Nut, con una sonrisa enigmática, continuaba su relato ante Regulus, Zephyrus y Atlas. Su tono era frío y calculador.
"Antes de la batalla contra los Generales Traidores, Dragul utilizó una combinación de tecnología avanzada y magia ancestral para prolongar la vida de dos de sus más fieles siervos. En caso de que algo saliera mal y él sufriera un revés, esos siervos quedarían ocultos entre las Bestias, esperando el momento oportuno para atacar" finalizó Nut, dejando escapar una sonrisa siniestra.
El ambiente en la sala se volvió denso, cargado de tensión, mientras Nut revelaba su secreto. Su mirada, desafiante, se posó especialmente en Regulus.
"Y, por supuesto... yo soy uno de esos siervos" añadió Nut con un brillo de satisfacción en sus ojos, mientras los demás lo observaban con seriedad.
Regulus, manteniendo una expresión estoica, dio un paso al frente y respondió con firmeza:
"No me importa lo que planees, pero si intentas interponerte entre nosotros y el "cabeza de aleta" de tu jefe, prepárate para las consecuencias."
Nut, sin inmutarse, le devolvió la mirada con una sonrisa irónica.
"Sabes, de todos ustedes, tú eres el que más me agrada, eres clavadito a él en personalidad" dijo Nut, apuntando su báculo hacia Regulus con una mezcla de desafío y admiración "Pero, ¿quieres escuchar un pequeño secreto?"
Nut inclinó su báculo hacia Regulus, su voz se volvió más baja, cargada de malicia.
"Aunque seas un humano formidable, la Bestia con la que estás fusionado es tan frágil como un huevo" declaró Nut, dejando escapar una risa fría, mientras Ogre lo miraba con furia apenas contenida, consciente de que se refería a su padre, Liogre.
"¡Mi padre no es frágil! Es un guerrero fuerte y valiente, ¡imbécil de segunda!" exclamó Ogre, con rabia contenida. Nut lo miró con desdén, sin inmutarse.
"No me refiero a debilidades físicas, cerebro de guisante..." replicó Nut con burla fría—. "Hablo del corazón, y el de tu padre está en estos momentos tan frágil como un huevo."
Nut dejó que sus palabras resonaran en el aire mientras Regulus y Liogre, atrapados en el paisaje mental de Regulus, se miraban con creciente alarma y confusión.
"¿Mi... mi corazón está frágil?" preguntó Liogre, su voz cargada de preocupación mientras intentaba comprender el significado de las palabras de Nut "¿Qué quiere decir con eso?"
"¡No le hagas caso!" ordenó Regulus, tratando de mantener la calma mientras su mirada se cruzaba con la malicia de Nut "¡No permitas que te distraiga!"
Nut sonrió de manera siniestra, su báculo emanando una aura negra y ominosa.
"Solo necesito extraer esa pequeña parte de oscuridad que Liogre tiene alojada en su corazón y tendré todo lo que necesito para resucitar a Dragul " declaró Nut con voz llena de malicia, mientras la sombra negra se extendía desde su báculo, envolviendo a Regulus en un abrazo tenebroso.
"¡Agh!" gritó Regulus, mientras en el paisaje mental compartido, Liogre también gemía de dolor"¡¿Qué es esto?! "exclamó Liogre, sintiendo cómo la aura oscura intentaba apoderarse de su voluntad.
"¡Regulus!" exclamó Zephyrus desde el mundo real, su voz llena de desesperación "¡¿Qué le estás haciendo, maldito?!"
Nut, con una sonrisa diabólica, observaba la lucha interna de Regulus mientras la sombra negra lo envolvía.
"Todo lo que hago es extraer la oscuridad que hay dentro de él" respondió Nut con calma "Aunque parece ser más resistente de lo que esperaba."
"¡Déjalo de una vez, gato estúpido!" rugió Atlas, lanzándose hacia Nut con furia. Sin embargo, un potente golpe de agua lo envió contra la pared, mientras Nut fijaba su mirada en la dirección del ataque.
"Así que no pudiste resistir la tentación de intervenir, ¿eh, mi señor?" se burló Nut, mientras su mirada se posaba en lo alto del salón. Desde allí, un gran tiburón descendió con estrépito, causando pánico entre los presentes.
"¡Ese es...!" dijo Leoparmint con voz temblorosa, volviendo la mirada hacia Salmomancer.
"¡Caesar Shark!" exclamó Salmomancer, con miedo palpable, mientras veía a Zephyrus lanzarse en un ataque desesperado contra Caesar Shark. El ataque fue en vano, ya que Caesar lo lanzó contra la pared con un solo movimiento, acompañando a Atlas en su caída.
"No deseaba intervenir... pero dado que estamos tan cerca de alcanzar nuestro objetivo, he hecho una excepción" dijo Caesar Shark, su mirada fija en Atlas.
"Killer Shark... Hijo, si logras escucharme a través de Atlas, quiero que sepas que aunque tu traición me duele profundamente, pronto todo se resolverá. Una vez que Dragul sea liberado, cumpliremos nuestro más grande anhelo" proclamó Caesar Shark con determinación, mientras Atlas y Zephyrus se levantaban, al igual que Regulus, quien seguía luchando contra el hechizo de Nut.
"¡Lo que quieres hacer es una locura!" gritó Atlas, su voz llena de desesperación "¡No puedes traer a alguien de vuelta de la muerte!"
Caesar Shark lo miró con frialdad.
"Pero lo hice..." dijo Caesar con un tono sombrío "Traje a mi hijo mayor de vuelta a la vida, aunque eso me costó más de lo que puedo soportar."
El dolor en el pecho de Caesar Shark se intensificaba, susurrando de forma dolorosa en su pecho.
"Pero una vez que Dragul sea liberado, recuperaré toda mi vitalidad y volveré a estar con el amor de mi vida. ¡Y ustedes me ayudarán a lograrlo, quieran o no!"
Con un rugido de furia, Caesar Shark se lanzó hacia Zephyrus y Atlas, desatando una tormenta de poder que sacudió el campo de batalla.
"Escuchen con atención... ambos" dijo Salmomancer, dirigiéndose a Leoparmint y Ogre, quienes estaban decididos a unirse a la batalla contra Caesar Shark. Su tono era grave y urgente. "No pueden enfrentarse a Caesar Shark, incluso en su estado debilitado. Es un guerrero formidable y peligroso. Lo que necesitamos ahora es centrarnos en ayudar a Regulus."
Leoparmint lo miró con frustración.
"Pero ellos necesitan nuestra ayuda. No podemos dejarlos luchar solos."
Salmomancer mantuvo su mirada firme.
"Lo sé, pero si no detenemos a Nut, enfrentaremos algo aún peor" advirtió Salmomancer. Su voz estaba cargada de preocupación.
"¿Algo peor?" preguntó Leoparmint, la inquietud evidente en su rostro. Salmomancer miró a Regulus con seriedad.
"Cuando estaba en los Colmillos Feroces, escuché una conversación entre Sealance y Nut. Sealance le explicó que si la oscuridad se manifiesta en el Tamer o en la Bestia mientras están fusionados, el resultado será algo que estoy seguro de que Nut no podrá controlar."
"¿Algo que no se puede controlar?" preguntó Leoparmint, su preocupación intensificándose mientras miraba a Salmomancer. Ogre miraba la pelea con frustración, consciente de que debía actuar de inmediato.
"Exactamente..." asintió Salmomancer con gravedad "Escuchen bien. Dentro de todos hay luz y oscuridad, y ambas están en equilibrio. Normalmente, nada ocurriría si uno se inclinara hacia la oscuridad, pero en este caso, es diferente...
Salmomancer miró a Regulus con una expresión seria.
"Regulus es la fusión de dos seres: Liogre y Ryo Yagami, la manifestación física del valor, la unión de dos almas. Pero esa es su mayor debilidad: si una de esas almas alberga siquiera un fragmento de oscuridad en su corazón, se vuelve vulnerable a ella" explicó, con preocupación en su voz "Lo que Nut intenta hacer es extraer la oscuridad de Liogre. Si lo logra, lo que se manifestará no será ni Ryo Yagami ni Liogre..." dijo, tragando saliva "Debemos evitar que Nut permita que la oscuridad en el corazón de Liogre tome el control.
Mientras Salmomancer comenzaba a hablar, sus palabras fueron abruptamente interrumpidas por la vista de Ogre lanzándose hacia la batalla.
"¡No, imbécil!" gritó Salmomancer, su voz llena de alarma. "¡¿Qué crees que estás haciendo?!"
"¡No puedo quedarme ahí parado!" replicó Ogre con determinación, cargando su Cyclot contra Caesar Shark. "¡Toma esto! ¡Flame Gatling!"
Ogre desató una feroz ráfaga de bolas de fuego, iluminando la oscuridad de la sala con su furia. Las llamas forzaron a Caesar Shark a soltar a Zephyrus, quien había estado atrapado por el cuello en una nube de humo. Ogre se detuvo, con la esperanza de que su ataque hubiera sido suficiente para frenar al monstruo. Pero de repente, la mano de Caesar Shark emergió del humo y lo atrapó con una fuerza abrumadora. Contra todo pronóstico, Caesar Shark permanecía ileso, su presencia imponente sin un solo rasguño.
"Debo admitir que admiro tu valentía, muchacho..." dijo Caesar Shark, su tono helado y calculador, mientras sujetaba a Ogre por los brazos con una fuerza descomunal. "Pero hay una fina línea entre ser valiente y ser estúpido..."
Con una expresión cruel y decidida, Caesar Shark comenzó a empujar los brazos de Ogre hacia fuera. Los gritos de dolor de Ogre resonaban en el aire, un sonido desgarrador que helaba la sangre de todos los presentes.
"¡Ogre!" exclamó Leoparmint, horrorizada, sus ojos llenos de lágrimas al ver a su amigo sufrir bajo el imponente agarre de Caesar Shark.
"Y me temo que acabas de cruzar esa línea..." continuó Caesar Shark, su mirada fría como el hielo. Sus palabras eran como dagas que perforaban el corazón de los que observaban, como una sentencia de muerte inminente.
A medida que el Cyclot de Caesar Shark comenzaba a cargarse con una energía ominosa, Golder y el resto del grupo llegaron, sus rostros marcados por la desesperación.
"Vital Point..." susurró Caesar Shark con una calma aterradora. Un rayo de energía azul atravesó el cuerpo de Ogre, iluminando la escena con un resplandor espantoso que parecía suspender el tiempo. El silencio posterior al impacto era absoluto, profundo, casi reverente, mientras todos los presentes observaban con horror absoluto.
En el paisaje mental de Regulus, Liogre veía cada segundo desarrollarse en cámara lenta. El rostro de su hijo, su caída al suelo, todo se desplegaba ante él como una tragedia épica. Los recuerdos de la devastación de su Reino a manos de los Piratas Corazón de la Muerte se mezclaban con la visión de Ogre herido. La imagen de Killer Shark dislocando sus brazos resonaba en su mente, trayendo consigo un torrente de malos recuerdos que invadían su mente y su corazón, llenándolo de desesperación.
Liogre cerró los ojos, intentando negar la cruel realidad mientras las lágrimas caían libremente por sus mejillas, y apretaba los dientes con rabia. Entonces, un rugido de furia surgió de lo más profundo de su ser, envolviéndolo en una aura oscura que se expandió con una intensidad aterradora. En el mundo real, Regulus se arrodilló, su cuerpo convulsionando mientras la misma energía oscura comenzaba a rodearlo. Sus gritos de agonía resonaban, un sonido desgarrador que asustaba a todos los presentes.
Leoparmint, desesperada por ayudar a Ogre, miraba con horror mientras la situación se deterioraba a su alrededor. A su lado, Sealance estaba atado por Mantaray y Padressa, y el palpitar oscuro que se apoderaba de la sala helaba su sangre.
"Ya es tarde..." murmuró Sealance con una gravedad que helaba el aire, mientras la oscuridad se adueñaba del lugar.
"¿Qué está pasando?" preguntó Mantaray, alarmado, mientras el terror palpable llenaba la atmósfera.
Mientras tanto, en su guarida, Nut no podía ocultar su satisfacción. Su sonrisa era la de un depredador satisfecho con su presa.
"¡Sí!" exclamó Nut, su tono triunfante y sombrío. "¡Finalmente, Liogre ha sucumbido a su oscuridad! Ahora, transformate en la bestia salvaje y poderosa que necesito..."
Su celebración fue interrumpida abruptamente por el grito angustiado de Salmomancer.
"¡Nut, imbécil!" bramó Salmomancer, su voz cargada de desesperación. "¿No escuchaste la advertencia de Sealance? ¡Te dijo que no lo hicieras! Lo que se avecina será algo incontrolable..."
Nut despreció el grito de Salmomancer, esbozando una sonrisa arrogante.
"Bah, Sealance es solo un aguafiestas..." replicó Nut con desdén. "A veces hay que asumir riesgos para obtener la victoria."
Mientras hablaba, Regulus tambaleaba, su rostro lleno de tormento y desesperación.
"¡Chicos!" gritó Regulus, su voz quebrada por el dolor. "¡Huyan! ¡Ya no... ya no puedo... ¡Agh!"
Regulus se arrodilló, su cuerpo envuelto en una aura oscura que se retorcía y pulsaba con una energía aterradora. Zephyrus y Atlas miraban, paralizados por el terror, al ver cómo su amigo se transformaba en algo aún más ominoso.
"¡¿Qué le está pasando?!", preguntó Zephyrus, su voz temblando de miedo.
Mientras tanto, en el paisaje mental, Eagle observaba atónito, incapaz de comprender la magnitud de la transformación que estaba ocurriendo.
"¡Regulus!" exclamó Atlas, su voz llena de incredulidad y desesperación.
En el paisaje mental, Killer Shark observaba con horror. La furia, el odio, y una energía desbordante emanaban de Regulus, quien se estaba transformando en una entidad aún más temible. La transformación de Regulus era palpable, una fuerza imparable que parecía rebasar los límites de la realidad misma.
Cuando la energía oscura finalmente se disipó, la sala se llenó de una espesa niebla negra. Todos los presentes quedaron paralizados, atónitos ante la nueva forma de Regulus. Ante ellos se alzaba una criatura leonina humanoide, con un par de alas mecánicas de un negro azabache que se extendían ominosamente desde su espalda. Su cuerpo estaba revestido con una armadura de un rojo oscuro y sus ojos brillaban con un fulgor rojo intensísimo. En lugar del Cyclot de Liogre, su pecho mostraba un emblema circular vacío de un rojo profundo, sin ninguna insignia, y en sus brazos se extendían cuchillas afiladas como sierras, listas para la batalla.
"Damas y caballeros, permítanme presentarles a nuestro nuevo invitado..." anunció Nut con una sonrisa triunfante, su voz rebosante de soberbia. "¡Deathfire!"
Al pronunciar el nombre, la criatura alzó la vista, dejando ver sus ojos rojos, fríos como la muerte. Miraba a todos con una furia inhumana, su mirada impregnada con una sed de sangre insaciable que hizo que cada uno de los presentes experimentara visiones aterradoras de su propia muerte, dejándolos paralizados por el terror. Luego, Deathfire rugió con una fuerza brutal, un sonido que sacudió el aire, retumbando en todo el Continente Perdido. Su rugido llegó hasta el Capitán Turrock y el resto, que se encontraban en el submarino, marcando la promesa de destrucción y caos.
Continuará...
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